viernes, septiembre 25, 2009

Ley de Medios en Argentina: una visión pesimista

Santiago Kovadloff cuestiona hoy el estado de las ideas predominantes entre quienes podrían influír en las decisiones en Argentina, con una visión pesimista sobre el futuro próximo. Su decepción abarca no sólo a quienes desde la oposición debieran producir un cambio, sino también a quienes ciega y alegremente se precipitan en la pendiente de la decadencia nacional. Kovadloff no cree en una salida positiva de la puja por la ley de medios, y espera un futuro peor.
Sobre las fuerzas de sostén del oficialismo, al menos aquella fracción que se cree lo que las palabras dicen, sostiene Kovadloff:

La centroizquierda le cree al sapo cuando el sapo asegura que es un príncipe circunstancialmente hechizado. Fascinada, le regala sus obsecuencias a cambio de la promesa de un futuro redentor. Y, mansamente, se encolumna detrás del oficialismo. Contra toda evidencia histórica, esa izquierda obcecada sigue creyendo que el estatismo es la llave maestra de la acción progresista.

La historia muchas veces no alecciona, y éste es uno de esos casos.

¿Delitos? ¿Tergiversaciones de la verdad? ¿Cifras envilecidas por la mentira? ¿Valijas misteriosas repletas de dinero mal habido? ¿Consensos públicos desoídos? ¿Multiplicación de la pobreza? ¿Amenazas telefónicas? ¿Espionaje de correos? No caigamos -se nos sugiere- en la tentación de sobredimensionar su relieve.

Atónito ante el respaldo que le brindaba a Adolf Hitler, Karl Jaspers le preguntó a Martin Heidegger cómo podía proceder de esa manera. El autor de El ser y el tiempo se limitó a responder: "¿Ha visto usted qué hermosas manos tiene?". Años después de viajar a Rusia, Jean-Paul Sartre sostuvo que, al volver a Francia, no había querido denunciar las atrocidades del estalinismo para no favorecer a la derecha. Así es. Usualmente, los espejismos revelan que lo son cuando ya es demasiado tarde para quien les ha conferido estatuto de realidad.

Sobre sus esperanzas en la oposición:
Digase lo que se diga, el hecho es irrefutable: en términos de liderazgo, la oposición sigue siendo un cuerpo sin cabeza. Retazos y más retazos. La atmósfera envenenada del desencuentro y la sospecha puede, entre sus partes, más que cualquier acuerdo tendiente a desbaratar las astucias e impudicias del oficialismo. Es el reino de la autosuficiencia, de la ineptitud para oír y hacerse oír.
[...] Mientras tanto, el escenario político ofrece a quien quiera verlo un paisaje convaleciente. Ganar por separado para perder en conjunto parece ser, por ahora, lo que mejor saben hacer los que triunfaron el pasado 28 de junio. De modo que un Parlamento con mayoría no oficialista, a partir del próximo 10 de diciembre, no necesariamente será un Parlamento con mayoría opositora capaz de proceder como un cuerpo cohesionado por la conciencia de aquello que no admite más dilación. Demasiadas cabezas y escasa inteligencia común caracterizan el repertorio de quienes reducen la realidad a lo que cada cual puede ver por su lado.
Sobre la actitud y expectativas inmediatas del actual gobierno argentino:

En el remoto sur donde ejerció su implacable intendencia durante cuatro períodos consecutivos, Néstor Kirchner se acostumbró a homologar su palabra a la única existente. Convertido en presidente de la Nación, dio vida a un gabinete tallado en la obediencia al principio del mutismo y la incomunicación entre sus áreas. El acatamiento al mandato del silencio sin fisuras fue el primer juramento exigido a todos sus ministros y secretarios de Estado. Paralelamente, homologó y ordenó homologar toda voz disidente a la reacción, la oligarquía y el golpismo. Cada vez más, tendió a ejercer así su magistratura, y así es como sigue haciéndolo, disponiendo del poder que sólo en apariencia ha delegado. El descontento mayoritario, sin embargo, no ha cesado de crecer y manifestarse. De allí la urgencia de acallar cuanto antes la difusión de lo que las urnas probaron.

La hora del desquite sobre esa insolencia popular parece próxima tras la sanción parcial concedida por la Cámara de Diputados al proyecto de ley de medios de comunicación. Quizá pronto Néstor Kirchner vea habilitada por el Congreso su imperiosa necesidad de volatilizar el periodismo disidente. Podrá celebrar, de ese modo, los frutos de un trabajoso empeño en favor de la restauración del silencio insular que tanto provecho le reportó en el pasado. Acaso entonces el vacío crítico impuesto a ese sur enmudecido pueda empezar a extenderse sobre todo el territorio nacional y, por fin, reine con unanimidad donde hoy impera la vocinglería reaccionaria que los perversos liberales, incurables reaccionarios y golpistas de siempre reivindican como pluralismo, democracia y libertad de expresión.

