domingo, octubre 17, 2010

La lección chilena




Tanto en el incidente de la mina San José, como en el mucho más grave de la catástrofe nacional que significó el terremoto de este año, lo que se puede observar es una sociedad solidaria y con una voluntad de hierro para salir adelante. Y también, voluntad y capacidad para prevenir y para aprender de sus calamidades. Así lo ve Fernando Laborda (La Nación, 17 de octubre), cuyas observaciones comparto, prescindiendo de las referencias -obvias- comparativas con Argentina:
(...) Chile nos acaba de dar un ejemplo de unidad en la acción, trabajo en equipo, conducción en medio de una crisis, entereza en la adversidad, constancia y, por sobre todo, profundo respeto por el valor de la vida.
Ha brindado un ejemplo contundente de cómo convertir un episodio desafortunado, no exento de negligencia, incompetencia y probablemente corrupción, en una brillante oportunidad para exhibir ante el mundo lo mejor de los chilenos.
(...) Nada de eso hubiera sido factible sin voluntad política y sin esa concordia entre sus dirigentes, tan extraña para los argentinos. Tampoco hubiera sido posible sin un presidente concentrado en las cosas concretas, en las soluciones puntuales a problemas puntuales, que no precisan prolongados debates ideológicos a los cuales son tan afectos otros mandatarios de la región.
El rescate de los mineros resultó exitoso porque no apostó a la magia, sino a la acción responsable y eficaz: se consultó y se puso a trabajar a los mejores; se importó el equipamiento adecuado; se respetaron todos los protocolos de seguridad; se trabajó sin prisa, pero sin descanso, y se unió a todo el país detrás de un propósito. Así, antes de lo pensado, se cumplió el objetivo.
Chile nos ha demostrado que el verdadero progresismo no pasa por ser de izquierda o de derecha, esa forma de hemiplejia moral que Ortega y Gasset asociaba con la imbecilidad.
El verdadero progresismo pasa por la eficiencia. Ser progresista hoy significa lograr consensos para edificar políticas de Estado al margen de mezquinas diferencias ideológicas o de estériles polémicas en torno de un pasado que a veces coarta la visión del futuro.
En un contexto dramático, donde llegar a lograr la unidad de voluntad no fue simple, el liderazgo en el interior de la mina y en el exterior,  obró en el sentido correcto. Me uno a los que desearían ver este ejemplo aplicado en su país.

Las fotos: publicadas en La Nación del 12 de octubre de 2010.

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