domingo, julio 15, 2007

Jugando con fuego...

Dentro de un conjunto de decisiones de política exterior que Argentina lamentará por mucho tiempo, el conflicto por las empresas papeleras es uno de los que peores consecuencias tendrá. Este conflicto afectará de manera directa la convivencia social y política entre Argentina y Uruguay, no ya a nivel diplomático, sino a nivel de ambas sociedades. Por inacción o connivencia, el gobierno argentino está dejando en manos de particulares, de comunidades de vecinos que probablemente sean influenciados o manipulados, el manejo de un conflicto comercial y medioambiental que debiera haber sido tratado exclusivamente por medios diplomáticos. Se ha permitido el corte del tránsito entre países, tanto en los puentes como en los puertos, y aún que grupos se transladaran fuera de las fronteras, para manifestarse bajo las reglas uruguayas, sin que existiera interés verdadero en controlar las acciones.
Ahora, algo que es calculable y que se insinuado más de una vez, toma mayor cuerpo. En términos de "trascendido", se habla de amenaza de atentado:
En Infobae:
La inteligencia del vecino país trabaja ante la hipótesis de conflicto, porque considera que desde Gualeguaychú se organiza un atentado contra Botnia. Así lo confirmó un hombre de confianza del canciller Gargano.
Roberto Conde es diputado socialista de Uruguay y uno de los mayores defensores de la integración. Acaba de ser nombrado presidente del Parlamento Mercosur y, según confiesa en una entrevista a un matutino porteño, Uruguay ya diseñó un plan de defensa para prevenir un ataque a la pastera.
"El pueblo uruguayo no se siente amenazado, pero frente a un acto de sabotaje contra la planta, que se haría invadiendo Uruguay, tenemos que tomar recaudos", advirtió uno de los hombres de confianza del canciller Reynaldo Gargano.
En tanto, el conflicto por la instalación de las pasteras continúa la semana próxima en La Haya y a fin de mes las delegaciones se encontrarán en Nueva York con el medidador Yánez Barnuevo.
Conde llegó a Buenos Aires para participar de un seminario sobre partidos progresistas y aseguró que "son las propias organizaciones argentinas las que han amenazado con impedir la construcción (de Botnia) o producir una voladura".
Según el legislador uruguayo, la amenaza es más una actitud propagandística, pero prefiere recaudar información para evitar cualquier situación de agresión que implicaría "un conflicto diplomático entre ambos países".
Hasta dónde llegará la escalada antes que alguien encauce racionalmente el conflicto?

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