viernes, noviembre 28, 2025

Lengua valenciana y su historia

 


Durante un siglo y medio, el origen de la lengua hablada  en la comunidad valenciana ha sido discutido y cuestionado, inicialmente por las corrientes lingüísticas predominantes en España y en Europa, y luego por las corrientes lingúísticas catalanistas. Es durante el siglo XX cuando se hace fuerte la defensa del valenciano como una unidad de cultura y lengua distinta del catalán. En verdad se trata de una polémica política originada en el interés del nacionalismo catalán, ajena a la vida diaria de la gente, que habla la lengua tal como evoluciona en la sociedad, en los pueblos y las ciudades. Sin necesidad de normativas elaboradas en academias partidistas, ni policía ideológica que encauce el habla a lo que un cenáculo quiere. El debate de la lengua es estimulado por líneas editoriales bien definidas, cuestionando y torciendo argumentos según conveniencia. Lo que sigue es una afirmación de la evolución propia del valenciano. Si algo positivo tiene este aire polémico, es el estimular el estudio de la lengua y la historia de una España compleja y diversa.

En "Habla romance mozárabe del Reino de Valencia",  María Teresa Puerto Ferre, catedrática valenciana, describe en pocas palabras,la historia del valenciano:

Hasta 1898 hubo la falsa tesis de la muerte de los dialectos romances de la España Islámica defendida por lingüistas como Martínez Marina, Dozy, Hanssen y Baist. Pero la publicación del “Glosario” de Simonet (1888) modificó la anterior tendencia ratificada documentalmente por el arabista valenciano Julián Ribera que demostró, fehacientemente, la difusión de la “parla romanç valenciana” entre gentes de raíces hispanas:
En su libro Simonet incluye al cadí Sulayman b. Aswad, nombrado por Muhammad I (852-886) conversando en “romanç” (no en árabe) con una mujer que le pedía justicia. Y hay muchos testimonios que demuestran la dificultad de muchos habitantes hispanos del Reino Moro de Valencia de hablar en la lengua árabe de sus conquistadores. Simonet ofrece múltiples ejemplos de la existencia de las diferentes “hablas romance” del solar hispano, entre ellas la “parla romanç valenciana”.

No hay ningún medievalista riguroso que dude de la pervivencia de los dialectos romances. Así lo afirman los mejores historiadores como Menéndez Pidal (“Primera Crónica General de España que mandó componer Alfonso el Sabio”) cuenta que el Cid, tras la conquista del Reino Moro de Valencia, encargó la custodia, vigilancia y defensa de la ciudad a los mozárabes: “porque fueran criados con los moros et fablavan assy como ellos et sabien sus maneras e costumbres”. O Sánchez Albornoz (“todos la empleaban en la España musulmana: los cristianos los muladies o neomusulmanes y los mismos islamitas de origen oriental” ( “El Islam de España y el Occidente”).

S.M. Stern, distinguía cinco modalidades lingüísticas en la España musulmana:

    El árabe vulgar (hablado por los musulmanes indígenas o inmigrados)
    el romance vulgar, hablado por los mozárabes, pero segunda lengua de musulmanes y hebreos
    El árabe clásico usado por la clases cultas como lengua literaria de los musulmanes (a veces usada por los mozárabes)
    El latín, que era la lengua litúrgica de los cristianos
    El hebreo, lengua literaria de los judíos, que usaban el árabe o el romance vulgares como lengua común. 

Y, según T. Glick, en la situación multicultural de muchas áreas mozárabes, los hombres eran bilingües árabe-romances; las mujeres eran monolingües romanceadas y las transmisoras de la lengua y de la fe cristiana.

El historiador A.Huici, es quien traduce el Documento de la Capitulación de Valencia entre Jaume I y y el rey moro Zayán y en él se relata la buena convivencia entre musulmanes y cristianos, tanto en la época de dominio islámico como en la de dominio cristiano: “Los moros que quisiesen permanecer en el término de Valencia se quedarían salvos y seguros bajo la protección del rey, y deberían ponerse de acuerdo con quienes tuviesen las propiedades”.

El Catedrático medievalista, A. Ubieto Arteta, afirma: ”Ni siquiera el idioma era una dificultad , ya que estos musulmanes habían tenido como idioma oficial el árabe, mientras que en la conversación ordinaria utilizaban un romance, que era distinto al que hablaban en las restantes zonas del solar hispano” (“Orígenes del Reino de Valencia”, 1979) .  

Un artículo más entre tantos otros existentes. Me parece de interés, por enumerar algunas de las características que defienden su especificidad: estudiar la lengua es conocer la historia y la sociedad.

María Teresa Puerto Ferre en  Wikipedia.

La autora en Dialnet.

La foto en https://www.lenciclopedia.org  

 

domingo, noviembre 23, 2025

Las redes como policía ideológica


Eugenio Palopoli, en Seul, comentando el libro The digital reversal, de Andrei Mir (Miroshnichenko) 

Mir desarrolla la reversión que va de su noción del “editor viral” de la era de los blogs y las primeras redes sociales, una suerte de inteligencia colectiva que permitía la validación de noticias y el intercambio de ideas mediante el mecanismo de la viralidad, al “inquisidor viral” de la actualidad, un mecanismo igualmente colectivo que ahora funciona como policía ideológico. La viralidad ya no sólo sirve para validar información sino que vigila actitudes, castiga desviaciones, impone ortodoxias. Las redes sociales se convirtieron en el espacio típico de la cultura de la cancelación, el destino de ostracismo que les espera a quienes no demuestren suficiente lealtad a los valores de un grupo determinado. 

