La Argentina de Cristina (literatura fantástica)
La teología, decía Borges, es una rama de la literatura fantástica. Como sigamos así, la economía argentina –no estoy seguro cuál de los dos, si “el país real” o el “país mediático”– debería prepararse para entrar en la misma biblioteca.
Dejamos de creer en los números de la Argentina a partir de la manipulación del INDEC. En su discurso de apertura de sesiones, la Presidenta aportó un poco más a nuestro estado de confusión estadística. Como una cifra ya no quiere decir nada, el lanzamiento de dígitos a la marchanta puede proceder sin temor a ser corregido.
Veamos:
+ Para la Presidenta, “La recaudación por ventas de 2009 fue un billón 790 mil millones de pesos, 98 millones más que en 2008″. Difícil. Según el INDEC, el producto bruto de la Nación, del cual el Estado sólo obtiene una parte, estuvo cerca del billón de pesos. De acuerdo a la Secretaría de Hacienda, los ingresos totales del Estado en 2009 ascendieron a 320.000 millones de pesos, esto es, una sexta parte que lo que la Presidenta atribuyó a la “recaudación por ventas”, que no sabemos bien qué es.
+ Según la página de la Casa Rosada,
[La Presidenta] aclaró también que “para ser virtuoso, el crecimiento debe generar empleo, nuevas empresas y disminución de la pobreza y la indigencia”, tras remarcar que entre el año 2003 y el 2008 el Producto Bruto Interno (PBI) creció 63 por ciento. “Ese el crecimiento económico en el que creemos y por el que hemos trabajado desde el año 2003″, dijo, y recordó que “en el período comprendido entre 1993-1999 la economía creció 24,4%, con una creciente expulsión del mercado laboral de millones de argentinos”.
¿Puedo citar al INDEC para corregirla? Las cifras son: 1993-1999: +17,7%. 2003-2008: +49,7%. La comparación es, desde luego, tramposa: en un caso (1993-1999) evita tomar los años 91 y 92, más favorables, pero opta por incluir el 99, de recesión; en el caso del ciclo kirchnerista, decide no incorporar el recesivo 2009. Pero el problema no es el capricho: el problema es que las cifras están mal calculadas. Pero no importa: es literatura.
Me viene a la mente un párrafo del 1984 de Orwell, que alguna vez posteamos en este blog:
Pero en realidad, pensaba Winston mientras reajustaba las cifras del Ministerio de la Abundancia, ni siquiera era una adulteración. Era simplemente sustituir una falsedad con otra. Casi todo el material no tenía ninguna relación con los hechos reales, ni siquiera la conexión de que fuera una mentira directa. Las estadísticas eran pura fantasía, tanto en su versión original como en la rectificada. Muchas de ellas eran producto de la inventiva de los propios funcionarios. Por ejemplo, el Ministerio de la Abundancia predecía que se iban a producir un total trimestral de ciento cuarenta y cinco millones de pares de botas, en tanto las cifras reales de lo fabricado se referían a sesenta y dos millones. Pero Winston, al volver a escribir la predicción, fijó la cifra en cincuenta y siete millones, para más tarde poder afirmar que la cuota se había superado. De todos modos, sesenta y dos millones estaban tan lejos de la verdad como cincuenta y siete o ciento cuarenta millones….Sólo se sabía que cada trimestre se fabricaba sobre el papel una cifra astronómica de botas, aunque quizás la mitad de los habitantes…estuvieran descalzos. Y ocurría lo mismo con los demás datos registrados, fueran importantes o no. Todo acababa por diluirse en las sombras, hasta el extremo de que se ignoraba a ciencia cierta la fecha del año que se estaba.
Diario de viaje, notas al azar de alguien que se dedica a la tecnología, y alguna vez (allá lejos y hace tiempo) fue un estudiante de filosofía. Aquí caerán las notas que excedan la tecnología y la educación, que es lo que en general más me ocupa...
lunes, marzo 01, 2010
La economía argentina y la literatura fantástica, según Lucas Llach
¿Qué más se puede decir? Sería humorístico si no significara la condena de futuras generaciones. La comparación de las afirmaciones gubernamentales argentinas con la literatura fantástica, según Lucas Llach:
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