Vicente Boix describe Valencia, y ofrece algunas señas de lo que fuera su sociedad para la época en que se consolidaba como reino:
Completadas las conquistas de Tarek en 713 se hace mención de Valencia en el reconocimiento auténtico de Abd el Aziz ante Orihuela donde figura Valencia con el nombre de Valentolat. Cayó por consiguiente en el dominio de los musulmanes adjudicando sus establecimientos á las tribus sirias. Su gobierno fue importante. El célebre Abdalá, hijo de Abd el Rhaman fue apellidado el Balendi (el valenciano) en aprecio del afecto que le profesó esta ciudad. Por su causa sufrió la población un largo sitio en 822 contra las armas del emir, su tío. Muchos de sus hijos perecieron en 887 á manos de los montañeses de Hafrim víctimas de una alevosía.En pocos párrafos Boix recuenta la presencia musulmana en Valencia, hasta el momento de la reconquista consumada por el rey Jaime. Lo que viene a decir es que la región es ocupada, poblada y gobernada por musulmanes y otras culturas orientales por más de quinientos años (713-1238), y que desde entonces, "los cristianos se confundieron con los moros". Faltaban todavía cuatrocientos para su expulsión definitiva de España...
Los trastornos civiles, que derrumbaron el trono de Occidente, dieron lugar á que Valencia se erigiese en reino bajo la dinastía de los Aumerides, por un nieto de Almansor llamado Abd el Aziz, hijo de Abd el Rahman, en el segundo califato de Hescham II ó mas positivamente en el de Abd el Rahman el Morthadty.
El reino musulmán de Valencia tuvo su crecimiento en 1012 ó en 1021 por el mencionado Abd el Aziz, al que en 1060 sucedió su hijo Abd el Melck, apellidado Modhafer, yerno de Dzy el Nun de Toledo, quien por ciertas cuestiones se arrojó sobre Valencia, depuso al Modhafer, y le desterró al gobierno de Jelva. El toledano colocó en el gobierno a Isa hijo de Lo bun y regresó á su país. Sin embargo muerto Isa le sucedió Abu Bekr hijo ó hermano del Modhafer en 1077. Ahmed el Alvafery entregó la ciudad á los almorávides y éstos le reconocieron como dueño en 1092.
Una poderosa liga, de que fue móvil el gefe musulmán de Albarracin Abu Merwan, entroncado con el último emir dzulmeuide de Valencia y en la que entraron los emires de Murviedro, Játiva y de Denia formada contra los almorávides, nombró por caudillo al famoso Cid Diaz de Vivar que condujo su hueste árabe española sobre Valencia, que se vio obligada capitular. El Cid tomó el título de Wali en 1094 hasta su muerte; en su cousecuencia los cristianos abandonaron la ciudad. Dícese que el convirtió en iglesia cristiana una mezquita que hoy es parroquia de San Estéban, á la que castellano denominó de Nuestra Señora de las Virtudes. Se conserva una elegía árabe sobre la rendición de Valencia y que yo he insertado en los apéndices de mi Historia de Valencia.
Las disensiones civiles que destruyeron la unidad del reino musulmán valenciano facilitaron la conquista del rey D. Jaime I de Aragón. La ciudad capituló en 28 de Setiembre de 1238, y el rey hizo su entrada en 9 de Octubre quedando desde entonces unida á la corona de Aragón.
El conquistador repartió tierras y propiedades de los árabes que no quisieron sujetarse al gobierno entre sus capitanes y soldados a proporción de los sacrificios hechos por cada uno para llevar á cabo la conquista. Al principio que combatir a Azadracb que á la cabeza sus parciales intentó desalojar á los cristianos de su nueva posición. Este gran rey murió en su travesía de Alcira á Valencia y fue depositado en el monasterio de Poblet en Cataluña por los años de 1276.
A él se le debe la gran legislación foral de Valencia que otro rey abolió sin motivo justificable muchos siglos después. Los cristianos se confunderon con los moros: éstos poblaron sobre todo nuestra huerta y dieron á la agricultura un desarrollo considerable conservando su religión y sus costumbres. (pag 5 y siguientes, Valencia Histórica y Topográfica)
(...) Pero en el reinado de Pedro IV no era ya posible contener dentro de sus antiguos muros la creciente población, que durante las guerras anteriores ya con los moros, ya con los reyes de Francia y de Castilla habia aumentado prodigiosamente con la afluencia da soldados aventureros, que venian de todas partes, y con el establecimiento de los judíos, que se fijaron en este rico pais. Los nuevos habitantes, protegidos por benéficas y sabias leyes, que serán siempre la verdadera gloria de Valencia, no cogiendo dentro de los muros, habian construido sus moradas en sus alrededores, formando una porción de arrabales pegados casi á las murallas. Esta acumulación de edificios y la necesidad de dar ensanche á la numerosa población cristiana, morisca y judia que obstruía la ciudad, obligó á su consejo á promover el ensanche en 1356, siendo jurados Pericandro Fabra, Juan de Pertusa, Miguel Villarroya y Miguel de Palomar. El rey D Pedro aprobó el proyecto y en el citado año se derribó la antigua muralla, menos la del Norte, y se principió la actual, que se hallaba ya concluida en 1370. (Introducción, xxii)
Vista en perspectiva, y a la manera en que se puede decir que algo es "nuevo" en Europa, Valencia es una ciudad nueva; originada en época romana, crecida bajo dominio musulmán hasta convertirse en un pequeño reino (una taifa), y madurada como reino en la zona de dominio aragonés. En la tumultuosa historia española, puede decirse que probablemente Valencia consolidó finalmente un perfil social y cultural a partir de la pérdida de sus fueros: ya no más reino, no más fueros separados, y ya lejana la expulsión de moros y judíos, Valencia se encaminó hacia una sociedad más próxima a la que hoy conocemos.
La imagen: Entrada de Jaime I a Valencia, mural en el castillo de Alcañiz.
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