domingo, noviembre 12, 2006

Un enfoque sobre el crecimiento de Irlanda

Benjamin Powell, desde el enfoque de la libertad económica, explica y discute los orígenes del salto económico y social irlandés. Probablemente no es una fundamentación brillante, pero de su lectura se pueden extraer conclusiones y líneas de investigación:
Por más de dos siglos Irlanda fue uno de los países más pobres de Europa. Sin embargo, durante la década de los noventa, Irlanda alcanzó una tasa de crecimiento económico sobresaliente. Al final de la década, su PIB per cápita alcanzó $25.500, (en términos de paridad de poder de compra) más alto que el del Reino Unido de $22.300 y el de Alemania de $23.500 (Economist Intelligence Unit [EIU] 2000: 25). En 1987, el PIB de Irlanda era sólo el 63 por ciento del PIB del Reino Unido (The Economist 1997). Casi todo esto avance ocurrió en poco más de una década. De 1990 hasta 1995, el PIB de Irlanda se incrementó en una tasa promedio de 5.14 por ciento por año, y de 1996 hasta el 2000 aumentó a una tasa promedio de 9.66 por ciento (Fondo Monetario Internacional).
La mayor parte de las teorías de crecimiento económico pueden descartarse como una explicación del rápido crecimiento de la economía irlandesa. La tesis de este artículo es que ninguna política en particular es responsable por el dramático crecimiento económico de Irlanda, sino una tendencia general de muchas políticas para aumentar la libertad económica es lo que ha causado el rápido crecimiento económico de Irlanda.
Con un enfoque antes que nada dedicado a defender el liberalismo económico, Powel de todas formas da un panorama histórico de parte de las razones que cambiaron el futuro de Irlanda. Discute además otros enfoques dados al crecimiento irlandés: ¿Influyeron los subsidios europeos?
Irlanda empezó a recibir subsidios luego de que se asoció a la Comunidad Europea en 1973. Los ingresos netos de la Unión Europea promediaron un porcentaje de 3.03 del PIB durante el período de crecimiento rápido desde 1995 hasta el 2000, pero durante el período de bajo crecimiento de 1973 a 1986, los ingresos promediaron un 3.99 por ciento del PIB (Departamento de Finanzas 2002). En términos absolutos, los ingresos netos estuvieron al mismo nivel en 2001 como en 1985. Ese año, los ingresos netos de Irlanda fueron de 1.162,3 millones de euros y en el 2001 fueron de 1.268,8 millones de euros. Durante los noventa, los pagos de Irlanda al presupuesto de la Unión Europea ascendieron continuamente de 359.2 millones de euros en 1990 a 1.527,1 millones de euros en el año 2000. Sin embargo, en el 2000 los ingresos de parte de la Unión Europea fueron de 2.488,8 millones de euros, menor que el nivel de 1991 que fue de 2.798 millones de euros. Las tasas de crecimiento de Irlanda han aumentado, mientras que los fondos netos recibidos de la Unión Europea permanecieron relativamente constantes y se han encogido con relación a la economía irlandesa.

Si los subsidios fueron realmente la causa del crecimiento de Irlanda, esperaríamos que otros países pobres en la Unión Europea, que también reciben subsidios, tengan una alta tasa de crecimiento económico. Los Fondos Estructurales y de Cohesión de la Unión Europea representan un 4 por ciento del PIB de Grecia, 2.3 por ciento del de España y 3.8 por ciento del de Portugal (Paliginis 2000). Ninguno de estos países lograron una tasa de crecimiento ni siquiera cercana a la que experimentó la economía irlandesa. Grecia tuvo un promedio de crecimiento de 2.2 por ciento del PIB y Portugal promedió 2.6 por ciento de 1990 al 2000 (Clarke y Capponi 2001: 14-15).
¿Influyeron las inversiones extranjeras?:
La inversión extranjera ciertamente ha jugado un papel en el crecimiento de Irlanda. Sólo Estados Unidos había invertido alrededor de $10.000 millones ($3.000 per capita) para 1994, y para 1997 se decía que las empresas propiedad de extranjeros eran responsables de un 30 por ciento de la economía y de cerca de un 40 por ciento de las exportaciones (The Economist 1997: 22). Las economías de aglomeración, aquellas donde las empresas tratan de ubicarse relativamente cerca para aprovecharse de externalidades positivas, también han ayudado en el proceso. Irlanda ha sido particularmente exitosa en atraer empresas de desarrollo industrial con un gran número de alta tecnología y compañías manufactureras que se beneficiaron por estar cerca unas de otras. La pregunta relevante es, ¿por qué las inversiones masivas que incentivaron las economías de aglomeración no ocurrieron antes? Lo que cambió en Irlanda fueron las condiciones institucionales que atrajeron las inversiones. Las inversiones extranjeras y las economías de aglomeración son indicadores de factores favorables al crecimiento económico, no la causa del crecimiento.
Juntar las partes, nos da la la imagen de un país que supo explotar una confluencia de eventos favorables, aplicando sobre ellos decisiones positivas. Como dice Powell, otros paises de la UE recibieron también subsidios, pero no todos los usaron de la misma forma. Las inversiones extranjeras pesan, pero fueron las condiciones irlandesas las que las introdujeron.

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