martes, septiembre 04, 2007

Hasta dónde llegará la crisis de la vivienda en España?


Tengo prevención de formar juicio sobre acontecimientos en España, porque no conozco todas las variables en juego, y es casi seguro que cualquier afirmación corre riesgo de estar equivocada. Sin embargo, en el caso de la crisis en curso sobre la vivienda, soy parte interesada, y creo que puedo tentar algunas preguntas, al menos.
Hace unos días, por la mañana, escuché en Radio Nacional un pequeño reportaje a Carmen Chacón, Ministra de Vivienda. Esperaba algunos anuncios, y su diálogo con los participantes del programa donde la entrevistaron (en el programa suele conversarse un buen rato) : los anuncios fueron muy limitados, casi diría que electorales, y no hubo diálogo; habló, saludó, y colgó su teléfono (1). El asunto se conversó de todas maneras sin su participación...
La ministra parece encontrar sólo un problema: la falta de vivienda para los jóvenes, por lo que propone medidas de fomento de alquiler y compra de vivienda para jóvenes de entre veinte y treinta y cinco años. Pareció no haber aterrizado todavía en su ministerio, y estar sobrevolando el problema a gran altura.
La impresión no es distinta si se escucha a Economía. En declaraciones recogidas este sábado, "el vicepresidente económico [Pedro Solbes] detalló las razones por las que el sistema financiero español apenas se ha visto mínimamente ‘tocado’ por la crisis de las hipotecas norteamericanas de alto riesgo. Recordó el reciente diagnóstico del Fondo Monetario Internacional, que consideró el mercado hipotecario de España “muy transparente, prudente y competente”.
Parecería que desde la administración se está subvalorando el problema, o de lo contrario hay elementos adicionales que no estoy viendo. Ya hace un tiempo, los signos no eran tranquilizadores, y desde entonces, las evidencias de problemas aumentaron.
En Estados Unidos se está ahora en pleno estallido de su burbuja inmobiliaria, y esto desencadenó consecuencias directas sobre toda Europa: sea por la participación de fondos europeos (y españoles) en su mercado de hipotecas de riesgo, sea por el retiro de fondos globales del mercado local, la pérdida de clientes extranjeros, o sea por los paralelismos que se deberían prever. Por otra parte, si bien la morosidad sigue siendo baja en España, el riesgo de impago de hipotecas está en su mayor nivel, y el costo de la propiedad se mantiene en un promedio parecido al que en Estados Unidos está llevando a abandonar los créditos, porque es más económico perder el inmueble que continuar pagándolo. Frecuentemente se dice que España no tiene un mercado financiero en riesgo (ver arriba el comentario de Pedro Solbes), pero las recientes advertencias de restricciones en el crédito a agentes inmobiliarios y constructores, y las correcciones en las exigencias de tasación de propiedades, evidencian que existe un número considerable de operaciones sobrevaluadas o construídas en el aire.
Si consideramos el peso de la construcción, simplemente la caída en la creación de nueva vivienda tiene que causar problemas de empleo y de subsistencia de empresas medianas o pequeñas en el área. Las grandes pueden diversificar su actividad, sea saltando de país o de rubro, pero aún así, no es tarea simple ni rápida.
Se puede decir entonces que hay riesgos económicos (caída de actividad, quiebra de empresas, patrimonio accionario), y sociales (pérdida de fuentes de trabajo, quiebra de pequeñas empresas, compromiso de la continuidad de un porcentaje importante de los pagos de vivendas adquiridas). ¿Es esto equivocado? ¿No requeriría este marco que no deja de hacerse más visible cada día, adoptar alguna línea de medidas de prevención y corrección? ¿Hay algo que compensa este desequilibrio?
Lo que sigue es una pequeña lista de sintomas recientes:
  • La exposición de riesgo en la Comunidad Valenciana es alto: más del treinta por ciento de las empresas están dedicadas a la construcción.
  • El Secretario de Vivienda de Naciones Unidas advierte al gobierno español: "El Gobierno español trabaja en el buen camino, pero debe intervenir más en el mercado e informar claramente de que en unos años llegará una grave crisis que afectará a gran parte de la población"

Todas estas, son informaciones conocidas. Y son solo parte de las circulantes: ¿No indican algo?

(1) Un resúmen de sus propuestas, en El Economista del 29 de agosto.

No hay comentarios: