jueves, julio 17, 2008

Europa, ¿no kids?



Dos notas leídas durante julio (La Nación, The New York Times) recuerdan una tendencia bastante frecuente en Europa, en algunos lugares más que en otros: la preferencia por no tener hijos, o tener solo uno. Es parte de un fenómeno más global, y su mayor expresión. Las generaciones que vivieron la gran guerra, que debieron esforzarse duramente por reconstruír un mundo, contribuyeron a crear una sociedad de bienestar, con un nivel medio de educación muy superior al anterior, y otras expectativas. The New York Times destaca algunas razones que se deben considerar: no es fácil en las actuales condiciones el sostener una familia, y mucho menos una del estilo del siglo XIX (El artículo de NYTimes merece otro momento). Así, los objetivos han devenido distintos. La tecnología está al alcance de la mano; las ciudades han transformado radicalmente su infraestructura, servicios que hace cincuenta años eran impensables, hoy son usuales y necesarios. Pero también, el costo de mantenerse en esta sociedad ha crecido dramáticamente, y, como bien lo sabe España, tener una casa es casi una condena a perpetuidad.
Hace casi cien años, Europa vivió una Belle Epoque, que podría recordar mucho algunos de los aspectos actuales: exposiciones universales, progreso, arte, buena vida. Sin embargo, aquella terminó de la peor manera. Así también hoy, sombras perturbadoras llegan de fuera del círculo de los 27: frágiles embarcaciones se arriesgan a todo para alcanzar las costas desde África y Asia; una ola incontenible de inmigrantes del este y del sur está cambiando las reglas de juego. Y la economía se complica, en un juego de interrelaciones que realimenta una crisis global. Quizá las preocupaciones cambien este modelo en pocos años.

Los dibujos: el primero, Jordi Labanda, en Magazine de 29 de junio 2008. El segundo, en Magazine también, por Krahn.

No hay comentarios: