sábado, marzo 16, 2024

Editar ideas

 

Dice Manuel Arias Maldonado, a propósito del centenario de la Revista de Occidente:

Bien sabemos que el mundo ha cambiado y nos parece que el medio escrito ha perdido la preponderancia que una vez tuvo o nos parece que tuvo; ni los periódicos ni las revistas se han convertido en el desayuno de las mayorías, pese a las esperanzas que en ese horizonte utópico habían depositado los primeros ilustrados. No es que hayan desaparecido ni los periódicos ni las revistas, ni que corran riesgo inmediato de hacerlo, pero sería un error llamarse a engaño; son frágiles medios de alfabetización colectiva y se enfrentan a problemas que van de la desaparición del papel que les daba fijeza y presencia a la dependencia de aquellas instituciones o Estados que de vez en cuando acceden a financiarlas. El propósito de fundar y llevar adelante una revista independiente, dotada de criterio propio y con la vocación de mantenerse al margen de las presiones políticas, debe considerarse heroico: quienes sacan adelante cada mes o trimestre una publicación de calidad se arriesgan a que nadie les haga caso y hay que admirar la presencia de ánimo de quien se sabe lanzador que lanza botellas al océano. Sin ellas, sin embargo, la conversación pública sería aún más pobre; las revistas le proporcionan una temporalidad distinta, mayor hondura reflexiva, atención a detalles que de otro modo pasarían desapercibidos.

 En Letras Libres, participante de esa intención. Si quiere conocer La Revista de Occidente, Dialnet es un punto por donde acercarse.

 

miércoles, marzo 13, 2024

¿La dictadura perfecta?

Dice Zigor Aldama este 13 de marzo en Las Provincias:

Es muy posible que China haya creado el Estado autoritario perfecto. A nivel doméstico, opera sin provocar una sensación de opresión en la ciudadanía, pero también sin dejar resquicio alguno a la disidencia. En temas sociales y económicos, es suficientemente flexible como para adaptar sus políticas a las exigencias de la población, pero los 1.400 millones de chinos tienen perfectamente claras cuáles son las líneas rojas que no deben cruzar en política. Por otro lado, desarrolla tecnologías y una capacidad industrial sin parangón para incrementar el bienestar de sus súbditos, pero también para controlar hasta el último de sus movimientos. Y, sobre todo, es especialmente eficaz en su equiparación de Estado, Gobierno y Partido Comunista, que son elementos indisociables que pueden utilizarse como sinónimos. Criticar a uno es atacar al resto.
A nivel internacional, el peso económico es clave para callar bocas. Aquellas exigencias occidentales de avances en materia de Derechos Humanos son algo del pasado, de cuando China necesitaba al mundo más que el mundo a China. Ahora a Pekín no se le tose. Se puede arremeter contra Irán, contra Corea del Norte e incluso contra Rusia, pero no contra el gobierno que controla la mayoría de lo que consumimos. Quienes vaticinaron que el Partido Comunista colapsaría se equivocaron; y se equivocan quienes prevén que eso suceda a medio plazo.

Aldama resume bien en su artículo el momento por el que pasa China, y el equilibrio de fuerzas a nivel internacional. Esta es sólo la introducción de su artículo, que avanza luego sobre el estado actual de Hong Kong y Taiwan, y de las políticas internas chinas. Al decir "equilibrio de fuerzas internacional", lo que se ve es uno inestable, donde la hegemonía norteamericana y occidental cede progresivamente su lugar a China y su conjunto de alianzas. Con viento a favor, los amigos se multiplican. Cada vez más, aquello que fue el "patio trasero" de Estados Unidos, es el amigo sudamericano de China. Sería muy ignorante quien hoy sostuviera esa idea popular hasta los setenta del siglo XX, vidriosa hasta comienzos del siglo XXI, y obsoleta y mentirosa en estas dos últimas décadas. Hoy la potencia hegemónica en Sudamérica y África es China. Y siguiendo los mismos objetivos y parecidas prácticas que las hoy decaídas potencias occidentales. 

La foto, escenas de la conmemoración de los 90 años del ejercito popular chino (2017), en Guioteca


 

lunes, marzo 11, 2024

Cuando cambió todo para siempre


Encontrado a través de Seul: de una argumentación acerca de la disolución de Telam, a una genial descripción del "funcionario eterno superviviente", a los artículos escritos por Jorge Sigal para La Nación, y de allí al dedicado a un documental sobre Isabel Perón. Dice Sigal -entonces dirigente juvenil comunista- a propósito de los asombrosos cambios que echaron a rodar en 1973 en Argentina:

 Teníamos esa edad en la que es imposible comprender el verdadero significado de la muerte. Impetuosos, quizás arrogantes, suponíamos que la vida no tenía fin y que la revolución, a la que imaginábamos como un almíbar, nos estaba llamando. 1973 fue el año de los santos inocentes.

Yo estaba por cumplir los veinte y era uno de los pocos del núcleo militante al que pertenecía que ya había experimentado el silencio que produce la ausencia eterna. Mi padre, un hombre de una fortaleza y un optimismo asombrosos, absolutamente convencido de que existía un porvenir socialista, se había ahogado en un brazo del río Paraná apenas un año después de mi ingreso a la escuela secundaria. De modo que yo sí sabía, en 1973, que los muertos no regresan.

Sin embargo, lo que no estaba en los cálculos de ninguno –tampoco en los míos– era que la vida podía ser tan precaria y la muerte tan trivial. Y si se quiere, tan rutinaria. Mucho menos, que una sonrisa joven podía congelarse de repente. Casi sin darnos cuenta, nos fuimos metiendo en una danza macabra que duraría diez años.

Como suele ocurrir en todos los tiempos, lo primero que cambió fue nuestro lenguaje. El escaso vocabulario juvenil con el que nos entendíamos hasta muy poco tiempo antes empezó a poblarse de términos nuevos: venganza, paredón, ajusticiamiento. Poco después volvería a ampliarse con otros más truculentos aún, como encapuchado, amordazado, torturado y desaparecido.

Desde la asunción de Héctor J. Cámpora, el 11 de marzo de aquel 73, pasando por la muerte de Juan Domingo Perón, el 1° de julio del año siguiente, y la inmediata asunción de María Estela “Isabel” Martínez de Perón, nosotros los de entonces ya no fuimos los mismos. Porque a las palabras habíamos añadido imágenes. Hechos.

Recuerdo muy bien la fotografía publicada en el diario Clarín del cadáver maniatado de un muchacho del Nacional Buenos Aires, con quien muchas veces había discutido sobre el uso irracional de la violencia. Estaba junto a otros dos militantes dentro de una furgoneta Citroën abandonada en la localidad de Bernal. La crónica policial decía que su cuerpo tenía incrustadas decenas de proyectiles de grueso calibre. Por entonces, también nos fuimos acostumbrando a nuevas siglas y actores: AAA (Alianza Anticomunista Argentina), Montoneros, FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), CdO (Comando de Organización), ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo). Eran parte de nuestro nomenclador juvenil.

Debimos transitar un larguísimo recorrido hasta entender el verdadero sentido de la vida. Morir era mucho más fácil de lo que habíamos imaginado. La cultura funeraria argentina marcó mi generación. Y por más esfuerzos que hagamos por enterrar ese pasado, la historia nos devuelve una y otra vez a esos puntos oscuros. A ese trauma que, con el paso de los años, se fue tamizando hasta volverse también frivolidad. De un inicial intento democrático de cerrar las compuertas de la violencia –lo que se llamó “El pacto del Nunca Más” de 1984– hasta la glorificación a libro cerrado del accionar de grupos ultras sin la necesaria y honesta reelaboración por parte de sus principales protagonistas, muchos de ellos sobrevivientes de la hecatombe.

La fotografía, en  Clarin, Timetoast, LaIzquierdaDiario, y otros.

domingo, febrero 11, 2024

Palabra de Presidente

 Dice Ricardo Dudda, en Letras Libres,  publicación mexicana:

...comentando una entrevista de Pedro Sanchez en La Sexta, glosa afirmaciones textuales de Sanchez durante la conversación:

La ‘fachosfera’ existe y huele a naftalina.” [dice Sánchez]

[comenta Dudda] Es un comentario de tuitero sobrepolitizado sin carisma, que repite ideas recibidas y dice cosas tan originales como “señoros”. No es el comentario de un presidente, pero a estas alturas pedirle al gobierno que tenga un mensaje institucional (cuando confunde intencionadamente lo institucional, lo gubernamental y lo partidista) es ingenuo y provoca melancolía. Hizo comentarios parecidos: dijo que a la “fachosfera” le hubiera gustado más que la canción que lleva España al festival de Eurovisión no fuera “Zorra”, del duo Nebulossa, sino el “Cara al sol”.

Destaco esta particularmente, porque dá vergüenza escuchar a un presidente en ejercicio de su cargo, utilizar una etiqueta propia de una reunión de estudiantes de último año de la escuela media, y salirse tan campante. Con éstas riendas conduce España.

 

miércoles, enero 31, 2024

El problema de la lengua (en España)


 ¿Cuándo comienza la controversia entre catalán y valenciano o balear? En principio y antes de entrar en ello, hay que decir que esta controversia resulta extraña, si se la ve de afuera. O incompleta, porque hay otro actor más, la lengua castellana, o española, como quiera llamarla: No es comprensible que el castellano o español sea un idioma que cruzando el Atlántico tiene casi 500 millones de hablantes, en España, su orígen, sea cuestionado y en ciertos casos, casi prohibido. Peor aún, que en algunas comunidades españolas donde existen dos lenguas, el otro idioma/dialecto local sea el idioma único de los boletines oficiales, de la radio oficial, de la televisión oficial, o aún, el idioma forzado de las escuelas, los centros de salud, los cajeros, las oficinas del ayuntamiento, con la ironía de que un periodista hace una pregunta en catalán, digamos, en las noticias de la televisión, y su interlocutor le contesta en castellano. El periodista sistemáticamente ignora la lengua de su interrogado, y éste le contesta como mejor puede, entendiendo la pregunta, pero siendo capaz sólo de responder en la lengua común de 500 millones de personas. 

