domingo, junio 15, 2008

Commodities en el borde

Insistentemente se viene hablando de la existencia de una burbuja en el precio de las materias primas. A la burbuja en plena caída de los mercados inmobiliarios se le puede agregar ésta. Tiene sentido, considerando el crecimiento sostenido de los precios por más de tres años para muchas commodities, sean petróleo, cobre, o soja, que volcó numerosos capitales a la especulación con precios futuros. Se ha sostenido repetidamente que las "economías emergentes" han estado libres de la crisis financiera que continúa en pleno curso; pero esa libertad ha estado basada en que estas economías se sostienen básicamente en la exportación de materias primas con valor en ascenso contínuo. La pregunta es qué pasará en el caso de una caída de los precios, especialmente si esa caída es brusca. Antonio María Delgado escribe para América Economía un artículo sobre el problema:

Algunos analistas temen que una eventual corrección del mercado podría tumbar los precios de las materias primas entre un 30% y un 50%.
“Nos encontramos ante una burbuja generalizada en el mercado de commodities”, sentenció recientemente el controversial especulador y financista de origen húngaro George Soros, en un foro auspiciado por el Centro Europeo de Estudios de Políticas Europeas en Bruselas. “Tenemos una burbuja debido a que los commodities se han convertido en instrumentos de inversiones especulativas que las instituciones están usando cada vez con una mayor frecuencia”.
Soros, quien amasó parte de su fortuna de US$ 8.500 millones detectando la aparición de anomalías en los mercados, se refería a la popularización de una serie de instrumentos de inversión empleados por los grandes fondos institucionales y por el público en general para apostar en los mercados de commodities.
“El mercado de materias primas es tan pequeño que no puede soportar el ingreso de tanto dinero”, dice el analista independiente Steve Briese, autor del libro The Commitments of Traders Bible y editor del sitio de internet CommitmentsOfTraders.org.
Briese, quien desde hace 30 años evalúa el desenvolvimiento de los precios de las materias primas, calcula que el dinero fresco que ingresa al mercado proveniente de los grandes fondos institucionales y del público en general suma unos US$ 240.000 millones, monto que aumenta el volumen de apuestas al alza en más de un 40%.
El dinero fresco proviene de inversionistas que hasta hace muy poco se habían mantenido distantes del mercado de commodities, incluyendo a algunos grandes fondos de inversiones y al público en general que ahora puede invertir directamente en el mercado a través de Exchange-Traded Funds (ETF) especializados en las materias primas.
Según Briese, los pequeños inversionistas le han inyectado hasta US$ 40.000 millones al mercado, a través de ETF indexados a los commodities, como PowerShares DB Commodity Idx Trking Fund, y iPath Dow Jones-AIG Commodity Index Total Return.
Los restantes US$ 200.000 millones provienen de grandes fondos institucionales, conformados principalmente por fondos mutuos y de retiro y por fondos estatales de inversión que administran la abundante riqueza de los países petroleros árabes.
Parte de ese dinero está ingresando al mercado en busca de un lugar seguro donde protegerse de la debilidad del dólar y la volatilidad de las acciones. Pero la mayor parte del tsunami de inversiones está siendo incentivada por la noción de que las materias primas cuentan con propiedades de preservación de riqueza similares a las de la bolsa de valores. Es decir, que en promedio los commodities tienden al alza, como sucede con las acciones. Y ésa es una percepción que algunos simplemente califican como falsa.
“Gran parte de este dinero que ha entrado en el mercado proviene de inversionistas que han sido convencidos de que hay un auge permanente en el mercado de commodities, y cuando se den cuenta de que están perdiendo dinero, van a comenzar a retirarlo, como siempre lo han hecho los especuladores en commodities a lo largo de los últimos 35 años”, dice Briese.
Para Michael Frankfurter, estratega en jefe de Inversiones de Managed Account Research, Inc., el dinero especulativo fresco distorsiona los precios debido principalmente a que algunos instrumentos derivados usados en estos mercados, como los futuros, las opciones y los forwards, fueron diseñados originalmente como herramientas para administrar riesgo, no para especular. Estos derivados permiten asumir posiciones a favor del alza (largas) y la baja (cortas) de los precios, dice Frankfurter.
Además, algunos instrumentos que han ganado notoriedad recientemente están organizados de tal manera que presionan los precios al alza. En el caso de los ETF, los administradores sólo se limitan a armar una cartera de inversiones imitando la composición de productos empleados en los índices que imitan.
El fondo PowerShares DB Commodity Idx Trking Fund (DBC), por ejemplo, invierte en petróleo, metales y granos en la misma proporción que está distribuido en el índice GSCI Excess Return Index elaborado por Standard and Poor’s.
Y esa característica de los ETF obliga constantemente a ingresar al mercado como compradores para mantener la distribución de los productos dentro de los fondos, lo que en esencia significa el mantenimiento casi exclusivo de posiciones largas. Las posiciones sólo son vendidas cuando los contratos en los mercados de futuros están por expirar y son reemplazadas con la adquisición de nuevos contratos. “Estas anomalías están distorsionando el mercado sistémicamente”, dice Frankfurter.

