miércoles, enero 31, 2024

El problema de la lengua (en España)


 ¿Cuándo comienza la controversia entre catalán y valenciano o balear? En principio y antes de entrar en ello, hay que decir que esta controversia resulta extraña, si se la ve de afuera. O incompleta, porque hay otro actor más, la lengua castellana, o española, como quiera llamarla: No es comprensible que el castellano o español sea un idioma que cruzando el Atlántico tiene casi 500 millones de hablantes, en España, su orígen, sea cuestionado y en ciertos casos, casi prohibido. Peor aún, que en algunas comunidades españolas donde existen dos lenguas, el otro idioma/dialecto local sea el idioma único de los boletines oficiales, de la radio oficial, de la televisión oficial, o aún, el idioma forzado de las escuelas, los centros de salud, los cajeros, las oficinas del ayuntamiento, con la ironía de que un periodista hace una pregunta en catalán, digamos, en las noticias de la televisión, y su interlocutor le contesta en castellano. El periodista sistemáticamente ignora la lengua de su interrogado, y éste le contesta como mejor puede, entendiendo la pregunta, pero siendo capaz sólo de responder en la lengua común de 500 millones de personas. 

Para poner entonces la discusión donde se debe, digamos que se trata de una originada en la existencia de masas sociales, intelectuales y culturales hablantes de una variante lingüística históricamente existente en una región, pero conviviente con el castellano común en la comunidad afectada, y cualquiera de las que la circundan. Siendo un castellanohablante en la comunidad valenciana, y siendo un americano con menos de veinte años viviendo en España, mi visión de la disputa es la de un extranjero. Algo que comparto con los probablemente millones de recién llegados a cualquiera de las dos comunidades, y digo recién llegados a quienes migraron a las dos comunidades en los últimos cien años. No tengo la menor duda de que la lengua local existe, y basta subir a un tren y recorrer estaciones para comprobarlo. Comprendo y comparto el interés de valencianos y catalanes en conservar su lengua, pero no comparto el interés político de minorías en ambas comunidades, de forzar el uso de su lengua a todos los ciudadanos de sus respectivas comunidades, usando métodos que podemos llamar no democráticos, orwellianos: Una sola lengua en la enseñanza primaria por decreto, una sola lengua en la atención pública de funcionarios a todo nivel, selección de funcionarios en base a su conocimiento de la lengua local, incluyendo a la salud pública; difusión de los actos de gobierno en una sola lengua, la local, radio y televisión oficial a todo nivel que habla una sola lengua (su carácter ridículo fue comentado antes). 

Esta manipulación política se ha dado especialmente en Cataluña, pero ha habido períodos en que ambas comunidades obraron en el mismo sentido. Los últimos ocho años de PSOE + Compromis han sido una buena muestra de esa intolerancia y prepotencia en Valencia. Como su extensión a Baleares, donde se llegó a expulsar de la salud o la enseñanza a quienes no se expresaran en la lengua regional, independientemente de la necesidad social de médicos o profesores.

Si trasladamos este escenario al estudio de la lengua, nos encontramos con un panorama oscurecido por banderías y posiciones de partido, donde es difícil analizar sin tropezar con posiciones teñidas de parcialidad. Digamos que  "el problema" de la historia y génesis de valenciano y catalán pasa, de una cuestión de lingüistica y cultural, a una lucha de hegemonismos y prepotencia nacionalista.  Si tratas de buscar estudios serios sobre la genealogía de las dos lenguas, debes luchar contra una enorme hojarasca de estudios políticamente motivados, que llegan al sostenimiento nacionalista de argumentos risibles. No es posible buscar en Wikipedia sin encontrar afirmaciones  imperativas, o estudios que reflejan una sola visión del problema, generalmente una visión catalana. O en la Real Academia de la lengua.

Esta evolución desde orígenes latinos es algo que me gustaría investigar. Más allá de las posiciones interesadas, trataré de recoger su historia hasta nuestra época, con la intensión de sacar algo en limpio. No es mucho lo que está en mis posibilidades, pero me gustaría tener clara al menos la bibliografía, que sin duda debe ser mucha, y no ha nacido en el siglo veinte. Lo que encuentre, lo traeré aquí.

