Algunos aspectos:
La Argentina debería sostener una tasa de crecimiento del producto bruto interno (PBI) de por lo menos un 5% anual para llegar a 2015 habiendo cumplido con una de las Metas del Milenio, suscriptas en las Naciones Unidas en 2000: la reducción de la indigencia a la mitad en comparación con los índices de 1990. En el país, ese objetivo implicaría que dentro de nueve años no debería ser indigente más del 4% de la población, frente al 9,1% de 2005. La indigencia es una condición de extrema pobreza, que no permite acceder siquiera, con los propios recursos, a la alimentación más básica.Es de notar la mejora de Brasil. El crecimiento contínuo de su economía se extiende a toda su sociedad.
Por ahora, la Argentina y Uruguay son los únicos países de América latina que, en lugar de haber avanzado en el cumplimiento de esa meta, muestran un retroceso: hoy por hoy, y todavía por efecto de la fuerte crisis de principios de esta década, los dos países tienen tasas que marcan una situación social más grave que en 1990. El retraso respecto del indicador que debería alcanzarse actualmente es de entre un 6 y un 7% en la Argentina y de un 1,5% en Uruguay. En promedio, toda la región latinoamericana consiguió ya un 68% del objetivo propuesto para 2015, cuando ha transcurrido el 64% del plazo previsto. En ese índice promedio mucho aportan Chile y Brasil, los dos estados que ya sobrecumplieron la meta.
Comparativamente:
El índice de pobreza más elevado es el de Honduras, que tiene al 74,8% de la población viviendo en esa condición. Le siguen Bolivia y Paraguay, con índices del 63,9% y el 60,5% en cada caso. En cambio, Chile es el país con menor porcentaje de personas pobres (18,7%), seguido en este caso por Uruguay y Costa Rica, con niveles del 18,8% y del 21,1 por ciento.Sin embargo, globalmente, las cifras muestran desigualdad en aumento:
Con respecto a la rigidez del esquema de desigualdad social, el economista de la Cepal [Juan Carlos Feres]consideró que, para crear condiciones que ayuden a aliviar la situación, la educación es un tema central. "El problema es que devaluamos la educación porque el ingreso real que reporta un cierto grado de escolaridad es menor que el que reportaba 10 o 15 años atrás", advirtió, en referencia a los ingresos de quienes, por ejemplo, tienen hecho el ciclo primario o secundario. A la vez, se amplió la brecha de ingresos entre los que tienen pocos años y los que tienen muchos -15 o 16- de educación formal, según Feres.De los propios análisis de la CEPAL:
El informe sobre el panorama social también advierte que se amplió la brecha de ingresos según se trabaje con aportes a la seguridad social o sin ellos.
Según las cifras oficiales de los países, entre 2002 y 2005 la tasa de desempleo regional pasó de un 11,0% a un 9,1%, y se espera que en 2006 se reduzca aún más, para situarse en torno al 8,5%.Son estas comparativas las que pueden medir con más realismo el estado real de la evolución de las economías. A veces, un país tiene cifras que lo convierten en paradigma, pero un recorrido por su sociedad se convierte en una paradoja. Cuando esto sucede, estamos leyendo mal los números...
Por otro lado, entre los años 2003 y 2005 se aceleró el ritmo anual de creación de puestos de trabajo en América Latina, en comparación con el período 1991-2002. Entre 2003 y 2005 el total de ocupados en las zonas urbanas aumentó poco más de 5,3 millones por año, cifra superior al incremento anual de 3,3 millones anotado en los 12 años anteriores.
Las disminuciones más pronunciadas del desempleo se produjeron en aquellos países cuyas economías se expandieron a un ritmo más acelerado en el último trienio, como Argentina, Uruguay, Panamá, Venezuela y Colombia (en ese orden).
En tanto, si bien el desempleo de los jóvenes mostró las bajas más pronunciadas, éste sigue siendo muy superior al promedio. Asimismo, a pesar de los avances, la reducción del desempleo urbano no modificó las diferencias que existen entre hombres y mujeres: las tasas de desempleo entre estas últimas siguen siendo más altas.
En su informe la CEPAL advierte que, si bien los avances son notorios, el desempleo en América Latina sigue siendo elevado y supera en poco más de tres puntos porcentuales el nivel de 1990. Esto se debe en parte al aumento de la participación en la actividad económica, principalmente por la cada vez mayor incorporación de las mujeres al mercado laboral: entre 2002 y 2005 se incorporaron 2,8 millones de mujeres y 2,5 millones de varones, lo que se compara con 2,2 y 2,0 millones, respectivamente, en el período 1990-2002.
Respecto al informe de CEPAL, está anunciada su presentación para el 12 de diciembre, pero se puede consultar en el sitio del organismo, con análisis complementarios sobre desempleo y nivel de pobreza.
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