Quizá la pasada elección de diputados marque el inico de una declinación suave de un asunto muy discutido, pero quizá no tan relevante: los reclamos e iniciativas "nacionalistas" de las izquierdas regionales españolas, encargadas de exacerbar las diferencias linguísticas y culturales en España, particularmente fuerte en Cataluña. Existe en este momento una iniciativa en favor del castellano impulsada por Fernando Sabater, que sonaría absurda para cualquiera que recorriera España, pero que tiene sentido dentro de las decisiones institucionales de algunas comunidades autonómas, y en la posición de muchos partidos "nacionalistas" regionales.
La importancia de esta polémica, fuerte en España, es inexplicable fuera de ella. Será muy difícil que un empresario japonés, ruso, chino o indio estudien catalán o vasco: la lengua de intercambio a aprender es el castellano. Desde el exterior, sólo un etnólogo, un filólogo, pueden tener interés primario en las lenguas regionales. La insistencia en su uso y estudio obligatorio en algunas autonomías, suena tan fuera de lugar como su antigua prohibición. Y esto es más así, con el gran peso que va tomando en el país la presencia de la inmigración. En la Comunidad Valenciana, donde existe una presencia mitigada de la discusión, y el valenciano es una lengua activa pero no mayoritaria, la inmigración representa el 16% de la población. Esa población cambiará el rumbo de la discusión. El diario Las Provincias da una cifra que mide el fuerte impacto de este cambio: durante el período 2007/2008, el 80% de los nuevos empadronados son extranjeros:
El crecimiento [de la población extranjera]se ha dado en las tres provincias, aunque es Alicante donde se ha notado con más fuerza, con 58.390 habitantes más respecto a 2007. En cuanto a la provincia de Valencia, el número de empadronados ha aumentado en 51.778 personas, mientras que en Castellón la cifra se queda en 21.151.En una sociedad donde se deben integrar las culturas diversas de marroquíes, rumanos, ecuatorianos, colombianos, y decenas de orígenes africanos, europeos del este, asiáticos, tratar de imponer la discusión chica de las tradiciones del terruño, suena como un error estratégicos de conducción de las fuerzas futuras. Las expulsiones étnicas y culturales del pasado han demostrado qué se pierde con la intolerancia a la diversidad. El punto es ¿cuál es hoy la intolerancia real?
La estadística establece que en 2016 uno de cada cuatro residentes en la Comunitat será extranjero, teniendo en cuenta la tendencia demográfica de los últimos años. Atendiendo a la nueva actualización del padrón, la evolución se confirma con los últimos datos. De los 131.319 nuevos empadronamientos del último año, en 106.122 casos los protagonistas fueron extranjeros. Es decir, ocho de cada diez nuevos vecinos de la región son inmigrantes.
En comparación con otras autonomías, la Comunitat es la tercera en crecimiento de extranjeros, también por detrás de Madrid (124.349) y Cataluña (125.459). La preponderancia de los inmigrantes frente a los españoles en los empadronamientos también queda patente a nivel estatal, teniendo en cuenta que de los 862.774 nuevos habitantes de España, 701.023 son extranjeros.
El papel de la inmigración en la sociedad valenciana es más que importante. La Comunitat es la segunda región con mayor porcentaje de inmigrantes respecto a la población total, sólo por detrás de Baleares. De hecho, el 16,7% de los habitantes son extranjeros. En 2007, el porcentaje se situaba en 14,9%. En cifras redondas, 838.224 inmigrantes ya residen en la Comunitat, una cifra que supera con creces la población de Valencia capital.
Imágen tomada de Wikipedia: "Embarque de moriscos en el Grao de Valencia"
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