La imagen: la entrada del rey Jaime de Aragón en Valencia. En Wikipedia, De autor desconocido - Permission released to Wikipedia in Catalan from Valencia City Council webpage (source of photo file: [1]). User:Andarella is also an user in ca:WP with the same username (ca:Usuari:Andarella)., CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1166301

sábado, enero 20, 2024

Perdidos: el miedo

 Así como Desierto sonoro es un texto "de carretera" donde la ruta y las poblaciones son otro personaje, así también es un relato "de niños", y en parte, "por niños", en primera persona en la voz del hijo, y en tercera, en el seguimiento de los migrantes a través de la selva, el desierto, y los trenes. Lo que sigue es un fragmento del viaje de los hijos perdidos.

 Los dos niños, inseparables, se despiertan muy temprano. Los padres duermen todavía. Él, de diez años, ha preparado su mochila con "todo lo necesario". A la niña, de cinco, no le ha dicho la verdad, para que no se oponga: buscarán a las dos niñas que busca su madre; cruzarán el desierto con el itinerario trazado hacia Echo Canyon, donde le ha dicho que sus padres los esperarán. Para asegurarse, les ha dejado una nota en la caja V de la madre. Caminarán hasta alcanzar unos molinos y depósitos de agua, se subirán a un tren de cargas en Bowie, y viajarán hasta muy cerca del destino, se bajarán, y caminarán un poco más hasta encontrar sus padres. 

Habla el niño, a su hermanita. Todavía no han alcanzado las vías:

 Si me concentraba, podía imaginarme todo con claridad: Echo Canyon, un pedregal resplandeciente en la cima de una montaña, como había dicho papá, y allí, nuestros padres esperándonos, enojados tal vez, pero también felices de vernos de nuevo. Pero todo lo que alcanzaba a ver a la distancia eran muchas colinas y el camino que bajaba y subía, y más allá de todo eso, las montañas altísimas entre la niebla gris. Atrás de mí, el sonido de tus pasitos sobre las piedras y también tus quejidos, tu sed y tu hambre.

Cuando se empezó a hacer de noche y mi preocupación creció, recordé esa historia sobre la niña siberiana y su perro, que la había mantenido a salvo y después la había rescatado. Te dije que ojalá tuviéramos un perro. Y tu dijiste: guácala, no. Y después de un silencio dijiste: bueno, tal vez sí estaría bien.

Una vez, todavía con papá y mamá, habíamos entrado en una tienda de segunda mano, que es algo que a mamá le encanta, aunque nunca compra nada, y habíamos visto un perro viejo, dormido, que parecía una alfombra calientita extendida en el piso. Nos habíamos acercado a acariciarlo mientras papá miraba cosas y mamá hablaba con el dueño de la tienda, algo que también le encanta hacer en las tiendas pequeñas. Y yo acaricié al perro y le hablé, y tú le empezaste a hacer preguntas muy chistosas, como: ¿te gustaría ser más alto, te gustaría ser naranja, te gustaría ser una jirafa en lugar de un perro, te gustaría comer hojas, te gustaría vivir en la naturaleza, junto a un río? Y te juro que, cada vez que hacías una de esas preguntas, el perro asentía diciendo sí, diciendo sí a cada pregunta. Así que cuando estábamos en el río, caminando sobre las piedras verdes  y resbalosas, pensé en el perro y pensé que si estuviera allí con nosotros quizás no tendríamos nada de miedo. Y al hacerse de noche, más tarde, estaría todo bien porque tendríamos al perro para acurrucarnos con él, y tú te harías bolita junto a su pata y yo lo abrazaría del otro lado, pero con la boca cerrada para que no me llenara la lengua de pelos, y que me hicieran vomitar. Y si de noche escuchábamos a otros perros ladrando en las granjas lejanas del valle, o si oíamos el aullido de un lobo en las montañas, no nos daría miedo, no tendríamos que arrastrarnos bajo las rejas ni dormir con piedras en las manos por si acaso

Llamar "novela" a Desierto sonoro de Luiselli no describe ajustadamente al texto. Es otra cosa, mirando  a los fotógrafos que recorrieron Estados Unidos; abriendo los mapas del camino, atendiendo las pequeñas historias que se cuentan a cada paso...Como en 2666 de Bolaño, es otra cosa la larga crónica de muertes de La parte de los crímenes.

La foto, Sierras de Chiricahua, Karen Fasimpaur, CC BY 3.0 <https://creativecommons.org/licenses/by/3.0>, via Wikimedia Commons

domingo, enero 14, 2024

Desierto Sonoro, 2666, Luiselli

 Valeria Luiselli, en Desierto Sonoro, Caja II, Indocumentados, Futuro Presente

(...) Lo que sí sé, mientras recorremos las largas y solitarias carreteras de este país-un paisaje que voy viendo por vez primera-es que lo que veo no es exactamente lo que veo. Lo que veo es lo que otros han documentado antes: Ilf y Petrov, Robert Frank, Robert Adams, Walter Evans, Stephen Shore -Los primeros fotógrafos de carreteras y sus imágenes de letreros, lotes baldíos, coches, moteles, restaurantes, repetición industrial, todas las ruinas del capitalismo temprano hoy engullidas por las ruinas del capitalismo tardío-. Cuando veo a la gente de este país, su vitalidad, su decadencia, su soledad, su desesperada manera de estar juntos, veo la mirada de Emmet Gowin, Larry Clark y Nan Goldin.

(...) Algo cambió en el mundo. Hace no mucho tiempo, algo cambió y lo sabemos. No sabemos cómo explicarlo, todavía, pero creo que todos podemos sentirlo, en algún lugar hondo de nuestras vísceras o en nuestros circuitos neuronales. Experimentamos el tiempo de manera distinta. Nadie ha logrado captar realmente lo que sucede ni por qué. Tal vez es sólo que sentimos la ausencia de futuro, porque el presente se ha vuelto demasiado abrumador y por tanto se nos ha hecho imposible imaginar un futuro. Y sin futuro, el tiempo se percibe nada más como una acumulación: Una acumulación de meses, días, desastres naturales, series de televisión, atentados terroristas, divorcios, migraciones masivas, cumpleaños, fotografías, amaneceres.

Un matrimonio con sus dos hijos cruzan de Nueva York a Arizona en un proyecto de reportaje a los niños que cruzan a Estados Unidos, y otro a registrar los rastros de los extinguidos apaches. En sus "cajas", viajan con ellos "En el camino", de Kerouac,  2666, de Bolaño, The Americans, de RoberFrank. Mucho más cerca de  Bolaño que de Kerouac.

domingo, enero 07, 2024

Cuba: aprender a vivir siendo vigilado

Encontrado mientras buscaba otra cosa. La frase me pareció clara y fuerte, y quise recordarla.  En  Deutsche Welle, en 2013, en una visita a Alemania, dice Yoani Sánchez contestando a los habituales manifestantes alemanes de izquierda que la acosaban:

Los manifestantes de afuera la interpelaban adentro a gritos dejando en evidencia sus limitaciones para expresarse. "¿Qué clase de Cuba quiere?, ¿quiere hospitales privados?" La elocuente Yoani respondía con sencillez a sus críticos: "Quiero hospitales sociales, que las escuelas no tengan que estar endoctrinadas [sic] por el Partido. Las revoluciones no duran 54 años. En mi país lo que hay es una dictadura de una familia, que controla la televisión y los medios, es una dictadura científica que ha controlado al cubano desde pequeño”, dijo y recordó cuando su hijo le contó que en su clase había un compañero que llevaba una lista secreta de quienes "se portaban mal". Nadie sabía quien era. “Le dije que tenía que aprender a vivir siendo vigilado" relató. "Se controla y se maneja con el miedo a la población desde pequeños”.

Han pasado diez años, pero en esencia nada ha cambiado. Por otra parte, la lista en la escuela de los que "se portan mal", recuerda una actividad parecida en la escuela catalana.

La foto, en Wikimedia, no corresponde a la entrevista: iRedes Burgos, CC BY 2.0 <https://creativecommons.org/licenses/by/2.0>, via Wikimedia Commons