Ramón Gorriarán, en Las Provincias, esta mañana:
Lo que la mano izquierda hace no lo conozca la mano derecha...Muy conveniente en este caso: participar sin objeción en primera línea por años de la política que hoy es ruinosa para cientos de miles de hipotecados, y, luego de dejar hacer, dejar pasar por años, ahora ofrecer aspirinas a los guillotinados.Alfredo Pérez Rubalcaba ha llegado a la conclusión de que la recuperación electoral para el PSOE está en la izquierda. A partir de esta premisa, el candidato exhibió su perfil más progresista con una andanda contra la banca por su política de dar créditos hipotecarios a sabiendas de que su cobro iba a ser difícil o imposible. Ahora, añadió en una reunión con secretarios provinciales de su partido, las entidades financieras tienen que asumir que no pueden cobrar «a costa de la gente» y deberán renunciar a algo.Cuando el vicepresidente primero se quita la corbata para vestirse de candidato muestra cuáles van a ser las líneas maestras de su campaña: ortodoxia socialista, discurso socialdemócrata y sin concesiones neoliberales. La víspera, tras el Consejo de Ministros, desgranó en tono profesoral las medidas para los hipotecados con dificultades para hacer frente a sus obligaciones con los bancos, una iniciativa que no gustó en el mundo financiero. Ayer, en un acto de su partido y con lenguaje llano, se puso del lado de los afectados. «No se puede -sostuvo- dejar a las familias sin un mínimo para vivir» por pagar su casa. Los bancos, prosiguió, no pueden pretender recuperar su dinero en crisis «a coste cero».Rubalcaba se preguntó «quién tiene más responsabilidad», el que «pide» la hipoteca o el que la «concede». Recordó que en las épocas florecientes de la economía los «directores de las sucursales (bancarias) cobraron porcentajes por esas hipotecas» cuando sabían que sus clientes estaban «al límite» para pagar o era «imposible» que pudieran hacerlo. «¿Ahí -interrogó- no hay ninguna responsabilidad, no tienen nada que decir (los bancos)?»Unos comentarios que no se oyeron en el Gobierno en los dos últimos años, cuando inyectó a través del Fondo de Reestructuración Bancaria miles de millones de euros, hay un tope de 90.000, a las cajas de ahorro en dificultades; y cuando desde el jefe del Ejecutivo al último ministro se ufanaban de la fortaleza del sistema financiero español. Un giro de 180 grados que responde al intento de recuperar a ese electorado del PSOE desengañado por unas medidas que se identifican con el neoliberalsmo de la derecha y que motivaron un amplio absentismo en la últimas elecciones.
Los tiempos cambian, y lo que hace seis meses era impensable, ahora es ofrecido como bandera electoral...
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