lunes, abril 01, 2024

Elia Barceló a propósito de Orwell


 Una muy buena entrevista de Celso Varela a Elia Barceló en Zenda, a propósito de 1984 de Orwell. Si no leyó 1984, es probable que esta conversación le dé la curiosidad necesaria para hacerlo. Y si lo leyó, es probable que encuentre razones para volver sobre él.

De la apertura de la conversación: 

—¿Para ti este libro es ciencia ficción?

—Cuando empecé a leerlo sí. Ahora es mucho más: es ciencia ficción, es distópico, es filosófico, es político, es histórico, es todo. Para mí la ciencia ficción fue el principio de mi relación con la literatura, y sigue siendo mi gran amor, sigue siendo el género que yo pienso que más abre la mente. Si has leído Fahrenheit 451, de Ray Bradbury, sabes que al final hay personas que se aprenden un libro de memoria para que no se pierda. Si yo me tuviera que aprender un libro de todo lo que ha producido la humanidad me aprendería este de memoria para que no se pierda. Entonces, cuando entré, dije: “A mí esto me va a gustar”, porque nada más empezar lo de los relojes (Era un día frío y luminoso de abril y los relojes estaban dando las trece), dices: “Huy, este no es nuestro mundo como yo lo conozco, esto es otra cosa. Bien.”

Cada día que pasa, Orwell se hace más contemporáneo.

La fotografía, en elplacerdelalectura.com

domingo, marzo 31, 2024

En otro mundo

Javier Memba, en "Rita Hayworth y la ira de Dios", en Zenda, a propósito del alzheimer de Rita Hayworth, confundido por muchos años con alcoholismo:

Uno de los grandes embustes en torno a la creación artística y literaria es la lucidez del alcohol, repito una vez más. Ahora bien, hay excepciones. William Faulkner, Jack Kerouac, Malcolm Lowry —aunque Kerouac se mató bebiendo y el gran Malcolm prendió fuego a su casa en un ciego—. Me descubro —como esta serie de artículos demuestra— ante quienes son capaces de disfrutar del don de la ebriedad sin desbaratar la realidad hasta el desastre. Con todo, eso de atribuir cierto alcoholismo a alguien que no bebía [Rita], me parece una falsedad censurable.

Los artículos citados de Faulkner y Kerouac merecen ser leídos.  Y haría falta uno sobre Lowry, que desagraviara la pobre versión de Houston del Bajo el Volcán de Lowry.

viernes, marzo 29, 2024

Cambiando occidente por oriente


Dice Zigor Aldama, en Las Provincias, este 27 de marzo:
Por regla general, nos importa lo que nos afecta. Y son muchos los niveles a los que se puede dar esa afectación. El problema es que, en demasiadas ocasiones, somos demasiado cortos de miras para entender que algo que nos resulta lejano puede acabar impactándonos con fuerza. Porque vivimos en un mundo globalizado.
Su advertencia prologa sus comentarios sobre África, que suma peligrosos cambios que deberían ser tenidos en cuenta. Aldama habla particularmente sobre el estado de la región del Sahel:
En solo tres años se han sucedido siete golpes de Estado en los países que componen la franja del Sahel. Varios más no tuvieron éxito. Son el resultado de un caos provocado por corrupción, yihadismo y, también, por la lucha geopolítica entre poderes en declive y otros en auge. Por un lado, potencias coloniales como Francia y superpotencias imperialistas como Estados Unidos tienden a dar su apoyo a los gobiernos democráticamente -más o menos- elegidos; por otro lado, las grandes potencias autoritarias, Rusia y China, ayudan a quien mejor sirva a sus intereses en la región, que cada vez son más.

Y pocas veces se aprecia mejor esta batalla entre los dos grandes bloques ideológicos del siglo XXI como en Níger, que la semana pasada decidió romper los acuerdos de colaboración militar con Washington, por los cuales en torno a un millar de efectivos estadounidenses puede operar en su territorio -incluso con una base aérea-, y abrir «un nuevo camino de cooperación» con Rusia. Por si fuese poco, también hay sospechas de que los golpistas nigerinos están llegando a acuerdos secretos con Irán, un país al que le viene de perlas el uranio de este país africano.

