Julio De Manuel Écija, en El Economista, el 16 de abril, a propósito de declaraciones de Lawrence Wong, primer ministro de Singapur:
"Estamos en medio de una transición mundial desordenada". Con estas pocas palabras resumió el primer ministro de Singapur, Lawrence Wong, el sentir generalizado de la comunidad internacional. En su primer discurso desde que el Gobierno convocara elecciones en la ciudad-estado para el próximo 3 de mayo, el mandatario asiático alertó del frágil contexto mundial ahora que Estados Unidos se ha retirado de su papel como "garante del orden" global. "Nadie sabe a dónde se dirige esa transición. Pero ni China ni ningún otro país quiere —o puede— llenar el vacío" . Singapur, al igual que el resto de los países del Sudeste Asiático, navega una relación a dos bandas entre el poderío comercial de China y la promesa de seguridad e inversión directa de Estados Unidos. La ciudad-estado es el tercer centro financiero del planeta y el primero de Asia (en competencia directa con Hong Kong), así como el puerto franco más importante del mundo. Su situación geográfica, económica y política ha situado a la isla en mitad de la disputa comercial entre Washington y Pekín. "Esta rivalidad ya está remodelando nuestro mundo y seguirá definiendo el panorama geopolítico en los próximos años", indicó Wong.
Ya no hay dudas de que presenciamos un cambio de época que afectará al mundo,y a una escala que nunca conocimos. Partiendo de lo que De Manuel Écija comenta, Wang habla como miembro del ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), que agrupa a diez países de la península de Indochina, el archipiélago de Sonda y las Molucas; un espacio que representa la quinta economía del mundo, donde viven más de 680 millones de personas. En aquél para nosotros remoto lugar, dos países grandes como continentes, China e India, hacen tambalear la posición de América y Europa. Un poco más al occidente, Taiwan y Japón. Casi cuatro mil millones de personas en evolución, capturando mercados, medrando y empujando migrantes a Occidente. Un Occidente tan debilitado que Rusia puede plantearse la conquista de Ucrania, y ya veremos si los países bálticos y Polonia no le siguen. China va camino de poder disponer la captura de Taiwan sin oposición.
Rusia actúa sin ningún límite ni remordimiento. Estados Unidos sólo persigue repartirse el botín ucraniano. USA y China en una guerra comercial que crece. Nuevos actores económicos buscan su lugar. La vida no vale nada en demasiados lugares.
Malas épocas adelante.
La imagen, en Wikipedia; By The White House from Washington, DC - Signing Ceremony Phase One Trade Deal Between the U.S. & China, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=85937183
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