Conocí primero a Lewis Carroll a través de Alicia, antes de aprender que una obra tiene un autor. Andando el tiempo, volví a Carroll desde la lógica y las matemáticas, mencionado quizá por Babini en los antecedentes de la escuela lógica inglesa o por sus escritos matemáticos. Volví a leer a Alicia... teniendo presente estas relaciones mucho más tarde, hasta que por 1999 o 2000 pude conocer la actividad fotográfica de Carroll y sus imágenes de Alicia Lidell, a través de una exposición en el Teatro San Martín de Buenos Aires. Allí estaba la pequeña Alicia, sus hermanas, sus padres, y Charles Dodgson, es decir Lewis Carroll, en fotografías perfectas y perturbadoras.
A medida que se despliegan cada una de las señales que expresan a Carroll, más valor dan a aquél cuento para niños, creado un día de campo...
(...) Un día, sin embargo, sacudirán ese letargo mágico"
(Jorge Luis Borges y Margarita Guerrero. “Animales de los espejos”, en Manual de Zoología Fantástica” ,o "El libro de los seres imaginarios", como lo conocí en España; 1957)
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