Occidente ha tratado de abrirse camino en África con ayuda al desarrollo, pensando en el ciudadano de a pie. Rusia y China son más inteligentes. Saben que a los dirigentes del Sahel lo último que les importa es su población, así que hacen lo que saben que funciona mejor: llenarles los bolsillos. Es una magnífica estrategia para hacerse con recursos naturales, lograr contratos para infraestructuras, y comprar voluntades que vienen muy bien en las votaciones de organismos internacionales.

Mientras tanto, las consecuencias las paga la población civil que no tiene ni voz ni voto. En el peor de los casos, cae en las garras de los movimientos islamistas que encuentran en el Sahel un acomodo perfecto. Y eso también nos puede salpicar. No en vano, el Índice Global del Terrorismo de 2023 considera a África como epicentro mundial de la violencia yihadista, que tiene una presencia especialmente elevada en el Sahel occidental. Cuatro de los diez países más afectados por esta violencia se encuentran en la región.
Como titula Aldama, "fuera Occidente, bienvenida sea Rusia". Estamos en medio del cambio de hegemonías, y no es un cambio para mejor: el colonialismo simplemente cambia de manos, y los nuevos hegemónicos están muy lejos de sostener sociedades democráticas. Tienen muchas décadas por delante sin necesidad de ocuparse de ello.

La foto, de Amnesty.org

 

jueves, marzo 28, 2024

La caverna

 Dice Hernán Iglesias Illa, en sus notas (#50) por correo de Seul:

El 15 de marzo de 1968, el periodista francés Pierre Viansson-Ponté escribió en Le Monde: “Lo que define a nuestra vida pública es el aburrimiento”. Una semana después los estudiantes tomarían la Universidad de Nanterre y se iniciaría lo que todavía hoy, 55 años después, conserva su mística: Mayo del ‘68, la revolución de los boomers. Una vez leí un artículo de Primera Plana de principios de 1969 donde alguien se quejaba de casi exactamente lo mismo sobre Argentina: que no pasaba nada. En medio mundo había revueltas estudiantiles y efervescencia política y, acá en cambio, escribía el redactor anónimo, puro aburrimiento: sociedad de consumo y gobierno militar, Palito Ortega y lavarropas. Meses después vendrían el Cordobazo, Aramburu, la llamarada de violencia política y el terrorismo de Estado. Ojo con lo que deseás.

 ¿alguien cree que NO estamos cerca de un escenario aún más amenazante?

sábado, marzo 16, 2024

Editar ideas

 

Dice Manuel Arias Maldonado, a propósito del centenario de la Revista de Occidente:

Bien sabemos que el mundo ha cambiado y nos parece que el medio escrito ha perdido la preponderancia que una vez tuvo o nos parece que tuvo; ni los periódicos ni las revistas se han convertido en el desayuno de las mayorías, pese a las esperanzas que en ese horizonte utópico habían depositado los primeros ilustrados. No es que hayan desaparecido ni los periódicos ni las revistas, ni que corran riesgo inmediato de hacerlo, pero sería un error llamarse a engaño; son frágiles medios de alfabetización colectiva y se enfrentan a problemas que van de la desaparición del papel que les daba fijeza y presencia a la dependencia de aquellas instituciones o Estados que de vez en cuando acceden a financiarlas. El propósito de fundar y llevar adelante una revista independiente, dotada de criterio propio y con la vocación de mantenerse al margen de las presiones políticas, debe considerarse heroico: quienes sacan adelante cada mes o trimestre una publicación de calidad se arriesgan a que nadie les haga caso y hay que admirar la presencia de ánimo de quien se sabe lanzador que lanza botellas al océano. Sin ellas, sin embargo, la conversación pública sería aún más pobre; las revistas le proporcionan una temporalidad distinta, mayor hondura reflexiva, atención a detalles que de otro modo pasarían desapercibidos.

 En Letras Libres, participante de esa intención. Si quiere conocer La Revista de Occidente, Dialnet es un punto por donde acercarse.

 

miércoles, marzo 13, 2024

¿La dictadura perfecta?

Dice Zigor Aldama este 13 de marzo en Las Provincias:

Es muy posible que China haya creado el Estado autoritario perfecto. A nivel doméstico, opera sin provocar una sensación de opresión en la ciudadanía, pero también sin dejar resquicio alguno a la disidencia. En temas sociales y económicos, es suficientemente flexible como para adaptar sus políticas a las exigencias de la población, pero los 1.400 millones de chinos tienen perfectamente claras cuáles son las líneas rojas que no deben cruzar en política. Por otro lado, desarrolla tecnologías y una capacidad industrial sin parangón para incrementar el bienestar de sus súbditos, pero también para controlar hasta el último de sus movimientos. Y, sobre todo, es especialmente eficaz en su equiparación de Estado, Gobierno y Partido Comunista, que son elementos indisociables que pueden utilizarse como sinónimos. Criticar a uno es atacar al resto.
A nivel internacional, el peso económico es clave para callar bocas. Aquellas exigencias occidentales de avances en materia de Derechos Humanos son algo del pasado, de cuando China necesitaba al mundo más que el mundo a China. Ahora a Pekín no se le tose. Se puede arremeter contra Irán, contra Corea del Norte e incluso contra Rusia, pero no contra el gobierno que controla la mayoría de lo que consumimos. Quienes vaticinaron que el Partido Comunista colapsaría se equivocaron; y se equivocan quienes prevén que eso suceda a medio plazo.

Aldama resume bien en su artículo el momento por el que pasa China, y el equilibrio de fuerzas a nivel internacional. Esta es sólo la introducción de su artículo, que avanza luego sobre el estado actual de Hong Kong y Taiwan, y de las políticas internas chinas. Al decir "equilibrio de fuerzas internacional", lo que se ve es uno inestable, donde la hegemonía norteamericana y occidental cede progresivamente su lugar a China y su conjunto de alianzas. Con viento a favor, los amigos se multiplican. Cada vez más, aquello que fue el "patio trasero" de Estados Unidos, es el amigo sudamericano de China. Sería muy ignorante quien hoy sostuviera esa idea popular hasta los setenta del siglo XX, vidriosa hasta comienzos del siglo XXI, y obsoleta y mentirosa en estas dos últimas décadas. Hoy la potencia hegemónica en Sudamérica y África es China. Y siguiendo los mismos objetivos y parecidas prácticas que las hoy decaídas potencias occidentales. 

La foto, escenas de la conmemoración de los 90 años del ejercito popular chino (2017), en Guioteca


 

lunes, marzo 11, 2024

Cuando cambió todo para siempre


Encontrado a través de Seul: de una argumentación acerca de la disolución de Telam, a una genial descripción del "funcionario eterno superviviente", a los artículos escritos por Jorge Sigal para La Nación, y de allí al dedicado a un documental sobre Isabel Perón. Dice Sigal -entonces dirigente juvenil comunista- a propósito de los asombrosos cambios que echaron a rodar en 1973 en Argentina:

 Teníamos esa edad en la que es imposible comprender el verdadero significado de la muerte. Impetuosos, quizás arrogantes, suponíamos que la vida no tenía fin y que la revolución, a la que imaginábamos como un almíbar, nos estaba llamando. 1973 fue el año de los santos inocentes.

Yo estaba por cumplir los veinte y era uno de los pocos del núcleo militante al que pertenecía que ya había experimentado el silencio que produce la ausencia eterna. Mi padre, un hombre de una fortaleza y un optimismo asombrosos, absolutamente convencido de que existía un porvenir socialista, se había ahogado en un brazo del río Paraná apenas un año después de mi ingreso a la escuela secundaria. De modo que yo sí sabía, en 1973, que los muertos no regresan.

