martes, octubre 05, 2021

Eternidad


 "Pues imaginad ahora una montaña de esta arena de más de un millón de millas de altura, que alcanzara desde la tierra hasta los cielos empíreos, de más de un millón de millas de ancho, tal que se extendiera hasta el espacio más remoto, y de más de un millón de millas de espesor; e imaginad esta enorme masa de innumerables partículas de arena, multiplicada tantas veces como hojas hay en el bosque, gotas de agua en el enorme océano, plumas en los pájaros, escamas en el pez, pelos en los animales y átomos en la vasta extensión de los aires. E imaginad que al cabo de un millón de años viniera una avecilla a la montaña y se llevara en el pico un solo granillo de arena. ¿Cuántos millones de millones de centurias transcurrirían antes que la avecilla hubiera transportado ni tan siquiera un pie cuadrado de la arena de la montaña, y cuántos siglos de siglos de edades  tendrían que transcurrir antes que la avecilla hubiese transportado toda? Y sin embargo, al final de tan enorme período de tiempo ni aún siquiera un solo instante de la eternidad podría decirse que había transcurrido. Al fin de todos esos billones y trillones de años, la eternidad apenas si habría empezado. Y si esta montaña volviera a levantarse tan pronto como el pajarillo hubiera terminado de transportarla, y el pájaro volviera y la comenzara a transportar de nuevo, grano a grano, y así se volviera a levantar y a ser transportada tantas veces como estrellas hay en el cielo, átomos en el aire, gotas de agua en el mar, hojas en los árboles, plumas en los pájaros, escamas en el pez, pelos en los animales, al fin de todas estas innumerables formaciones y desapariciones de aquella montaña inmensurablemente grande, no se podría decir ni que un solo instante de la eternidad había transcurrido; aún entonces, al fin de aquel enorme período, que solamente el imaginarlo hace girar nuestro cerebro vertiginosamente, aún entonces, la eternidad apenas si habría comenzado."

De Retrato del artista adolescente, James Joyce, traducido por Dámaso Alonso, Ed. Orbis, 1982 

Imagen: Jackson Pollock, Number 1A, Credito: "MOMA Pollock" fotografiado por Colin Howley en Flickr, licenciado bajo  CC BY-ND 2.


lunes, octubre 04, 2021

Adiós a los pájaros

 Hace sesenta años una gran parte del sureste de Valencia era huerta, como otras areas circundando la ciudad. Conocí esa zona cuando ya la huerta había sido desplazada a la banda este de la avenida Antonio Ferrandis, y el resto era una traza urbanizada, pero con los vestigios de la huerta en toda su extensión. Solía ir a pasear con Puqui, mi perro, que todavía podía perderse en pastizales enmarcados en algunas alambradas. Higueras y moreras dispersas entre las manzanas apenas delineadas recordaban donde antes hubo alguna construcción, o al menos, trabajo de huertanos. Por algunos años, todavía se podía ver la huella de la calle que se había planeado como una diagonal desde la iglesia de Nuesta Señora de Monteolivete hasta la rotonda de Los Anzuelos. Sólo construída la actual avenida Alcalde Gisbert Rico hasta la rotonda de Urrutia (ahora Amado Granell Mesado, en esa costumbre de rebautizar la historia), desde allí la diagonal se pierde cortada por nuevas edificaciones. El anteúltimo tramo que sobrevivía continuaba la diagonal detrás del estadio de la Fonteta, limitando la escuela que todavía se mantenía, entre arbustos y escombros

Higueras subsistentes, 3/6 años atrás

. En su traza se construyó la casa del Valencia Basket, y un campo de juego de la escuela. Un cambio transitorio que acaba de ser sacrificado sin más noticias: la escuela está en plena demolición, y será transladada trescientos metros a un nuevo edificio: ya no estarán los viejos eucaliptos y cipreses supervivientes de la antigua huerta, y en pocos días más se acabará el canto de los pájaros en esos árboles de cincuenta o más años. Ya los estorninos habían comenzado a ser expulsados en la medida en que cortando los árboles donde se reunían se reducía su presencia. Ahora finalmente tendrán la batalla perdida, no habrá más torcazas por la mañana, ni los cientos de pájaros que anidaban. En su lugar habrá un parque de acceso al nuevo estadio Valencia Arena, camino llano y despejado para que miles accedan al estadio. Dudo que aún manteniendo esos árboles, los pájaros vuelvan allí. Ya no será un lugar para caminar. Sólo un acceso a un estadio.