domingo, febrero 27, 2022

En horas de angustia

 Volodymyr Zelensky, ex comediante, presidente algo inesperado de Ucrania desde 2019, resiste en el cuarto día de invasión rusa, con fuego ya en Kiev, mostrando a quien quiera oír que está en su sitio. Dada la diferencia de fuerzas, quizá en pocos días esté prisionero o peor, desaparecido o muerto (Putin es especialista en estas artes), pero ahora está ahí, donde se espera que esté. Macron, Scholz, Biden, ¿están a la altura? 

Arkady Ostrovsky, en The Economist:

On the morning of February 26th Volodymyr Zelensky posted a video of himself on Twitter. After a night of the worst fighting Kyiv had seen since the second world war, and of propaganda from Moscow claiming that he had fled the capital in fear, Ukraine’s president emerged from his office red-eyed and unshaven. He was holding a smartphone in his right hand as he filmed himself walking past the House with Chimaeras, a famous Kyiv landmark that serves as the presidential residence. He smiled at the camera and declared: “Good morning to all Ukrainians! There are a lot of fakes out there…[but] I am here.”

Mr Zelensky looked exhausted, but happy: happy to be alive, happy that Kyiv had not fallen and happy to play the role of a national leader, holding his nerve and his country together in the darkest hour of its 30-year history as an independent state. That was not the role he had chosen, but the one that was thrust upon him when Russia invaded Ukraine on February 24th. He has carried it off with dignity, strength and a dash of humour. When America offered to airlift him to safety, he retorted: “The fight is here; I need anti-tank ammo, not a ride.”

The night before, speaking in Moscow, Vladimir Putin, Russia’s president, had pledged to rub out Mr Zelensky. Ukraine’s president is a native Russian-speaker of Jewish heritage. Nonetheless, seething with hatred, Mr Putin had branded him and his government “drug-taking Nazis”.

If fortune favours Mr Zelensky, it is because he carries the virtue that Mr Putin lacks: he speaks the truth for his people

jueves, febrero 24, 2022

Rusia sin máscara

 Abierta la caja de Pandora...En el mejor estilo blitzkrieg, pocas horas después de reconocer los ahora estados independientes por obra y gracia rusa, y en la madrugada, Putin dió la orden de entrar en TODO Ucrania desde cuatro frentes, con todo el poder de fuego posible, avanzando directamente hacia la capital. Adios a los paños tibios, a las rondas de negociaciones, a las amenazas de sanciones económicas. El zar ha decretado la unión de la Madre Rusia.

Recordando otros tiempos parecidos, Putin lo dice claramente: su meta es recuperar su espacio vital, la gran Madre Rusia, la unión de repúblicas, la unión panrusa. Donde haya diez rusos que reclamen su derecho, allí estará el ejército ruso para  intervenir tarde o temprano, si nada lo detiene. Irónicamente, con un cinismo brutal, porque va acompañado de sangre, afirmó en su discurso que lo hace para combatir a los gobiernos y sociedades nazifascistas que se le oponen.

"Lasciate ogni speranza"...su declaración ante el parlamento ruso es clara: 

 those who try to interfere with Russia’s actions “must know that Russia’s answer will be immediate, and will lead to such consequences as you never experienced in your history.”

 

domingo, febrero 20, 2022

¿Más cerca de una invasión?

 Día por día, las únicas noticias que se conocen de Ucrania hablan de  más tropas en la frontera rusa, mayores y más potentes armas, más preparativos de defensa, más declaraciones de todas las partes, más conversaciones entre aliados de la NATO, pero también de líderes del ex bando rojo. La población del Donbás en movilización militar y en retiro a Crimea, escaramuzas y cañonazos entre tropas ucranianas y rebeldes...¿Veremos una nueva Hungría, una nueva Checoslovaquia? Estamos en presencia de una guerra de desgaste, donde una parte amaga golpes, y la otra reacciona con pánico. ¿Qué límite será admisible? Tal como aparecen las negociaciones públicas, parece que el futuro lo dictarán Rusia y China, y que estamos en presencia de la declinación efectiva de Estados Unidos, y no será gratis.

La foto, de Voz de América, de las pruebas de misiles en la cercana Bielorusia.

Nota: Un paso más en el trabajo de desgaste: ¿para qué cruzar la frontera, si basta con reconocer las zonas ucranianas rebeldes al gobierno como estados independientes? ¿Alguien moverá un dedo? Ahora es el gobierno de Ucrania quien está en el trance de salir a recuperar su territorio. ¿Cuanto tardará en haber una fracción ucraniana que destituya al presidente actual, y pida el protectorado ruso? Los "líderes de Francia y Alemania" (y USA) ¿harán algo?

¿Y después de esto, cuánto tardará en aparecer una fracción "rebelde" en Hungría, Polonia, países bálticos? La noticia, recién publicada, en El Mundo, por tomar un caso:

Vladimir Putin ha decidido romper la baraja y reconocer los territorios separatistas de Donetsk y Lugansk, poniendo fin así un proceso de paz en Ucrania que, aunque había logrado contener notablemente la sangría de muertes, no estaba ofreciendo a Moscú los réditos deseados.

Poco antes de hablar a los rusos, Putin informó a los líderes de Francia y Alemania de que tenía la intención de firmar próximamente el decreto de reconocimiento de las repúblicas de Lugansk y Donetsk.

Ya en la comparecencia televisada, Putin empezó con un repaso histórico. Comenzó diciendo que Ucrania fue creada por Rusia y que su país fue "robado" cuando la Unión Soviética se desintegró en 1991, ya que fue un error conceder derechos de salida a las repúblicas soviéticas.

Putin también ha atacado a las autoridades ucranianas, calificando los eventos de 2014 de "golpe". Putin dice, sin aportar pruebas, que Ucrania estaba siendo controlada desde "afuera". Dijo que Estados Unidos y la OTAN han convertido a Ucrania en un "teatro de guerra".

 

domingo, febrero 13, 2022

Ricardo Piglia: Civilización y Barbarie

 En su ensayo El último lector, Ricardo Piglia reflexiona sobre la escritura y la lectura en la visión de distintos escritores (Borges, Kafka, Joyce, Poe, Chase...) y con distintos alcances. Entre estas aproximaciones, hay una, refiriendo al concepto de Civilización y Barbarie forjado en Argentina en el siglo XIX por Sarmiento, que pinta un rasgo esencial de su sociedad.(y quizá en otros estados cercanos). Dice Piglia:

Recordemos la escena en la que Mansilla (...) lee Du Contract Social de Rousseau -en francés, desde luego-, sentado bajo un árbol, en el campo, cerca de un matadero donde se sacrifican las reses, hasta que su padre, (El general Lucio N. Mansilla, heroe de la Vuelta de Obligado), se le acerca y le dice: <<Mi amigo, cuando uno es sobrino de don Juan Manuel de Rosas no lee El contrato social si se ha de quedar en este país, o se va de él si quiere leerlo con provecho>>. Y finalmente lo envía al exilio.

En esta escena que Mansilla cuenta en sus Causeries y que transcurre en 1846, se cristalizan redes de toda la cultura argentina del siglo XIX. La civilización y la barbarie, como decretó Sarmiento.

(...) El complemento de esa escena está en la extraordinaria historia del coronel Baigorria, que cruza la frontera y se va a vivir con los indios (como Fierro y Cruz, en el final de Martín Fierro), y a quien los ranqueles (los mismos ranqueles que Mansilla visitará veinte años después) le traen, luego de un malón en las poblaciones del norte, un ejemplar del Facundo de Sarmiento. Estamos en 1850.

Baigorria escribe sus memorias cuando ya ha vuelto a la civilización, por así decirlo, en las que cuenta su vida en tercera persona (y varios cronistas de la frontera, como Estanislao Zeballos, han narrado también la experiencia del llamado <<Cacique Blanco>>).

Tenía un ejemplar con falta de hojas de Facundo de Sarmiento, que era su lectura favorita y lo apasionaba  [...] Este libro le había sido regalado por un capitanejo que saqueó una galera en la villa de Achiras, [...] Baigorria se había hecho construír un rancho de paja y barro, en sitio lejano de la toldería de Painé; cultivaba allí a solas sus instintos civilizados.

Un rancho para leer en medio de la llanura. A solas.

En el desierto, del otro lado de la frontera, entre los indios, un lector (...) lee el Facundo, y revive en ese libro, quizá, la experiencia y el sentido del mundo que ha dejado.