Sin embargo, lo que no estaba en los cálculos de ninguno –tampoco en los míos– era que la vida podía ser tan precaria y la muerte tan trivial. Y si se quiere, tan rutinaria. Mucho menos, que una sonrisa joven podía congelarse de repente. Casi sin darnos cuenta, nos fuimos metiendo en una danza macabra que duraría diez años.

Como suele ocurrir en todos los tiempos, lo primero que cambió fue nuestro lenguaje. El escaso vocabulario juvenil con el que nos entendíamos hasta muy poco tiempo antes empezó a poblarse de términos nuevos: venganza, paredón, ajusticiamiento. Poco después volvería a ampliarse con otros más truculentos aún, como encapuchado, amordazado, torturado y desaparecido.

Desde la asunción de Héctor J. Cámpora, el 11 de marzo de aquel 73, pasando por la muerte de Juan Domingo Perón, el 1° de julio del año siguiente, y la inmediata asunción de María Estela “Isabel” Martínez de Perón, nosotros los de entonces ya no fuimos los mismos. Porque a las palabras habíamos añadido imágenes. Hechos.

Recuerdo muy bien la fotografía publicada en el diario Clarín del cadáver maniatado de un muchacho del Nacional Buenos Aires, con quien muchas veces había discutido sobre el uso irracional de la violencia. Estaba junto a otros dos militantes dentro de una furgoneta Citroën abandonada en la localidad de Bernal. La crónica policial decía que su cuerpo tenía incrustadas decenas de proyectiles de grueso calibre. Por entonces, también nos fuimos acostumbrando a nuevas siglas y actores: AAA (Alianza Anticomunista Argentina), Montoneros, FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), CdO (Comando de Organización), ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo). Eran parte de nuestro nomenclador juvenil.

Debimos transitar un larguísimo recorrido hasta entender el verdadero sentido de la vida. Morir era mucho más fácil de lo que habíamos imaginado. La cultura funeraria argentina marcó mi generación. Y por más esfuerzos que hagamos por enterrar ese pasado, la historia nos devuelve una y otra vez a esos puntos oscuros. A ese trauma que, con el paso de los años, se fue tamizando hasta volverse también frivolidad. De un inicial intento democrático de cerrar las compuertas de la violencia –lo que se llamó “El pacto del Nunca Más” de 1984– hasta la glorificación a libro cerrado del accionar de grupos ultras sin la necesaria y honesta reelaboración por parte de sus principales protagonistas, muchos de ellos sobrevivientes de la hecatombe.

La fotografía, en  Clarin, Timetoast, LaIzquierdaDiario, y otros.

domingo, febrero 11, 2024

Palabra de Presidente

 Dice Ricardo Dudda, en Letras Libres,  publicación mexicana:

...comentando una entrevista de Pedro Sanchez en La Sexta, glosa afirmaciones textuales de Sanchez durante la conversación:

La ‘fachosfera’ existe y huele a naftalina.” [dice Sánchez]

[comenta Dudda] Es un comentario de tuitero sobrepolitizado sin carisma, que repite ideas recibidas y dice cosas tan originales como “señoros”. No es el comentario de un presidente, pero a estas alturas pedirle al gobierno que tenga un mensaje institucional (cuando confunde intencionadamente lo institucional, lo gubernamental y lo partidista) es ingenuo y provoca melancolía. Hizo comentarios parecidos: dijo que a la “fachosfera” le hubiera gustado más que la canción que lleva España al festival de Eurovisión no fuera “Zorra”, del duo Nebulossa, sino el “Cara al sol”.

Destaco esta particularmente, porque dá vergüenza escuchar a un presidente en ejercicio de su cargo, utilizar una etiqueta propia de una reunión de estudiantes de último año de la escuela media, y salirse tan campante. Con éstas riendas conduce España.

