Alfredo Sainz, en La Nación, trae a cuenta uno o dos elementos que contrapesarán el crecimiento futuro de China: el reclamo y la consiguiente mayor vigilancia sobre la calidad de fabricación de muchos de sus productos acortarán su ventaja. Mayor control significará mayor costo, y por lo tanto, valores más reales y aproximados a los del resto del mundo.
Después de varios años de crecimiento sostenido, la economía china enfrenta nuevos desafíos que son más propios de un país del Primer Mundo que de una nación en vías de desarrollo. La principal preocupación del omnipresente Partido Comunista de China en materia económica hoy ya no está centrada en cómo bajar sus costos para ganar nuevos mercados internacionales, sino en la forma de asegurar los controles de calidad y evitar que se repitan los problemas que se registraron en las últimas semanas con los juguetes fabricados à façon en China.
Sainz apunta que el reclamo por la calidad de los productos rebasó a las áreas secundarias, alcanzando a industrias de peso importante en las exportaciones chinas (menciona textiles y laboratorios), requiriendo las medidas que se han visto en los meses recientes
En los medios de comunicación chinos hoy ya está planteado el debate acerca de cómo mejorar los controles de calidad, e incluso el propio presidente del organismo de control de calidad de China, Li Changjiang, se tuvo que presentar en la televisión estatal para explicar las medidas que estaba tomando las autoridades para convencer al mundo de que los productos chinos son seguros, hecho que parecía imposible apenas tres o cuatro años atrás.
(...) En las últimas semanas, además, se lanzó una serie de cursos sobre sistemas de certificación y regulaciones a las exportaciones de los que ya participaron más de 1000 empresarios procedentes de las ciudades donde se concentran las grandes industrias chinas, como Guangzhou, Fuzhou y Hong Kong.
La calidad es deficiente porque para vender competitivamente China se apoyó por años en recursos brutales que difícilmente pueda utilizar ya en el mismo grado en el futuro:
(...) los analistas locales reconocen que, en la mayoría de los casos, detrás de los problemas en la fabricación de productos en China, se esconde una búsqueda de reducción de costos.
Y todo indica que el panorama se complicará en los próximos años, ya que fabricar en China tenderá a ser cada vez más caro, en la medida en que el yuan se revaloriza frente al dólar y los salarios de los trabajadores chinos se incrementen a la vez que acompañen el crecimiento que en general exhibe esa economía.
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