Quizá no esté desacertado en el destino inmediato. Quizá de todas formas el pequeño reino despótico igualmente no tenga mucho futuro. Pero probablemente su pesimismo sea adecuado hacia los próximos años: no está a la vista quien vuele un poco más alto que un gorrión.

lunes, septiembre 21, 2009

Raíces americanas: la encomienda

El historiador, pedagogo, político y diplomático chileno Diego Barros Arana, escribió una Historia de Chile que, a pesar de tener un siglo y medio, sigue siendo de gran interés. Un aspecto bien desarrollado es la crónica de la conquista y la forja de la colonia, tanto de su país como de Argentina, fundamentada en el estudio de fuentes originales y en el análisis de los cronistas de Indias y los ensayos históricos que le precedieran.
Leer su análisis de los antecedentes coloniales da luz tanto a la evolución americana, como a la española. El perfil de los primeros conquistadores, el molde conformado de su población, el estilo de la administración, prefiguran antecedentes de la posterior decadencia de España. Su visión está influída por su época, pero de todas formas sus argumentos se basan en centenares de agudas observaciones. Y si son inteligentes sus notas sobre España, más lo es su estudio de la evolución de la colonia americana.
De entre las instituciones estudiadas por Barros Arana, la de la encomienda es una de las que más destacan, como explicación del interés en ocupar territorios, y hasta por descuidarlos, como pasara por siglos con las pampas desiertas.

La institución de la encomienda fue durante mucho tiempo la base de la economía y las relaciones sociales, probablemente para toda la América española. Sin duda, así lo fue para el noroeste y la región guaranítica argentino-paraguaya. En su Historia de Chile, Barros Arana, ya desde la perspectiva de la independencia, describe detalladamente su sentido. Lo que sigue es su explicación básica (Tomo primero, capítulo sexto, punto seis):
La base de este sistema era, [...] la creencia profundamente arraigada de que el rey de España era el dueño y protector de los indios americanos. Como tal, y en virtud de sus derechos de soberano, podía someterlos al pago de un tributo. Estando obligado a remunerar los servicios que le prestaban sus capitanes en la conquista del Nuevo Mundo, podía también «descargar su conciencia», como entonces se decía, esto es, pagar esos servicios, traspasándoles por un tiempo dado cierto número de indios, cuyos tributos debían ser para el concesionario. Este sistema, nacido de las ideas que engendró la organización feudal de la Edad Media, fue creado gradualmente por una serie de ordenanzas que se corregían o se completaban, y convertido en una explotación mucho más práctica y mucho más beneficiosa.
El tributo de los indios fue transformado, al fin, en un impuesto de trabajo personal. Se les obligó a trabajar a beneficio de los concesionarios, en los campos, en las minas, en los lavaderos de oro y en las pesquerías de perlas. Ese trabajo producía mucho más que lo que habría podido producir un simple impuesto. Tener indios era, según el lenguaje corriente y usual de los españoles, «tener qué comer», esto es, tener los medios de enriquecerse. Según la práctica introducida en las colonias, aquellas concesiones duraban ordinariamente dos vidas, es decir, la del concesionario y la de sus herederos inmediatos. Después de éstas, los indios quedaban vacos y volvían a caer bajo el dominio de la Corona. Pero entonces se presentaban ordinariamente nuevos solicitantes, que alegando sus servicios o los de sus mayores, obtenían, a su vez, el repartimiento por otras dos vidas. Podían hacer estas concesiones los gobernadores y los virreyes en nombre del soberano, pero en todo caso, para tener valor efectivo, estaban sometidas a la aprobación de este último.
Debiendo darse a este sistema un nombre que no fuese el de esclavitud de los indios, se le dio el de encomiendas. El Rey, se decía, encomienda sus indios a los buenos servidores de la Corona, para ponerlos bajo el amparo y protección de éstos, a fin de que sean tratados con suavidad y justicia. Los encomenderos debían cuidar de convertirlos al cristianismo y atender a la salvación de sus almas. En la práctica, el sistema de encomiendas fue la base del más duro y cruel despotismo. Los pobres indios fueron convertidos en bestias de carga para transportar los bagajes de los conquistadores en sus expediciones militares, se les reducía a los más penosos trabajos en que morían por centenares, se les encadenaba para que no se fugasen y hasta se les marcaba en el rostro con hierros candentes para reconocerlos en cualquier parte.
Cuando estos horrores fueron conocidos en España, los reyes trataron de suavizar ese sistema con numerosas y repetidas leyes siempre ineficaces y desobedecidas y, aun, quisieron suprimirlo por completo. Les fue imposible destruir un estado de cosas que había creado tantos intereses en las colonias, y se limitaron a dictar nuevas ordenanzas para regularizar aquel régimen, sin conseguir otra cosa (...) que revestirlo con apariencias legales menos ofensivas a todo sentimiento de humanidad.
Barros Arana muestra cómo la esperanza de una encomienda impulsó el avance hacia el sur, y las líneas de avance hacia el otro lado de la cordillera, hacia Mendoza, San Juan, Tucumán, Jujuy, Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero. Otro día veremos esto.

domingo, septiembre 20, 2009

Vuelo de halcón, vuelo de gorrión (II)

