Como todos los acontecimientos de gran alcance, estamos presenciando día a día el desenvolvimiento de una crisis económica que recordaremos seguramente más de lo que ahora notamos. Los problemas financieros norteamericanos, el segundo hito en menos de una década, suceden a un ritmo más o menos lento: ningún "dia negro" que marque un antes y un después, pero contínuos acontecimientos, con pequeñas mejoras, que van creciendo en su significación de semana en semana: lo que comenzó con una crisis de pagos hipotecarios va gradualmente alcanzando al mercado inmobiliario, luego a los bancos vinculados a ellos, luego a los fondos financieros que apostaron en el mercado de hipotecas, luego a las evaluadoras de mercado, pasando a golpear finalmente en los mercados internacionales, para reiniciar entonces a un nivel más alto esta espiral de consecuencias. Indudablemente, la economía global sentirá las consecuencias, sea en Estados Unidos, sea en Europa, en China, o en las economías emergentes en general. También España.
Martín Redrado, presidente del Banco Central de Argentina, hace una buena presentación del problema original:
(...) las innovaciones financieras de los últimos años han permitido "parcelizar", dividir y transferir el riesgo crediticio a "nuevos jugadores" en el mercado. Ya no son los bancos tradicionales quienes originan hipotecas y las mantienen en sus libros, sino que éstas se "empaquetan" y se venden a inversores como fondos mutuos, fondos de capital de riesgo o de cobertura que están fuera de la regulación prudencial de las autoridades monetarias. Estas novedades, sumadas a la extraordinaria liquidez de los últimos años, redujeron de manera notable las tasas de interés y promovieron incentivos para que el público norteamericano se endeudara más allá de la cuenta. Así, surgieron hipotecas de todo tipo y color; se llegó al extremo de permitir sólo pagar intereses y nunca el capital. Los proyectos inmobiliarios que procuraban satisfacer la explosiva demanda por viviendas se multiplicaron.Dice Rafael Mathus Ruiz, en La Nación:
Sin embargo, cuando las tasas de interés comenzaron a subir, estas financiaciones de fácil acceso encontraron dificultades para el repago, lo cual afectó el mercado de viviendas. Al caer el valor de los activos, los créditos, en su mayoría pactados a tasa variable, no sólo se volvieron más onerosos -y hasta llevaron al incumplimiento- sino que no contaban con suficientes garantías.
Lo diferente aquí es que los tenedores de estos papeles ya no son los bancos tradicionales, sino los "nuevos jugadores" con mayor propensión a tomar riesgos. Para complicar más las cosas, estos fondos no sólo han adquirido y comercializado hipotecas de alto riesgo, sino que se han endeudado en el mercado de capitales en base a dichos activos. Estas operaciones cruzaron el Atlántico para incluir también a algunos grandes bancos europeos. A mi juicio, estamos frente a una "crisis de información", ya que nadie sabe cuántas veces se han transferido estos riesgos, dónde están ubicados hoy y quién los financió. Vivimos una situación de duda generalizada que anestesió el mercado crediticio. Hemos visto ventas indiscriminadas de activos de mayor riesgo, como los de mercados emergentes y una parálisis total en el crédito de corto plazo en los países desarrollados. Nadie le presta a nadie. De allí la respuesta de los bancos centrales de los países desarrollados para proveer liquidez al sistema y recomprar títulos en combinación con la disposición para tomar todas las medidas necesarias si estuviéramos frente a un riesgo sistémico que se traslade al conjunto de la economía. En síntesis, mi percepción es más fuerte hoy que cuando aterricé en el aeropuerto de Jackson: estamos frente a un ciclo de restricción crediticia que hará más selectivo y exigente el acceso a financiamiento.
El origen de esta crisis hay que buscarlo, en realidad, en los inicios de 2001, cuando la Fed, con la conducción de Alan Greenspan, recortó la tasa de interés de corto plazo al 1 por ciento luego del estallido de la llamada "burbuja tecnológica". La intención era evitar una recesión incentivando el crédito y el consumo.