Para poner entonces la discusión donde se debe, digamos que se trata de una originada en la existencia de masas sociales, intelectuales y culturales hablantes de una variante lingüística históricamente existente en una región, pero conviviente con el castellano común en la comunidad afectada, y cualquiera de las que la circundan. Siendo un castellanohablante en la comunidad valenciana, y siendo un americano con menos de veinte años viviendo en España, mi visión de la disputa es la de un extranjero. Algo que comparto con los probablemente millones de recién llegados a cualquiera de las dos comunidades, y digo recién llegados a quienes migraron a las dos comunidades en los últimos cien años. No tengo la menor duda de que la lengua local existe, y basta subir a un tren y recorrer estaciones para comprobarlo. Comprendo y comparto el interés de valencianos y catalanes en conservar su lengua, pero no comparto el interés político de minorías en ambas comunidades, de forzar el uso de su lengua a todos los ciudadanos de sus respectivas comunidades, usando métodos que podemos llamar no democráticos, orwellianos: Una sola lengua en la enseñanza primaria por decreto, una sola lengua en la atención pública de funcionarios a todo nivel, selección de funcionarios en base a su conocimiento de la lengua local, incluyendo a la salud pública; difusión de los actos de gobierno en una sola lengua, la local, radio y televisión oficial a todo nivel que habla una sola lengua (su carácter ridículo fue comentado antes). 

Esta manipulación política se ha dado especialmente en Cataluña, pero ha habido períodos en que ambas comunidades obraron en el mismo sentido. Los últimos ocho años de PSOE + Compromis han sido una buena muestra de esa intolerancia y prepotencia en Valencia. Como su extensión a Baleares, donde se llegó a expulsar de la salud o la enseñanza a quienes no se expresaran en la lengua regional, independientemente de la necesidad social de médicos o profesores.

Si trasladamos este escenario al estudio de la lengua, nos encontramos con un panorama oscurecido por banderías y posiciones de partido, donde es difícil analizar sin tropezar con posiciones teñidas de parcialidad. Digamos que  "el problema" de la historia y génesis de valenciano y catalán pasa, de una cuestión de lingüistica y cultural, a una lucha de hegemonismos y prepotencia nacionalista.  Si tratas de buscar estudios serios sobre la genealogía de las dos lenguas, debes luchar contra una enorme hojarasca de estudios políticamente motivados, que llegan al sostenimiento nacionalista de argumentos risibles. No es posible buscar en Wikipedia sin encontrar afirmaciones  imperativas, o estudios que reflejan una sola visión del problema, generalmente una visión catalana. O en la Real Academia de la lengua.

Esta evolución desde orígenes latinos es algo que me gustaría investigar. Más allá de las posiciones interesadas, trataré de recoger su historia hasta nuestra época, con la intensión de sacar algo en limpio. No es mucho lo que está en mis posibilidades, pero me gustaría tener clara al menos la bibliografía, que sin duda debe ser mucha, y no ha nacido en el siglo veinte. Lo que encuentre, lo traeré aquí.

La imagen: la entrada del rey Jaime de Aragón en Valencia. En Wikipedia, De autor desconocido - Permission released to Wikipedia in Catalan from Valencia City Council webpage (source of photo file: [1]). User:Andarella is also an user in ca:WP with the same username (ca:Usuari:Andarella)., CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1166301

sábado, enero 20, 2024

Perdidos: el miedo

 Así como Desierto sonoro es un texto "de carretera" donde la ruta y las poblaciones son otro personaje, así también es un relato "de niños", y en parte, "por niños", en primera persona en la voz del hijo, y en tercera, en el seguimiento de los migrantes a través de la selva, el desierto, y los trenes. Lo que sigue es un fragmento del viaje de los hijos perdidos.

 Los dos niños, inseparables, se despiertan muy temprano. Los padres duermen todavía. Él, de diez años, ha preparado su mochila con "todo lo necesario". A la niña, de cinco, no le ha dicho la verdad, para que no se oponga: buscarán a las dos niñas que busca su madre; cruzarán el desierto con el itinerario trazado hacia Echo Canyon, donde le ha dicho que sus padres los esperarán. Para asegurarse, les ha dejado una nota en la caja V de la madre. Caminarán hasta alcanzar unos molinos y depósitos de agua, se subirán a un tren de cargas en Bowie, y viajarán hasta muy cerca del destino, se bajarán, y caminarán un poco más hasta encontrar sus padres. 

Habla el niño, a su hermanita. Todavía no han alcanzado las vías:

 Si me concentraba, podía imaginarme todo con claridad: Echo Canyon, un pedregal resplandeciente en la cima de una montaña, como había dicho papá, y allí, nuestros padres esperándonos, enojados tal vez, pero también felices de vernos de nuevo. Pero todo lo que alcanzaba a ver a la distancia eran muchas colinas y el camino que bajaba y subía, y más allá de todo eso, las montañas altísimas entre la niebla gris. Atrás de mí, el sonido de tus pasitos sobre las piedras y también tus quejidos, tu sed y tu hambre.

Cuando se empezó a hacer de noche y mi preocupación creció, recordé esa historia sobre la niña siberiana y su perro, que la había mantenido a salvo y después la había rescatado. Te dije que ojalá tuviéramos un perro. Y tu dijiste: guácala, no. Y después de un silencio dijiste: bueno, tal vez sí estaría bien.

Una vez, todavía con papá y mamá, habíamos entrado en una tienda de segunda mano, que es algo que a mamá le encanta, aunque nunca compra nada, y habíamos visto un perro viejo, dormido, que parecía una alfombra calientita extendida en el piso. Nos habíamos acercado a acariciarlo mientras papá miraba cosas y mamá hablaba con el dueño de la tienda, algo que también le encanta hacer en las tiendas pequeñas. Y yo acaricié al perro y le hablé, y tú le empezaste a hacer preguntas muy chistosas, como: ¿te gustaría ser más alto, te gustaría ser naranja, te gustaría ser una jirafa en lugar de un perro, te gustaría comer hojas, te gustaría vivir en la naturaleza, junto a un río? Y te juro que, cada vez que hacías una de esas preguntas, el perro asentía diciendo sí, diciendo sí a cada pregunta. Así que cuando estábamos en el río, caminando sobre las piedras verdes  y resbalosas, pensé en el perro y pensé que si estuviera allí con nosotros quizás no tendríamos nada de miedo. Y al hacerse de noche, más tarde, estaría todo bien porque tendríamos al perro para acurrucarnos con él, y tú te harías bolita junto a su pata y yo lo abrazaría del otro lado, pero con la boca cerrada para que no me llenara la lengua de pelos, y que me hicieran vomitar. Y si de noche escuchábamos a otros perros ladrando en las granjas lejanas del valle, o si oíamos el aullido de un lobo en las montañas, no nos daría miedo, no tendríamos que arrastrarnos bajo las rejas ni dormir con piedras en las manos por si acaso

Llamar "novela" a Desierto sonoro de Luiselli no describe ajustadamente al texto. Es otra cosa, mirando  a los fotógrafos que recorrieron Estados Unidos; abriendo los mapas del camino, atendiendo las pequeñas historias que se cuentan a cada paso...Como en 2666 de Bolaño, es otra cosa la larga crónica de muertes de La parte de los crímenes.

La foto, Sierras de Chiricahua, Karen Fasimpaur, CC BY 3.0 <https://creativecommons.org/licenses/by/3.0>, via Wikimedia Commons

domingo, enero 14, 2024

Desierto Sonoro, 2666, Luiselli

 Valeria Luiselli, en Desierto Sonoro, Caja II, Indocumentados, Futuro Presente

(...) Lo que sí sé, mientras recorremos las largas y solitarias carreteras de este país-un paisaje que voy viendo por vez primera-es que lo que veo no es exactamente lo que veo. Lo que veo es lo que otros han documentado antes: Ilf y Petrov, Robert Frank, Robert Adams, Walter Evans, Stephen Shore -Los primeros fotógrafos de carreteras y sus imágenes de letreros, lotes baldíos, coches, moteles, restaurantes, repetición industrial, todas las ruinas del capitalismo temprano hoy engullidas por las ruinas del capitalismo tardío-. Cuando veo a la gente de este país, su vitalidad, su decadencia, su soledad, su desesperada manera de estar juntos, veo la mirada de Emmet Gowin, Larry Clark y Nan Goldin.

(...) Algo cambió en el mundo. Hace no mucho tiempo, algo cambió y lo sabemos. No sabemos cómo explicarlo, todavía, pero creo que todos podemos sentirlo, en algún lugar hondo de nuestras vísceras o en nuestros circuitos neuronales. Experimentamos el tiempo de manera distinta. Nadie ha logrado captar realmente lo que sucede ni por qué. Tal vez es sólo que sentimos la ausencia de futuro, porque el presente se ha vuelto demasiado abrumador y por tanto se nos ha hecho imposible imaginar un futuro. Y sin futuro, el tiempo se percibe nada más como una acumulación: Una acumulación de meses, días, desastres naturales, series de televisión, atentados terroristas, divorcios, migraciones masivas, cumpleaños, fotografías, amaneceres.

Un matrimonio con sus dos hijos cruzan de Nueva York a Arizona en un proyecto de reportaje a los niños que cruzan a Estados Unidos, y otro a registrar los rastros de los extinguidos apaches. En sus "cajas", viajan con ellos "En el camino", de Kerouac,  2666, de Bolaño, The Americans, de RoberFrank. Mucho más cerca de  Bolaño que de Kerouac.

domingo, enero 07, 2024

Cuba: aprender a vivir siendo vigilado

Encontrado mientras buscaba otra cosa. La frase me pareció clara y fuerte, y quise recordarla.  En  Deutsche Welle, en 2013, en una visita a Alemania, dice Yoani Sánchez contestando a los habituales manifestantes alemanes de izquierda que la acosaban:

Los manifestantes de afuera la interpelaban adentro a gritos dejando en evidencia sus limitaciones para expresarse. "¿Qué clase de Cuba quiere?, ¿quiere hospitales privados?" La elocuente Yoani respondía con sencillez a sus críticos: "Quiero hospitales sociales, que las escuelas no tengan que estar endoctrinadas [sic] por el Partido. Las revoluciones no duran 54 años. En mi país lo que hay es una dictadura de una familia, que controla la televisión y los medios, es una dictadura científica que ha controlado al cubano desde pequeño”, dijo y recordó cuando su hijo le contó que en su clase había un compañero que llevaba una lista secreta de quienes "se portaban mal". Nadie sabía quien era. “Le dije que tenía que aprender a vivir siendo vigilado" relató. "Se controla y se maneja con el miedo a la población desde pequeños”.

Han pasado diez años, pero en esencia nada ha cambiado. Por otra parte, la lista en la escuela de los que "se portan mal", recuerda una actividad parecida en la escuela catalana.

La foto, en Wikimedia, no corresponde a la entrevista: iRedes Burgos, CC BY 2.0 <https://creativecommons.org/licenses/by/2.0>, via Wikimedia Commons


domingo, diciembre 31, 2023

Geoffrey Hinton sobre la inteligencia artificial


Will Douglas Heaven entrevista en Technology Review del MIT a Geoffrey Hinton, sobre su actual desconfianza en la Inteligencia Artificial:

Hinton fears that these tools are capable of figuring out ways to manipulate or kill humans who aren’t prepared for the new technology.

“I have suddenly switched my views on whether these things are going to be more intelligent than us. I think they’re very close to it now and they will be much more intelligent than us in the future,” he says. “How do we survive that?”

He is especially worried that people could harness the tools he himself helped breathe life into to tilt the scales of some of the most consequential human experiences, especially elections and wars.

“Look, here’s one way it could all go wrong,” he says. “We know that a lot of the people who want to use these tools are bad actors like Putin or DeSantis. They want to use them for winning wars or manipulating electorates.”

Hinton believes that the next step for smart machines is the ability to create their own subgoals, interim steps required to carry out a task. What happens, he asks, when that ability is applied to something inherently immoral?

“Don’t think for a moment that Putin wouldn’t make hyper-intelligent robots with the goal of killing Ukrainians,” he says. “He wouldn’t hesitate. And if you want them to be good at it, you don’t want to micromanage them—you want them to figure out how to do it.”

There are already a handful of experimental projects, such as BabyAGI and AutoGPT, that hook chatbots up with other programs such as web browsers or word processors so that they can string together simple tasks. Tiny steps, for sure—but they signal the direction that some people want to take this tech. And even if a bad actor doesn’t seize the machines, there are other concerns about subgoals, Hinton says.

“Well, here’s a subgoal that almost always helps in biology: get more energy. So the first thing that could happen is these robots are going to say, ‘Let’s get more power. Let’s reroute all the electricity to my chips.’ Another great subgoal would be to make more copies of yourself. Does that sound good?”

Maybe not. But Yann LeCun, Meta’s chief AI scientist, agrees with the premise but does not share Hinton’s fears. “There is no question that machines will become smarter than humans—in all domains in which humans are smart—in the future,” says LeCun. “It’s a question of when and how, not a question of if.”

But he takes a totally different view on where things go from there. “I believe that intelligent machines will usher in a new renaissance for humanity, a new era of enlightenment,” says LeCun. “I completely disagree with the idea that machines will dominate humans simply because they are smarter, let alone destroy humans.”

“Even within the human species, the smartest among us are not the ones who are the most dominating,” says LeCun. “And the most dominating are definitely not the smartest. We have numerous examples of that in politics and business.”

Yoshua Bengio, who is a professor at the University of Montreal and scientific director of the Montreal Institute for Learning Algorithms, feels more agnostic. “I hear people who denigrate these fears, but I don’t see any solid argument that would convince me that there are no risks of the magnitude that Geoff thinks about,” he says. But fear is only useful if it kicks us into action, he says: “Excessive fear can be paralyzing, so we should try to keep the debates at a rational level.”


LeCun es muy optimista...si no fuera por los drones sobre Kiev, la prisión de Navalni, o las medidas de control social de China, quizá se podría aceptar su visión.

Foto: Ramsey Cardy / Collision via Sportsfile, CC BY 2.0 <https://creativecommons.org/licenses/by/2.0>, via Wikimedia Commons

sábado, diciembre 30, 2023

Catalanismo y dominio cultural

 


Desde otro punto de vista, dos líneas sobre la lengua y el catalanismo en Google. En una nueva entrega de su alerta sobre noticias de la Real Academia de Cultura Valenciana, una vez más, la mayor parte recolectada expone el punto de vista catalanista. Un común denominador en estas noticias es llamar a la RACV "secesionista", a propósito de dinero, ya que las subvenciones se han minimizado para la AVL (Academia Valenciana de la Lengua), y se han redirigido a RACV y Lo Rat Penat. Parece ser que los buenos tiempos de las subvenciones a mano abierta de la administración de PSOE y Compromis, se han acabado, y no quedará más remedio que solventarla desde instituciones catalanas. El diario catalán ARA es el que más crudamente lo manifiesta, estableciendo abiertamente que la comunidad valenciana es una dependencia catalana, y que mantener la independencia lingüística es "secesionismo". Dice el 13 de diciembre, en un artículo sin firma:

PP y Vox llevan 3.000 euros a la Academia Valenciana de la Lengua y les dan a una entidad secesionista
El cambio supone que el ente debe financiar una asociación que no reconoce la autoridad normativa de la AVL:

En lugar de colaborar con 3.500 euros con la histórica Fundación Sambori, que desde hace años organiza un concurso literario escolar, mejor subvencionar a una entidad que niega la unidad del catalán como la Asociación de Escriptores en Lengua Valenciana. Y en lugar de ayudar a la campaña para la Promoción del Libro Valenciano, recompensar el trabajo de la Escolanía Nuestra Señora de los Desamparados con 8.000 euros. Ésta es la nueva medida del Partido Popular y Vox, que han decidido enmendar el presupuesto a la Academia Valenciana de la Lengua (AVL) para 2024.

La decisión ha sido especialmente llamativa por dos motivos. El primero, porque aunque la legislación prevé que Les Corts puedan enmendar las cuentas presentadas por el ejecutivo, supone reducir la autonomía de un ente estatutario como la AVL. Y el segundo, porque implica que la Academia Valenciana de la Lengua financie a una entidad como la Asociación de Escriptores en Lengua Valenciana, que no le reconoce la autoridad y que sigue los preceptos secesionistas de la Real Academia de Cultura Valenciana, una asociación que se opone al consenso filológico y académico.

 Y también El Pais, en un artículo de María Pitarch, el 30 de noviembre, expresa su escándalo por la compra de publicaciones de orientación cercana a la RACV en reemplazo de otras catalanas en la biblioteca del ayuntamiento de Burriana (!):

El edil de Cultura contrata la suscripción a ‘Ucrònica. Lliteratura i Vanguarda’ y ‘Lletrafaller-L’Oronella’, esquivas de la AVL, junto a la publicación taurina ‘Eh Toro’.
Se llaman Ucrònica. Lliteratura i Vanguarda y Lletrafaller-L’Oronella. Sus títulos revelan ya el esquinazo al valenciano normativo: Lliteratura, y no literatura. Vanguarda en lugar de avantguarda. Sus páginas interiores confirman la tendencia, con textos en los que se suceden los ejemplos: quí (por qui), archiu (arxiu), nosatres (nosaltres), artículs (articles), o rets socials como xarxes (o xàrcies) socials.

El concejal Jesús Albiol, de Vox, al frente de la Concejalía de Cultura del ayuntamiento del municipio castellonense de Borriana —cuya alcaldía ostenta el PP— incorporará sendas revistas a la biblioteca municipal como relevo a las infantiles Camacuc y Cavall Fort, el semanario El Temps y las publicaciones Enderrock y Llengua Nacional, todas ellas en catalán. Las cinco desaparecerán de las estanterías de la biblioteca tras suspenderse a partir de enero su suscripción por parte del edil de ultraderecha, al considerarlas “catalanistas”.

El expediente de alcaldía firmado el 23 de noviembre confirma la contratación de la suscripción a estas dos nuevas revistas en valenciano no normativo, que saltarán como novedad a la biblioteca junto a otras cuatro publicaciones, entre ellas la taurina Eh toro.

Las dos publicaciones que protagonizan el polémico canje siguen las llamadas Normas de El Puig, creadas por quienes consideran el valenciano como una lengua independiente del catalán, “cuando la realidad es que el 90% del léxico usado por valencianos y catalanes es común, lo que convierte al catalán es una de las lenguas más unificadas del mundo románico”, detalla el escritor y doctor en Filologia Catalana Joan Garí. “Estas normas lingüísticas —en alusión a las de El Puig— son una ficción”, añade, mientras resalta el ejemplo plasmado en una de las revistas, que suple el normativo articles por artículs, “haciendo un híbrido entre el castellano y el catalán, una especie de patués”.
Tanto ruido para parir un ratón:  entran dos nuevas, y salen cinco. Probablemente con ahorro de fondos. Nada obsta para que estas revistas entren por donación, por ejemplo. Pero parece ser que lo importante es pagar la suscripción, según se ve en El País. El resto está en sus propias palabras: la unificación bajo el catalán.

En fin, este es el estilo de lo que mi alerta de Google sobre la Real Academia de la Cultura Valenciana me entrega en cada recopilación. Raramente se verán notas directas sobre o a los académicos de la RACV,

Sobre lingüística e historia, habrá que volver pronto.

 Nota a dos días:

No deja de ser más que ilustrativo ver el contenido de las publicaciones descartadas:

Camacuc, revista para niños.

Cavall Fort, revista para niños.

El Temps, semanario valenciano.

Enderrock, mensuario catalán especializado en musica en catalán.

Llengua Nacional, su recorrido es suficiente para conocerla.



domingo, diciembre 17, 2023

Schomberg, Berg y Weber

 


Ese imperio fugaz que fue Austria-Hungría, dejó también algunas de las mejores creaciones de su época,  durante el siglo XIX y aún el siglo XX, en literatura, en pintura o en música. Un caso particular es el de las transcripciones de obras de los Strauss hechas por Arnold Schönberg, Alban Berg, y Anton Webern, reinterpretando para pequeños conjuntos de cámara, los valses de Johann Strauss padre e hijo escritos para grandes orquestas. Se trata de continuidad y cambio: las transcripciones realizadas en los primeros años del siglo veinte le dan un nuevo sentido a la música de los Strauss, ya alejada de su inicial optimismo, alegría y vanidad de las buenas épocas del Imperio. Conocí esas transcripciones hace muchos años, en Radio Nacional de Argentina, que grabé, y tengo la vaga idea de que se trataba de la versión original interpretada por Schömberg, Berg y Webern en 1921, aunque más probablemente se tratara de la versión de los
Boston Symphony Chamber Players, o la del Cuarteto Alban Berg, y mi cinta reflejara no lo que fuera, sino lo que hubiera preferido. Por años tuve estas transcripciones en la cinta, hasta que finalmente un día las perdí, al pasar de Chile a España. Y buscando, buscando, un día recuperé la obra gracias a Internet, en una nueva versión austríaca de 2012 que mantiene todo el valor de esas reelaboraciones. Esta versión incluye alguna otra interpretación, y tiene una particularidad que la ambienta de manera única: Los intérpretes ejecutan estas obras en un café vienés, el Sperl, rodeados de los clientes del café, que escuchan y conversan. La revista Ritmo publicaba en 2012 una reseña de esta grabación de The Philharmonics:

Un grupo de músicos de la Orquesta Filarmónica de Viena, como es bien sabido insustituible para hacer sonar e interpretar la música de Johann Strauss, se ha establecido con el nombre “The Philharmonics” y ofrecen aquí, filmadas en un pequeño café vienés lleno de sabor, el Sperl, varias transcripciones –para un conjunto variable, pero siempre ajustado, de instrumentos– de cinco de los más conocidos valses del Rey del género, a los que se añaden tres piezas del famoso y longevo violinista y compositor vienés Fritz Kreisler (1875-1962), una del legendario pianista Leopold Godowsky (1870-1938) y otra del primer violín del grupo, Tibor Kovác (n. 1967). La velada, con parroquianos del café que escuchan más o menos atentos, es absolutamente deliciosa, con una música muy hermosa admirablemente transcrita por tres de los mayores compositores del siglo XX, e interpretada de modo verdaderamente insuperable por los nueve solistas, dicho esto sin la menor exageración: no hay más que comparar con lo mejor que se había escuchado en disco, a saber los Boston Symphony Chamber Players (D.G. 1979) y el Cuarteto Alban Berg con varios invitados (EMI 1994), para darse cuenta de la inocultable superioridad estilística y musical de The Philharmonics, que a una técnica y un dominio de los instrumentos inobjetable añaden un sonido vienés único y un brío y un conocimiento del vals vienés absolutamente incomparables. Si los de Boston ofrecían unas ejecuciones fantásticas, los del Cuarteto y sus amigos defraudaban en unas versiones algo sosas, carentes de gracia y encanto. Las transcripciones, tanto de Schönberg como de sus dos principales alumnos, son modélicas, y realmente sorprende lo poco que pierden con respecto a las versiones orquestales, lo bien que quedan en esas reducidas combinaciones: cuarteto de cuerda, piano y armonio en el Vals del tesoro –Webern–, en Vino, mujeres y canciones –Berg– y en el Vals de las lagunas, y cuarteto, piano, flauta y clarinete en el Vals del Emperador –Schönberg–. Por cierto, en una velada de 1921 fueron interpretados cuatro de los cinco valses aquí incluidos por el gran pianista Eduard Steuermann, por Alban Berg al armonio, Rudolf Kolisch y Schönberg al violín y Webern al violonchelo, entre otros músicos. En las adaptaciones de las demás piezas –las de Kreisler y Godowsky son algo así como la quintaesencia de lo vienés más decadente– han intervenido el famoso contrabajista de la Filarmónica de Viena Ludwig Streicher (1920-2003) y el violinista Kovác, cuyo Yiddische Mame es una especie de “medley” en el que desfilan temas judíos de Mahler y de otras procedencias. Con un sonido y una imagen de primera calidad, es de suponer que en el Blu-Ray correspondiente serán aún mejores.
A.C.A.
Existe una versión reducida de esta sesión (con propiedad, un trailer) en Youtube.

 

sábado, noviembre 25, 2023

Harto de manipulación


En una época de manipulación informativa generalizada, es una tarea diaria expulgar las noticias, comenzando por la fuente y el medio: son el primer agente contaminante. No digamos ya la televisión, con monopolio informativo y "cultural" desde siempre, sino especialmente los soportes de sistemas operativos, navegadores y buscadores en Internet. No conozco el Iphone, pero dudo que difiera del Android, o las distintas versiones de Windows, o las distintas versiones de navegadores: competencia feroz por lograr la atención, con toda clase de "noticias sorprendentes" que ganen cinco minutos de lectura, e inviten a navegar en un mar de tonterías. Así como nunca compraría una versión "Home" de Windows, para no quedar encadenado al cerrado mundo Microsoft, resulta difícil usar facilidades del sistema sin ser asaltado por publicidad y pensamiento tendencioso, sea a través de Bing o simplemente pasando el ratón por encima de áreas sensibles (la linea de comandos de Windows, por ejemplo). Diariamente, a pesar de dejar claro que NO deseo usar Bing ni Edge, de una forma u otra se presentan ambos, y solicitan que los conviertas en la versión preferida. Esto, que era una tradición en el mundo Microsoft, ha impregnado también el universo Google: no sólo en la forma más explícita de haber cambiado la filosofía de recopilación de resultados de una búsqueda a anteponer la publicidad asociada al tema, sino en el posicionamiento político y cultural. Por ejemplo, usando el servicio de alertas (Google Alerts), recibo informaciones acerca de la Real Academia de la Lengua Valenciana. Sistemáticamente, estas informaciones tienen mayoritariamente un solo color, y un orígen de una sola familia de editoras: Cadena Ser, La Vanguardia, Levante, y otras menores, con dos mensajes comunes: el valenciano es el nombre local del catalán, AVL es la entidad preferida, y Lo Rat Penat y la Real academia de la Lengua Valenciana son la expresión de la derecha. Por supuesto, esta puja está en las noticias: lo notable es que siempre la alerta de Google tenga un color preferido en la selección, con casos flagrantes como éste

