sábado, noviembre 24, 2007

Vargas Llosa, el Comandante, y el Rey

Leyendo Infobae, encuentro el resúmen de la opinión de Mario Vargas Llosa sobre el incidente entre el presidente Chávez y el rey Juan Carlos, publicada por La Nación de Argentina. Busqué su artículo en el orígen, y me tentó a publicarlo completo. La vieja "Nueva Novela Latinoamericana" tuvo también la virtud de dejar dos o tres pensadores capaces de nadar contra la corriente, y Vargas Llosa es uno de ellos. Espero que al escritor no le moleste que lo transcriba, pero creo que sería injusto comentarlo o recortarlo. A lo sumo, aparece marcado en verde aquello que me parece destacable:
Es verdad que una imagen vale mil palabras, y una secuencia de imágenes, diez mil. El incidente que ha inmortalizado la sesión de clausura de la última Cumbre Iberoamericana, celebrada en Santiago de Chile, divulgado al mundo por las cámaras de televisión, dice más e ilustra mejor sobre el caudillo venezolano Chávez y congéneres, así como sobre las relaciones de España con América latina, que decenas de sesudos ensayos.

Los mejores guionistas de Hollywood no lo hubieran hecho tan bien, si querían abrir el espectáculo con la imagen –entre cómica y siniestra– de un espadón tercermundista en plena acción. Interrumpiendo al presidente del gobierno español, que, tímidamente, se atrevía a recordar a los mandatarios latinoamericanos que “nacionalizar empresas no garantiza nada”, el comandante Hugo Chávez se apodera del micrófono y se dispara en insultos contra José María Aznar, quien alguna vez habría invitado a Venezuela a algo tan ignominioso como integrarse “al Primer Mundo”, propuesta fascista que el caudillo tropical rechazó, claro está, porque “somos humanos y los fascistas no son humanos. Creo que una serpiente es más humana que un fascista o que un racista”. La estupidez conceptual se enriquece si quien la emite se expresa con la vulgaridad del comandante Chávez y su gesticulación cuartelera. Hasta aquí, nada que sorprenda, aunque, sí, mucho que entristezca y avergüence, si quien presencia la escena es latinoamericano y, sobre todo, venezolano. Entonces, Rodríguez Zapatero pide la palabra a Michelle Bachelet –la presidenta de Chile dirige la sesión– y, extremando el respeto de las formas y buscando con verdadera angustia las palabras más prudentes, trata de dejar sentada su protesta por la “descalificación” que se ha hecho de un ex presidente “que fue elegido por los españoles”.

Digo “trata de” porque, pese a sus educadas maneras, hasta en dos oportunidades es groseramente interrumpido de nuevo por Hugo Chávez, quien, como la presidenta Bachelet le ha cortado el micrófono, levanta virilmente la voz a fin de que ninguno de los presentes se libre de escucharlo.

A estas alturas, el rey de España, al que literalmente hemos visto demudarse y enrojecer a lo largo de toda esta escena sin poder ocultar la irritación que le produce, irrumpe con su contundente “¿Por qué no te callas?”, que, por un instante, deja al soldadote de marras quieto y mudo, como sin duda le ocurría en el cuartel cuando su superior lo aderezaba de carajos.

La presidenta Bachelet introduce un inesperado toque de humor al sugerir con meliflua voz a los presentes “que eviten los diálogos”. Otro tercermundista y comandante entra en escena, esta vez un Daniel Ortega maltratado por los años con una calvicie acelerada y una panza capitalista, para desgañitarse atacando a España por los bombardeos de Estados Unidos contra Libia, por las supuestas depredaciones de Unión Fenosa y contra los embajadores españoles por conspirar contra el Frente Sandinista… hasta que el rey de España se levanta y deja sentada su protesta abandonando la sesión.

La enseñanza más obvia e inmediata de este psicodrama es que hay todavía una América latina anacrónica, demagógica, inculta y bárbara, a la que es una pura pérdida de tiempo y de dinero tratar de asociar a esa civilizada entidad democrática y modernizadora que aspiran a crear las Cumbres Iberoamericanas.