El objetivo se logró, pero la elevada liquidez resultante -incentivada, luego, por las compras de bonos norteamericanos por parte de China- fomentó la compra de inmuebles y el crecimiento del mercado de hipotecas y el de hipotecas de riesgo, las que tienen menos garantías, también llamado subprime .
Los problemas surgieron cuando el valor de las propiedades comenzó a bajar y los propietarios comenzaron a tener inconvenientes para cancelar sus deudas, emitidas por entidades crediticias que, para ampliar el negocio, vendieron las hipotecas a bancos, que a su vez las colocaron en fondos de inversión. Ante esta nueva situación, esos fondos, distinguidos con la sigla ABS ( asset backed securities ) por estar respaldados, precisamente, por las hipotecas, comenzaron a sufrir en los últimos meses una sangría de inversores, alarmados porque la burbuja inmobiliaria se desinflaba y las entidades que otorgaron los préstamos en primer lugar anunciaban, ante la creciente insolvencia, menores ganancias.
Un breve recuento de hechos salientes:
- Countrywide Financial Securities, el primer organismo estadounidense de crédito hipotecario, anuncia que sus ganancias proyectadas, en realidad, serían un 30% inferiores a las originales.
- Goldman Sachs cierra dos fondos: temblor de las bolsas, y repercusión en el BNP Paribas. El Banco Central Europeo debe inyectar fondos al mercado. En el NYTtimes:
BNP became the latest European lender to announce problems linked to American home loans. Late last month, a group of German government-backed banks agreed to bail out a bank based in Düsseldorf, IKB Deutsche Industriebank, that invested in riskier American mortgage securities. And yesterday, in the Netherlands, NIBC Holdings reported that it lost at least $188 million on investments in the American mortgage market for subprime loans. Problems have also cropped up at hedge funds and banks in Australia.
- Los dos bancos más grandes de China reconocen que están expuestos en el mercado de subprimes, en alrededor de 9000 millones de dólares. En El Economista:
- El Bank of China ha declarado que posee 9.650 millones de dólares -unos 7.097 millones de euros- en títulos garantizados por créditos de este tipo. La entidad ha asegurado que, por el momento, esas inversiones no han sufrido ningún percance a la hora de rendir intereses.
El banco emitió un comunicado en la bolsa de Hong Kong en el que precisó que calcula sus pérdidas por la crisis del orden de 1.150 millones de dólares. Las acciones de la entidad reaccionaron con una pérdida del 5,4%.
El primer banco del país, Industrial and Commercial Bank of China (ICBC), con un valor superior a los 280.000 millones de dólares, explicó previamente que sus inversiones en el sector ascendían a 1.230 millones de dólares -unos 904 millones de euros-, es decir 4,32% del total de inversiones en divisas de la entidad.
El presidente del ICBC, Yang Kaisheng, aseguró que no está preocupado por los problemas relacionados con los créditos de riesgo, ya que sus inversiones respaldadas por hipotecas en Estados Unidos representaban un pequeño porcentaje de sus activos.
- Accredited Home e Impac Mortgage Holdings, informan de diferentes problemas de real impacto en sus negocios: Accredited Home anuncia pérdidas de más de 260 millones de dólares en un trimestre. Impac Mortgage reduce su tamaño y abandona el negocio de préstamos comerciales.
- UBS, Credit Suisse y Citigroup anuncian pérdidas importantes. En El Economista:
El banco suizo UBS perderá entre entre 360,87 y 481,16 millones de euros en el tercer trimestre de 2007 y suprimirá 1.500 empleos en su división de banca de inversión. Por su parte, Citigroup ganará un 60% menos que el año pasado.
UBS, que es el mayor gestor de fondos del mundo, ha informado de que la división de renta fija, tipos y divisas perderá unos 4.000 millones de francos en el tercer trimestre por el deterioro de las condiciones del mercado hipotecario subprime de EEUU.
UBS también anunció además una reducción de 1.500 empleos hasta final de año, así como una reorganización del equipo directivo.
- Sin hablar del Northern Rock y sus efectos colaterales, demasiado recientes.
Fotografía en Infobae: Estampida de ahorristas en el Northern Rock.
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