Esta entrega de noticias virada de color se puede observar hasta el cansancio. En política, cultura, ideología, costumbres. Hay que hacer un esfuerzo deliberado para  preservar la salud informativa:

Evita Google o Edge como navegadores predeterminados, evita Google o Bing como buscadores predeterminados, usa DuckDuckGo mientras no sea tendencioso; cambia la configuración para que tu sistema no te presente noticias por defecto, en información sensible no confíes en una sola fuente, reduce las notificaciones en el móvil (casi imposible). Trata de usar Linux.

Las observaciones de Orwell siguen vigentes, completamente.

 

domingo, noviembre 19, 2023

Los premios


 Marta Hortelano, en su carta de Las Provincias:

Desde el viernes pasado tengo una nueva persona favorita. Se llama Jordi Gracia y es opinador y crítico literario en el diario El País. Como no tengo el gusto de conocerlo, me metí a bucear en su biografía de autor, donde dice que llegó a la redacción desde «la vida apacible de la universidad», donde es catedrático de literatura. Y habla de la inmersión en el periódico como el equivalente «a entrar en el mundo real casi sin respirar». A él llegué como a casi todo lo que leo, por un titular llamativo, de un tema que casi siempre me interesa poco. Soy presa fácil para eso que llaman 'clickbait'. En este caso, una crítica al libro de Sonsoles Ónega, la flamante ganadora del premio Planeta de este año. A la obra, que le ha valido a la presentadora un millón de euros y una gira por las librerías de España, la describía como «un fallido folletín» que le había dejado una «sensación de ridículo sofocante» por su «nadería». Diosito me libre de comprarme y leerme semejante tocho , que mi estantería de Ikea ya tiene sobrepeso. Ni de haberlo evitado por la crítica del crítico. Pero me dio una inmensa alegría ver que por fin un crítico hace su trabajo en este país de azucarillos.

(...) Jordi Gracia desbrozó la novela de la escritora después de haber hecho el ejercicio más honesto: habérsela leído . Y es ahí donde recae aún más el mérito. Es que habla como un lector desencantado con la obra, que es siempre lo que más duele para quien la escribe. Da detalles incluso de las páginas, de los momentos de algunos personajes y de las «aberraciones y cabriolas caprichosas» de algunas tramas. La culpa, explica, es de quien ha premiado la novela, un jurado que ha hecho dejación de funciones y una editorial que ha convertido el proceso en un fraude para quienes compran y leen a los ganadores del Planeta por costumbrismo. De ellos y de quienes jalean a diario cualquier cosa que les ponen por delante sin haberla leído, probado o por mero compromiso. Y desrecomienda el libro como estudioso de la literatura. Alguien que ha leído alguna que otra novela para modelar eso que se llama criterio.

Y a propósito de lo mismo, tanto del crítico, el premio como el editor, dice  Antonio Puente, en El Dia:

Que el Premio Planeta, apellidado «de novela», poco tiene que ver con la literatura y sí mucho con el relumbrón social y, sobre todo, comercial, se viene sabiendo desde su nacimiento, hace 71 años. En lo que le hace honor a su nombre es que se trata del bibliado galardón mejor retribuido del planeta; nada menos que un kilito, desde hace varias ediciones, esto es ¡un millón de los actuales euros!, unos cuantos de miles más que el Premio Nobel. Hasta ahí, incluso el hecho de que, por eso mismo, no es que esté dado sino encargado de antemano, todo cuadra.

(...) He escuchado a miembros del ‘jurado’ jactarse de la evidencia de que un Ulises de Joyce o una Rayuela de Cortázar, por ejemplo, nunca habrían ganado el Planeta. Pero la cuestión es más radical: casi nadie de sus más prestigios@s ganadores y ganadoras (Mercedes Salisachs, Ana María Matute, Javier Cercas, Jorge Semprún, Terenci Moix, Eduardo Mendoza, Torrente Ballester, Ramón J. Sender, Juan Marsé, Vázquez Montalbán, etc.) lo habría obtenido con sus otros libros, sin la pertinente rebaja a la carta. El Planeta siempre ha sido, en definitiva, un formidable medidor de los avatares y simulacros de las tendencias narrativas mayoritarias; un barómetro del comportamiento de la creciente avalancha de escribientes o escribas, por lo general falsos escritores, digamos, que hacen como que escriben, para falsos lectores, que hacen como que leen. La cuestión es que antaño las formas y modales se solapaban más y mejor, y había unos mínimos en la dialéctica de la calidad y la no calidad. En las últimas ediciones se dan tumbos experimentales, desde una firma de mujer por un triunvirato de hombres hasta el fichaje de dos pesos pesados como Javier Cercas y Manuel Vilas para una misma edición, con tal de retenerlos en la propia cuadra.

El premio tiene una historia controvertida, y parece ser que así continúa.