domingo, enero 13, 2008

La política del avestruz


Si se esconde la cabeza, los problemas no existen. Esta parece ser una actitud bastante común hoy en España, especialmente si el interesado es gobierno o está en la cresta de la ola de los problemas. No se debe hablar de crisis, y eso vale para el ministro de economía, cualquier autoridad monetaria o director de banco, cualquier autoridad de vivienda o trabajo, cualquier funcionario de empresa constructora, inmobiliaria o de fondo de bolsa, o el mismo presidente de gobierno. Las próximas elecciones gobiernan las palabras, y hay que encomendarse al cielo para esperar que atrás de las declaraciones tranquilizadoras, existan planes de contingencia para afrontar el pantano que se presenta delante.
A principios de enero, Citigroup, que también está fuertemente afectado por la propia crisis norteamericana de las hipotecas, publica un "mapa de riesgo crediticio" en España, que muestra a la mitad del país en rojo o naranja. La exposición de la banca es la consecuencia directa de la caída ya innegable de la construcción. El "mapa" pone en primer lugar a las cajas de ahorro de las comunidades, que aparecen fuertemente comprometidas con la financiación de constructoras y gestoras inmobiliarias.
Se ha creado un abrazo mortal entre constructoras, banca, bolsa y fondos, del que no saldrá nada bueno, y que probablemente tendrá perdedores y castigos: sabemos ya que el panorama de las constructoras e inmobiliarias no será el mismo, pero quizá tampoco sea igual el panorama futuro de la banca regional.
Pero aún más, ¿cuántos pequeños inversores perderán? sólamente la caída de las ventas y precios de la vivienda implicarán pérdidas importantes para quienes compraran propiedades como inversión, o para pequeñas constructoras financiadas a futuro. ¿Y las actividades económicas y puestos de trabajo perdidos, cómo se absorberán? Y si consideramos que un motor importante del mercado de vivienda residencial es la inmigración, ¿una caída laboral cómo impactará?
Se dice contínuamente que la creciente crisis española "de la vivienda" está motivada por un factor externo, la "crisis subprime", pero esto parece subestimar la realidad, y oscurece el camino de las soluciones: no se trata de una crisis inducida, sino de la presencia de un catalizador ante condiciones internas ya advertidas. ¿es cierto que las hipotecas españolas se otorgan con garantías sanas? Personalmente he visto múltiples casos en que el costo de la hipoteca está en el límite de pago, y en muchos casos, incluso, con una ingeniería que dibuja la realidad. ¿Cuántas hipotecas hoy podrían calificarse como "basura"? Las exigencias recientes acerca de la tasación de viviendas muestran que los créditos se otogaban con mucha liberalidad. Un escalón más arriba, las empresas que hoy aparecen en riesgo en bolsa, o las que ya entraron en concurso, están mostrando una operatoria de financiamiento que está lejos de ser sana.
Visto en forma amplia, ¿se han monitoreado las condiciones en que se otorga crédito? ¿se vigila la proporción de endeudamiento de las entidades?¿existieron o existen estrategias que bajen la dependencia económica de la construcción?
Esperemos, que más allá de las elecciones próximas, las cabezas dirigentes estén pensando cómo salir de esta encrucijada...

El mapa de la crisis de Citigroup (arriba) fue publicado por Cotizalia el 11-01-08

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