Así lo ha expresado también Jesús Encinar, en palabras de El Economista:
La modificación de la Ley Hipotecaria para permitir la dación en pago tendría un efecto perverso en España ya que, entre otras cosas, duplicaría (?) el coste de estos créditos ante la necesidad de las entidades financieras de minimizar riesgos.Encinar, o el periodista que lo transcribe, poco viene al caso, comparte con funcionarios de gobierno y banqueros muchas afirmaciones que son por lo menos discutibles...¿realmente se hubiera duplicado el costo de un crédito si las hipotecas se hubieran acordado con criterios más conservadores, más bancarios? ¿qué es más perverso, otorgar un crédito que pende de un hilo, despreocupándose de las consecuencias porque se perseguirá al deudor hasta el borde de la esclavitud, o hacerse cargo de los malos negocios? ¿quién, o qué, fue irresponsable y perjudicial? ¿por qué se da por sentado que todos los contribuyentes se deberán hacer cargo de los perjuicios bancarios? ¿no deberían hacerse cargo las malas empresas, con malas estrategias, de sus malos negocios? ¿por qué presuponer que la quiebra de algunos implica el desastre de todos? cientos de miles de pequeños negociantes han quebrado ya, en silencio y sin que el mundo se detenga. ¿por qué dar vuelta la lógica de las cosas?
Esta idea ya la adelantaba hace meses un informe elaborado por la Agencia Negociadora, y es ahora Jesús Encinar quien asegura en esta misma línea que cancelar las hipotecas simplemente devolviendo la casa al banco es "irresponsable y perjudicial".
Encinar va más allá cuando asegura que "si los bancos tuviesen que asumir las pérdidas de las hipotecas concedidas en los años del boom inmobiliario, el sistema financiero español quebraría(?). Haría falta una inyección de dinero público (?) que pagaríamos entre todos (eso suponiendo que el Estado pudiese conseguir el dinero)".
En el último post de su blog, Jesús Encinar asegura que el problema es que "muchos bancos y cajas jamás debieron prestar dinero a familias que estaban en situaciones de riesgo", porque son los mismos bancos que ahora "necesitan fusionarse , perder su independencia y salir a bolsa a buscar recursos". Sería otro ejemplo más de "privatizar los beneficios y socializar las pérdidas".
"Si las hipotecas se pudiesen cancelar simplemente devolviendo la casa al banco, los que nunca compraron casa rescatarían a los que se endeudaron para comprar. Cautos salvando a arriesgados", afirma el experto, que compró en noviembre una casa tras 20 años viviendo de alquiler.
Además, en línea con lo que defendía la ex ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, asegura que la adopción de este sistema supondría un encarecimiento de los nuevos créditos. "Aquellos que estén buscando financiación para comprar una vivienda pagarán más por sus créditos para salvar a aquellos que compraron durante los años del boom".
¿Otras opciones? Una consistiría en incluir un seguro de impago que cubra la hipotética caída del valor de la vivienda en las nuevas hipotecas, pero esto "encarecería la propia hipoteca" y sería más difícil aún comprar. Para Encinar lo más apropiado para evitar tragedias familiares sería mantener la regla del mercado hipotecario que limita la concesión de hipotecas al 80% del valor de la vivienda " y siempre que el tomador pueda pagar la cuota mensual con máximo un 30% de su renta disponible".
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