Hace un año se habló aquí de esto, desde el punto de vista de las relaciones internacionales argentinas. Néstor Scibona, desde la economía y las infraestructuras, dá otra vuelta de tuerca a la visión de los dirigentes argentinos. Reproduzco aquí su nota (Mucha táctica, nada de estrategia), con algunos subrayados:

Toda la energía del kirchnerismo ha sido puesta en las últimas semanas al servicio de dos acciones que constituyen su denominación de origen: atomizar y polarizar. Si ahora se han hecho más evidentes, es porque las concentró sobre dos sectores que desde hace poco más de un año etiquetó como sus enemigos políticos, los medios de difusión independientes y el campo, aunque algunos ideólogos cercanos al poder prefieren unificarlos con la curiosa denominación de "corporación agromediática".

Todo vale en medio de esta ofensiva contra el reloj, desplegada antes de que el Congreso refleje la nueva composición surgida del resultado electoral del 28 de junio. Desde el tratamiento, en pocas horas, de los 160 artículos de la ley de medios, con 200 modificaciones y aliados de último momento en Diputados, hasta la táctica de hacer coincidir el trámite del Senado con el calendario de viaje de Cristina Kirchner y el interinato de Julio Cobos al frente del Poder Ejecutivo para evitar sorpresas.

En medio de este vértigo legislativo, y detrás de la "guerra" contra el grupo Clarín, quedaron cosas importantes en segundo o tercer plano. Una es que estuvieron ausentes del debate los valores que hacen a la función del periodismo como factor de control ciudadano sobre los excesos del poder político. Esto es especialmente válido en una época en la que el acceso a la información pública está severamente retaceado.

Otra es la posibilidad de que, después de una fugaz transición, los actuales oligopolios cambien de manos sin perder ese carácter. Nadie dejó en claro cómo habrá de asegurarse la libertad y pluralidad de opiniones y contenidos, en un mapa donde la posible atomización de los medios torna incierta su viabilidad económica individual. Este esquema favorece el surgimiento y posterior concentración de medios paragubernamentales (de empresas amigas u organizaciones aliadas) solventados por fondos públicos, lo cual compromete a priori su independencia. Sobre todo cuando el manejo de la creciente pauta de publicidad oficial (que pasó de 46 millones de pesos anuales en 2003 a casi 400 millones en 2008), acaba de ser concentrado en la Jefatura de Gabinete (que debe atender el financiamiento de la AFA con la televisación del fútbol "gratis", a un costo de 600 millones anuales) y quedó prácticamente al margen de una ley que casi no deja flanco sin regular en materia de licencias de radio y TV. Hasta sería más transparente un subsidio directo a los nuevos medios comunitarios que surjan. Para ilustrar este punto puede resultar útil una propuesta formulada por el economista y periodista Enrique Szewach: que la publicidad oficial sea una carga pública gratuita para todos los medios, sobre la base de una pauta reglamentada de segundos por día en radio y televisión. Aunque esta idea tiene escasas chances de ser llevada a la práctica, al menos sirve para imaginar el actual proyecto de ley en un contexto diferente.

En cambio, resulta más difícil imaginar hasta qué punto será posible frenar por ley la inevitable competencia entre las redes de banda ancha para distribuir contenidos televisivos, más allá de que los artículos eliminados por el Gobierno favorecían explícitamente a Telecom y se habían convertido en un escollo insalvable para la aprobación en Diputados. Paradójicamente, el argumento utilizado por la presidenta Cristina Kirchner al anunciar la supresión de esta polémica cláusula, avala la idea de que es imposible prever los alcances del avance tecnológico. Hoy ya es posible captar televisión abierta desde teléfonos móviles de última generación.

A campo traviesa

Así como no existe una estrategia de largo plazo para telecomunicaciones, otro tanto ocurre con el sector agroindustrial, donde todo es cortoplacismo. De poco vale la idea de elevar el área de Agricultura y Ganadería al rango de Ministerio, si no cambian las políticas. Aquí también la voz de mando es atomización y polarización.

El resultado es una concentración productiva inversa a la que busca el kirchnerismo: el presupuesto 2010 revela que una de las grandes apuestas oficiales es al éxito de la cosecha de soja. Según distintas estimaciones privadas, podría crecer el 60% respecto de la magra campaña anterior (de 32 a 51 millones de toneladas), aunque a expensas del pobre rendimiento de otros cultivos (maíz y trigo, especialmente). De ahí que el proyecto prevea un aumento del 35% en los ingresos por retenciones.

Aun así, el hecho de que el gobierno kirchnerista haya colocado a los productores en el irritante rol de enemigo político y forzado socio de sus ingresos, significa reducir al máximo el horizonte estratégico para estimular inversiones que agreguen tecnología y valor a la producción de alimentos.

