El Economista publicó este 21 de enero una breve reseña de los dichos del economista Juan Velarde, quien advierte que España, si opta por "no solucionar sus problemas" puede estar en el "camino de la situación de Argentina", que pasó de un tener un "glorioso porvenir" a ser un país "subdesarrollado". La nota resume sus ideas:
Quizá la comparación sea sólo parcialmente adecuada, como metáfora recurriendo a un ejemplo contemporáneo. Pero quizá sea preferible comparar con su propio pasado: El siglo xix puede ofrecer sombras conocidas.A pesar de calificar las comparaciones entre crisis como "poco ociosas", Juan Velarde describió el Plan de Estímulo de la Economía y el Empleo (Plan E) que el Gobierno ha puesto en marcha como "un amasijo de cosas inconexas" a semejanza del plan que el ex presidente argentino Juan Domingo Perón desarrolló en su época.
"Son medidas a corto plazo" ante la gravedad de una crisis "inevitable", aseguró este catedrático de Estructura Económica y de Economía Aplicada .
Velarde señaló, pasase lo que pasase en el resto de las economías, ésta es una crisis "nuestra", ya que la economía española ha mantenido un modelo de crecimiento "ya acabado" y que debe cambiar y está muy expuesta al exterior.
En su opinión, el avance de los últimos años ha consistido en "huir de plantear los problemas de una industria competitiva" a través de la creación de una economía nacional "no competitiva" y de las "cantidades adicionales" recibidas de la economía internacional en forma de ayudas.
(...) Además advirtió de que el menor incremento de los precios y la reducción de la actividad son síntomas de deflación, las medidas a corto plazo que se presentan son "duras" y el gasto público supone un "coste tremendo" que no se debe menospreciar.
Las medidas que Juan Velarde propuso fueron la mejora de la educación, la flexibilización del mercado de trabajo y el cambio del sistema energético, apostando en este último aspecto por la energía nuclear frente a energías renovables "caras" como la eólica.
Lo que Velarde reconoce es que tras el relumbre, hay en verdad mucho camino por delante, a encarar con dirigentes con poco liderazgo e ideas: hasta ayer negaban la crisis, hoy están paralizados.
Si la agricultura no será ya más fuerte en ningún lugar de Europa; si la industria nacional no ofrece capitales líderes y destacables, si tampoco en áreas de conocimiento intensivo se observan fuerzas de primera línea, ¿cuál será el rasgo que mantendrá a España a la altura de su aspiración de potencia?
Sesenta comentarios destacan la inquietud de Velarde. Desde el punto de vista de Argentina, tristemente, sólo se la recuerda para no parecerse a ella.
1 comentario:
Estimado Jorge: los argentinos tenemos el orgullo de hacer caso omiso a cuanta advertencia y consejo viene de parte de los estudiosos... ¡Así nos va!
Esperemos que ustedes, los españoles, no copien nuestro modelo. Para eso, hace falta contratar gente de estudio y empresarios exitosos que son los que saben cómo llevar adelante las cosas.
Mientras exista gente inculta en los puestos de poder de los gobiernos, sólo conseguiremos volver de donde hemos salido la mayoría de los hijos de Europa: a la barbarie.
Las cosas se cambian, cambiándolas.
Atentamente, Federico G. RUDOLPH, librepensador argentino (lo que, en este momento, resulta una total contradicción a la norma; y en franca oposición al poder turno)
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