lunes, agosto 24, 2009

Las raíces de la América occidental

Yendo adelante con las raíces que distinguen aún hoy el noroeste argentino, una relectura de la remota conquista y población ayuda a entender, no sólo la forja del carácter de la raíz criolla, sino también otras matrices que crecieron a partir de esa encrucijada: las diferencias entre distintas naciones europeas en la conquista americana, las diferencias entre las estructuras sociales y administrativas europeas y americanas, la influencia que hubieran tenido las estructuras históricas europeas en América, por ejemplo. Olvidados usualmente por todos nosotros, existen testimonios directos, de primera o segunda mano, que ayudan a explicar la evolución de nuestras sociedades. En el caso de las corrientes exploradoras argentinas, cada línea fundadora tiene sus cronistas. Quizá el más conocido sea Ulrico Schmidl, pero existen muchos otros para analizar y relacionar: Ruy Díaz de Guzmán, lateralmente el Inca Garcilaso, Concolorcorvo, los relatos de los autores jesuitas y franciscanos (Pedro Lozano, por ejemplo), y, de segunda o tercera generación, relatos de viajeros (Alvar Nuñez Cabeza de Vaca), muchos historiadores posteriores, incluyendo los del siglo xix (Barros Arana, el Deán Funes, Vicente López), y documentos de época de todo tipo. La historia de América es la historia de los territorios y sociedades conquistadas por España, Portugal, Inglaterra, Holanda, Francia. Una que recomenzó todo, y que oscureció para siempre lo que hubiera podido ser. La dicotomía entre sociedades indígenas y coloniales es irrelevante, así como lo son las corrientes indigenistas que hoy existen. Ya nunca las sociedades precolombinas serán como hubieran podido ser, y su cultura está profundamente influída por quinientos años de predominio occidental. El indigenismo no se diferencia hoy del romanticismo del siglo xix, rememorando las tradiciones medievales. Pero también se trata de una historia que alteró Europa de una manera profunda, llevando los cambios del Renacimiento a un camino sin retorno. Dice Luis Sainz de Medrano Arce (Reencuentro con los cronistas) :
situar el fin de la Edad Media en la fecha de la toma de Constantinopla por los turcos, 1453, y no en 1492, es, como ha observado Madariaga, uno de los mayores dislates históricos. Si se nos permite la imagen algo teatral nacida «ex abundantia cordis», diremos que se ve a Colón rasgar casi físicamente la cortina medieval en su camino hacia occidente, aunque sin dejar de arrastrar jirones de ella. El era, como escribe el profesor Morales Padrón, «un ejemplar renacentista en su curiosidad, en su anhelo de riquezas, en su actitud continua, en su inventiva práctica», pero también «un hombre medieval en su misticismo, en su ética, en su alma de cruzado, en su fe; en sus creencias sobre el Paraíso, en sus lecturas, en la misma futura ignorancia de América como Mundo nuevo»
Tras quinientos años, todos han sido transformados. La imágen: Asedio de los Carios o Guaranís en Lambaré (Cap. 21)

sábado, agosto 15, 2009

Las palabras y las cosas

En un marco de mensajes contínuos en el mismo sentido, dos palabras de Luis Gregorich sobre las renovadas e irresponsables expresiones de la presidenta argentina, sólo una más entre tantas otras destinadas a alentar la división social en favor de una pequeña porción de ilustrados sectarios, triste corolario de treinta años de "setentismo".

Las declaraciones críticas e irónicas de la Presidenta sobre la riqueza y los ricos en la Argentina de hoy, agregadas a la especie de manifiesto lanzado por un grupo de intelectuales oficialistas (en su mayoría pertenecientes a Carta Abierta) en apoyo de Luis D´Elía y su "odio" a la oligarquía y otra vez a los "ricos", causan escándalo y tristeza a la vez.

Ya parecía indefendible que los defensores pensantes del Gobierno propugnaran ese odio, justo después de la difusión del monto de bienes patrimoniales del matrimonio presidencial, holgadamente millonarios. ¡Ahora es la Presidenta, en una suprema contradicción, la que se ataca a sí misma!

Por favor, un poco de racionalidad y cuidado en el uso de las palabras. O traten de explicarnos cuáles son los ricos buenos y cuáles los ricos malos, para que podamos entendernos.

Debo confesar que tengo ciertos prejuicios, literarios, éticos y personales, hacia la gente rica en general. Vivo, desde hace más de 30 años, en un departamento de 80 metros cuadrados en Caballito, atiborrado de libros y discos, en el que no cabe nada más, y experimento un poco de envidia hacia los que disponen de casas más amplias y cómodas.

También miro, seguramente con una pizca de resentimiento, a los que pueden viajar a lugares que ya nunca veré. Pero hago lo posible para evitar el odio, que nos degrada como ciudadanos y nos rebaja como personas.

Además, puesto en la encrucijada de optar por una clase social -si es que existe una categoría tal en términos absolutos- elijo la mía, la clase media, que tengo el orgullo de compartir con muchos artistas, maestros, profesionales y -no tengo dudas- con buena parte de las mejores figuras de nuestra historia.