(...) Soros calificó la situación en el mercado de commodities como una “burbuja incipiente” que podría seguir creciendo de tamaño por un tiempo más, alimentados por los argumentos de que el consumo en China y en otros países asiáticos va a seguir creciendo, antes de que llegue el momento de la verdad y los inversionistas se retiren, provocando un abrupto colapso de los precios.
Según el magnate, las burbujas normalmente atraviesan por dos etapas bien definidas. La primera de ellas es un periodo de racionalidad, en el que el auge cuenta a su favor con una serie de hechos que le brindan soporte. Pero en algún momento la “exuberancia irracional” se apodera del proceso, dando pie a que la tendencia y los hechos que brindaron inicial soporte al auge sean sobreestimados.
“Las burbujas tienen al inicio un elemento de realidad, una tendencia que prevalece en el mundo real, y luego se dejan llevar por un concepto erróneo, una indebida interpretación de esa tendencia”, dijo Soros en su discurso en Bruselas.
En la opinión de Soros, el auge apenas estaría al inicio de su segunda etapa, pero otros analistas, incluyendo a Briese, creen que el mercado más bien ya está cerca del final y sólo requiere de alguna excusa para que los grandes fondos de inversiones comiencen a liquidar sus posiciones.
Esa excusa puede venir en la forma de un anuncio por parte de China de que espera un menor ritmo de crecimiento económico, o incluso señales de que los recientes recortes de tasas aplicados por la Reserva Federal le brindarán suficiente asidero al dólar para estabilizarse, con lo cual gran parte del dinero que entró en los commodities regresaría a la bolsa.
“Me temo que vamos a tener una liquidación a lo largo de todo el sistema”, advierte Briese. “Y tal como sucedió con el ascenso de los precios, la tendencia no va a prestarle ningún tipo de atención a los elementos fundamentales en su camino de regreso. Así que todo el dinero que ingresó va a salir en la misma proporción”.

Aunque los inversores afectados mayoritariamente no estarán en países emergentes, lo que sí sufriría serían los productores, y los planes nacionales basados en estimaciones construídas sobre una burbuja. Entre nosotros, Argentina, Uruguay y Chile verían caer sus ingresos. Sus bases económicas descansan sobre commodities.

sábado, junio 14, 2008

Para entender el agro argentino: el pool de siembra

En estos últimos días el gobierno argentino mencionó los "pools de siembra", particularmente en la conferencia de la FAO en Roma, para cuestionarlos como actividad especulativa. Según Daniel Miguez, de Página 12, "La presidenta Cristina Fernández de Kirchner aprovechó su exposición en la conferencia de la agencia de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para criticar a los pools de siembra, asociándolos con acciones especulativas. “En mi país, un pequeño ahorrista de 16 mil dólares, que los coloca en un pool de siembra, obtiene una renta en 6 meses del 30 por ciento en dólares. Una renta inusitada en el mundo actual”.
Así, un componente financiero aparece al hablar de la actividad productiva en el campo argentino. Más allá de la participación que pudieran tener grandes conglomerados financieros o de intermediación comercial, este concepto también está asociado al pequeño o mediano productor. Las características del campo en Argentina son probablemente bastante distintas de lo que pudiera imaginarse desde fuera. Acudo a la memoria, y a mis conocimientos por proximidad, lo que no representa una visión muy objetiva. Pero puede decirse con bastante acierto, que el campo fue una fuerza innovadora, e impulsora del desarrollo de formas capitalistas de producción, tan pronto como se enterrara el viejo modelo federal. Desde 1860 aproximadamente el campo fue un motor productivo, y de él vino el primer gran cambio económico y social que representara el movimiento cooperativo y el peso de los arrendatarios. Salvo en áreas especiales, el agro es manejado como empresa, sea pequeña, mediana, o grande; sea por productores individuales, asociaciones cooperativas, o empresas bien organizadas y actualizadas. El apoyo a la aplicación de tecnología y formas avanzadas de administración y desarrollo de la producción, lleva décadas, sea a través de la labor de difusión e investigación del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) o sea a través de los grupos CREA. Una unidad productiva es de un tamaño inimaginable en la Comunidad Valenciana, por ejemplo. Desde hace muchos años, usualmente un productor tiene en su patrimonio algunos aperos de labranza, pero la cosecha se prepara y se levanta con pools de maquinaria rentada para el proceso puntual. Recuerdo de muchos años, las caravanas de maquinaria agrícola moviéndose de un campo al otro: un negocio es cosechar, otro es sembrar, otro es ensilar.
En fin, los pools de siembra: tampoco estos son recientes. La falta de confiabilidad de la financiación por medios tradicionales hace muchos años que ha llevado a que muchos productores se convirtieran en estrategas financieros. La participación de pequeños inversores que ponen su dinero para la preparación de una cosecha, es algo que he visto personalmente desde hace muchos años. Es una actividad más rentable que poner dinero en bancos o acciones, y sujeta a una incertidumbre parecida, considerando las irregulares condiciones del mercado financiero argentino. Dada la dificultad de financiarse en el circuito normal, y existiendo condiciones favorables de comercialización de sus productos, son muchos los que ponen sus inversiones en levantar una cosecha. Llamar a eso especulación malsana solo cabe en la cabeza de un gobierno incapaz de explotar y movilizar los recursos económicos y sociales que dispone el país que gobierna.
La resistencia agraria que persiste desde hace semanas tiene la magnitud que se observa por la amplitud social y la iniciativa que existe en sus participantes. Si existe un sector en Argentina que esté poblado de emprendedores (y en una buena parte, de innovadores), es el campo: un sector que desde hace muchos años ha crecido sin crédito, sin promoción, y sin subsidios.

