domingo, mayo 26, 2024

La lengua antes del siglo XIII


 Siguiendo en el propósito de tratar de conocer mejor el tema de la lengua en Valencia, veo que se me ha convertido en una hojarasca descomunal de recursos, fuentes, e hilos de análisis: Hay investigadores de la lengua a favor y en contra de una densidad propia de la lengua local. Rodeando el problema, lo único que puedo hacer ahora es tratar de aclarar las fuentes. Los propios recursos disponibles parecen  ser recientes. Es a comienzos del siglo XIX que prospera el estudio de la lengua árabe, permitiendo el acceso directo a los documentos en que se respaldan afirmaciones. Es así que en el estudio del pasado de España se produce una fuerte relación entre los estudios lingüísticos e históricos, por el peso de las fuentes árabes.

Si bien es algo que merece atención, el reino visigodo está fuera del alcance de este recorrido por ahora. En cambio, en la evolución de la lengua la presencia musulmana es fundamental. Por alrededor de quinientos años, una gran proporción de España estuvo gobernada por dinastías árabes primero, y luego por taifas magrebíes. Sabemos que en esa sociedad se llamaba mozárabes a la población nativa de la tierra que vivía bajo dominio árabe, con una lengua, una cultura .Y después de las recuperaciones de territorio de los reyes cristianos, apareció una nueva categoría: los moriscos, coexistiendo con la presencia del reino de Granada y de los descendientes de aquella primera dominación, ahora esparcidos por todo España, ya sin poder pero aún constituyendo una parte importante de la población , y así también en Valencia. Con la conquista del reino de Valencia por el rey Jaime, se repartió la tierra y comenzó un largo período de tiempo de desigual convivencia.

¿Qué sabemos de ese tiempo en que casi cada ciudad era un reino de una dinastía mora? ¿Cómo se relacionaba la población nativa con la administración? ¿Cómo se resolvían los litigios, si se trataban?Sabemos que muchos documentos de todo tipo fueron quemados o perdidos en tiempos de guerra o expulsión...Dice José Conde, en su Historia de la dominación de los Árabes en España

Hasta la restauración de los buenos estudios en Europa , no fué estimada la literatura de los árabes , ni se pensó en unir sus preciosos restos. Las bibliotecas de España debieran de haber sido las mas copiosas y escogidas en esta clase de manuscritos ; pues ademas de las preciosidades que pudo proporcionar la conquista de Granada , hubiera habido no pocas ocasiones de aumentarlas con motivo de la jornada de Túnez, y la ocupación de Oran , Ceuta y otras plazas de África. Mas cuando la conquista de Granada estaba en desprecio el nombre y la literatura de los árabes: y la extraña opinión de aquel tiempo , en el cual todo escrito arábigo se tenia por un alcoran , ó libro de errores y superstición musulmana, los condenó á todos sin examen; y el fuego consumió millares de volúmenes, á pesar de la diligencia de los moriscos en ocultarlos y llevarlos á África.

Es un hecho que la historiografía española había perdido la lengua árabe. Y dado que era la lengua de la cultura y la administración durante los siglos de dominación, el conocimiento tiene que haber sido muy parcial. Es entre el siglo XVIII y XIX que comienza a recuperarse esa parte de la  historia. Es entonces cuando comienzan a multiplicarse las traducciones de documentos en lengua árabe, y a analizarse formas intermedias de escritura producto de la convivencia directa o no de originarios musulmanes y españoles: nativos que hablan árabe o dialectos que mezclan las dos lenguas, o temas cristianos o populares nativos. Uno de los primeros historiadores  que destacó en este esfuerzo fue José Antonio Conde. Conde escribió una Historia de la dominación de los árabes en España, una obra que sirvió de base a otras, como por caso, la de Luis Viardot. Un aspecto fundamental de su investigación fue el basarse en los relatos y crónicas de autores árabes del prolongado período de dominación. Dice Conde en la introducción a su obra:

(...) una sana y justa crítica pide que no nos contentemos con los testimonios de un solo partido, y que comparemos las relaciones de ambos con imparcialidad y discreción, y con solo el ánimo de hallar la verdad. Por eso me dediqué á ilustrar la historia de la dominación de los árabes en España, compilándola de las memorias y escritos arábigos, de manera que pueda leerse como ellos la escribieron , y se vea el modo con que refieren los acaecimientos de esta época tan memorable. Diré con sinceridad que he puesto en arte mi trabajo todo el estudio y diligencia de que soy capaz , no perdonando ningún género de fatiga; y tratando de superar las dificultades en cuanto he podido, y aprovechándome de todas las ocasiones y auxilios que se me han proporcionado. Y bien ha sido necesaria toda la constancia que he puesto al intento; porque no es negocio fácil el haber de indagar y referir con sencillez y sin afectación, y siguiendo el orden de los tiempos y de los sucesos, así los orígenes de una nación célebre , como su incremento , sus conquistas y acciones famosas, las costumbres conque se distinguía, su cultura y los acaecimientos y vicisitudes de su poder en la dilatada serie de ochocientos años. El haber de coordinar cosas tantas y tan varias, recogiéndolas de diferentes escritores, el comparar sus referencias, y el tomar partido en la incertidumbre de sus relatos, es sin duda un trabajo ímprobo y arduo: al que se allega el de traducir todo esto de la lengua de los árabes á nuestra castellana; y no de libros impresos y correctos, sino de antiguos y maltratados manuscritos. Mas sin esta fatiga no podían rectificarse los hechos , ni aclararse las cosas como fueron, sino á la luz de las memorias arábigas. (...)Todos los historiadores , aun los mas doctos y críticos , no han reparado esta parte de nuestra historia; y esto ha sido sin duda alguna por falta de erudición arábiga: pues sin ella era imposible hacer otra cosa que copiar lo poco que de esto dicen los antiguos, y conjeturar sobre ello: lo que en realidad no es mas que palpar tinieblas, y andar á oscuras y desatinados.

Durante el siglo XIX esta ausencia se fue resolviendo, con trabajos fundamentales, especialmente alrededor de Menéndez Pelayo. Así comenzó el siglo XX, hasta un nuevo hecho condicionante: la guerra civil: la generación de historiadores que llegó a los años 30 se vio asaltada por la guerra, y la dispersión y polarización ideológica. Argentina recibió a Sanchez Albornoz entre otros, y muchos otros marcharon a México. De modo que las condiciones para nuevos estudios se realizaron en remotos países, con la documentación que se pudiera, y sólo décadas después hubo condiciones para ahondar en estudios. De esta forma, hoy hay muy variados estudios sobre el pasado  medieval, aunque muchos de ellos embanderados en alguno de los grupos. Por lo que es importante sumar ese contexto cuando se analiza un estudio particular. Al tomar un trabajo, no sólo se debe comprender las afirmaciones del papel de que se trate, sino también a qué escuela pertenece, o con qué grupo de investigadores se identifica el documento. No es que no vaya a ser imparcial, pero faltarán piezas en la construcción. Eso al menos es lo que surge en el caso de las discusiones por la lengua valenciana.

La imagen, de la carátula de la Historia de José Conde, en el facsímil de Internet Archive.

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