Desde luego, habría que preguntarse por ese ejemplar del Facundo, un libro publicado en Chile tres años antes: en qué manos anduvo, dónde perdiólas páginas que le faltan, quién lo llevaba en ese carruaje en plena época de Rosas, y también qué significaba ese libro para los ranqueles, que decidieron levantarlo entre los restos de la matanza y llevárselo a Baigorria.

En 1846 Mansilla tiene quince años, y al imperio de su tío le quedaban todavía ocho. Manuel Baigorria entra al ejército y se convierte en oficial un año antes de que Mansilla naciera, y ese mismo año del nacimiento, derrotado por Facundo Quiroga (el sujeto del libro de Sarmiento), Baigorria pasa por primera vez a refugiarse entre los indios ranqueles, convirtiéndose en jefe de partidas indias contra las poblaciones de frontera.

Cuando en 1870 Mansilla se interna en el territorio ranquel, se encuentra con el ahijado de Baigorria, el cacique Baigorrita, apadrinado durante los años de Baigorria en las tolderías ranqueles. En sus conversaciones, Manuel Baigorria es una historia contada, el pasado de un jefe militar mitrista que ahora era comandante de frontera. Y Baigorrita, su ahijado, morirá en Neuquen, en 1879, retirándose con sus indios hacia la cordillera, perseguido por las tropas nacionales.

La historia argentina del siglo XIX está escrita por una sociedad en combate, donde los coroneles escribían sus memorias y sus justificaciones, y los escritores tomaban las armas: Baigorria escribió sus memorias; Mitre fue historiador, poeta, periodista, soldado; Sarmiento, corresponsal del ejército en marcha, jefe de la guerra, escritor; Mansilla, escritor, periodista, comandante de frontera, jefe en la guerra con Paraguay, diplomático. Un siglo que comenzó con dos invasiones inglesas, siguió con una guerra de independencia y una guerra civil de setenta años, varios bloqueos e invasiones francesas, inglesas y portuguesas, una guerra total contra Paraguay, y una persistente lucha con las tribus indígenas del sur. Sólo el ferrocarril, el telégrafo y el rifle Remington de repetición terminaron con esta insurgencia de cien años. No necesariamente para mejor.

La imagen: Retrato de Manuel Baigorria, tomado de Wikimedia, editado o agregado por Matias Moore. La imagen pertenece al Archivo General de la Nación de Argentina.

El libro en que Mansilla habla de su lectura de Rousseau. Sus referencias a los ranqueles y Baigorria. Las memorias de Baigorria (1, 2). El Martín Fierro de Hernández.


lunes, febrero 07, 2022

Jugando en una cuerda floja

Rusia a las puertas de Ucrania, cien mil soldados velando armas, y una nación en la zozobra de qué y cuándo cruzarán la frontera. Sombras y preocupación en las ex-colonias del Este, dudas en Alemania, en Estados Unidos, en Francia; los fascismos de izquierda y de derecha, minando la unidad europea y mirando con expectativas a los sucesores de la URSS. Un ex jefe de la KGB a cargo de las decisiones, reiteradamente poniendo a prueba la unión europea, accionando un ejército invisible para la guerra de noticias falsas, alentando al separatismo donde dañe más, para desacreditar a quienes no formen parte de sus escuadrones de seguidores incondicionales. Rusia tienta el terreno, y encuentra poca respuesta. 

Hace cerca de ochenta años atrás, en los 30, Europa vivía una situación ambigua, intranquilizante. Dos estados nacionalistas, Alemania e Italia, totalitarios, con amenazantes planes expansivos y delirios raciales. Y entretanto, Inglaterra y Francia a la defensiva, dudando, negociando la aceptación de incidentes limitados, y con una parte de sus clases políticas y económicas a favor o con ilusiones en los dos pujantes totalitarismos. Un momento de duda, vacilación, falsas esperanzas, que duró quizá algunos años, y que se cerró con la invasión de Polonia, Bélgica, Holanda, Checoeslovaquia por Alemania, y por Rusia los países bálticos. Y luego, los millones de muertos y refugiados en Europa, Asia, Africa, América, la furia y la locura desatadas.

Probablemente no estemos en los mismos extremos, pero es factible que el futuro no sea como quisiéramos. Hay muchas formas de arruinarlo.