domingo, junio 08, 2008

La muerte de Bernardo Neustadt

La noche anterior había leído su último post, escrito en el mismo tono de descreimiento y oposición absoluta al estado de cosas que vive Argentina que manifestara en esta última época. Esta mañana encuentro la nota de su muerte por infarto, increíblemente, en el día del periodista. Leo la nota de despedida en La Nación, y los comentarios de lectores. A primera hora, veinticuatro comentarios, y la mitad aproximadamente, censurados por el moderador. A media tarde, más de seiscientos, en el mismo tono. Al anochecer, 247, es decir, debe haber más de quinientos comentarios censurados.
En su declinación, le tocó irse cuando Argentina se empantana en el embrutecimiento, en el sectarismo, en el maltrato del prójimo, y la sociedad capaz de escribir un comentario de lector, lo entierra entre insultos y desprecio. Esta es en parte, la medida de nuestras esperanzas.
A Neustadt le pesó en las últimas décadas su acompañamiento y silencio durante la época negra de Argentina, pero esto ha servido para que otros desconozcan su valor en el terreno de promover una Argentina apartada de las viejas costumbres, la costumbre de vivir a la sombra del Estado, de mirar para otro lado cuando las corruptelas son de los amigos, y de vivir sin justicia, sin respeto. Le han dicho camaleón, de ponerse del lado de quien tenga el poder, y sin embargo, tengo la impresión de que eso no fue así, sino todo lo contrario. Este camaleón se quedó sin avisos por criticar a los empresarios amigos de obtener concesiones y no cumplir obligaciones, y se quedó solo por persistir en una idea. Solo hasta de quienes le debían su crecimiento.
Como reconocimiento, puedo enumerar lo que le debo: su insistencia en la educación, en la investigación, en la innovación, su estímulo a jóvenes emprendedores y buenos teóricos, su apoyo a las políticas liberales, su polémica contínua con las políticas "cubanistas", su difusión de los aspectos innovadores de las sociedades asiáticas.
Con pocas esperanzas, se ha ido, como dijera Soriano, triste, solitario, y final.

sábado, junio 07, 2008

Argentina en crisis creciente

La larga protesta agraria argentina muestra ahora otro participante más, en una situación que es cada vez más anárquica: el transporte de cargas, en sus distintas capas: cámaras empresarias, pequeños y medianos empresarios, y trabajadores. Su aparición probablemente acelerará el fin del conflicto, a costa del aislamiento de las ciudades. El campo ya de por sí está sujeto a una estrategia de muerte por inanición (¿se podrá vender una cosecha entera?). El gobierno argentino, continuando su histórica política de imponer y aplastar, quizá está arriesgando deslizarse a un tobogán mucho más peligroso. Desde lejos, este escenario me va recordando, con algunas salvedades de grado, al existente en Chile antes de la imposición de la dictadura de Pinochet: un gobierno necio dando rienda suelta a los conflictos económicos y sociales, una sociedad cada vez más enfrentada, acciones sociales cada vez más drásticas. Las diferencias de grado las hacen que en Argentina no existen (creo) campos de entrenamiento conducidos por oficiales cubanos, ni una organización opositora de extrema derecha violenta. Pero no hay duda de que este gobierno sin cabeza está marchando hacia un fin muy distinto al que quizá imaginen, y con suerte, sin tragedias mediante.
Tomo una nota de La Nación que pinta el instante. Probablemente la tensión se aflojará, pero se están sentando bases para una nueva crisis de magnitud...
Irrumpió un nuevo protagonista y modificó la dinámica del conflicto entre el Gobierno y el campo: los propietarios de los camiones dedicados a la carga de granos se lanzaron a hacer sus propios cortes, aquí y allá, rompiendo la inercia de un pleito que parecía eternizarse.
Los transportistas fueron hasta ahora el actor más frágil y menos visible de este drama de 80 días. Sin trabajo y sin ingresos, ayer volvieron a las rutas, pero para bloquearlas, y ahora se acerca velozmente el desabastecimiento, que los productores rurales han procurado evitar en su protesta con una estrategia minuciosa. Es cuestión de días: en muchos pueblos del interior los cargadores de cereales ordenaban anoche, intransigentes, impedir, sobre todo, el paso de leche y de carne. En Armstrong la fila de vehículos detenidos era anoche de 35 kilómetros. La memoria vuelve a aquellas huelgas de camioneros franceses que paralizaron, hace 8 años, a Europa. Por algo Néstor Kirchner le teme a Hugo Moyano.
Toda la querella del campo parecía ayer resetearse en términos más radicales. Hoy, dirigentes de la oposición, líderes agropecuarios y chacareros de San Pedro deberán presentarse en la Justicia para declarar en la causa abierta por el fiscal federal de San Nicolás, Juan Murray. Piqueteros opositores caminarán hasta la Plaza de Mayo para quejarse ante el Gobierno a favor de los productores. Piqueteros oficialistas se congregarán en el hotel Bauen para planificar sus medidas de acción directa en contra de los productores. El PJ volverá a reunirse en torno de su jefe para una nueva proclama de guerra. La voz del Episcopado, que también se reunirá hoy para advertir sobre el enrarecimiento de la escena pública, está destinada a desentonar en esta Babel. Si es que alguien la escucha.
Néstor Kirchner, que se había preparado para una guerra de desgaste sin tiempo, fue puesto ayer por los camioneros ante una encrucijada urgente. ¿Regresará, junto a su esposa, al tono del 27 de marzo en Parque Norte, cuando Cristina Kirchner pidió, casi suplicó, "humildemente, como Presidenta de todos los argentinos y en nombre de todos los argentinos, que levanten el paro para entonces sí dialogar"? ¿O se tentará con cargar sobre sus adversarios -por momentos, enemigos- del campo la responsabilidad del conflicto social que podría desatarse en los grandes centros de consumo? Anoche, con el inusual recurso a un comunicado, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, dio indicios de que la Casa Rosada optaría por el segundo camino: culpó por los cortes de los camioneros a los productores rurales, en una identificación capciosa, pero cuya eficiencia sólo se conocerá con el paso de las horas.
La realidad podría adoptar su propia dinámica. Es posible que las familias asalten rápido las góndolas y precipiten el vaciamiento del que pretenden salvarse. Hasta se puede prever al desesperado -o al pícaro- que lance el primer ataque a un supermercado en el suburbio. ¿Qué debe hacer el Gobierno ante eventualidades como ésas? ¿Garantizar el orden? ¿O basta con que encuentre un responsable al que echar la culpa? A lo largo de todo el conflicto con el campo la Casa Rosada adoptó un argumento según el cual "no somos una de las facciones del conflicto sino que representamos al interés general". Anoche ese criterio caía sobre el comunicado de Randazzo hasta volverlo sospechoso.
Los dirigentes agropecuarios intentaron ayer evitar esa contaminación de su protesta, instando a los productores a separarse de los cortes de los transportistas. Sana intención, aunque acaso inconducente: el discurso oficial no los culpa de la continuidad física con los nuevos piquetes sino de la secuencia política que desembocó en una nueva amenaza de desabastecimiento.
Entretanto, se conoció este viernes la magnitud de un fenómeno que se viene manifestando desde hace meses: la fuga de capitales, en pocos meses, ya tiene el volúmen alcanzado en la crisis de 2001/2002. Cada vez es mayor el abismo que separa las acciones realizadas de las oportunidades disponibles y perdidas.