Esta será una aspiración imposible mientras haya países latinoamericanos que tengan como gobernantes a gentes como Chávez, Ortega o Evo Morales, para no mencionar a Fidel Castro. Que sean o hayan sido populares y ganaran elecciones no hace de ellos demócratas. Por el contrario, muestra la profunda incultura política y lo frágil que son las convicciones democráticas de sociedades capaces de llevar al poder, en libres comicios, a semejantes personajes.

Ellos no asisten a las Cumbres a trabajar por el ideal que las convoca. Van a utilizarlas como una tribuna para internacionalizar la demagogia y las bravatas con que mantienen hipnotizados a sus pueblos y, por eso, esas Cumbres están condenadas al fracaso y al circo. Antes, la estrella indiscutible de ellas era Fidel Castro y sus espectáculos antiimperialistas, que enloquecían de felicidad a los gacetilleros amantes de escándalos. Ahora que Castro dejó de ser caudillo para convertirse en analista internacional –el único que en Cuba habla y despotrica con envidiable libertad–, el histrión preferido de la prensa amarilla es Chávez, émulo y ventrílocuo de aquél.

Claro que hay otra América latina, más decente, honrada, culta y democrática que la representada por estos energúmenos. Estaba allí, en esa sesión de clausura, invisible y muda, como siempre en estas ocasiones en la que los caudillos, hombres fuertes, “comandantes” y payasos se apoderan de las candilejas.

¿Por qué callan estos otros latinoamericanos y se dejan ningunear y eclipsar de esa manera, si ellos son infinitamente más respetables y dignos de ser escuchados que aquéllos? No sólo porque algunos están sobornados por los petrodólares que derrocha el venezolano a diestro y siniestro. A menudo lo hacen porque temen ser víctimas de las diatribas y descalificaciones de aquellos matones, que les pueden soliviantar a sus extremistas criollos y, también, aunque parezca mentira, porque ellos, que sólo son gobernantes civiles que tratan mal que bien o bien que mal de ajustarse a las limitaciones que les señalan las leyes y constituciones, se sienten mandatarios de segunda frente a esos dioses omnímodos que no tienen otro freno para sus excesos y bellaquerías que su soberana voluntad.

La salida del rey de España tuvo la virtud de rasgar el velo de hipocresía que circunda las Cumbres Iberoamericanas, a las que, en apariencia –no en la realidad– asisten jefes de gobierno y de Estado dignos del mismo respeto y consideración. Falso de toda falsedad: el señor Chávez tiene unas credenciales que lo exoneran de toda respetabilidad civil y democrática, pues el 4 de febrero de 1992 traicionó su uniforme y actuó con felonía, intentando un golpe militar contra un gobierno constitucional y legítimo en el que decenas de oficiales y soldados venezolanos murieron defendiendo el Estado de Derecho.

Levantarse contra un gobierno constitucional es el peor crimen que pueda cometer un militar, y por eso el comandante Chávez fue juzgado, condenado y enviado a la cárcel. Que en lugar de pasarse allí muchos años fuera amnistiado por el presidente Rafael Caldera y luego premiado por una mayoría de venezolanos con la presidencia de la República no lo absuelve, sólo muestra hasta qué punto estaba turbado ese electorado, que se dejó seducir por los cantos de sirena de un demagogo y que está ahora lamentándose amargamente de su error.

Lo absurdo, lo delirante de lo ocurrido en Santiago de Chile es que el comandante Chávez eligiera, para descargar sus iras y convertir en blanco de su mojiganga tercermundista, a España, un país cuyo gobierno ha hecho esfuerzos denodados para llevarse en paz con él, e, incluso, echarle una mano internacional cuando todo el Occidente democrático lo censuraba por sus atropellos a los derechos humanos y sus complicidades con las satrapías fundamentalistas.

¿Alguna otra enseñanza que sacar de todo esto? Que, como es evidente que a los tigres y a las hienas no se los aplaca con venias y sonrisas y echándoles corderos, conviene mucho más a un país democrático como España privilegiar en sus relaciones a países que representan la civilidad, la libertad, la legalidad, y con los que tiene la seguridad de una cooperación real y de largo plazo, que tratar por todos los medios de ganarse la amistad de quienes representan las antípodas de lo que, afortunadamente para los españoles, es hoy España.

Ni la Cuba de Fidel Castro ni la Venezuela de Chávez merecen ser, hoy, los amigos dilectos del gobierno español y sí, en cambio, todos esos discretos y esforzados gobiernos que, en el resto del continente latinoamericano, trabajan por sacar a sus pueblos de esa barbarie del subdesarrollo que representan no sólo los bajos índices de crecimiento y las vertiginosas desigualdades de ingreso, educación y oportunidades, sino, también, la demagogia y la matonería políticas encarnadas en Ortega y Chávez que las televisiones de todo el mundo pusieron en evidencia en la clausura de la Cumbre Iberoamericana.

Es posible que, al reaccionar como lo hizo, el rey de España transgrediera el protocolo. ¡Pero qué alegría nos deparó a tantos latinoamericanos, a tantos millones de venezolanos! ¿La prueba? Que he escrito este artículo arrullado por los animados compases del flamante pasodoble que ahora entonan y bailan en todas las universidades venezolanas, que se titula “¿Por qué no te callas?” y cuya tonadilla y letra llueven sin tregua sobre mi computadora.
Lo mismo que señala Vargas Llosa respecto al tipo de alianzas americanas españolas lo ha comentado Martín Varsavsky hace pocos días:
Recuerdo una vez que fuí a comer con el ex Presidente Aznar a la Moncloa y Aznar hablaba sin parar de Medio Oriente y sus planes para lograr la paz en ese agujero negro de la política internacional. Esto era antes de la invasión de Irak y como vimos fué Medio Oriente que hundió a Aznar y no Aznar el que arregló Medio Oriente. Pero en esa comida le dije al Presidente Aznar que no se puede tener un país cuyos intereses económicos están tan ligados a Latinoamérica y su política exterior tan alejada de este continente. Esto cambió en parte con el gobierno de Zapatero pero el error de Moratinos fué en vez de acercarse a lo más relevante de latinoamérica que sería Brasil, México, Colombia, Chile y quizás Argentina si solo Kirchner fuera más inteligente en su política exerior, se dedicó a flirtear con un neodictador como Chavez que usa y tira a quien sea que se le acerca cuando le conviene. Moratinos se creyó cercano a este militar que usa el proceso democrático para su interés y que ahora parece que ni le responde al teléfono. El error de Zapatero en general fue no apostar por la parte de latinoamérica con la que se puede hablar y cuyo producto bruto es muchísimo mayor que el de Venezuela. (Alianza de civilizaciones o choque de culturas?)
Vargas Llosa, en una larga época de vientos contrarios, ha tenido la virtud de no perder la cabeza, y seguir llamando a las cosas por su nombre. Este es sólo un caso.

jueves, noviembre 22, 2007

Una cadena vale tanto como su eslabón más débil

Si bien la economía española no aparece excesivamente resentida, la crisis inmobiliaria sigue presente, y seguramente por un largo tiempo, influyendo sobre la economía de diversas formas. De las cajas de ahorro ya se ha hablado, y hoy vuelve sobre ellas El Economista. En un momento en que al menos dos de ellas preparan su ingreso a bolsa, su riesgo crediticio sigue siendo el más expuesto probablemente. Qué dice El Economista:
El fantasma de la crisis inmobiliaria acecha a las cajas. De hecho, el cajón contable que esconde las dotaciones que han tenido que realizar para prevenir posibles impagos en los créditos -denonimado pérdidas por deterioro de activos en la cuenta de resultados- se ha disparado un 33,6% en el tercer trimestre, hasta 2.899,5 millones de euros.
Además, este capítulo engloba las provisiones obligatorias en función de los créditos que conceden las entidades y del riesgo que asumen, según la normativa del Banco de España. Para rizar el rizo, agrupa los activos financieros disponibles para la venta si han perdido valor respecto al ejercicio anterior. Los resultados del sector hasta septiembre se han saldado con un beneficio atribuido de 7.590 millones, el 21,8% más.
El problema es que las entidades no desgranan qué cifra concreta corresponde a cada epígrafe, con lo que es imposible saber cuánto están creciendo las dotaciones para sanear créditos con el sector inmobiliario con serias dudas de recuperar. Es lo que las entidades esconden bajo este epígrafe. Y el peligro viene por los promotores. En lo que llevamos de año, las cajas están aflorando más créditos fallidos con los promotores -más de 625 millones hasta junio- y con las familias.
En fin, para quien quiera verlos, los signos son para precaverse, como lo hacen las cajas, en definitiva.

