Sobre el tema de la lengua valenciana y su normativa hemos hablado varias veces, a través de
sus instituciones o de sus participantes (
Francisco Almela y Vives,
Ubieto Arteta,
Vicente Luis Simó Santonja). A propósito de las instituciones de la lengua, hemos visto la existencia de dos academias, una de las cuales ha sido desplazada en beneficio de otra con visos de constituír un acuerdo con instituciones catalanas y catalanistas. En estos días, esta posición dividida de los académicos de la lengua fué recordada en las discusiones de las cortes valencianas, en la voz del diputado Rafael Ferraro. Parecería ser que la crisis pudiera llegar a poner las cosas en su lugar. Sobre ésto,
el diario Las Provincias (artículo firmado por Héctor Esteban):
El 19 de diciembre, el electrónico de Les Corts
Valencianes se iluminó un punto rojo como un islote perdido en el
océano. Era el escaño del diputado del PP Rafael Ferraro que, como ya es
tradición, votó en contra del presupuesto de la Generalitat para la
Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), el ente normativo que vela por
la lengua propia de la Comunitat. El resto del marcador reflejó 50
puntos verdes a favor del PP y 42 abstenciones en naranja de la
oposición. Ferraro, en esta ocasión se quedó solo ya que Fernando Giner,
su cómplice en el frente contra la AVL, se equivocó al apretar el botón
como reconoció en pasillos.
Ferraro pasó a la ofensiva el pasado martes con el mismo
asunto y sin dobleces le pidió a la consellera de Educación y Cultura,
María José Catalá, que cierre la Acadèmia Valenciana de la Llengua «por
catalanista».
La petición se realizó durante la ronda de contactos que
los parlamentarios del PP han mantenido estos días con los miembros del
Gobierno valenciano. Ferraro, que no esconde su posición contraria al
ente normativo de la Generalitat, pidió la palabra casi al final de la
reunión con Catalá. El diputado popular, que aterrizó en el PP desde
Unión Valenciana, exigió a la titular de Educación que en los colegios e
institutos de la Comunitat «no se enseñe el catalán, que es lo que se
está haciendo». Durante su intervención incluso pidió al Consell que
cierre la AVL.
Ferraró apuntó, según varios de los presentes en la
reunión, que en los centros docentes «se imparte catalán en lugar de
valenciano». El diputado popular incluso es partidario de retirar el
sueldo a los académicos ya que entiende que debe de ser una tarea
vocacional.
El ex de Unión Valenciana siempre ha defendido que el
papel que actualmente ejerce la AVL lo podría hacer la Real Academia de
Cultura Valenciana (RACV). Así lo ha expresado a sus compañeros de
partido las veces que ha hecho falta. Ferraro es uno de los diputados
que tiene la defensa de las señas de identidad como uno de los pilares
fundamentales en su ideario.
La propuesta se quedó en el aire. La consellera de
Educación, María José Catalá, no se pronunció y la reunión finalizó poco
después de la rogativa del diputado del PP. La Acadèmia Valenciana de
la Llengua es una institución normativa que impulsó Zaplana con sus
correspondientes consultas a Jordi Pujol y fue aprobada por PP y PSPV,
que se repartieron el perfil de los candidatos a académicos.
El órgano normativo, que desde hace algunos años se
mantiene en un silencio mediático, vivió episodios memorables como el
día en el que entonces conseller de Educación, Alejando Font de Mora,
presidió por sorpresa un pleno del ente en el que se iba a aprobar un
dictamen que equiparaba el valenciano y el catalán. Finalmente, la
propuesta no salió adelante.
Ahora es el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra,
el que en su oleada por la austeridad y el control del gasto actuará
contra el ente normativo. La idea que maneja el Gobierno valenciano es
reducir de 21 a 11 el número de académicos, por lo que no cumple las
expectativas de Ferraro de que se baje la persiana de la institución,
que sigue en la sede provisional de San Miguel de los Reyes. Su sede
definitiva era un local en la calle Flora, junto a las instalaciones de
la Cruz Roja. Una pretensión que lleva años estancada.
La renovación del número de miembros de la Acadèmia
implicaría el blindaje de los nuevos consejeros durante 15 años más. En
la actualidad, en la AVL trabajan 32 empleados, según el informe de la
Sindicatura de Comptes del ejercicio de 2011. Los académicos, según la
documentación del ente fiscalizador de las cuentas públicas, cobraron un
global de más de 405.000 euros.
Sobre el
orígen y sentido de la AVL, así como sobre las subvenciones que ésta recibe aún en épocas de recortes,
algo tiene que decir el Círculo Cívico Valenciano:
La Academia Valenciana
de la Lengua (AVL) nació por deseo expreso de Jordi Pujol (CiU) en los
años 90 a cambio de facilitar la gobernabilidad de España a José María
Aznar (PP) en 1996, con la finalidad de unificar normativamente
valenciano y catalán, y normalizar de manera definitiva el uso del
catalán en la Comunitat Valenciana, aduciendo el falso origen catalán de
nuestra milenaria lengua, y la "doble denominación" valenciano -
catalán "documentada a lo largo de los siglos" (esperamos ver esos
documentos algún día).
Hemos indagado en los
presupuestos de 2012 de la Generalitat Valenciana, y hemos descubierto,
un año más, que el Partido Popular de la Comunitat Valenciana (PPCV)
sigue colaborando y dotando generosamente a esta entidad de indecentes
presupuestos para que prosiga sin rémora ni trabas su labor de
subversión y falsificación histórica, filológica y social.
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