miércoles, diciembre 16, 2009

El fiasco del "nacionalismo" catalán


Este fin de semana se realizó el mayor referéndum por la independencia de Cataluña, coronando una serie anterior de ensayos en poblaciones aisladas. En la estrategia de sus organizadores estaba sin duda avanzar a un tercer paso, con un ensayo en los grandes centros poblados (Barcelona, Tarragona, Lérida, Gerona, y algunas de las mayores ciudades). La estimación de participación previa rondaba el 40% como mínimo, basados en la selección de una muestra sesgada hacia las poblaciones de mayor adhesion al independentismo. Sin tener en cuenta las garantías de imparcialidad que pudieran darse en cuanto al recuento, en manos del propio interesado, la consulta estaba particularmente favorecida a los intereses de sus organizadores, dado que se admitió la votación de los inmigrantes, y se bajó la edad de admisión a los dieciseis años, para asegurar la participación de sectores donde se estimaba buen porcentaje de adhesión.
Sin embargo, el resultado obtenido forzará a replantear toda la estrategia: sobre el conjunto llamado a votar, la participación alcanzó al 27%, y dentro de éste, un 5% de voto negativo. Muy mala proporción para proponer la independencia de Cataluña. La realidad de la comunidad catalana es que la relativa diversidad de lengua no implica el sentir que España sea un país distinto. Por el contrario, lo que se observa es que las ideas disociadoras de los partidos catalanistas alcanza un techo, al mismo tiempo que su gobierno decae en medio de corruptelas. Quizá, como en las provincias vascas, la diversidad lingüística comience a tomar la real dimensión que debiera tener, y no más.
Algunos comentarios posteriores al "referendum":
El resultado ha sido decepcionante para los organizadores, que albergaban grandes expectativas. El independentismo detectado por los sondeos de opinión se mueve en torno al 20% en toda Cataluña; ahora bien, la muestra de municipios elegida para la consulta del domingo (en torno a la quinta parte de los ayuntamientos catalanes) se hallaba intencionadamente sesgada a favor del soberanismo a causa del predominio nacionalista en la zona y por la ventaja de los núcleos rurales sobre las escasas villas de tamaño medio. A la desilusión producida por la mediocre cosecha de votos que recogió la consulta en las urnas se unieron después los reproches cruzados entre sus organizadores para culparse mutuamente del descalabro: la propuesta de solicitar al Parlamento catalán la convocatoria de una consulta vinculante el próximo 25 de abril empieza a perder apoyo.
(Javier Pradera, en El País)

De la euforia al desconcierto. Apenas unas horas después de conocer los resultados de las consultas soberanistas, la unidad de los organizadores ha saltado por los aires. Las votaciones en 166 municipios se saldaron con un del 94%, pero la baja participación (el 27%) abrió ayer la caja de los truenos. Alfons López Tena, ex vocal del Consejo General del Poder Judicial, organizador en la comarca de Osona (Barcelona), desacreditó ayer a la coordinadora que promovió las votaciones. "Es un magma mal organizado, mal planteado y hecho desde el sectarismo y la exclusión", dijo López Tena, que pidió no mezclar los datos de Osona, con el 41% de participación, con los del resto de Cataluña.
(Àngels Piñol / Miquel Noguer, en El País)

La independencia no moviliza a los catalanes. O, por lo menos, a la inmensa mayoría. La intensa campaña a favor de la participación en el macrorreferéndum por la autodeterminación, el fichaje de oradores estrella, como el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, o la movilización de las cúpulas de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) no fueron suficientes para encender la mecha del independentismo en Cataluña.
La jornada del macrorreferéndum, en la que los vecinos de 166 localidades estaban llamados a participar, se ha saldado con un relativo fracaso: por la mañana, sólo acudió a cumplir con este cometido el 10% del censo. A las 6 de la tarde, ya había pasado por las urnas el 22%. Y al cierre de los “colegios”, los organizadores manifestaron que la participación rozaba el 30%. Es decir, alrededor de 200.000 personas, de las 700.000 convocadas.
En un principio, los organizadores se habían propuesto como meta alcanzar el 40% de participación. Ayer por la mañana, ante la sospecha de lo que se venía encima, las expectativas fueron rebajadas al 30%. “Menos de esto, podemos considerar que ha sido un fracaso”, señalaba uno de los organizadores a El Confidencial. Así pues, el hecho de que el resultado “roce” el 30% no es una buena noticia para los organizadores.
(À. Baiget, en El Confidencial)
Fotografías, en El País, 14/12/2009.1, Inmigrantes votando en Banyoles, Girona; 2, Votación en Sant Cugat del Vallès

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