 

miércoles, enero 31, 2024

El problema de la lengua (en España)


 ¿Cuándo comienza la controversia entre catalán y valenciano o balear? En principio y antes de entrar en ello, hay que decir que esta controversia resulta extraña, si se la ve de afuera. O incompleta, porque hay otro actor más, la lengua castellana, o española, como quiera llamarla: No es comprensible que el castellano o español sea un idioma que cruzando el Atlántico tiene casi 500 millones de hablantes, en España, su orígen, sea cuestionado y en ciertos casos, casi prohibido. Peor aún, que en algunas comunidades españolas donde existen dos lenguas, el otro idioma/dialecto local sea el idioma único de los boletines oficiales, de la radio oficial, de la televisión oficial, o aún, el idioma forzado de las escuelas, los centros de salud, los cajeros, las oficinas del ayuntamiento, con la ironía de que un periodista hace una pregunta en catalán, digamos, en las noticias de la televisión, y su interlocutor le contesta en castellano. El periodista sistemáticamente ignora la lengua de su interrogado, y éste le contesta como mejor puede, entendiendo la pregunta, pero siendo capaz sólo de responder en la lengua común de 500 millones de personas. 

Para poner entonces la discusión donde se debe, digamos que se trata de una originada en la existencia de masas sociales, intelectuales y culturales hablantes de una variante lingüística históricamente existente en una región, pero conviviente con el castellano común en la comunidad afectada, y cualquiera de las que la circundan. Siendo un castellanohablante en la comunidad valenciana, y siendo un americano con menos de veinte años viviendo en España, mi visión de la disputa es la de un extranjero. Algo que comparto con los probablemente millones de recién llegados a cualquiera de las dos comunidades, y digo recién llegados a quienes migraron a las dos comunidades en los últimos cien años. No tengo la menor duda de que la lengua local existe, y basta subir a un tren y recorrer estaciones para comprobarlo. Comprendo y comparto el interés de valencianos y catalanes en conservar su lengua, pero no comparto el interés político de minorías en ambas comunidades, de forzar el uso de su lengua a todos los ciudadanos de sus respectivas comunidades, usando métodos que podemos llamar no democráticos, orwellianos: Una sola lengua en la enseñanza primaria por decreto, una sola lengua en la atención pública de funcionarios a todo nivel, selección de funcionarios en base a su conocimiento de la lengua local, incluyendo a la salud pública; difusión de los actos de gobierno en una sola lengua, la local, radio y televisión oficial a todo nivel que habla una sola lengua (su carácter ridículo fue comentado antes). 

Esta manipulación política se ha dado especialmente en Cataluña, pero ha habido períodos en que ambas comunidades obraron en el mismo sentido. Los últimos ocho años de PSOE + Compromis han sido una buena muestra de esa intolerancia y prepotencia en Valencia. Como su extensión a Baleares, donde se llegó a expulsar de la salud o la enseñanza a quienes no se expresaran en la lengua regional, independientemente de la necesidad social de médicos o profesores.

Si trasladamos este escenario al estudio de la lengua, nos encontramos con un panorama oscurecido por banderías y posiciones de partido, donde es difícil analizar sin tropezar con posiciones teñidas de parcialidad. Digamos que  "el problema" de la historia y génesis de valenciano y catalán pasa, de una cuestión de lingüistica y cultural, a una lucha de hegemonismos y prepotencia nacionalista.  Si tratas de buscar estudios serios sobre la genealogía de las dos lenguas, debes luchar contra una enorme hojarasca de estudios políticamente motivados, que llegan al sostenimiento nacionalista de argumentos risibles. No es posible buscar en Wikipedia sin encontrar afirmaciones  imperativas, o estudios que reflejan una sola visión del problema, generalmente una visión catalana. O en la Real Academia de la lengua.