Un seminario organizado días atrás por la consultora Agro-Tecei, que dirigen los economistas Juan y Sebastián Olivero, echó luz sobre perspectivas futuras para la Argentina, de las que poco se habla en medio de la "guerra" con el campo. Por ejemplo, allí se dijo que, con un crecimiento vegetativo conservador, China tendrá en 2025 un consumo de 135 millones de toneladas anuales de alimentos, de los cuales un 35% corresponderá a soja y un 22%, a carne de cerdo. En este último rubro, la Argentina exportó en 2005 (último dato oficial disponible) un total de apenas 3 millones de dólares a todo destino, mientras que Dinamarca efectuó únicamente en Japón ventas por 1600 millones. También se señaló que existen 32 países en emergencia alimentaria y que, según un reciente estudio de la Cepal, sólo la Argentina y Brasil estarían en condiciones de resolver el problema del hambre en el mundo si duplicaran sin desatender su consumo su actual producción de alimentos, para lo cual se recomendó prestar más atención a la FAO que al FMI.

Por ahora, uno y otro país siguen caminos divergentes, como se comprueba en la evolución de su stock ganadero. Una prueba de ello es que en la Argentina bajó de 57,5 millones de cabezas en 1975 a alrededor de 50 millones en la actualidad. En el mismo lapso en Brasil creció de 57 a 200 millones.

Es difícil encontrar estos datos estratégicos en documentos oficiales. El saliente secretario Juan Carlos Cheppi nunca formalizó su plan para elevar la producción a 120 millones de toneladas de granos para 2015, que elaboró en su anterior gestión al frente del INTA. Tampoco es fácil saber qué capacidad de negociación comercial tienen las embajadas argentinas en China e India, los países de mayor consumo de alimentos. Mucho menos se comentan estas cosas en los medios de difusión cercanos al oficialismo, siempre dispuesto a transformarlas en ideologizadas teorías conspirativas.

martes, septiembre 15, 2009

Argentina: la libertad de disentir, en riesgo

Volviendo sobre la ley de medios de comunicación, como antes se ha dicho, mejor que leer el contenido (negociable) de la ley, es observar sus alrededores. La vehemencia y el estilo con que sus defensores la sostienen, son una muestra clara de qué nos espera una vez que ésta sea aprobada, si acaso lo consigue. Uno de los foros de discusión que se abrieron a través de todo el país para su debate, sirve de ejemplo. En Mendoza, descripto por Sergio Dimaria, para La Nación:
Los críticos del proyecto de ley de medios audiovisuales quedaron ayer en minoría tras ser aventajados por numerosos voceros de agrupaciones estudiantiles, ONG y pequeñas FM que ocuparon la mayoría de los lugares de la lista de oradores del foro local sobre la iniciativa del Gobierno y la defendieron con vehemencia.

Si bien no se cometió infracción alguna al inscribirse con rápidos reflejos para asegurarse más del 70% del espacio disponible de las ponencias, sí se impidió la libre expresión de los opositores al proyecto mediante ruidosas interrupciones con silbatinas y abucheos.

Por momentos la audiencia quedó fuera del control de los diputados provinciales encargados de moderar, y las acusaciones cruzadas entre el público y los disertantes por momentos tornaron el encuentro una asamblea caótica.

Incluso hubo ribetes rayanos en el escándalo cuando agrupaciones kirchneristas intentaron ingresar en el recinto con pancartas y letreros, algo que no permitieron las autoridades, para lo que fue necesaria la intervención de la policía.

La diputada nacional Paula Bertol (Pro) se quejó porque sintió "exposiciones con mucha agresividad" hacia los legisladores nacionales participantes. Su colega del peronismo disidente Enrique Thomas aseguró que "hubo una postura organizada de cerca de 70 estudiantes que se anotaron temprano y en forma conjunta e inhibieron la participación de otras personas".

Otra que tuvo dificultades para expresarse fue la presidenta de la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados, Silvana Giudici. Dijo que a algunos les había molestado su conocida prédica sobre la intención del Poder Ejecutivo de "favorecer a los grandes monopolios amigos del Gobierno".

Un hostigamiento similar recibieron directivos del grupo Uno Medios, que dirige el empresario mendocino Daniel Vila, asociado con el ex ministro del Interior José Luis Manzano, dirigentes del Partido Demócrata y el interventor del comité provincia de la UCR, Carlos Le Donne, que protagonizó duros enfrentamientos verbales con sus críticos.

En representación de ADEPA, el director del diario Los Andes, de Mendoza, Arturo Guardiola, pidió reformular el proyecto de medios al advertir que "es preferible mil millones de mentiras en libertad que quedar prisioneros de una única voz: la del poder político en el Estado". Al término de su discurso también fue objeto de abucheos.

Debate interminable

Todo se desarrolló en una agotadora reunión con 121 oradores inscriptos que dispusieron de 10 minutos cada uno, situación que hizo extender por más de 12 horas el debate, que anoche continuaba al cierre de esta edición. Las diversas posturas también se presentaron por escrito y serán remitidas a las comisiones de las Cámaras de Diputados y Senadores con el fin de hacer aportes al debate.

Entre los defensores del proyecto del Gobierno estuvo la estudiante Julieta Yazly, miembro del Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas, quien aseguró que "los monopolios de la información no quieren que el proyecto se debata ahora, pero tampoco dewspués del 10 de diciembre". Denunció que quienes piden postergar el tratamiento hasta que asuman los nuevos legisladores nacionales "tienen un ánimo destituyente porque quieren anular la actual composición del Congreso".

Para la estudiante Laura Salomón, "con el proyecto se avanza hacia la democratización de las comunicaciones", mientras que el periodista Julio Rudman, de la radio estatal LV8, advirtió: "Se entiende la bronca" de los propietarios de multimedios, "porque se les terminó el curro".

Antes de que se conociera la modificación del proyecto oficial por la que se excluye a las empresas de telefonía en las licencias de los medios (ver página 6), los directivos de asociaciones de medios habían cuestionado este punto.

Uno de ellos fue Alberto Veiga, de la Asociación de Radiodifusoras Privadas Argentinas, quien sostuvo que los monopolios configuran "un peligro para la democracia". Otro, Walter Burzaco, dirigente de la Asociación Argentina de Televisión por Cable, defendió la continuidad de operaciones de las 700 empresas de televisión por cable, en su mayoría pymes.

Imaginemos un escenario donde la ley es aprobada. Con el control de las licencias en la mano, y con la apertura de espacios a ONGs, organizaciones sociales, culturales, vecinales, que en ambos casos serían calificadas por éste gobierno ¿qué se supone que pasaría? Se crearían organizaciones no gubernamentales como quien fabrica chorizos (y debieramos decir en su doble sentido), al gusto y sabor ideológico del otorgante; y estos nuevos concesionarios tendrían el espíritu respetuoso de la diversidad y de la opinión del otro que demuestran durante éste acto. ¿Podríamos decir que los sindicatos argentinos destacan por su espíritu democrático, apertura cultural, y honradez de objetivos y procedimientos? Pues eso es lo que tendremos.
Este movimiento es un paso más en el delirio político social argentino, uno que no cesa de crecer desde hace décadas, sin terminación a la vista.

lunes, septiembre 14, 2009

Advertencias sobre el sistema bancario español

El Economista de hoy comenta un informe del Credit Suisse, firmado por Santiago López Díaz, que vuelve a poner en duda la solvencia del sistema bancario español, analizando la exposición de los bancos a la construcción:
El crédito malo que hay en los balances de los bancos españoles podría alcanzar los 150.000 millones de euros en 2010. Según un informe de Credit Suisse, la industria puede estar subestimando hasta en un 30% el verdadero nivel de préstamos que pueden incurrir en impago. Las provisiones de la banca crecieron un 33% en junio para afrontar la morosidad.

Si se mantienen las tendencias actuales, el ratio de créditos malos respecto al total de préstamos podría sobrepasar el 8% durante el próximo año, frente al 4,6% que marcó el pasado junio, según el analista de la entidad suiza Santiago López.

La peor recesión que ha vivido España en los últimos 60 años está fomentando el retraso en el pago de los préstamos, lo que hace crecer los costes de cobertura de deuda mala para entidades como Santander y BBVA, que están adquiriendo activos inmobiliarios para anticiparse a futuros impagos. La práctica de comprar propiedades y reestructurar préstamos es el principal indicador, según Credit Suisse, de que la industria bancaria española subestima la porquería que tiene bajo la alfombra.


"El problema de los préstamos peligrosos es mucho mayor, desde nuestro punto de vista. Los bancos pueden manejar la situación, pero las cifras presentadas menosprecian el problema", comenta López.
Según datos del Banco de España, la exposición de los bancos a la construcción, cifrada en 322.000 millones de euros, seguía creciendo a una tasa del 3% interanual el pasado marzo. Esto "sólo puede ser explicado por una significativa actividad de reestructuración de deuda llevada a cabo por muchas entidades", sentencia el analista de Credit Suisse.

Tracy Alloway, en The Financial Times, también se ha ocupado del informe del Credit Suisse, destacando el peso de la construcción en el sistema:
[Citando a López Díaz] <<The Spanish financial system has proved more resilient than the European average and has delivered relatively strong earnings generation thanks to its good efficiency and productivity. However, we are more negative than the market on the structural profitability of the system which is likely to be negatively affected by the P&L effort required to deal with the €322bn exposure to real estate developers, declining coverage ratios and restructured loans (we believe [non-performing loans] are understated by c.30%). Falling margins going forward would increase the pressure on results and we expect a 24% decline in profitability in 2010 vs 2009. >>
In fact, according to Credit Suise, Spain’s stock of non-peforming loans has increased from €69bn to a whopping €85.6bn over the past year and a half, while the NPL ratio

