Durante un siglo y medio, el origen de la lengua hablada en la comunidad valenciana ha sido discutido y cuestionado, inicialmente por las corrientes lingüísticas predominantes en España y en Europa, y luego por las corrientes lingúísticas catalanistas. Es durante el siglo XX cuando se hace fuerte la defensa del valenciano como una unidad de cultura y lengua distinta del catalán. En verdad se trata de una polémica política originada en el interés del nacionalismo catalán, ajena a la vida diaria de la gente, que habla la lengua tal como evoluciona en la sociedad, en los pueblos y las ciudades. Sin necesidad de normativas elaboradas en academias partidistas, ni policía ideológica que encauce el habla a lo que un cenáculo quiere. El debate de la lengua es estimulado por líneas editoriales bien definidas, cuestionando y torciendo argumentos según conveniencia. Lo que sigue es una afirmación de la evolución propia del valenciano. Si algo positivo tiene este aire polémico, es el estimular el estudio de la lengua y la historia de una España compleja y diversa.
En "Habla romance mozárabe del Reino de Valencia", María Teresa Puerto Ferre, catedrática valenciana, describe en pocas palabras,la historia del valenciano:
Hasta 1898 hubo la falsa tesis de la muerte de los dialectos romances de la España Islámica defendida por lingüistas como Martínez Marina, Dozy, Hanssen y Baist. Pero la publicación del “Glosario” de Simonet (1888) modificó la anterior tendencia ratificada documentalmente por el arabista valenciano Julián Ribera que demostró, fehacientemente, la difusión de la “parla romanç valenciana” entre gentes de raíces hispanas:
En su libro Simonet incluye al cadí Sulayman b. Aswad, nombrado por Muhammad I (852-886) conversando en “romanç” (no en árabe) con una mujer que le pedía justicia. Y hay muchos testimonios que demuestran la dificultad de muchos habitantes hispanos del Reino Moro de Valencia de hablar en la lengua árabe de sus conquistadores. Simonet ofrece múltiples ejemplos de la existencia de las diferentes “hablas romance” del solar hispano, entre ellas la “parla romanç valenciana”.
No hay ningún medievalista riguroso que dude de la pervivencia de los dialectos romances. Así lo afirman los mejores historiadores como Menéndez Pidal (“Primera Crónica General de España que mandó componer Alfonso el Sabio”) cuenta que el Cid, tras la conquista del Reino Moro de Valencia, encargó la custodia, vigilancia y defensa de la ciudad a los mozárabes: “porque fueran criados con los moros et fablavan assy como ellos et sabien sus maneras e costumbres”. O Sánchez Albornoz (“todos la empleaban en la España musulmana: los cristianos los muladies o neomusulmanes y los mismos islamitas de origen oriental” ( “El Islam de España y el Occidente”).
S.M. Stern, distinguía cinco modalidades lingüísticas en la España musulmana:
El árabe vulgar (hablado por los musulmanes indígenas o inmigrados)
el romance vulgar, hablado por los mozárabes, pero segunda lengua de musulmanes y hebreos
El árabe clásico usado por la clases cultas como lengua literaria de los musulmanes (a veces usada por los mozárabes)
El latín, que era la lengua litúrgica de los cristianos
El hebreo, lengua literaria de los judíos, que usaban el árabe o el romance vulgares como lengua común.
Y, según T. Glick, en la situación multicultural de muchas áreas mozárabes, los hombres eran bilingües árabe-romances; las mujeres eran monolingües romanceadas y las transmisoras de la lengua y de la fe cristiana.
El historiador A.Huici, es quien traduce el Documento de la Capitulación de Valencia entre Jaume I y y el rey moro Zayán y en él se relata la buena convivencia entre musulmanes y cristianos, tanto en la época de dominio islámico como en la de dominio cristiano: “Los moros que quisiesen permanecer en el término de Valencia se quedarían salvos y seguros bajo la protección del rey, y deberían ponerse de acuerdo con quienes tuviesen las propiedades”.
El Catedrático medievalista, A. Ubieto Arteta, afirma: ”Ni siquiera el idioma era una dificultad , ya que estos musulmanes habían tenido como idioma oficial el árabe, mientras que en la conversación ordinaria utilizaban un romance, que era distinto al que hablaban en las restantes zonas del solar hispano” (“Orígenes del Reino de Valencia”, 1979) .















