Aunque los inversores afectados mayoritariamente no estarán en países emergentes, lo que sí sufriría serían los productores, y los planes nacionales basados en estimaciones construídas sobre una burbuja. Entre nosotros, Argentina, Uruguay y Chile verían caer sus ingresos. Sus bases económicas descansan sobre commodities.Algunos analistas temen que una eventual corrección del mercado podría tumbar los precios de las materias primas entre un 30% y un 50%.
“Nos encontramos ante una burbuja generalizada en el mercado de commodities”, sentenció recientemente el controversial especulador y financista de origen húngaro George Soros, en un foro auspiciado por el Centro Europeo de Estudios de Políticas Europeas en Bruselas. “Tenemos una burbuja debido a que los commodities se han convertido en instrumentos de inversiones especulativas que las instituciones están usando cada vez con una mayor frecuencia”.
Soros, quien amasó parte de su fortuna de US$ 8.500 millones detectando la aparición de anomalías en los mercados, se refería a la popularización de una serie de instrumentos de inversión empleados por los grandes fondos institucionales y por el público en general para apostar en los mercados de commodities.
“El mercado de materias primas es tan pequeño que no puede soportar el ingreso de tanto dinero”, dice el analista independiente Steve Briese, autor del libro The Commitments of Traders Bible y editor del sitio de internet CommitmentsOfTraders.org.
Briese, quien desde hace 30 años evalúa el desenvolvimiento de los precios de las materias primas, calcula que el dinero fresco que ingresa al mercado proveniente de los grandes fondos institucionales y del público en general suma unos US$ 240.000 millones, monto que aumenta el volumen de apuestas al alza en más de un 40%.
El dinero fresco proviene de inversionistas que hasta hace muy poco se habían mantenido distantes del mercado de commodities, incluyendo a algunos grandes fondos de inversiones y al público en general que ahora puede invertir directamente en el mercado a través de Exchange-Traded Funds (ETF) especializados en las materias primas.
Según Briese, los pequeños inversionistas le han inyectado hasta US$ 40.000 millones al mercado, a través de ETF indexados a los commodities, como PowerShares DB Commodity Idx Trking Fund, y iPath Dow Jones-AIG Commodity Index Total Return.
Los restantes US$ 200.000 millones provienen de grandes fondos institucionales, conformados principalmente por fondos mutuos y de retiro y por fondos estatales de inversión que administran la abundante riqueza de los países petroleros árabes.
Parte de ese dinero está ingresando al mercado en busca de un lugar seguro donde protegerse de la debilidad del dólar y la volatilidad de las acciones. Pero la mayor parte del tsunami de inversiones está siendo incentivada por la noción de que las materias primas cuentan con propiedades de preservación de riqueza similares a las de la bolsa de valores. Es decir, que en promedio los commodities tienden al alza, como sucede con las acciones. Y ésa es una percepción que algunos simplemente califican como falsa.
“Gran parte de este dinero que ha entrado en el mercado proviene de inversionistas que han sido convencidos de que hay un auge permanente en el mercado de commodities, y cuando se den cuenta de que están perdiendo dinero, van a comenzar a retirarlo, como siempre lo han hecho los especuladores en commodities a lo largo de los últimos 35 años”, dice Briese.
Para Michael Frankfurter, estratega en jefe de Inversiones de Managed Account Research, Inc., el dinero especulativo fresco distorsiona los precios debido principalmente a que algunos instrumentos derivados usados en estos mercados, como los futuros, las opciones y los forwards, fueron diseñados originalmente como herramientas para administrar riesgo, no para especular. Estos derivados permiten asumir posiciones a favor del alza (largas) y la baja (cortas) de los precios, dice Frankfurter.
Además, algunos instrumentos que han ganado notoriedad recientemente están organizados de tal manera que presionan los precios al alza. En el caso de los ETF, los administradores sólo se limitan a armar una cartera de inversiones imitando la composición de productos empleados en los índices que imitan.
El fondo PowerShares DB Commodity Idx Trking Fund (DBC), por ejemplo, invierte en petróleo, metales y granos en la misma proporción que está distribuido en el índice GSCI Excess Return Index elaborado por Standard and Poor’s.
Y esa característica de los ETF obliga constantemente a ingresar al mercado como compradores para mantener la distribución de los productos dentro de los fondos, lo que en esencia significa el mantenimiento casi exclusivo de posiciones largas. Las posiciones sólo son vendidas cuando los contratos en los mercados de futuros están por expirar y son reemplazadas con la adquisición de nuevos contratos. “Estas anomalías están distorsionando el mercado sistémicamente”, dice Frankfurter.(...) Soros calificó la situación en el mercado de commodities como una “burbuja incipiente” que podría seguir creciendo de tamaño por un tiempo más, alimentados por los argumentos de que el consumo en China y en otros países asiáticos va a seguir creciendo, antes de que llegue el momento de la verdad y los inversionistas se retiren, provocando un abrupto colapso de los precios.
Según el magnate, las burbujas normalmente atraviesan por dos etapas bien definidas. La primera de ellas es un periodo de racionalidad, en el que el auge cuenta a su favor con una serie de hechos que le brindan soporte. Pero en algún momento la “exuberancia irracional” se apodera del proceso, dando pie a que la tendencia y los hechos que brindaron inicial soporte al auge sean sobreestimados.
“Las burbujas tienen al inicio un elemento de realidad, una tendencia que prevalece en el mundo real, y luego se dejan llevar por un concepto erróneo, una indebida interpretación de esa tendencia”, dijo Soros en su discurso en Bruselas.
En la opinión de Soros, el auge apenas estaría al inicio de su segunda etapa, pero otros analistas, incluyendo a Briese, creen que el mercado más bien ya está cerca del final y sólo requiere de alguna excusa para que los grandes fondos de inversiones comiencen a liquidar sus posiciones.
Esa excusa puede venir en la forma de un anuncio por parte de China de que espera un menor ritmo de crecimiento económico, o incluso señales de que los recientes recortes de tasas aplicados por la Reserva Federal le brindarán suficiente asidero al dólar para estabilizarse, con lo cual gran parte del dinero que entró en los commodities regresaría a la bolsa.
“Me temo que vamos a tener una liquidación a lo largo de todo el sistema”, advierte Briese. “Y tal como sucedió con el ascenso de los precios, la tendencia no va a prestarle ningún tipo de atención a los elementos fundamentales en su camino de regreso. Así que todo el dinero que ingresó va a salir en la misma proporción”.
Diario de viaje, notas al azar de alguien que se dedica a la tecnología, y alguna vez (allá lejos y hace tiempo) fue un estudiante de filosofía. Aquí caerán las notas que excedan la tecnología y la educación, que es lo que en general más me ocupa...
domingo, junio 15, 2008
Commodities en el borde
Insistentemente se viene hablando de la existencia de una burbuja en el precio de las materias primas. A la burbuja en plena caída de los mercados inmobiliarios se le puede agregar ésta. Tiene sentido, considerando el crecimiento sostenido de los precios por más de tres años para muchas commodities, sean petróleo, cobre, o soja, que volcó numerosos capitales a la especulación con precios futuros. Se ha sostenido repetidamente que las "economías emergentes" han estado libres de la crisis financiera que continúa en pleno curso; pero esa libertad ha estado basada en que estas economías se sostienen básicamente en la exportación de materias primas con valor en ascenso contínuo. La pregunta es qué pasará en el caso de una caída de los precios, especialmente si esa caída es brusca. Antonio María Delgado escribe para América Economía un artículo sobre el problema:
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