(...)
There’s also (again) the matter of loans that have been restructured and refinanced. Here’s Credit Suisse’s Santiago López Díaz with a bit more detail:
<<The most important problem, however, in our opinion, is related to the amount of loans that have been refinanced or restructured in the past year an a half. It is virtually impossible to know how much each company has restructured, but BBVA alone renegotiated around €4.5bn in loans in Spain during 2008, an amount representing approx 2.4% of its resident loan book. We do not believe that BBVA has been particularly aggressive. In fact we believe that some other companies have been more active in terms of refinancing loans. Contrary to other financial systems, banks in Spain do not have to report the amount of loans that have been restructured. That is, in our opinion, where the big problem might be, although we can’t see it today. >>
<<The average NPL ratio of the listed Spanish banks is 3.6% and, if BBVA numbers are any indication of what is going on in the market, the restructured loans could be as high as 70% of the current stock of NPLs. Not all these restructured loans would run into trouble, but some of them, in our opinion, definitively will over time. We believe it is not correct to add directly to the NPL ratio the whole amount of the restructured loans and acquired assets, but it is clear that NPLs would have been higher than reported if not because of the aforementioned practices. >>
Unsuprisingly then, Credit Suisse has downgraded BBVA from neutral to underperform, and confirmed its underweight ratings on the rest of Spain’s banks.
(non-performing loans over total loans) has moved from 1.7 per cent at the end of June 2008, to 4.6 per cent at the end of June 2009.
La refinanciación de préstamos ya fué abordada por Alloway hace pocos días. Financial Times tiene especial predilección por el seguimiento del sistema español, pero no es de despreciar el atender a sus argumentos. Tiempo atrás, oficialmente se negaba la crisis española, pero que las hay, las hay.

sábado, septiembre 12, 2009

El noroeste argentino


Como se ha dicho antes, hay aspectos sociales y culturales del noroeste argentino, y también de sus vecinos, particularmente Chile y Bolivia, que todavía conservan indicios de su pasado colonial hispano, e incluso de su más antiguo pasado precolombino; un fondo histórico común, que hasta hoy les ha dado un perfil propio. Pensando en La Rioja, Jujuy, Salta, Tucumán, leer hoy a Daniel Moyano, Juan José Hernández, Manuel Castilla, Juan Carlos Dávalos, rememora un universo muy distinto del que predomina en la literatura argentina de toda su historia. Otros ritmos, otro hogar, otra visión.
Como esas grutas del Sahara, secas y aisladas del mundo, que por eso conservaron sus reliquias rupestres, esas hoy apartadas tierras conservan nuestro pasado.
Un pasado que fuera violento e injusto, con desigualdades que el tiempo y la pérdida de importancia limó, llevando a señores y servidores a un presente enjuto, parco, mejor expresado en la poesía que en el relato.
En el futuro, de vez en cuando un fragmento de esta historia estará aquí.
Foto: Juan Carlos Dávalos

Ley de medios en Argentina: Las orejas del lobo

El gobierno argentino no cesa de dedicar sus mejores fuerzas a hundir el país, con todos los recursos que tenga a su alcance. Heridos por el escopetazo que representaron las elecciones de junio de este año 2009, su reacción ha sido la de incrementar su agresión a la mayoría de la sociedad. Su decisión parece ser la de extremar sus actividades en favor de la minoría ideológica y económica que los acompaña, probablemente con la idea de que en la oposición que sin duda les tocará ejercer tan pronto completen su gobierno, vendrán tiempos mejores.
Así es como han reiniciado agravios y maquinaciones contra el espectro político y social que se les opone, y la presión que ejercen para aprobar una ley que les dé el control de radios es probablemente su expresión más peligrosa. Una ley presentada en nombre de la democratización de los medios y de su desmonopolización, que deja el control de estos en un estado que no ha cesado de cometer atropellos: es poner las tijeras en las manos del mono.
"Las orejas del lobo" se pueden ver fácilmente no en las palabras mentirosas de la defensa oficial del proyecto, sino en sus alrededores: Ya sea en la similitud de acciones contra la prensa con sus mejores (y únicos) amigos latinoamericanos (Chavez en Venezuela, Correa en Ecuador, Ortega en Nicaragua, Morales en Bolivia), todos embarcados en proyectos similares; o sea en su apuro por aprobar el proyecto, sea como sea, antes de la asunción de los nuevos diputados y senadores, que les pondrán en una situación de imposibilidad de aprobar nada sin discusión; o sea por las opiniones de todos sus amigos nacionales, que son mucho más explícitos en sus objetivos en el manejo de los medios: sin duda, las minorías izquierdistas que los siguen "críticos" o "leales", imaginan un futuro soviet periodístico, con el asalto a medios por parte de ONGs al paladar de sus integrantes, sindicatos y sellos institucionales de cualquier clase. Tengo decenas y decenas de declaraciones que son mucho más explícitas que las autoridades en la declaración de sus intereses.
En una Argentina triste, embrutecida, fanatizada, está por verse hasta dónde caeremos.

domingo, septiembre 06, 2009

Google y su proyecto Google Books

El tema del acceso abierto a los libros y materiales de investigación lo trato usualmente en otro sitio, pero probablemente el artículo de Verónica Calderón para El País merece un espacio aquí.
Google decididamente ha abierto un frente de discusión que afecta los intereses de quienes buscan conocimiento, y de quienes han hecho de él su negocio o medio de vida. Ya no es sólo el acceso a música o publicaciones contemporáneas, sino a la masa total de conocimiento registrado disponible; no sólo derechos de autor, sino derechos de comercialización del mundo editorial. Este tema se incrementará: Internet ha creado medios de democratización del conocimiento que deberán replantear el negocio de su explotación.
Pero también está el otro aspecto destacado: la capacidad de Google de monitorear la lectura de sus usuarios. Un riesgo mayor que el que representa suscribirse a una revista o concurrir a una biblioteca y solicitar un libro. ¿Es tan grande el riesgo como se lo está presentando? Lo dudo, pero valga la prevención.

El artículo completo:
La primera página indica que el libro fue impreso en 1865. Se trata de una edición de lujo de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Es poco probable que sus editores imaginaran que, casi 150 años después, cualquier lector, en cualquier parte del mundo, se podría hacer con una copia. Sólo basta con acceder al portal de Google Libros (books.google.es), almacenarlo en el ordenador e imprimir sus 566 páginas. El documento electrónico no escatima en detalles. Incluye las tapas, los 30 grabados que ilustran la obra, el escudo de la edición original de 1605 y hasta el sello de la biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid, el lugar donde ha permanecido durante todos estos años y la primera biblioteca no anglosajona que ha llegado a un acuerdo con Google para digitalizar sus fondos.
La obra es una entre los millones que están disponibles en el portal de Google. Su antigüedad la convierte del dominio público, es decir, que no tiene que pagar derechos de autor. E ilustra "la gran idea" de Sergey Brin y Larry Page, cofundadores de Google: "Que la gente de todo el mundo pueda buscar cualquier libro entre todos los libros del mundo". El buscador señala, en una entrada del blog de Google Books, que Brin y Page "nunca habrían imaginado que un día iban a iniciar un proyecto para hacerlo posible". El entusiasmo de sus creadores les ha llevado a comparar el proyecto con la antigua biblioteca de Alejandría o con la soñada biblioteca de Babel del escritor Jorge Luis Borges. Pero la polémica desatada por la idea es menos romántica.

No son libros como El Quijote los que centran el problema. Éste se resume en una palabra: copyright. Las bibliotecas no son las únicas propietarias de los títulos, y los derechos sobre las obras que no son del dominio público y que están protegidas por leyes de derechos de autor, -distintas en cada país del mundo- se han convertido en el centro de la polémica. La colección que Google ha recopilado entre las 20 bibliotecas que se han sumado al proyecto hasta el momento (dos de ellas españolas: además de la Complutense, también está disponible el catálogo de la biblioteca de Cataluña) incluye un amplio número de ediciones publicadas antes de 1923. "Estamos abriendo literalmente nuestra biblioteca al mundo. Las oportunidades educativas son excelentes y estamos encantados de colaborar con Google en este proyecto", apunta el rector de la universidad madrileña, Carlos Berzosa, en el blog de Google Books.

Los libros publicados después de esa fecha están disponibles para el usuario, pero éste no puede ver el libro entero. Por ejemplo, una búsqueda sobre El gran Gatsby sólo arrojará copias con "vista restringida": es decir, el lector sólo verá unas cuántas páginas y no podrá disponer de una copia de la totalidad. Eso sí, Google recomienda en estos casos un puñado de librerías on line para obtener una copia de la obra de F. Scott Fitzgerald. Fue precisamente en el caso de este tipo de libros donde las asociaciones de editores y autores de Estados Unidos iniciaron la protesta. Un acuerdo de 90 millones de euros, alcanzado en octubre de 2008, puso fin a una querella impuesta en un tribunal estadounidense contra el gigante de la web. Si Google ofrece el acceso libre a los usuarios y los editores y autores obtienen ganancia, ¿cuál es el problema?

Además de los libros de dominio público y los protegidos bajo las leyes de derechos de autor, existen los llamados "libros oscuros", como los define el periodista y escritor Farhad Manjoo. "Digamos que, si haces una investigación y navegas por Google Books, encuentras en el catálogo de la Universidad de Michigan un libro sobre un autor del que nunca habías oído hablar, publicado por una editorial que ya no existe pero que es el que mejor se ajusta a lo que estabas buscando. El libro está protegido por derechos de autor pero no está disponible en las librerías. Google Books sería la única ventana para obtenerlo".

¿Y dónde irían a parar estas ganancias? Google ha previsto la creación de un registro de libros (Book Right Registry, en inglés) que funcionará como una organización sin ánimo de lucro y que distribuirá el 63% de ganancias entre los autores y editores de los libros que han agotado edición. La manera en que se distribuirá el dinero, sin embargo, no ha sido detallada hasta ahora. Además, si los autores desconocen que sus obras están disponibles en la red o no desean anotarse en el registro, automáticamente estarían fuera de cualquier ganancia. El acuerdo tampoco prevé el caso de autores que deseen que sus obras sean gratuitas. Los críticos, además, apuntan que la empresa obtendría el control de la industria de los contenidos digitalizados. Google alega que su objetivo es hacer más asequible la información para el usuario; de forma que si un internauta desea hallar una frase en cualquier libro del mundo, pueda hacerlo en unos segundos. "Si el contenido entero de cualquier web está disponible a través de sus mecanismos de búsqueda -sin pagar un céntimo por el uso de esta información-, ¿por qué no hacerlo con los libros?", explica Marjoo.

