miércoles, abril 16, 2025

Milena, Franz, Margarete

 Milena Jesenská conoció a Kafka en 1920. Por dos años mantuvieron una relación amorosa, fundamentalmente conocida a través de las cartas de Kafka, que reflejan un intercambio casi diario, y permiten conocer el amor de Kafka por Milena y el pensamiento del escritor. Las cartas se interrumpen en 2022, por la razón que fuera. Ya entonces Kafka estaba afectado por la tuberculosis que lo mataría. Milena conoce la muerte de Kafka en junio de 2024 y escribe su obituario en el diario Narodni Listy de Praga.

Veinte años después el nazismo alcanzara a su familia, y a Milena: entre 1942 y 1944 todas sus hermanas van a la cámara de gas, y en 1944 muere Milena, tras una operación en el campo de concentración de Ravensbrück en Alemania. El círculo de esta historia lo cierra Margarete Buber-Neumann, que conoce a Milena en Ravensbrück, y a Kafka, a través de la memoria de Milena. Margarete sobrevive a dos campos de concentración, y en 1963, escribe la historia de Milena, que toma una dimensión mayor que la que sus cartas representaran.

Nuevo orden III

Julio De Manuel Écija, en El Economista:

La pandemia supuso un shock para el Viejo Continente. La extrema dependencia de productos sanitarios procedentes de Asia llevó a que en las primeras semanas de la primavera de 2020 hubiera una guerra por las mascarillas y los equipos de laboratorio. Las capitales europeas habían perdido la capacidad de fabricar los enseres más básicos y todo el mundo empezó a plantear la necesidad de "reindustrializar" Europa, aunque fuera a pérdidas. Este shock se repitió de nuevo dos veces más. La siguiente ocasión fue con el inicio de la invasión de Ucrania en 2022, que expuso a potencias como Alemania e Italia ante el espejo de la enorme dependencia de los hidrocarburos rusos. La segunda llegó este año tras el duro discurso de JD Vance, vicepresidente de EEUU, y otros dirigentes de la Casa Blanca contra Europa, que ha llevado al plan de rearmamento más grande desde las guerras mundiales.

 

lunes, abril 14, 2025

Carroñeros

Encarni Bao Aguirre, en Las Provincias, sobre las negociaciones para repartirse Ucrania entre Rusia y USA:

Según Reuters, [Steve]Witkoff pretende terminar con la guerra entregando a Rusia los cuatro territorios del este de Ucrania que Moscú ya se anexionó unilateralmente después de ‘legitimar’ la apropiación con consultas populares rigurosamente vigiladas por efectivos armados. Putin se apoderaría así de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, que ni siquiera ha conseguido conquistar por completo en más de tres años de invasión. E incorporaría a un millón de habitantes, entre los que ya ha empezado a reclutar a jóvenes para su próxima movilización.

Aunque todo este delirio se llevara a término, Ucrania no estaría en paz. Seguiría expuesta a nuevas agresiones de Rusia y además hipotecada de por vida con Estados Unidos. En las últimas semanas han continuado las negociaciones con la Casa Blanca sobre la gestión de los recursos naturales ucranianos. Y según las exigencias de Washington, Kiev tendría que aportar el 50% de sus ingresos (incluidos los del gas y el petróleo) para devolver la ayuda financiera y militar recibida desde el comienzo de la invasión masiva, en febrero de 2022. Podría ser un caso único de Estado agredido que paga reparaciones de guerra a un tercero, que le impone además un interés del 4%.

domingo, abril 13, 2025

El cambio en curso

 


Claudio Feijóo y Julio Ceballos, citados por Zigor Aldama en Las Provincias:

(...) Feijóo subraya que, en esta situación, «China tiene que decidir si deja que su rival se consuma en sus contradicciones o si cree que es lo suficientemente fuerte para acelerar su proceso de declive arriesgando un conflicto bélico». Porque ahora la batalla está centrada en los aranceles, pero en el arsenal chino hay muchas más armas: desde el acceso a las tierras raras que controla en más del 90%, y que Trump quiere lograr de Ucrania, hasta el fentanilo que hace estragos entre la población estadounidense, y cuyos precursores químicos Pekín podría dejar de controlar, algo a lo que había accedido, precisamente, para evitar los gravámenes.

«China tiene cartas fuertes: controla las tierras raras, domina nodos críticos de las cadenas de suministro y posee buena parte de la deuda estadounidense. Puede mantener el pulso», apunta Ceballos. «Si esta guerra no se desactiva pronto, todos perderemos algo, sí, pero la reconfiguración global será inevitable y acelerará el declive estadounidense ya en curso. Y en esa nueva partida, quien mejor ha leído al otro es, sin duda, China», sentencia el consultor.

«Estados Unidos podría ser el mayor perdedor porque no solo pierde lo transaccional, pierde su liderazgo sobre el mundo. Tras el abandono en la guerra de Ucrania y en el comercio mundial, ¿qué países van a seguir su liderazgo? ¿No será incluso a nivel internacional la propia China un socio más fiable?», se pregunta Galán.

 ¿Cómo espera salir Trump de la trampa en  la que entró por sus propios medios? Desde el abandono de Ukrania y Europa, cada paso muestra con más claridad la pérdida de hegemonía de Estados Unidos. Se produce un reacomodamiento universal, y Occidente en su conjunto sale perjudicada. ¿será el próximo paso la pérdida de Taiwan? ¿la entrada de Rusia en Polonia? Escenarios que hace diez años eran impensables, ahora son viables.

La imagen, de Financial Times