Esta evolución desde orígenes latinos es algo que me gustaría investigar. Más allá de las posiciones interesadas, trataré de recoger su historia hasta nuestra época, con la intensión de sacar algo en limpio. No es mucho lo que está en mis posibilidades, pero me gustaría tener clara al menos la bibliografía, que sin duda debe ser mucha, y no ha nacido en el siglo veinte. Lo que encuentre, lo traeré aquí.

La imagen: la entrada del rey Jaime de Aragón en Valencia. En Wikipedia, De autor desconocido - Permission released to Wikipedia in Catalan from Valencia City Council webpage (source of photo file: [1]). User:Andarella is also an user in ca:WP with the same username (ca:Usuari:Andarella)., CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1166301

sábado, enero 20, 2024

Perdidos: el miedo

 Así como Desierto sonoro es un texto "de carretera" donde la ruta y las poblaciones son otro personaje, así también es un relato "de niños", y en parte, "por niños", en primera persona en la voz del hijo, y en tercera, en el seguimiento de los migrantes a través de la selva, el desierto, y los trenes. Lo que sigue es un fragmento del viaje de los hijos perdidos.

 Los dos niños, inseparables, se despiertan muy temprano. Los padres duermen todavía. Él, de diez años, ha preparado su mochila con "todo lo necesario". A la niña, de cinco, no le ha dicho la verdad, para que no se oponga: buscarán a las dos niñas que busca su madre; cruzarán el desierto con el itinerario trazado hacia Echo Canyon, donde le ha dicho que sus padres los esperarán. Para asegurarse, les ha dejado una nota en la caja V de la madre. Caminarán hasta alcanzar unos molinos y depósitos de agua, se subirán a un tren de cargas en Bowie, y viajarán hasta muy cerca del destino, se bajarán, y caminarán un poco más hasta encontrar sus padres. 

Habla el niño, a su hermanita. Todavía no han alcanzado las vías:

 Si me concentraba, podía imaginarme todo con claridad: Echo Canyon, un pedregal resplandeciente en la cima de una montaña, como había dicho papá, y allí, nuestros padres esperándonos, enojados tal vez, pero también felices de vernos de nuevo. Pero todo lo que alcanzaba a ver a la distancia eran muchas colinas y el camino que bajaba y subía, y más allá de todo eso, las montañas altísimas entre la niebla gris. Atrás de mí, el sonido de tus pasitos sobre las piedras y también tus quejidos, tu sed y tu hambre.

Cuando se empezó a hacer de noche y mi preocupación creció, recordé esa historia sobre la niña siberiana y su perro, que la había mantenido a salvo y después la había rescatado. Te dije que ojalá tuviéramos un perro. Y tu dijiste: guácala, no. Y después de un silencio dijiste: bueno, tal vez sí estaría bien.

Una vez, todavía con papá y mamá, habíamos entrado en una tienda de segunda mano, que es algo que a mamá le encanta, aunque nunca compra nada, y habíamos visto un perro viejo, dormido, que parecía una alfombra calientita extendida en el piso. Nos habíamos acercado a acariciarlo mientras papá miraba cosas y mamá hablaba con el dueño de la tienda, algo que también le encanta hacer en las tiendas pequeñas. Y yo acaricié al perro y le hablé, y tú le empezaste a hacer preguntas muy chistosas, como: ¿te gustaría ser más alto, te gustaría ser naranja, te gustaría ser una jirafa en lugar de un perro, te gustaría comer hojas, te gustaría vivir en la naturaleza, junto a un río? Y te juro que, cada vez que hacías una de esas preguntas, el perro asentía diciendo sí, diciendo sí a cada pregunta. Así que cuando estábamos en el río, caminando sobre las piedras verdes  y resbalosas, pensé en el perro y pensé que si estuviera allí con nosotros quizás no tendríamos nada de miedo. Y al hacerse de noche, más tarde, estaría todo bien porque tendríamos al perro para acurrucarnos con él, y tú te harías bolita junto a su pata y yo lo abrazaría del otro lado, pero con la boca cerrada para que no me llenara la lengua de pelos, y que me hicieran vomitar. Y si de noche escuchábamos a otros perros ladrando en las granjas lejanas del valle, o si oíamos el aullido de un lobo en las montañas, no nos daría miedo, no tendríamos que arrastrarnos bajo las rejas ni dormir con piedras en las manos por si acaso