 El artículo de Palopoli, del cual esta cita es solo una parte mínima, refiere el intercambio de ideas entre Andrei Mir y Martín Gurri. De estas conversaciones  se deriva esta reflexión de Gurri.

Andrei Mir es un alias. El nombre completo es Andrei Miroshnichenko, por ese nombre encuentro información en el dominio wiki7.org, que diría que es parte del dominio wikipedia. La página en Wikipedia de desambiguación basada en su apellido muestra abundantes entradas similares.

La foto, en Wikipedia

This page is based on the copyrighted Wikipedia article "Мирошниченко,_Андрей_Александрович" (Authors); it is used under the Creative Commons Attribution-ShareAlike 3.0 Unported License. You may redistribute it, verbatim or modified, providing that you comply with the terms of the CC-BY-SA. Miroshnichenko, Andrei Alexandrovich - https://es.wiki7.org/wiki/%D0%9C%D0%B8%D1%80%D0%BE%D1%88%D0%BD%D0%B8%D1%87%D0%B5%D0%BD%D0%BA%D0%BE,_%D0%90%D0%BD%D0%B4%D1%80%D0%B5%D0%B9_%D0%90%D0%BB%D0%B5%D0%BA%D1%81%D0%B0%D0%BD%D0%B4%D1%80%D0%BE%D0%B2%D0%B

sábado, noviembre 22, 2025

Traduttore traditore

 


Dice David Bowman, en Zenda (El crimen del doblaje)

“Para muchos españoles, Ramón Langa (reconocido actor, doblador y locutor español) es el sonido de Bruce Willis o Kevin Costner”, se comentaba recientemente en Zenda. El comentario atribuía al fenómeno valores positivos… para disgusto de servidor, que tiene el doblaje por fraude.

El doblaje nunca es bueno: no existe un buen doblaje. El doblaje es un pegote, y su existencia misma un desastre. Se trata de una técnica de último recurso, concebida para maquillar desaguisados, y que en España se impuso por ley después de la guerra para cualquier película extranjera. Una censura disimulada: en la versión española de la película Casablanca, por ejemplo, se hurtaba que Rick, el personaje de Bogart, había luchado por la República Española. La manipulación criminal de los diálogos, cada vez más audaz, dio lugar a equívocos legendarios. Hoy hace hablar “macarra” a los jóvenes afroamericanos y, en resumen, convierte a los actores en monigotes de guiñol. Por su culpa, actores con tanto arte como Patrick Stewart, Kate Winslet, Sophia Loren, Isabelle Hupert o Meryl Streep son perfectos desconocidos en España: el doblaje los ha convertido en marionetas.

 El arma de los actores es su voz. Y su voz su marca al agua, su insignia y su bandera. Una bandera que el doblaje les arrebata. ¿Alguien concibe a Alfredo Landa, José Sacristán o Marisol sin sus respectivas voces? No: sin su voz propia (y sonando, encima, como un anuncio de seguros) son inimaginables. ¿Y a los desaparecidos Paco Rabal, Pepe Orjas o Ismael Merlo? ¿Y a Fernán Gómez, Gracita Morales o Mari Carmen Prendes? Pues no: sin su voz son irreconocibles. Pues exactamente igual en el panorama internacional. ¿Qué decir de leyendas como Gregory Peck, Lauren Bacall o Richard Burton, cuyo prestigio profesional, al margen de su condición de estrellas, pivota en el uso brillantísimo que hicieron de su voz? Una voz no pocas veces corriente y moliente, de andar por casa y jamás de locutor de anuncio… hasta que ellos la convirtieron en arte.

No es casualidad que Richard Burton, con una voz vulgar que él llevaba siempre al nivel exacto de sus personajes, hiciera un Hamlet memorable en teatro antes de ser consagrado como dios por el cine, los dólares y Hollywood. Tampoco es extraño que Lauren Bacall cimentara su aura de femme fatale en una voz que aún hoy suena como cuando arrugas el papel de estraza; debidamente modulada por una actriz llena de recursos, conmovió al cabrón de Howard Hawks, que ya es conmover, y hasta al mismísimo Humphrey Bogart. Y a mí, que heredé de mi padre el culto a La Flaca.

 Gregory Peck, que tenía un físico impactante (y que manejaba con elegante soltura), se beneficiaba también de una voz impactante que gobernaba con similar elegancia. No es extraño que el Destino le reservara personajes que él hizo carismáticos, como Atticus Finch, el Hombre de Boston o los literarios capitanes Horace Hornblower y Acab.

El doblaje, señores, es un delito. Exactamente igual que el robo o la falsificación de moneda. El doblaje es, literalmente, el timo de la estampita. Un escamoteo. Una tomadura de pelo.

No faltará aquí el listo de turno que quiere “entender lo que dicen” sin mirar “cartelitos”. No me parece mal. Tampoco me parece mal que haya quien coma gato.

Pero, por Dios, que no me ofenda afirmando que es liebre.

 Más claro que el agua...El doblaje es hermano de la traducción litararia. Particularmente, si comienzo a ver una película o serie en HBO, Netflix, Prime o cualquier otro servicio similar, tan pronto como comienzo a oirlo doblado, paso a otra cosa. Resulta impasable oír un doblaje, que pierde el dramatismo del sonido original, y oir una voz que trabaja por catálogo: la voz para Dark Vader, la voz para Bruce Willis, para Stallone, que luego oimos pasando un aviso publicitario o doblando otro actor americano. ¿Oir doblada una película italiana con Anna Magnani, una francesa con Pierre Arditi, André Dussolier y Sabine Azéma o una japonesa con Toshiro Mifune o Chishū Ryū? es un crimen sin duda. ¿Oir a Samuel L. Jackson en sus monólogos de Pulp Fiction en otra voz? ¿Oir en castellano a Richard Burton y Elisabeth Taylor en Quien le teme a Virginia Wolf?

