Un calificado analista del mercado financiero argentino, que prefiere mantenerse en el anonimato, me hizo llegar la carta que sigue. La publico porque enfatiza costados del proyecto de estatización de las AFJP que no han sido tratados por los principales diarios nacionales.Para este jueves 20 está prevista la sesión del Senado en la que se votará el proyecto de ley (la cámara de Diputados ya le dio su media sanción). Tan solo un milagro podrá evitar su aprobación. Por abrumadora mayoría la clase política argentina es estatista, oportunista e inconsciente de garantías constitucionales distintas a los derechos humanos. Sus declaraciones y acciones recientes son prueba fehaciente de mi acusación. Es estatista porque desea no recordar que el Estado argentino es deficitario, arbitrario, corrupto e ineficiente como el que más; en su lugar, desea aprobar el proyecto con la ingenua condición de que los Kirchner no puedan desviar los fondos a otros destinos. Es oportunista porque desea quedar bien con el poder de turno incluso al costo de un desastre institucional. Es inconsciente de las garantías constitucionales relativas al derecho de propiedad; no hay argumento para prohibirle a una persona la posibilidad de ahorrar en una entidad privada, ni para poner al servicio del bien común los fondos que guarda en una cuenta individual; la expropiación en nombre de la solidaridad o el bien común se llama comunismo.
El Congreso argentino no se ha dado cuenta de que ha firmado su acta de defunción. Mejor dicho, los legisladores han demostrado que prefieren ser muertos en vida, sin poder político pero con cargos importantes, aunque a partir de ahora estén totalmente vacíos de contenido. Nada ni nadie podrá oponerse a las decisiones de un gobierno nacional cada vez más poderoso.
Una vez que ANSES haya recibido la responsabilidad total sobre los fondos de la previsión social, será la principal, por no decir la única, fuente de crédito del país. Actualmente, los fondos de AFJP se destinan a bancos, fideicomisos, bonos, etc., y esto significa crédito al sector privado (y muy escasamente, al público). Una vez que se concentren estos fondos, sólo ANSES decidirá quien puede, o no, recibir crédito en Argentina.
Esto significa una fenomenal concentración de poder. Ningún gobierno provincial o municipal podrá obtener fondos que no provengan de esta gran masa. Esto generará una gran dependencia política. ¿Qué político habrá de oponerse a las decisiones del gobierno nacional, si sabe que luego no tendrá recursos? ¿Qué provincia o sus senadores podrán discrepar en algún tema si sus votos harán que la provincia pierda los recursos necesarios para subsistir? Y ¿qué ocurrirá con las empresas que dependerán completamente de ANSES para recibir fondos frescos?
Pudiera contestarse que tamaña discrecionalidad ha de estar controlada por las comisiones parlamentarias creadas a tal fin. Pero esto tiene dos objeciones: los controles son posteriores al otorgamiento del crédito y las condiciones del crédito tienen tanta importancia como el crédito mismo. Es decir, la tasa y el plazo del préstamo son tan importantes como el propio acceso al crédito. ¿Se prestará a todos por igual o con tasas diferenciales en función del riesgo? Para que la inflación no licue los fondos, debiera prestarse a tasas positivas. ¿Se caerá en la tentación de tasas negativas para aquellos proyectos que ANSES considere importantes?
Ningún proyecto público o privado podrá surgir en Argentina a menos que tenga financiación de ANSES. Ningún proyecto ya existente, y que necesite más recursos, podrá continuar sin su anuencia.
Es cierto que la masa de crédito que hoy tienen otorgada los bancos es -todavía- sustancialmente mayor que estos fondos. Pero estamos hablando del crédito "nuevo", no lo de que ya está otorgado. Y por otra parte, con los depósitos de ANSES en los bancos representando aproximadamente el 20% de los depósitos totales, es probable que estos mismos bancos estén muy condicionados en sus políticas crediticias.
No es bueno para el país que haya un único dador de crédito. No hay eficiencia, no hay competencia, no hay controles. No hay futuro.
Diario de viaje, notas al azar de alguien que se dedica a la tecnología, y alguna vez (allá lejos y hace tiempo) fue un estudiante de filosofía. Aquí caerán las notas que excedan la tecnología y la educación, que es lo que en general más me ocupa...
domingo, noviembre 16, 2008
La expropiación de las pensiones consumada
Jorge Ávila publica un epitafio del sistema de pensiones argentino, que se estatizará y despedazará en pocos días más. Está prácticamente consumado el agravio a los millones de aportantes que NO desearon que sus fondos fueran administrados por el estado. Sin ningún pudor ya se están destinando los fondos de los aportantes a los "proyectos" en que se emplearán "patrióticamente" estos recursos. Es que tratándose de un botín de esta magnitud, no hay perro que no quiera un hueso...Dice Ávila:
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario