Como era previsible, el gobierno argentino muestra
en los momentos críticos para dónde prefiere ir. Ante la rápida escalada de amenazas de Chavez hacia Colombia, la diplomacia argentina
se solidariza con el militar retirado:
El gobierno de Cristina Kirchner expresó ayer su "honda preocupación" por la escalada de tensión entre Venezuela, Ecuador y Colombia y, en una postura de fuerte impacto político, respaldó a Hugo Chávez en su acusación de que las fuerzas militares colombianas violaron territorio ecuatoriano en el operativo que terminó con la vida del número dos de las FARC, Raúl Reyes.
"La Argentina está muy consternada y preocupada ante una evidente violación de la soberanía territorial de un país de la región como es Ecuador", dijo una alta fuente oficial de la Cancillería ayer, ante la consulta de LA NACION.
Chavez, el mediador humanitario,
había tomado sus medidas:
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dio ayer el paso más osado en la conflictiva relación que tiene con su par colombiano, Alvaro Uribe: molesto con la muerte en Ecuador del N° 2 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Raúl Reyes, al que definió como “un buen revolucionario”, ordenó el envío de 10 batallones (unos 6000 hombres) a la frontera con Colombia y el cierre de la embajada venezolana en ese país.
Para entonces, ya también había calificado al presidente colombiano, dejando bien claro su caracter de mediador bolivariano:
(...) llamó a Uribe “lacayo del imperio”, lo vinculó con el narcotráfico y lo acusó de ser un “mentiroso”, un “terrorista” y de encabezar una organización mafiosa. “Alvaro Uribe puede ser el jefe de una mafia, pero jamás de un país, menos de un país hermano. Es un criminal, él dirige un narcogobierno, es un subordinado de Bush. Dirige una banda de criminales en el Palacio de Nariño.”
(...) “Esto puede ser el comienzo de una guerra en Sudamérica, pero si a usted [Uribe] se le ocurre hacer esto en Venezuela, le mando unos Sukhoi [aviones de fabricación rusa utilizados por la Fuerza Aérea de Venezuela], porque no vamos a aceptar por nada del mundo que Colombia se convierta en la Israel de esta tierra”.
Lejos, muy lejos de su historia, Argentina da pena. ¿Qué pasará si en el próximo paso, nos solicitan "mediadores liberadores"?
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