La fotografía , en Blog The End

lunes, octubre 27, 2025

Cien años de Celia Cruz

Osvaldo Bazan en Seul, en el centenario del nacimiento de Celia Cruz, le dedica  un largo y elogioso artículo: 

Tuve la suerte de estar allá (un acto en Central Park) en su homenaje en medio de gente con camisas con muy buen gusto y colorido bailando al son de los artistas que subieron al escenario para homenajear a Celia Caridad Cruz Alfonso, quien desde su barrio humilde de Santos Suárez en La Habana llegó a ser la voz de la libertad en el mundo gracias al empujón que le dio Fidel Castro. Un empujón casi literal.
Esa tarde en Central Park, viendo la alegría de venezolanos, cubanos, nicaragüenses, me pregunté por qué Celia Cruz no significa en Argentina lo que significa en gran parte del continente. También supe allá que más temprano que tarde iba a terminar escribiendo esto que hoy escribo en homenaje a todos los que allá, con tantas razones para llorar, bailaban de alegría. Porque la vida, lo saben gracias a esa negra hermosa que algún día dijo "siempre fui fea y la gente me quiere así, ¿por qué me haría una cirugía plástica?", la vida, decía, es un carnaval. 

Una buena parte del artículo está enfocado en la indiferencia en Argentina hacia ella, en primer lugar, de parte de quienes tienen el poder de contratar. Repitiendo algo que hemos visto en la literatura, quienes no fueran bendecidos por Fidel, no serían reconocidos en Argentina. Como dice Bazán, Silvio Rodríguez sí, pero Celia Cruz no. El hecho está bien descrito en la comparación entre Mercedes Sosa, y Celia Cruz. 

Es un fenómeno que también se reproduce en el mundo artístico español. Merece leerse.

  

domingo, octubre 26, 2025

Soberbia

Encarni  Bao Aguirre, en su newsletter del 20 de octubre, en Las Provincias:

Un periodista del Huffpost preguntó a la portavoz de la Casa Blanca quién había elegido precisamente Budapest para la cumbre con Putin. «Tu madre», contestó Caroline Leavitt. Después llegó el vídeo en el que Trump respondió a las multitudinarias manifestaciones bajo el emblema ‘No Kings’ en las grandes ciudades de EE UU. Ya lo han podido ver, a los mandos de un caza, arrojando toneladas de mierda encima de los manifestantes. La Inteligencia Artificial proporciona al presidente la versión escatológica de lo que ya está llevando a cabo con sus despliegues militares en Los Ángeles o Washington, con sus redadas contra inmigrantes, con un cierre de la Administración federal que ya dura tres semanas. No conviene echar en saco roto la imagen de una avión militar estadounidense atacando a sus propios ciudadanos.

 

lunes, octubre 20, 2025

Rob Riemen II


 De la entrevista de Letras Libres a Rob Riemen

Riemen recuerda una frase de Thomas Mann ( “La defensa de la razón frente a la sangre y el instinto no implica que su capacidad creativa deba ser sobrestimada. La creatividad es solo el sentirse guiado por la razón, es un amor siempre activo”). Con esta reflexión, aborda razón, creación, pensamiento, imaginación:

 En 1935, Husserl dio su famosa conferencia sobre la crisis de la ciencia y se preguntó por qué la filosofía no podía curar al mundo. Planteó el mismo argumento: algo fallaba en el concepto de racionalidad. La racionalidad se convirtió en algo instrumental, que ya no tenía relación con lo que solía ser, es decir, el logos. Horkheimer escribió un libro entero sobre la diferencia entre la razón cuando se racionaliza por completo y la razón como expresión del logos, del lenguaje, del mundo de las ideas.

Nadie ha pedido nacer, pero una vez que estás aquí, te preguntas: “¿Quién soy? ¿Qué voy a hacer con esta vida?”. Esta pregunta te perseguirá hasta el final de tus días. Para tomar las decisiones correctas, necesitas un cierto tipo de conocimiento, o incluso sabiduría. La inteligencia artificial no te dará buenos consejos; el consejo que suele dar es que es mejor que te suicides, así que no lo sigas. La economía no te dará una respuesta, la tecnología no te dará una respuesta. La respuesta solo puede venir del mundo de la filosofía y del mundo de las musas (el arte). Eso es lo que dijo Sócrates. Lo llamamos Bildung, podemos llamarlo educación, pero eso es lo que es.

¿Por qué? Porque la filosofía te ayuda a pensar. Y la música, la literatura, el arte… están ahí para ayudarte a expresarte y también te dan el poder de la imaginación. Ahora, imagina que no puedes imaginar. Estarías preso en ti mismo, en el statu quo. Las musas son cruciales. ¿Hasta qué punto es racional la imaginación? No es racional, es imaginación. Pero es uno de los dones más importantes que tenemos. Me han dicho que hubo un problema aquí con una influencer que dijo que las personas que leen no deben pensar que son mejores que los demás. Yo le diría a esa joven que no debe olvidar que solo es parte de una moda pasajera y que, en un par de años, nadie sabrá siquiera quién es. No se trata de ser mejor, pero sí, hay cierta sabiduría en la lectura. No hay garantía de que las personas hagan cosas buenas con esa sabiduría, pero sin ella no tienes nada, porque todas las capacidades que necesitas para salir adelante en la vida desaparecerán.

 Una traducción de las conferencias de Husserl se puede encontrar en The Internet Archive.

 La foto de Husserl, en Wikipedia: Por Unknown (Mondadori Publishers) - http://www.gettyimages.co.uk/detail/news-photo/portrait-of-the-austrian-naturalized-german-philosopher-and-news-photo/141555173, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=41238208

domingo, octubre 19, 2025

Rob Riemen: pensamiento y libertad


 Rob Riemen, en una entrevista de Ricardo Dudda en Letras Libres:

La clase intelectual se suicidó, empezando en los años sesenta con Foucault y algunos otros, hablando del posmodernismo. Repito una anécdota de un diario de Camus: él, Sartre y Malraux son invitados por este último a decidir si deben ponerse del lado de los estadounidenses o de Stalin en lo que respecta a los derechos humanos. Sartre, por supuesto, defiende completamente a Stalin frente a los estadounidenses. Y entonces es Camus quien dice: “¿No crees que nosotros, que venimos del mundo de Nietzsche y el nihilismo, tenemos la obligación moral de decirle a la gente que hay valores morales y que tenemos que defenderlos?”. Ese fue el comienzo de la ruptura entre ellos. Por desgracia, Sartre ganó y Camus perdió.

Y así, el mundo intelectual comenzó a promover que no existe la verdad, ni la bondad, ni la belleza. Recuerdo muy vívidamente que en 2008, cuando publiqué la edición estadounidense de mi libro, di una conferencia en una universidad y algunos profesores me aconsejaron que no utilizara la palabra “belleza”. Les pregunté: “¿Por qué no?”. Me respondieron: “Porque es un concepto controvertido”. 

Ya no podemos saber qué es la belleza. Básicamente, les dije, de una manera más educada, que se fueran al carajo. Les dije: “Miren, mi madre estuvo en un campo japonés, mi padre era un líder sindical que comenzó en una fábrica. Sé más sobre el mundo de la justicia social de lo que ustedes jamás sabrán. Ya le han quitado todo a la gente. ¿Ahora también quieren quitarle la belleza porque es un concepto controvertido?”. 

La imagen, en su pagina

sábado, octubre 04, 2025

Una visión española sobre China

 


 Una reflexión de Zigor Aldama, periodista de asuntos internacionales, para "Las Provincias". Aldama compara su primera visita a China en 1999, con la última, este año. Una comparación entre un occidente en caída, y una China en alza. Su declaración de intenciones: "no solo para levantar acta de la gran transformación del segundo país más poblado del mundo, con sus luces y sus sombras. También para certificar el preocupante declive y la dolorosa degradación de España y del resto de Europa. Porque las comparaciones pueden ser odiosas, pero muchas veces es imprescindible hacerlas para saltar de la olla en la que somos esa rana que va cociéndose sin darse cuenta y dejar de fijarse en detalles irrelevantes que solo sirven para hacerle el juego a la vergonzosa polarización política que caracteriza a nuestro país".
Tomo su comparación entre Shenzhen, Zona Económica Especial,  en 1999 y ahora:

 Ha pasado un cuarto de siglo desde que puse un pie por primera vez en China, adonde llegué dejando a mi familia preocupada porque iba a «un país del Tercer Mundo» por mi cuenta y riesgo. Aterricé en Hong Kong, la China menos china debido a un siglo de tamiz colonial británico. En 1999, era una ciudad que se antojaba futurista, con un toque distópico. Al cruzar la frontera con Shenzhen, ya en la China comunista, el choque fue tremendo.
Esa localidad, en origen un pueblo de pescadores del que nunca antes había oído hablar -preocupante es que muchos aún no lo hayan hecho-, había sido designada por Deng Xiaoping como una de las Zonas Económicas Especiales que servirían al régimen para experimentar con las reformas destinadas a despertar al dragón dormido y desarrollar el potencial del que, supuestamente, ya había advertido Napoleón.
Shenzhen era el Lejano Oeste, versión oriental: un monstruo en construcción en el que se concentraban por igual mafias y el ansia de un desarrollo que borrase la catástrofe del maoísmo; un lugar con mala fama por su peligrosidad y que, sin embargo, atraía a emprendedores que querían hacer realidad sus sueños de riqueza. Era una extraña y fascinante dicotomía que unos años después Jess Row reflejó muy bien en las historias de ‘The train to Lo Wu’. Y Luohu fue, precisamente, el paso fronterizo por el que crucé a territorio propiamente chino. La valla coronada con concertinas que aún hoy perdura separaba entonces el orden de Hong Kong del caos de una China cuyo PIB nominal se asemejaba al de España.
En 1999, Shenzhen tenía 6 millones de habitantes y no contaba con un sistema de metro; mi ciudad natal, Bilbao, con poco más de 300.000 residentes, ya había estrenado su primera línea y asombraba al mundo con un ‘efecto Guggenheim’ fruto de políticas a largo plazo que muchas otras ciudades iban a tratar de replicar. En 1999, China no tenía ni un solo tren de alta velocidad, y se tardaban 28 horas en llegar de Shenzhen a Pekín en una de sus vetustas serpientes de metal verde; el AVE español era la joya de la ingeniería europea y Bilbao se preparaba para recibirlo en 2012.
En 2025, Shenzhen ha crecido hasta los 17,5 millones de habitantes y se ha convertido en el único centro tecnológico mundial capaz de hacer frente a Silicon Valley. Es una ciudad extremadamente segura, limpia, moderna, con once líneas en su mapa de metro y varias estaciones de trenes de alta velocidad que recorren los 2.000 kilómetros que la separan de la capital nacional en menos de 8 horas. Aquellos retrasos de horas sobre raíles, tan habituales en el arranque del siglo XXI, se han convertido en una puntualidad japonesa. Ni un minuto se demoran los convoyes. Los mendigos, a menudo tullidos y desfigurados que pululaban por las calles y llevaban las limosnas a quienes traficaban con ellos, ya no existen. Algunos pensarán que los chinos se los han comido o los han ejecutado: la realidad es que la clase media de China ha explotado y que la extrema pobreza ha sido erradicada prácticamente por completo. Buen reflejo de cómo ha dado la vuelta la tortilla es que ahora son los hongkoneses los que cruzan a Shenzhen para quedar boquiabiertos con su desarrollo y futurismo, mientras la excolonia británica languidece estancada.