Llamar "novela" a Desierto sonoro de Luiselli no describe ajustadamente al texto. Es otra cosa, mirando  a los fotógrafos que recorrieron Estados Unidos; abriendo los mapas del camino, atendiendo las pequeñas historias que se cuentan a cada paso...Como en 2666 de Bolaño, es otra cosa la larga crónica de muertes de La parte de los crímenes.

La foto, Sierras de Chiricahua, Karen Fasimpaur, CC BY 3.0 <https://creativecommons.org/licenses/by/3.0>, via Wikimedia Commons

domingo, enero 14, 2024

Desierto Sonoro, 2666, Luiselli

 Valeria Luiselli, en Desierto Sonoro, Caja II, Indocumentados, Futuro Presente

(...) Lo que sí sé, mientras recorremos las largas y solitarias carreteras de este país-un paisaje que voy viendo por vez primera-es que lo que veo no es exactamente lo que veo. Lo que veo es lo que otros han documentado antes: Ilf y Petrov, Robert Frank, Robert Adams, Walter Evans, Stephen Shore -Los primeros fotógrafos de carreteras y sus imágenes de letreros, lotes baldíos, coches, moteles, restaurantes, repetición industrial, todas las ruinas del capitalismo temprano hoy engullidas por las ruinas del capitalismo tardío-. Cuando veo a la gente de este país, su vitalidad, su decadencia, su soledad, su desesperada manera de estar juntos, veo la mirada de Emmet Gowin, Larry Clark y Nan Goldin.

(...) Algo cambió en el mundo. Hace no mucho tiempo, algo cambió y lo sabemos. No sabemos cómo explicarlo, todavía, pero creo que todos podemos sentirlo, en algún lugar hondo de nuestras vísceras o en nuestros circuitos neuronales. Experimentamos el tiempo de manera distinta. Nadie ha logrado captar realmente lo que sucede ni por qué. Tal vez es sólo que sentimos la ausencia de futuro, porque el presente se ha vuelto demasiado abrumador y por tanto se nos ha hecho imposible imaginar un futuro. Y sin futuro, el tiempo se percibe nada más como una acumulación: Una acumulación de meses, días, desastres naturales, series de televisión, atentados terroristas, divorcios, migraciones masivas, cumpleaños, fotografías, amaneceres.

Un matrimonio con sus dos hijos cruzan de Nueva York a Arizona en un proyecto de reportaje a los niños que cruzan a Estados Unidos, y otro a registrar los rastros de los extinguidos apaches. En sus "cajas", viajan con ellos "En el camino", de Kerouac,  2666, de Bolaño, The Americans, de RoberFrank. Mucho más cerca de  Bolaño que de Kerouac.

domingo, enero 07, 2024

Cuba: aprender a vivir siendo vigilado

Encontrado mientras buscaba otra cosa. La frase me pareció clara y fuerte, y quise recordarla.  En  Deutsche Welle, en 2013, en una visita a Alemania, dice Yoani Sánchez contestando a los habituales manifestantes alemanes de izquierda que la acosaban:

Los manifestantes de afuera la interpelaban adentro a gritos dejando en evidencia sus limitaciones para expresarse. "¿Qué clase de Cuba quiere?, ¿quiere hospitales privados?" La elocuente Yoani respondía con sencillez a sus críticos: "Quiero hospitales sociales, que las escuelas no tengan que estar endoctrinadas [sic] por el Partido. Las revoluciones no duran 54 años. En mi país lo que hay es una dictadura de una familia, que controla la televisión y los medios, es una dictadura científica que ha controlado al cubano desde pequeño”, dijo y recordó cuando su hijo le contó que en su clase había un compañero que llevaba una lista secreta de quienes "se portaban mal". Nadie sabía quien era. “Le dije que tenía que aprender a vivir siendo vigilado" relató. "Se controla y se maneja con el miedo a la población desde pequeños”.