Permítame que le aconseje, con todo respeto, señora Presidenta, que usted también siga por ese camino, el de la clase media de la que proviene, y no la de los ricos a la que ha accedido.

Dejemos de lado la demagogia y el palabrerío para halagar a los pobres; combatamos, sencillamente, la pobreza, lucha en la que usted tendrá el apoyo de todas las fuerzas políticas y sociales, y en la que le deseamos la mejor suerte.

Y benditos sean, como ocurría con nuestros abuelos, no los que han podido enriquecerse vertiginosamente, sino los que con esfuerzo, educación y trabajo se han incorporado a la clase media, o se han mantenido en ella, sin cortejar a los pobres, a los que hay sacar de su pobreza, ni odiar a los ricos, a los que hay que cobrarles los impuestos.

En éste carnaval de ofensas y agresiones he vivido durante demasiados años. ¿Llegará el día en que alguien despierte, salga de las sombras de la caverna, y vea esta pesadilla como lo que es?
Si no es así, Argentina será un recuedo...

domingo, agosto 09, 2009

La Rioja, Tucumán, Salta, corriente fundadora

La conquista española del actual territorio de Argentina se produjo, luego de exploraciones iniciales por la costa atlántica, desde tres orígenes, durante toda la extensión del siglo XVI : desde Alto Perú por el norte, desde Chile por el oeste, y tras un fallido comienzo en Buenos Aires, desde Asunción por el este. Por la mayor evolución cultural y económica de las poblaciones nativas del noroeste del continente, durante un siglo y medio la colonización se desarrolló más sobre las ciudades interiores argentinas que sobre las costeras. Santiago del Estero, San Miguel del Tucumán, Salta, San Salvador de Jujuy, La Rioja, fueron pequeñas centros prósperos interconectados, con amplias poblaciones indígenas. Hoy resulta difícil aceptar que hasta mediados del siglo XVIII, por casi doscientos años, la vida colonial se desarrolló lejos de la costa, en los oasis del oeste y en el trópico guaranítico.
Una vida colonial que gradualmente forjó la sociedad criolla que aún hoy en cierta forma mantiene ecos, conocida a través de las actas de las ciudades, de los documentos y cartas de funcionarios y sacerdotes, o de la escasa literatura de padres jesuitas o franciscanos. Una vida ocupada en consolidarse en la región conquistada, atravesada por una larga y furiosa guerra, que no tuvo en general sus intérpretes literarios. Mayormente anónima, recordada en los escritos posteriores de los descendientes, forjó caracteres definidos que, alrededor de cuatro siglos después de su inicio, difieren del modo de vida que finalmente impuso la sociedad irradiada a partir de la costa rioplatense.
¿Cómo era esa sociedad? Una sociedad de familias llegadas con las expediciones primero y luego directamente desde España, con el propósito de prosperar localmente. Destino secundario para los grandes de España, no era de esperar allí la obtención de fortunas fabulosas, sino un crecimiento moderado a través de muchos años. La riqueza estaba al norte, en Potosí, en Perú, y la región fue una de abastecedores de bienes hacia los centros del oro y la plata.
Mas de cuatrocientos años después, todavía el noroeste argentino conserva rastros de las familias colonizadoras, y de sus pobladores originarios, sus lenguas y sus tradiciones, veladas tras la integración cultural. Una sociedad amasada duramente, con una continuidad única para la Argentina inmigrante.

domingo, agosto 02, 2009

El proyecto Open Library

Buscando material de un libro de Ricardo Mercado Luna, lo encontré en el proyecto Open Library, parte del mayor proyecto The Internet Archive. "Open..." implica una invitación a completar la información sobre cada autor incluído, que extiendo a quienquiera que desee difundir mejor a sus autores preferidos. Creo que seguiré la invitación. Esta es la introducción de Open Library, en sus propias palabras:

One web page for every book ever published. It's a lofty, but achievable, goal.

To build it, we need hundreds of millions of book records, a brand new database infrastructure for handling huge amounts of dynamic information, a wiki interface, multi-language support, and people who are willing to contribute their time, effort, and book data.

To date, we have gathered about 30 million records (20 million are available through the site now), and more are on the way. We have built the database infrastructure and the wiki interface, and you can search millions of book records, narrow results by facet, and search across the full text of 1 million scanned books.

Open Library is a project of the non-profit Internet Archive, and is funded in part by a grant from the California State Library. We have a small team of fantastic programmers who have accomplished a lot, but we can't do it alone! This is an Open project - the software is open, the data is open, the documentation is open, and the site is open.

Now it's your turn! Everyone can participate in this project, whether you're a programmer who wants to build on top of this data, a librarian who wants to add records of digitized books to her local catalog, or a lover of books who wants to make sure his favorites are well represented.

Esta iniciativa se puede incluír en el conjunto liderado por el Proyecto Gutenberg, orientado en este caso al material de uso libre, sin derechos de autor o ya caducados. Si Ray Bradbury advirtiera el impacto de esfuerzos como éstos, probablemente cambiaría radicalmente su opinión sobre Internet...