Para Las Provincias, en su Newsletter "El mundo explicado", el 1 de octubre. 

Un cambio de hegemonías indudable. Si la comparación la hiciéramos contra América Latina, el resultado sería catastrófico. ¿Nadie está dispuesto al menos a reflexionar sobre el mundo que se avecina inexorablemente? 

La foto, en Wikipedia: By Charlie fong - Own work, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=98372325

domingo, septiembre 28, 2025

Mafalda en un cruce de tiempos y sociedades


 Shanghai, 2025: el Instituto Cervantes organiza una exposición, "Bienvenidos al mundo de Mafalda", para conmemorar su sexagésimo aniversario.  Es organizadora de la exposición Lucía Carzoglio, que también escribe el artículo publicado por Letras Libres

Mafalda en China, en Shangai... Parece haber una identificación con su  personaje, su familia, su entorno, aquello que fue Buenos Aires en los años sesenta. Es más que interesante una identificación con un ambiente ambiguo, donde podía haber un señor con un "palito de abollar ideas", pero también una sociedad que tenía expectativas. No es la China de Mao, sino la de Xi Jinping. Más allá de los propósitos y objetivos del Partido gobernante, la sociedad vive. Algunos conceptos del artículo:

“Su espíritu me hace acordar mucho a las nuevas generaciones”, dice ante la televisión local una mujer de mediana edad. En una ciudad con casi 35 millones de habitantes, donde la clase media ha llegado al 66 por ciento en menos de veinte años, esta lectura no es casual. Al fin y al cabo, Mafalda ilustraba en los años sesenta a la familia de clase media argentina. Una clase que no solo se expandía en ese país, sino también en todo el continente, y que comenzaba a generar sus propios productos culturales: el rock en español, las revistas juveniles y una creciente conciencia de estar en el mundo. Preocupada por la paz y la pobreza, los derechos de los niños y la mujeres, sus ideas, preguntas y reflexiones interrogaban a los adultos. “Mafalda es nuestra ‘voz prestada’”, define Hang Jingou, traductora del libro Universo Mafalda, en el que está basado parte de la exposición. 

En China, la primera edición de Mafalda entró por la puerta grande. Su imagen quedó asociada a la fama de su primera traductora: Sanmao, la autora más leída de todo el universo sinoparlante entre los setenta y noventa. En una época en la que viajar era algo impensado, ella no solo hablaba español, sino que además escribía desde lugares remotos. Símbolo de libertad y deseo individuales, la escritora instaló una educación sentimental en toda una generación que salía del colectivismo. De hecho, según cuenta en uno de los prólogos, ella conoció la tira mientras vivía en el Sáhara Occidental, todavía colonia española. Su esposo José fue quien compró un ejemplar en la única librería del desierto.
Mito o realidad, lo cierto es que Sanmao tradujo las primeras tiras de Mafalda entre 1976  y 1977, una etapa temprana en la difusión internacional de la niña argentina. Con un título más explicativo, Las cosas de este mundo a través de los ojos de los pequeños, y una portada en la que su nombre aparecía más grande que el de Quino, el cómic fue todo un éxito.

En su traducción, Sanmao acercaba a Mafalda a una niña china. No solo adaptó expresiones, giros y hasta onomatopeyas: “ba! ba!” hacían las bocinas de los autos en China. Ella también produjo sus propias adaptaciones culturales. Entre algunos cambios, la mayonesa se convirtió en salsa de soja, los Pérez derivaron en los Lin, los Reyes Magos, casi desconocidos, fueron sustituidos por Papá Noel y el Pájaro Loco dejó su lugar a la Pantera Rosa. 

Una derivación interesante de este artículo es la historia de su primera traducción al chino: "Sanmao", seudónimo de Chen Ping, nacida en Chongqing, en la provincia de Sichuan, pero luego de la caída del Kuomingtang en China continental, emigrada a Taiwan con su familia siendo una niña. Me sorprende que sus traducciones y obras fueran toleradas en Pekin. En esta exposición de 2025 se promueve una traducción nueva de la editorial Neocogito, a cargo de Jian Jisong, pero se desprende del artículo que la primera edición traducida por Sanmao entre 1976 y 1977 también era conocida en China. Es decir, en tiempos de Hua Guofeng y comienzos de Deng Xiaoping, y de la caida de la Banda de los Cuatro. Probablemente este último hecho fuera la razón de que Sanmao tuviera entrada en China continental. Pero el hecho de que hoy Mafalda tenga una exposición oficial en Shanghai, habla de una sorprendente sociedad civil.

La entrada en Wikipedia sobre Sanmao, al menos en español (veré la versión inglesa) tiene en algunos tramos incoherencias propias de una traducción automática, probablemente desde el Chino. Se puede leer a medias, aunque lo esencial está claro. 

La foto, del Instituto Cervantes de Shanghai, recreando la habitación de Mafalda 

jueves, septiembre 25, 2025

Homero y la Odisea


 Dice Andrea Calamari sobre Homero y su Odisea:

Cuando leemos una gran historia tendemos a olvidar que, en algún momento del proceso de escritura, el autor tuvo que decidir nada menos que el germen de su promesa: ¿qué frase pongo primero? 

El inicio marca el pulso.

 Los griegos lo tenían fácil porque el trabajo lo hacían las Musas. Ellas dictaban la historia y los poetas las cantaban.

Háblame, Musa, del hábil varón que en su largo extravío, tras haber arrasado el alcázar de Troya, conoció las ciudades y el genio de innúmeras gentes, muchos males pasó por las rutas marinas luchando por sí mismo y la vuelta al hogar de sus hombres, mas ni aun así pudo librarlos, como deseaba, y todos perecieron por sus propias locuras.

Que no nos engañe Homero, no hay deidad que le haya podido dictar esta síntesis. El resumen que da inicio a la Odisea adelanta los hechos de los 12 primeros capítulos y se guarda gran parte para los 12 siguientes. Hay que ponerse las pilas con esto porque en 2026 se viene el estreno de la película de Christopher Nolan, cabe la posibilidad de que quiera jugar con el tiempo como lo hace siempre y no nos vendría mal recurrir a Homero para entenderla. Lo que se cuenta no empieza por el principio, que en el tiempo de la historia es la caída de Troya, tampoco con su protagonista sino con su hijo que, diez años después del fin de la guerra, sale de Ítaca a averiguar qué pasó con el padre. Debería haber vuelto, ¿no? El relato es una maravilla en el manejo del tiempo y el espacio y eso no sería ningún mérito si es un dictado divino, pero en algún momento las Musas dejaron de hacer el trabajo y la humanidad tuvo que inventar a los escritores. En adelante, todo quedaría en sus manos. Cada escritor se convertía en responsable de su creación, él y no una deidad, está a cargo de las decisiones: ¿cómo se debe contar esta historia?, ¿por dónde empezar?  

 Después de estas reflexiones de Calamari sobre la Odisea, más todavía la obra me resulta cercana, aunque tres mil años nos separen.

 Homero en Wikipedia.

La imagen en Wikipedia: Por Originally from en.wikipedia; description page is/was here.. Original uploader was JW1805 at en.wikipedia, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2171360 

domingo, septiembre 14, 2025

Estrategia perdedora


 Un excelente artículo de Alerto Ades, en Seul, sobre la estrategia que Donald Trump aplica en las relaciones internacionales, en un momento delicado que requiere una dirección inteligente y clara en geopolítica. Ades reconoce que Trump es hábil para negociar, pero sostiene que no comprende la diferencia entre regatear un acuerdo comercial y tomar posiciones en una lucha global. "un poder que se ejerce sin diseño, sin horizonte, sin brújula".

Dice Ades:

El problema no es que Trump carezca de habilidad para cerrar acuerdos. Por el contrario: ha demostrado, dentro y fuera del gobierno, una notable destreza para la transacción directa, el apretón de manos televisado, el titular diseñado para el impacto inmediato. El límite aparece cuando confunde la lógica del poder con la del negocio. Lo que en una inmobiliaria puede parecer pragmatismo –presionar, firmar, mostrar resultados–, en política internacional se convierte en miopía. El verdadero drama es conceptual: Trump aplica la lógica económica con los adversarios y la lógica del poder con los aliados. Es decir, hace exactamente lo contrario de lo que exigiría una estrategia duradera. A diferencia de la economía, donde el intercambio puede beneficiar a ambas partes, en la geopolítica el poder es un recurso finito y excluyente. Si una base militar pasa a la órbita de Beijing, deja de estar disponible para Washington. Si un tratado lo redacta China, no lo define Estados Unidos.

 (...) El resultado es una asimetría peligrosa. Putin y Xi saben que juegan un partido de suma cero. Cada conversación, cada gesto, cada pausa diplomática es un instrumento para avanzar posiciones. Trump, en cambio, los aborda como oportunidades de win-win y los convierte en espectáculo. Necesita titulares, proclamaciones instantáneas de éxito. Esa urgencia lo vuelve previsible. Mientras busca victorias personales, sus adversarios manipulan el tablero a su favor. Es la diferencia entre el estratega y el comerciante: entre quien calcula equilibrios de poder y quien actúa para la foto.

Ades estima tres escenarios futuros en la lucha por la hegemonía. Las tendencias actuales permiten proyectar, con inquietud creciente, tres desenlaces posibles. Todos son problemáticos para Occidente

1. Orden dual: el regreso de los bloques. Este escenario remite a la Guerra Fría. El repliegue estadounidense no destruye el orden, sino que lo reorganiza en dos bloques. Estados Unidos retiene su red de alianzas, aunque desgastada; China y Rusia consolidan un sistema alternativo con instituciones propias, estándares tecnológicos y narrativa de legitimidad. Las organizaciones multilaterales (OTAN, G7, OMC) pierden eficacia porque Trump las reduce a escenarios de reclamo bilateral, y no las concibe como multiplicadores de poder colectivo. No hay dominio de un bloque sobre otro, sino confrontación permanente entre dos sistemas paralelos, con fronteras menos visibles, pero igual de excluyentes. El mundo no se reconfigura: se desvincula.

2. Orden emergente: la consolidación autoritaria. Estados Unidos no preserva ni siquiera un liderazgo acotado. Lo transfiere, paso a paso, a las potencias revisionistas. China y Rusia formalizan una alianza estratégica con estándares propios y redes funcionales en Asia, África y América Latina. La diplomacia errática de Washington acelera ese desplazamiento. India, Brasil y Turquía consolidan su acercamiento a Moscú y Beijing, no por afinidad ideológica, sino por pragmatismo: prefieren un bloque que piensa a largo plazo antes que un socio que cambia de prioridades con cada administración. Mientras tanto, la presión sobre Europa (aranceles, reproches, condicionamientos) erosiona la confianza. Europa no busca autonomía por ambición, sino por supervivencia institucional frente a un aliado cada vez más errático. El mundo no se desordena: se reorganiza contra Estados Unidos.

3. Sin orden: la fragmentación caótica. El tercer escenario es el más extremo: la entropía sistémica. No hay bloques. No hay sustituto hegemónico. Solo un vacío de liderazgo que multiplica los conflictos. Estados Unidos conserva poder militar, pero carece de coherencia estratégica. China expande su influencia, pero no logra estabilizar ninguna región, en parte por las señales contradictorias que emite Washington. Rusia actúa como saboteador sistémico, interpretando cada gesto de buena voluntad como una grieta por donde colarse. Europa no se fragmenta por ambición, sino por parálisis: nunca sabe si Washington la considera aliada o competidora. Como ocurrió tras la caída del Imperio Romano o durante el período de entreguerras, el sistema pierde referencias comunes y se transforma en un mosaico inestable. Ya no hay centro. Solo deriva. Lo que emerge no es un nuevo orden, sino un archipiélago desconectado de alianzas inciertas.

 Concluye Ades:

El poder real no se mide en decibeles ni en puesta en escena, sino en la capacidad de construir coaliciones duraderas que inclinen el tablero en favor propio. Trump muestra lo contrario: cómo la mayor ventaja estratégica de Estados Unidos desde el fin de la Guerra Fría se convierte en prólogo de su decadencia internacional. No es que Washington deje pasar oportunidades: es que él las entrega, una por una, a quienes buscan desmantelar el orden que Estados Unidos construyó —y del cual fue el principal beneficiario. 

Trump hace lo que sus electores aprueban (vacunas, salud,  educación, Universidades, Justicia...) 

¿Quiénes están equivocados? 

La foto de Ades, en La Nación 

domingo, agosto 31, 2025

Nombre prohibido

 

El futbolista pasado de River a Real Madrid se llama Franco; Franco Mastantuono. Un nombre relativamente común en Argentina. En mi recuerdo, algunos conocidos de nombre Franco eran de orígen italiano. Pero el nombre no cae bien en España, especialmente en ambientes  guerracivilistas, mientras nos acercamos a los cien años de la guerra. En fin, El Chiringuito arrimó la polémica. Lo que sigue es un fragmento de un comentario de José Santamarina, periodista deportivo argentino:

Unos días después le preguntaron a Xabi Alonso, el entrenador del equipo, qué pensaba del tema y cómo ayudaba al jugador a liberarse del ruido, y él respondió que no hablaba de eso con el chico. “Lo veo bien a Franco”, dijo.

Lo gracioso de la pregunta fue que nos quiso arrastrar a nosotros. “En Argentina ha llamado mucho la atención el escandalete que se montó”, le dijo el periodista español al técnico, mintiendo una repercusión que el tema no había tenido en esta esquina y ubicándonos también en el lugar de los desentendidos, como si acá no supiéramos de discutir horas y horas, o años y años, por cosas que pasaron en el siglo pasado.

Mastantuono ya se llamaba a sí mismo Mastantuono, al menos en la camiseta de River, pero allá heredaron el chiste brasilero de construir las marcas personales de los jugadores con sus nombres de pila, así que la tienda oficial del Real Madrid tomó sus recaudos y prohibió en la web el nombre de Franco para el encargo de camisetas. Se puede elegir el talle, después cualquier número, y cuando se escribe la palabra prohibida el casillero se pone rojo: Lo sentimos, este nombre o término no está disponible.

Probé, de curioso, variantes: resulta que no se puede poner Adolf ni Hitler, previsiblemente; no se puede Stalin, pero se puede Lenin; no se puede Che Guevara, pero se puede Fidel; no se puede Maradona, pero se puede Diego; no se puede Messi, pero se puede Leo; se puede Putin, se puede Kim Jong Un, se puede Nike aunque la camiseta sea Adidas, si uno quisiera joder la marca, como se hizo en la media maratón de Buenos Aires.

viernes, agosto 29, 2025

Mar del Plata


 Nos mudamos a Mar del Plata en 1963. Entonces era una ciudad de alrededor de trescientos mil habitantes, expandida  en los años de guerra y posguerra. Una ciudad de nuevos vecinos, provenientes de todo el país y del exterior, recién llegados para trabajar en la construcción, que crecía día por día, en el turismo, en la industria textil, en la actividad agrícola, en la pesca, que tuvo un momento excepcional durante la segunda guerra. Entonces probablemente era la ciudad que más y más rápido crecía en Argentina.

La vida social era la de una ciudad de provincias: un reducido grupo de notables locales ocupándose de los asuntos oficiales, y un buen número de pequeños comerciantes, agricultores, gente de pesca, hoteleros, y gente vinculada al turismo, participando en las cámaras profesionales, construyéndose en esos años como influyentes. Y una tercera categoría, que ya

entonces era más bien una sombra: los  terratenientes fundadores, llegados desde 1870, ilustres visitantes de los veranos, cuando abrían sus casonas frente a las playas, o en el campo próximo, aquellos que fueran el centro de las notas de sociedad de La Capital, el diario dueño de las noticias y los rumores. Es que Mar del Plata era (y es) una ciudad muy joven, fundada hoy hace solo 150 años, inventada para lugar de veraneo por los ganaderos y operadores de las finanzas que tenían sus campos allí frente al Atlántico. Diseñada primero en los planos y proyectos, y luego en la construcción de su núcleo originario, en el sitio donde años antes Francisco Ramos Mejía tenía sus campos y desarrollaron su experimento de comunidad religiosa con los indios pampas; donde Gregorio Lezama y Juan Nepomuceno Terrero tenían su ganado y luego José Coelho de Meyrelles su saladero y su puerto, un pequeño almacén de campo. De esa factoría nacieron los planes de urbanizar y crear un centro turístico, con el barón de Mauá, Coelho de Meyrelles, y luego Peralta Ramos y Luro, como impulsores. El nacimiento de Mar del Plata es un reflejo del modo en que creció la pampa después de la caída de Rosas, especialmente la provincia de Buenos Aires: oportunos financistas y ganaderos envueltos en negocios de compras de tierras, expropiaciones, ferrocarriles, ganadería, y acciones de proyectos financieros y urbanísticos. Sin embargo, el patrón de planificación de la ciudad sólo tiene semejanzas con el de la ciudad de La Plata: diseñada antes siquiera de fraccionar las tierras, con un objetivo bien planeado. No se trató de una ciudad creada para adelantar las fronteras, ni alrededor de las estaciones de ferrocarril, ni vinculada a colonias de inmigrantes.

Para el comienzo del siglo XX, ese plan inmobiliario era ya una ciudad de veraneo de la sociedad porteña, ideada al modo de los centros de Europa ("La Biarritz argentina"), y la ciudad fue creciendo en población por la multiplicación de servicios. Sólo veinte años después, su intendente comenzó a ser un socialista.

Conocía la ciudad desde niño, ya que mi abuela se mudó allí alrededor de 1950, así como tres de mis tíos. Muchos de nuestros veranos pasaron en su casa,  que probablemente conserve mis mejores recuerdos de niñez: los cientos de revistas de comics heredadas de mis tíos, los pinos de la entrada a la casa de madera, las peonías en el jardín, la música de los Strauss.

Allí hice prácticamente toda mi escuela secundaria y parte de la Universidad, estudiando en la Universidad Católica. Ésta  y la Provincial, por años, fueron la modesta opción local: o la Católica o la Provincial, o emigrar a La Plata o Buenos Aires; los estudios mejor estructurados eran los de Abogacía, Arquitectura, Ingeniería y Agronomía. Había también una facultad de Humanidades, donde se podían estudiar licenciaturas de literatura, historia, filosofía, matemáticas. Un cuadro de profesores local, sin una tradición de Universidad, y un universo de estudiantes sin tradición anterior. Recuerdo notar gran diferencia en el enfoque de estudios comparando con los pocos casos de estudiantes y profesores con experiencia forjada en otras universidades nacionales y extranjeras.

La vida cultural era limitada; un foco provenía de la Universidad, donde crecía con los años una complicidad entre egresados, profesores y alumnos; la biblioteca municipal, donde podías conseguir a Carnap, Russell, Whitehead; la librería Erasmo (Piglia también pasó por Erasmo), la Alianza Francesa. Otro antiguo foco estaba en las visitas de verano, que motivaban encuentros entre amigos de Buenos Aires y unos pocos privilegiados a quienes se abrían sus puertas. Pienso en la casa de Victoria Ocampo, el lugar más antiguo donde esos encuentros se daban, pero también alrededor del teatro de temporada, época de teatro liviano para turismo, pero también de reuniones y encuentros. Pasado el verano, todo ese chisporroteo desaparecía, y quedaba la vida de todos los días; volver al trabajo, a atender la cátedra, a los alumnos particulares, a planear la obra que ocuparía todo el invierno, a encontrarse en el cine club. La ciudad de Aurora Simonazzi, de Cleto Ciocchini, de Flores Kaperoxipi (¿dónde está su pintura marplatense?)

Los años de militares fueron un corte: sea por el ambiente endurecido, o sea por la pérdida de posibilidades económicas, la ciudad, por años, se apagó.  Desde entonces, Mar del Plata fue una ciudad de emigrantes. Primero Buenos Aires, a veces el sur, alguno al extranjero: respirar, olvidar. Con el cambio de siglo y el desastre económico, vino la diáspora: familias enteras a Estados Unidos, a España, a Italia, a Brasil. Todos pagamos un precio.

Para mí, es todo ya muy lejano...después de algunos años en Buenos Aires, nuevo mundo en Chile, en España. Mar del Plata es un recuerdo de la juventud, una vieja luz. Los años 50 y 60 pasaron irremediablemente, y esa ciudad sólo existe en la memoria.

Las fotos: la primera, el puerto de pesca próxima, alrededor de 1980. La segunda, la casa de Victoria Ocampo, convertida en museo, alrededor de 2012.