Han pasado diez años, pero en esencia nada ha cambiado. Por otra parte, la lista en la escuela de los que "se portan mal", recuerda una actividad parecida en la escuela catalana.

La foto, en Wikimedia, no corresponde a la entrevista: iRedes Burgos, CC BY 2.0 <https://creativecommons.org/licenses/by/2.0>, via Wikimedia Commons


domingo, diciembre 31, 2023

Geoffrey Hinton sobre la inteligencia artificial


Will Douglas Heaven entrevista en Technology Review del MIT a Geoffrey Hinton, sobre su actual desconfianza en la Inteligencia Artificial:

Hinton fears that these tools are capable of figuring out ways to manipulate or kill humans who aren’t prepared for the new technology.

“I have suddenly switched my views on whether these things are going to be more intelligent than us. I think they’re very close to it now and they will be much more intelligent than us in the future,” he says. “How do we survive that?”

He is especially worried that people could harness the tools he himself helped breathe life into to tilt the scales of some of the most consequential human experiences, especially elections and wars.

“Look, here’s one way it could all go wrong,” he says. “We know that a lot of the people who want to use these tools are bad actors like Putin or DeSantis. They want to use them for winning wars or manipulating electorates.”

Hinton believes that the next step for smart machines is the ability to create their own subgoals, interim steps required to carry out a task. What happens, he asks, when that ability is applied to something inherently immoral?

“Don’t think for a moment that Putin wouldn’t make hyper-intelligent robots with the goal of killing Ukrainians,” he says. “He wouldn’t hesitate. And if you want them to be good at it, you don’t want to micromanage them—you want them to figure out how to do it.”

There are already a handful of experimental projects, such as BabyAGI and AutoGPT, that hook chatbots up with other programs such as web browsers or word processors so that they can string together simple tasks. Tiny steps, for sure—but they signal the direction that some people want to take this tech. And even if a bad actor doesn’t seize the machines, there are other concerns about subgoals, Hinton says.

“Well, here’s a subgoal that almost always helps in biology: get more energy. So the first thing that could happen is these robots are going to say, ‘Let’s get more power. Let’s reroute all the electricity to my chips.’ Another great subgoal would be to make more copies of yourself. Does that sound good?”

Maybe not. But Yann LeCun, Meta’s chief AI scientist, agrees with the premise but does not share Hinton’s fears. “There is no question that machines will become smarter than humans—in all domains in which humans are smart—in the future,” says LeCun. “It’s a question of when and how, not a question of if.”

But he takes a totally different view on where things go from there. “I believe that intelligent machines will usher in a new renaissance for humanity, a new era of enlightenment,” says LeCun. “I completely disagree with the idea that machines will dominate humans simply because they are smarter, let alone destroy humans.”

“Even within the human species, the smartest among us are not the ones who are the most dominating,” says LeCun. “And the most dominating are definitely not the smartest. We have numerous examples of that in politics and business.”

Yoshua Bengio, who is a professor at the University of Montreal and scientific director of the Montreal Institute for Learning Algorithms, feels more agnostic. “I hear people who denigrate these fears, but I don’t see any solid argument that would convince me that there are no risks of the magnitude that Geoff thinks about,” he says. But fear is only useful if it kicks us into action, he says: “Excessive fear can be paralyzing, so we should try to keep the debates at a rational level.”


LeCun es muy optimista...si no fuera por los drones sobre Kiev, la prisión de Navalni, o las medidas de control social de China, quizá se podría aceptar su visión.

Foto: Ramsey Cardy / Collision via Sportsfile, CC BY 2.0 <https://creativecommons.org/licenses/by/2.0>, via Wikimedia Commons