Luis Collado, responsable del buscador de libros de Google en España y Portugal, justifica que la capacidad del mecanismo de búsqueda brinda una oportunidad "inédita" al usuario para explorar los libros. "Un lector puede hallar una frase entre cientos de páginas. Es una potencia de búsqueda nunca vista", asegura.

Eric Schmidt, cofundador de Google, se defiende con el argumento de que el gran beneficiado es el autor. En una columna publicada en 2005 en The Wall Street Journal, relata que el día que Joseph Ratzinger se convirtió en Benedicto XVI, "millones de personas que buscaron su nombre" hallaron que en Google Books estaba disponible su libro En el principio. "Miles de ellos ojearon una o dos páginas del libro y muchos hicieron clic para comprarlo. ¿Cuántos autores de libros que han agotado ediciones serán beneficiados?". El proyecto suma, hasta el momento, unos diez millones de obras, añade Collado.

Más de uno, no obstante, duda de la buena fe del proyecto. El Gobierno alemán cree que el acuerdo alcanzado en EE UU no es suficiente para los escritores y editores alemanes. "En Europa sólo se han digitalizado libros que están en dominio público de acuerdo con la legislación", explica Collado, que agrega que la intención de la empresa es "fomentar el debate" para alcanzar una solución.

Es un hecho que el debate remonta a los tiempos iniciales de Internet. El sitio www.mp3.com convirtió decenas de miles de canciones al formato digital sin pedir permiso a nadie. Su meta inicial era que sólo los que pudieran probar que habían comprado el disco pudieran bajarlas. La revolución desatada en la industria musical puede sentar un precedente para las editoriales y los escritores.

El escritor Mauricio Montiel explica que la herramienta le causa "emociones encontradas". "Apoya la divulgación, pues no todos los escritores somos Dan Brown. Hace más asequible nuestro trabajo a los escritores; pero un acuerdo es necesario para que los escritores obtengan un beneficio por su trabajo", comenta.

Las ganancias son, precisamente, el meollo del asunto. No está claro ni cómo se repartirán ni entre quiénes. El hecho es que Google, en su afán por gestionar el conocimiento del mundo, se ha convertido en el centro de reyertas similares frente a los medios de comunicación, como en el uso que hacía de la información Google News, que originó sendas demandas de Associated Press y France Presse; o con los contenidos audiovisuales -el portal de YouTube ha alcanzado acuerdos con cadenas de televisión estadounidenses para difundir sus contenidos- e incluso hasta con las calles de las ciudades. El street view de Google Maps ha levantado más de una ceja alrededor del mundo pues algunos críticos apuntan que invade la privacidad de los ciudadanos.

"Internet según Google es democracia para algunos y anarquía para otros. El usuario puede disponer de la información que desee de forma gratuita y los creadores de contenidos están desorientados, como gallinas a las que les acaban de cortar la cabeza", describe el periodis.

Pero el objetivo de Google, afirma Marjoo, guarda una buena recompensa para el lector. "Cualquier persona que desee hacer una investigación agradecerá que el contenido de las bibliotecas esté disponible. Su mecanismo de búsqueda permite revisar cientos de páginas en un segundo y la navegación es fácil y sencilla", comenta. "Cuando hice una investigación utilicé tanto Google Books como Google Scholar

[una herramienta de búsqueda de textos académicos] y hubiera pagado con gusto por la ayuda brindada", justifica.

Pero no todo son buenas noticias para el usuario. La ONG estadounidense Electronic Frontier Foundation reconoce que la creación de la biblioteca virtual de Google "aumentará dramáticamente el acceso público a los libros" pero advierte que la empresa no garantiza la privacidad del lector. "En el mundo analógico, un lector cuenta con toda la privacidad para elegir los libros que desee. En el campo digital, sin embargo, Google dispone de sistemas que monitorizan los libros digitales que busca un usuario, las páginas en concreto que lee, el tiempo que pasa leyéndolas y hasta las líneas que decide seleccionar", afirma la organización en un comunicado. Collado responde que la principal preocupación de Google es el usuario. "Tenemos una política de privacidad muy clara: la información de cada usuario no puede salir del entorno de Google" y añade que sólo será utilizada para "mejorar la experiencia de servicio de la herramienta".

En cualquier caso, no hay un argumento firme que plante cara a la meta final del proyecto de Google Books. "Google cuenta con mucho dinero, empleados inteligentes y aliados. Pero su mayor fortaleza es la convicción de que está del lado de la historia. La empresa cree firmemente que su ideología de apertura es la correcta", explica el escritor y profesor de la Universidad de Columbia, Tim Wu. La información en los tiempos de la red busca (y generalmente encuentra) un cauce. Y Google es el más dispuesto y, al parecer, el más apto para ofrecerlo.