sábado, julio 25, 2009

La crisis y las escuelas de negocios

Al tiempo de buscar elementos que expliquen cómo se pudo llegar a una crisis tan seria como la que todavía padecemos, en general se apunta a la deficiencia de control, como uno de los factores más importantes. Pero a poco de considerar los fallos de control, por detrás de éstos también hay otro gran fallo de ética, a nivel de la actividad y criterios de valoración de individuos e instituciones. Son muchas las observaciones que siguen esta dirección, y muchas de ellas señalan la responsabilidad de la formación. Antes se comentó aquí la crítica de Minzberg a las escuelas de negocios norteamericanas. En junio , Juan Pablo Rioseco amplía reflexiones a las escuelas de Latinoamérica. Los que siguen son algunos aspectos de importancia:
"Las escuelas de negocios tienden a ver al mundo de una manera reducida", dice Jaime Alonso Gómez de Aguirre, director de la Egade, de Monterrey. "Y no reflejamos la realidad tal como es: compleja, dinámica y cambiante". Y las escuelas deben lograr que sus planes de estudios sean congruentes con esto.
Y en medio de una crisis impulsada por incentivos perversos y actuaciones de dudosa moralidad, la ética es tema común de los decanos. Para muchos, la bonanza económica de los años anteriores hizo que las empresas buscaran ejecutivos con formación fuerte en aspectos técnicos. Y las escuelas respondieron. "En Brasil, en los últimos años hubo poca atención en temas como ética y filosofía, en desmedro de otros técnicos", reconoce Paulo Tarso Resende, director de desarrollo de la Fundación Dom Cabral (FDC) y responsable de las maestrías de la institución. "Las escuelas cayeron en la trampa de ver a la empresa como un gran bloque, compuesto de finanzas, marketing, etcétera".
Pero, a raíz de la crisis, desde octubre FDC viene aumentando la carga de disciplinas humanas y desarrollando más charlas sobre gobierno corporativo y entendimiento político global. "Continuamos con las disciplinas normales, pero incorporamos grandes temas que tocan más al ser humano que a las corporaciones". La idea es que los ejecutivos desarrollen una visión más crítica de lo que pasa en la empresa.
Nadie piensa que deberían crearse cursos especiales sobre la responsabilidad en los negocios. Pero sí que el tema debe traspasar todas las clases. "No se trata de que un especialista hable de ética, sino de que un profesor de finanzas dé una visión ética de las finanzas", dice Marcelo Paladino, decano de la IAE Business School, en Buenos Aires. Para Gabriela Alvarado, directora de las maestrías de negocios del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), en México, el tema ético ha estado en las agendas de las escuelas desde hace algunos años, pero ahora se está retomando de forma más explícita. "Es un cambio importante en la currícula de los MBA", dice. "Y debe permear todas las materias de un programa". La visión integradora también es parte del esfuerzo de la Escuela de Administración de la Universidad Católica de Chile (PUC). "Tenemos que dar sólidas bases conceptuales, pero en la última parte del programa debe haber una capa de conocimiento más integrativa", dice Jorge Tarziján, director de la escuela.
Francisco Sanánez, decano del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) en Caracas, apunta al entorno. "Algunos de los excesos en avaricia, por ejemplo, tienen que ver con que no tenemos contextos en lo social, en lo macro, lo público, lo económico", dice. "La educación de líderes tiene que estar marcada en un contexto más amplio". Pero advierte que no hay que quitar mérito a las herramientas duras y de finanzas de que se han valido los MBA. "La robustez analítica y rigidez son inmejorables a la hora de distribuir recursos y conseguir capital". De hecho, hace un par de años muchos programas empezaron a enfatizar el tratamiento de las "habilidades blandas", pero justamente a la luz de la crisis, se dieron cuenta de que no deben descuidar las duras. "Ambas se debe complementar", dice Alvarado, de ITAM. "La tendencia hoy no es sólo fortalecer las habilidades suaves, sino retomar la relevancia de las analíticas y agregarle un énfasis importante en habilidades suaves".
Para Luiz Artur L. Brito, coordinador del Magíster Profesional en Administración de la FGV-Easp, en São Paulo, se necesita una visión sistémica. "Antes se evaluaba a un ejecutivo de finanzas, por ejemplo, según su contribución en su función. En adelante, se tenderá a enfatizar más la interacción de su función con otras dentro de la organización".
Por otra parte, tampoco se puede culpar a las escuelas de negocios por errores de individuos. "Juegan muchas variables: la persona, su medio, su formación desde pequeño, sus valores, sus creencias", dice Juan Pablo Calderón, director de Anáhuac MBA, en México.
[...] Más allá del aula, muchos también echan de menos la investigación seria sobre la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). "Tenemos que buscar establecer una relación empírica positiva entre RSE y creación de valor", dice Raphael Bergoeing, director de postgrados de la facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile. "Eso uno lo puede intuir, pero hay que cuantificarlo con técnicas precisas desde la academia". Durante los últimos años las escuelas han estado intentando mostrar que el comportamiento ético a largo plazo genera mejores resultados que el comportamiento no responsable, dice Vicente Ferreira, vicedirector de Educación Ejecutiva de COPPEAD. Bajo el prisma de Gómez de Aguirre, de la Egade, la RSE está pasando de ser una moda a formar parte de un modelo de negocios de manera deliberada.

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