"La lengua es un activo intangible de valor macro y microeconómico, al ser objeto de actividades productivas (en el caso de la enseñanza del idioma), materia prima de actividades productivas (como la creación literaria) y medio necesario para la actividad productiva".Adolfo Elizaincín, vicepresidente de la Academia Nacional de Letras del Uruguay, dijo:
"Estas son capacidades y funciones de la lengua que siempre existieron, pero que ahora cobran mayor interés porque estamos en tiempos del dominio de la sociedad del conocimiento, donde lo crucial es qué se sabe".
"Hay una idea que da unidad a todo el seminario: la lengua potencia la economía -continuó-. Lo saben los empresarios españoles, que han aprendido a internacionalizarse en Iberoamérica; lo saben los que en Estados Unidos ganan mejor salario por ser bilingües en español; lo saben los inmigrantes que con el aprendizaje del español encuentran allanados los obstáculos para la integración laboral y social."
"Hay en el mundo 400 millones de hablantes de español. Ya que el idioma no es uno solo, ¿cuál es el español que hay que enseñar? Esa es la gran polémica que se plantea en la industria de la lengua. Y el tema no sólo debe ser discutido en el nivel técnico, sino también en el político. Nuestra lengua es internacional desde hace siglos. La pregunta es si también es una lengua global, capaz de acompañar la globalización"Javier Nadal, vicepresidente ejecutivo de Fundación Telefónica apuntó al peso específico en la generación de contenidos en castellano:
"El español no es todavía el idioma del pensamiento. La ciencia y la mayor parte de los contenidos de la Red se producen en inglés". (...) es "un reto la penetración y el asentamiento del español en la sociedad de la Red".En fin, el seminario representa una iniciativa para potenciar un espacio común cultural y de negocios, que abarca iberoamérica, incluyendo en una medida menor el mundo de habla portuguesa, y una parte importante de la sociedad estadounidense.
Es de notar lo paradójico que resulta que mientras España incrementa su entrada en la América hispanoparlante, las minorías lingüísticas españolas insisten en ahondar las diferencias y particularidades. La evolución de la lengua sucede a través de períodos prolongados, ajena a las voluntades de alquimistas, y depende más de los movimientos sociales que de decretos gubernamentales. Una sorpresa inesperada que recibí, llegando a España desde Argentina, fue la existencia fuerte de las comunidades autónomas, y aún más, la intención de varias de ellas, de sostener y exigir el uso de su "lengua autóctona" para los actos oficiales, administrativos, y para la enseñanza. Particularmente notable es la exigencia del idioma local como lengua escolar, lo que no favorece la integración, sino el aislamiento en un mundo globalizado. Pregunto a cualquier hombre de negocios o profesional, si, teniendo que asumir una responsabilidad en este espacio común, lo hará en catalán, euskaro, gallego, o español.
Recomiendo el anuario del Centro Virtual Cervantes ("Una década de inversiones españolas en iberoamérica")
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