domingo, noviembre 11, 2007

Latinoamérica fuera del mundo

El incidente entre el rey Juan Carlos y el general retirado Chavez, sirve para mostrar el grado de deterioro de la vida política latinoamericana, extendida a sus relaciones internacionales: un grupo de dirigentes regionales mantiene el control en una dirección que no cesa de perjudicar su futuro. Y lo peor de esto es que logran ese resultado con consenso: basta leer cartas de lectores en cualquier diario que se ocupe del tema para encontrar centenares de personas que prefieren la ideología a la realidad, convirtiendo las payasadas impertinentes de un general de republiqueta, en palabra santa antiimperialista.
(Otra muestra de cartas)

China y el impacto de la mejora de la calidad

Alfredo Sainz, en La Nación, trae a cuenta uno o dos elementos que contrapesarán el crecimiento futuro de China: el reclamo y la consiguiente mayor vigilancia sobre la calidad de fabricación de muchos de sus productos acortarán su ventaja. Mayor control significará mayor costo, y por lo tanto, valores más reales y aproximados a los del resto del mundo.
Después de varios años de crecimiento sostenido, la economía china enfrenta nuevos desafíos que son más propios de un país del Primer Mundo que de una nación en vías de desarrollo. La principal preocupación del omnipresente Partido Comunista de China en materia económica hoy ya no está centrada en cómo bajar sus costos para ganar nuevos mercados internacionales, sino en la forma de asegurar los controles de calidad y evitar que se repitan los problemas que se registraron en las últimas semanas con los juguetes fabricados à façon en China.
Sainz apunta que el reclamo por la calidad de los productos rebasó a las áreas secundarias, alcanzando a industrias de peso importante en las exportaciones chinas (menciona textiles y laboratorios), requiriendo las medidas que se han visto en los meses recientes
En los medios de comunicación chinos hoy ya está planteado el debate acerca de cómo mejorar los controles de calidad, e incluso el propio presidente del organismo de control de calidad de China, Li Changjiang, se tuvo que presentar en la televisión estatal para explicar las medidas que estaba tomando las autoridades para convencer al mundo de que los productos chinos son seguros, hecho que parecía imposible apenas tres o cuatro años atrás.
(...) En las últimas semanas, además, se lanzó una serie de cursos sobre sistemas de certificación y regulaciones a las exportaciones de los que ya participaron más de 1000 empresarios procedentes de las ciudades donde se concentran las grandes industrias chinas, como Guangzhou, Fuzhou y Hong Kong.
La calidad es deficiente porque para vender competitivamente China se apoyó por años en recursos brutales que difícilmente pueda utilizar ya en el mismo grado en el futuro:
(...) los analistas locales reconocen que, en la mayoría de los casos, detrás de los problemas en la fabricación de productos en China, se esconde una búsqueda de reducción de costos.
Y todo indica que el panorama se complicará en los próximos años, ya que fabricar en China tenderá a ser cada vez más caro, en la medida en que el yuan se revaloriza frente al dólar y los salarios de los trabajadores chinos se incrementen a la vez que acompañen el crecimiento que en general exhibe esa economía.

jueves, noviembre 08, 2007

El trabajo en China

La cruda realidad de la sociedad china es develada por el trascendido sobre una ley de vacaciones en estudio: por si a alguien le cabían dudas, nos enteramos todavía informalmente que los trabajadores chinos no tienen vacaciones. Sabíamos que prácticamente no tienen descanso semanal, pero se suele asumir que alguna vez existe en el año un período de vacación. Bien, no es así. Dice Europa Press:
Los trabajadores chinos podrían disfrutar muy pronto de vacaciones remuneradas, ya que el Gobierno está estudiando un borrador de una nueva regulación laboral y ha pedido la opinión de la ciudadanía, según informa hoy en su web el periódico 'Shanghai Daily'.
Hasta ahora, y aunque la necesidad de contar con vacaciones pagadas se lleva estudiando desde 1991 y el país cuenta con una ley laboral que defiende su existencia desde hace 12 años, la ausencia de una regulación específica ha impedido su aplicación.
La nueva norma, de momento, afectaría a los funcionarios públicos y trabajadores de empresas, y desde ayer y hasta el próximo 16 de noviembre la Oficina de Asuntos Legales, dependiente del Consejo de Estado (ejecutivo), estará abierta a las propuestas particulares, según el rotativo.
Sin embargo, y a pesar de tratarse de un importante avance en los derechos de los trabajadores chinos, la mejoría no puede definirse exactamente de espectacular: durante los diez primeros años de vida laboral el empleado sólo tendrá derecho a cinco días de vacaciones pagadas; pasada la década disfrutará de diez días, y después de un total de 20 años trabajando podrá llegar al límite previsto, 15 días.
El diario aclara que no es necesario haber trabajado siempre para el mismo empleador, con un año bastará, aunque no especifica si el cómputo de años se realizará desde la entrada en vigor la ley o según la vida trabajada de cada ciudadano.
Además, indica, los empleadores no podrán ofrecer como días pagados las ya existentes tres "semanas doradas" de vacaciones (en realidad, tres días que se suman a otros cuatro correspondientes a dos fines de semana con ocasión del Año Nuevo Chino, el Día del Trabajo y el Día Nacional).
Establecidas al principio de esta década, las "semanas doradas" han hecho correr ríos de tinta, ya que aunque inicialmente se consideraron una gran idea que permitía a los chinos viajar por el país y, de paso, aumentar el consumo interno, en los últimos años las críticas se han multiplicado porque el flujo de turistas es tal que las comunicaciones e infraestructuras nacionales no pueden absorber la demanda, los precios se disparan y muchos empiezan a optar por quedarse en casa. La aprobación de una norma específica que establezca el número de vacaciones contribuiría, pues, a acabar también con el debate.
Esta es la sociedad que sustenta el salto económico de China. Sociedad que es considerada un conveniente recurso productivo, donde deprimir costos laborales. Un camino en la cuerda floja para un gobierno rígido y autoritario. Y un camino semejante para quienes en Occidente dejan crecer, por un beneficio inmediato, a quien podría provocar su ruina.

sábado, noviembre 03, 2007

Ecos de España, pobrezas de Argentina

En un recorrido circular, replico la referencia de Jorge Ávila a un artículo de Pilar Rahola, en El País, de Madrid:
Vista desde la perspectiva que da la complicidad lejana -la mirada extranjera- Argentina preocupa tanto como seduce, sorprendente en sus logros y en sus déficit. Vidas paralelas en muchos aspectos, la dictadura, la represión, la memoria, el terrorismo, Argentina no tomó el camino que el pacto de la transición marcó para la vieja Sefarad, y esa bifurcación cambió los destinos mutuos. Sé que decirlo remueve y araña mi alma antifranquista, pero viendo el círculo de odios, venganzas, juicios inacabables y toda suerte de denuncias cruzadas que aún atenazan -y condicionan severamente- la política argentina, creo que el camino que tomó la democracia española fue tan valiente, como necesario para garantizar el futuro.

A Argentina le pesa tanto el pasado, que a veces parece que habita en él, como si la realidad no fuera más que su derivada. Un pasado, además, mirado con ojo tuerto, donde los dictadores y sus cómplices reciben el legítimo repudio y lentamente van pisando los suelos de la justicia; pero cuyos terroristas son considerados héroes del pueblo.

