Así como se considera la excepcionalidad del riesgo financiero de los bancos, aseguradoras y otras entidades, facilitándoles las condiciones para su recuperación rescatando operaciones, entregándoles crédito a largo plazo y bajo costo, formando parte de su dirección, así mismo debería reconocerse la excepcionalidad de la deuda de millones de familias, atrapadas en hipotecas irreales sobre propiedades que valen la mitad de lo que se pagó por ellas. Modificar las condiciones de sus préstamos, e incluso retasar el valor de la vivienda y la hipoteca que le corresponda, es tan razonable como lo otro. Si es aceptable que se evite que un banco vaya a la quiebra por su peso social, exactamente vale lo mismo para cada familia que mira acercarse inevitablemente el embargo y remate de su casa ¿o eso no tiene impacto social?. O dicho a la inversa, si un gobierno tolera que un endeudado inmobiliario actual vaya a la calle, entonces paralelamente se debe dejar quebrar a toda institución que no puede resolver sus problemas.Las autoridades estadounidenses anunciaron este martes un plan destinado a ayudar a los propietarios de inmuebles en dificultades, a fin de prevenir el embargo de sus viviendas, que consiste en modificar las condiciones de los préstamos obtenidos.
Este nuevo programa amplía el denominado "Hope Now" ("Esperanza ahora"), que se destinó a evitar los embargos, según informó la Agencia federal de financiación inmobiliaria (FHFA).
Este plan busca ayudar tanto a las familias que presentan más riesgo (subprime) como a quienes tienen un perfil financiero más sólido, con la condición de que puedan pagar una cuota mensual inferior o igual a 38% de sus ingresos mensuales nominales.
Millones de familias podrían acogerse al plan. Un estudio reciente de Moody's estima que 7,3 millones de hogares quedarían en mora entre 2008 y 2010 y que 4,3 millones de ellos podrían perder sus viviendas.
Comparativamente, la única medida conocida hasta el momento en España aparece claramente insuficiente: ¿de qué le sirve a un endeudado pagar a cuenta por dos años la mitad de su desmesurada hipoteca, cuando al fin de ese plazo seguirá enfrentando una deuda cada vez más irreal en un mercado en caída, con el agravante de que deberá pagar el resto "perdonado"? Esta es una solución grata al banco, que continúa teniendo un activo no depreciado en sus cuentas, con deudores que no caen en mora. Esperamos más esfuerzos de nuestras autoridades, aquellas que dijeron que estábamos en condiciones de mantener la economía sana, y que no conocían la palabra "crisis".
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