Consuelo Suncin Sandoval, esposa de Antoine de Saint Exupery, ocupa un lugar propio en los años de preguerra especialmente. Miembro de una familia rica de Centroamérica, en años donde eso significaba vivir muy por encima de su sociedad, tuvo una cuidada educación, como solía ser en esos años, en Estados Unidos y especialmente Europa.
No la conocía, y descubrí algunos rasgos de su vida en Wikipedia. No es mucho lo que se dice allí, pero se trasluce una vida social e intelectual que recuerda, por ejemplo y salvando las distancias, a la inquieta vida de George Sand. Divorciada en América, se casó en Francia con Enrique Gómez Carrillo, periodista y funcionario diplomático guatemalteco nacionalizado argentino. Gómez Carrillo tenía años de periodismo, literatura y política, y merecería dedicarte también su tiempo. Su visión de la Rusia soviética es muy interesante de leerse.Este matrimonio duró muy poco: Gomez Carrillo murió el mismo año de su casamiento. Así, las contingencias de su viudez la llevaron a Argentina, para tramitar la herencia de su marido. Desde 1927 vivió en Buenos Aires, hasta que en 1931 conoció a Saint Exupery, presentada por Luis Saslavsky, en esa época director de cine en Argentina y Estados Unidos. Saint Exupery era entonces no sólo piloto, sino gestor de la compañia Aeropostal, pionera en el transporte de correo en América del Sur. Casados en Francia, su matrimonio terminó por la muerte de Saint Exupery, derribado sobre el Mediterráneo en una misión de relevamiento fotográfico.
Para entonces, El Principito era ampliamente conocido. En unas memorias publicadas sólo después de su muerte, Consuelo afirmaba que algunos de los capìtulos referían historias vividas por ambos. Estas memorias pueden conseguirse todavía: Memorias de la rosa.