La nota completa transcripta por Jorge Ávila.

jueves, noviembre 01, 2007

La Argentina que viene

De entre los numerosos artículos internacionales sobre las elecciones argentinas, dos de ellos: uno de Wharton, y otro del New York Times. Repiten lo que muchos otros señalan, como tendencias futuras; tendencias comentadas también dentro de Argentina, pero que no todos parecen allí valorar.
De Wharton, sobre las dificultades por venir, tomando palabras de Juan Carlos Martínez Lázaro, del Instituto de la Empresa:
Martínez Lázaro explica que Argentina consiguió salir de la crisis y crecer fuertemente en los últimos años como consecuencia de la gigantesca devaluación del peso argentino y su coincidencia, poco después, con el encarecimiento de las materias primas que el país exporta. “El peso argentino tenía una paridad con el dólar y cuando se elimina esa paridad, el peso sufre una devaluación de aproximadamente el 300%. Esa fortísima devaluación, lo que hizo fue conseguir un saldo exportador muy fuerte, el mercado exterior fue el que capitaneó esa recuperación”, comenta. A eso hay que sumar que, por ejemplo, la soja se encuentra en máximos históricos y con una demanda creciente sobre todo por parte de países asiáticos.
(...) Sin embargo, Martínez Lázaro cree que, independientemente del crecimiento económico de más del 7,5% que prevé el FMI para este año, se están acumulando importantes desequilibrios. Argentina, señala, “tiene una inflación cercana a los dos dígitos. Hoy vemos el efecto de la devaluación que tuvo el país y cómo se está importando inflación durante todos estos años como consecuencia del bajo valor que llegó a tener el peso”. Los datos oficiales sitúan la tasa de inflación acumulada (de enero a septiembre) en el 5,8%, pero el FMI estima que a finales de año podría alcanzar el 9,5%. Esta falta de competitividad, en opinión de Martínez Lázaro, “acabará pasando factura”.
Sobre la negociación de los impagos en el exterior, según Carlos Malamud:
(...) el Gobierno tendrá que afrontar la crisis energética y, para ello, habrá que atraer nuevamente inversiones extranjeras. Antes, dice, “habrá que solucionar la deuda con el Club de París (19 países acreedores) de más de 6.000 millones de dólares, además de garantizar la seguridad jurídica”. Esta deuda se ha convertido en un inconveniente para la economía argentina porque impide que los potenciales inversores europeos puedan tomar créditos para hacer negocios en el país. Los inversores internacionales, añade Martínez Lázaro, “no han confiado en este Gobierno Kirchner y mucho tienen que cambiar las cosas para que los inversores retomen esa confianza en Argentina”.
Sobre la sanidad de las cuentas del estado:
Por otro lado, el profesor del IE hace referencia a que el crecimiento desmesurado del gasto público durante este año electoral puede producir unos altos niveles de déficit que, según explica, es uno de los talones de Aquiles de la economía argentina. “El superávit por cuenta corriente que venía acumulando Argentina estos últimos años, por la bonanza exportadora, cada vez se reduce más porque la bonanza económica lo que hace es aumentar las importaciones”.
Por otra parte, NYTimes (firmado por Alexei Barrionuevo) destaca el potencial peligro de la inflación (ambas publicaciones mencionan la manipulación de índices y sus límites):
(...) Mrs. Kirchner inherits double-digit inflation and a lurking energy crisis, two issues that will be difficult to address without alienating the poor classes that are the most vulnerable to economic shocks.
(...) the government will have its hands full taming rising consumer prices. Mrs. Kirchner has insisted that official government figures showing inflation between 8 percent and 10 percent have not been manipulated, but economists both here and abroad have said otherwise for months, pegging the inflation rate at closer to 20 percent.
The government intends to lower inflation through a “social pact” between the private sector and unions that would keep a lid on prices and wage-increase demands, and through a gradual fiscal adjustment. But measures that could slow growth or constrain consumption will be politically unfeasible, Mr. Kerner said, as they will undermine the government’s base of support.