domingo, septiembre 28, 2008

Cambios que provoca la crisis, según Juan Freire

El post más interesante de Juan Freire en los últimos días...
En plena crisis financiera global, el negocio inmobiliario, tanto en España como en EEUU, es uno de los principales afectados arrastrando por el camino a buena parte de la población. Mientras los análisis que podemos leer y escuchar estos días se centran, casi exclusivamente, en las consecuencias económicas, la realidad es que el cambio que se está generando en el mercado de la vivienda tendrá profundas consecuencias para la estructura de las ciudades y para su dinámica demográfica y social. En España, como siempre, parece que estas cuestiones preocupan a pocos y motivan aún menos análisis. Pero, por el contrario, en EEUU empiezan ya a aparecer las primeras señales y análisis de escenarios urbanos para un futuro próximo.
Merece leerlo completo...

sábado, septiembre 27, 2008

En qué punto estamos

Quizá la semana pasada, y una o dos más, sean recordadas como aquellas que cambiaron el mundo por algunas décadas. Todavía no es fácil estimar cuánto y cómo cambiará todo, pero no hay duda que sucederá. Tres décadas de guerra fría evitaron culminar en un desastre nuclear; una semana de acontecimientos desencadenados tras varios años de acumulación, quizá produzcan efectos tan profundos como los que se evitaron antes. Quizá sin signos visibles, como una ciudad devastada, pero con consecuencias que nos tocarán a todos. Quien piense que la caída financiera que comienza en Estados Unidos no le alcanzará, todavía no ha despertado. Lucen lamentables nuestros pequeños gobernantes locales, ironizando sobre la crisis americana, y elogiando sus frágiles recetas autóctonas. Un viento solar abrasa a la Tierra, e imaginan que "mi barrio está bien".
Acabo de leer una reflexión de "SMcCoy" en Cotizalia, que da algunos elementos del volúmen del problema, pensando en términos inmediatos, y que creo que es conveniente compartir completo:
La Crisis no tiene freno
Cuidadín, cuidadín porque la cosa pinta, no fea, sino muy fea. Horripilante, diría yo. Se está produciendo un salto cualitativo de enorme trascendencia para la resolución de la crisis: la desconfianza de unos bancos con los otros se está trasladando peligrosamente a la ciudadanía. Y ésta sí que tiene capacidad de dar la puntilla al sistema financiero en su conjunto. El despotismo ilustrado (todo para el pueblo pero sin el pueblo) que había presidido la actividad bancaria hasta hace bien poco (con una pléyade de clientes sosteniendo, ante la mirada complaciente del monarca regulatorio, los sustanciosos privilegios salariales de unos pocos) puede quebrarse, si no está roto ya, fruto de una silenciosa rebelión popular. Ha quedado comprobado. Basta con un drenaje de liquidez como el que ha llevado a la quiebra a Washington Mutual en los Estados Unidos. Crónica de una muerte anunciada. O el que está provocando un fenómeno, probablemente injustificado, de desequilibrio en el balance de una institución tan consolidada como la belga Fortis a la que, aparentemente, abandonan los clientes procedentes de ABN. El problema es que, al fin y a la postre, da igual la certeza o no de la causa última que provoca estos movimientos. Como ya escribiéramos en su día en este Valor Añadido, la Teoría de la Profecía tiene fuerza suficiente como para convertir el falso rumor en verdad final por la vía de los hechos. De esa naturaleza es el monstruo que hemos creado en los últimos años. Un animal incontrolado que amenaza con socavar, miren lo que les digo, los cimientos de nuestra sociedad.
¿Cómo se ha podido llegar a una situación como ésta? Hay multitud de factores pero quizá se pueda resumir en una lacónica sentencia: se trata, en este caso, del triunfo de la experiencia sobre la esperanza. Desde el principio de la situación actual, hace ya más de un año, han abundado las voces que trataban de minimizar su dimensión y relativizar sus consecuencias. Muchas de ellas procedentes de actores que eran, algunos todavía son, arte y parte en este negociado de la economía financiera: supervisores, agencias de rating y los propios bancos de inversión. Sin embargo, la realidad es tozuda y ha terminado por imponerse. Más allá de la aprobación final o no del plan establecido por las autoridades norteamericanas, la certeza última comienza a ser que cualquier intervención es una gota en el océano de las disfunciones que la crisis actual está provocando en el sistema y que amenaza con poner el riesgo el propio balance de la Reserva Federal y, en última instancia, algo incuestionable hasta hace bien poco: la solvencia y la hegemonía de los Estados Unidos de Norteamérica. Hoy es el día en que McDonalds tiene menor coste de cobertura de impago que la deuda soberana de aquél país: 24,5 puntos básicos contra 30. Cosas de la globalización.Obviamente, se trata de una percepción que, aunque generada a lo largo de todo este tiempo, ha necesitado de catalizadores inmediatos. Más allá de la insolvencia de WaMu, son varios los factores que han alimentado el desconcierto y la prudencia entre los inversores en los últimos siete días. Uno. El mercado de la vivienda al otro lado del Atlántico sigue cuesta abajo y sin frenos. No sólo ha aumentado el inventario de viviendas disponibles sino que se ha encarecido la financiación hasta situarse, el tipo hipotecario a 30 años, por encima del 6%. Un factor de estabilización imprescindible para la solución de la crisis continúa su deterioro y, con él, el de los activos financieros vinculados. Exacto, esos que quiere adquirir el gobierno. Dos. El interbancario sigue seco y su tipo en máximos de 10 años. No sólo eso. El mercado del papel comercial, como alternativa, agoniza: no hay volumen ni emisiones. Las inyecciones de liquidez de los bancos centrales se han vuelto en su contra. Las entidades no se prestan las unas a las otras y prefieren acudir a los resortes públicos en cantidades récord. Estos han superado su papel de prestamistas de último recurso para convertirse prácticamente la única vía de financiación de algunas entidades. No hay dinero y el poco que circula es muy caro. Y sin dinero, no hay negocio bancario. Ergo...
Tres. Clave a mi juicio para entender la incipiente fuga de capitales es el cambio de paradigma que, para la mentalidad del inversor más conservador, ha supuesto el que uno de los fondos monetarios señeros estadounidenses arrojara pérdidas como consecuencia de la quiebra de Lehman Brothers. It broke the buck, en terminología anglosajona. Un hecho histórico, sin precedentes, que provocó un éxodo masivo de dinero de este tipo de vehículos y que está detrás, a mi juicio, de que se acelerara la elaboración de un esquema de intervención por parte de las autoridades norteamericanas. De ahí la ausencia de detalles que ahora condicionan su aprobación.
Cuatro. Autores que han clavado lo que estaba por venir
desde bastante antes de su inicio, y que han ido marcando con precisión las etapas por las que transcurriría la crisis, se muestran especialmente críticos con las iniciativas del Tesoro y la Reserva Federal y continúan con su mensaje catastrofista, más o menos fundado. Especial impacto tuvo el artículo de Nouriel Roubini el martes pasado en Financial Times, en el que advierte de que, en el proceso de desmantelamiento del sistema bancario en la sombra que se está produciendo de forma acelerada, los hedge funds y al capital riesgo serán las siguientes fichas del dominó en caer.
Quinto y último. Dejo para el final lo que, en mi modesta opinión, es uno de los errores políticos más relevantes de las últimas décadas,equívoco que refuerza mi idea de que en el tratamiento de esta crisis son los pirómanos los que visten con elegancia el disfraz de bomberos, que Dios nos pille confesados. Su autor, -alguno dirá, como no podía ser de otra manera-
,George W. Bush. Imagínese al americano medio, relajado en casa y esperando el anunciado mensaje, se supone que tranquilizador, que no está el horno para bollos, de su presidente. Rodeado de la familia, esperanzado y con la mente puesta en el In God We Trust que preside el umbral de su casa. Podemos. Siempre hemos podido. Y de repente, el Apocalipsis. Si no se aprueban las medidas propuestas en las Cámaras, dice su máximo dirigente, la noche, el caos, el terror o, lo que es lo mismo, "toda la economía en peligro" y "el pánico financiero". ¿Qué cree usted que haría John Smith a continuación, arritmias cardíacas aparte? Pues probablemente lo que han hecho muchos estadounidenses hoy al ver que, la única alternativa cierta de salvación de sus ahorros según su presidente, quedaba en stand by: tomar el dinero de la cuenta corriente y llevarlo al calor del colchón. No sé como este ejercicio de imprudencia de tamaño familiar ha podido ser acogido con tal grado de indiferencia por la mayoría de los analistas, la verdad.
Termino. Estamos, por tanto, en un momento crítico de la coyuntura actual en el que puede quedar tocado el mecanismo de transferencia de fondos desde el ahorro a la inversión, ahondando en el colapso del sistema. La Teoría de la Profecía que enunciábamos al principio de este artículo exige, de cada uno de los actores protagonistas en este drama -gobierno, supervisor, entidades y clientela-, un ejercicio de transparencia, realismo y responsabilidad. Como en todos los fenómenos de cambio, y éste sin duda lo es, son muchas las voces interesadas en generar rumores infundados en su propio beneficio o que buscan dar cumplida venganza a querellas innombrables. Sean juiciosos y no atiendan a cantos de sirena que pueden hacer encallar su nave en las rocas del pánico y el comportamiento irracional. Es momento de ser maduros, tomar decisiones de forma objetiva en la defensa de los propios intereses y del bien común y no actuar, de forma precipitada y poco fundada, como voceros del miedo. La propia estabilidad del sistema es lo que está en juego. Y poniéndola en riesgo les garantizo que somos todos los que salimos perdiendo. No les quepa la menor duda.

jueves, septiembre 25, 2008

Educación argentina: De eso no se habla

No importa si esta semana o este mes hay algún paro docente, o se discute o no un nuevo plan educativo, o nuevos salarios. El problema sigue siendo igual desde hace ya demasiados años, en un ciclo en que cada vuelta de tuerca deja el problema peor, y el futuro más condicionado. De manera egoista e insensata, los que pueden hacer algo para torcer el rumbo, llevan a toda una sociedad hacia el empobrecimiento de su umbral de objetivos.
En La Nación, hoy:

Los sucesivos paros docentes no sólo interfieren en la discusión salarial entre el gobierno bonaerense y los trabajadores. Por el lugar de vulnerabilidad que ocupan, los alumnos se vuelven rehenes de una negociación que parece no tener fin.

Consultados por lanacion.com , especialistas opinaron sobre los efectos de un ciclo lectivo que presenta intermitencias.

"La variable postergable siempre es el chico. Ocurre en el colegio y también en las casas. Los alumnos aprenden a vivir en conflictos irresueltos, a postergar valores a favor de intereses propios. Se corre el riesgo de que entiendan que la única herramienta de negociación es dejar de hacer lo que tienen que hacer", sostuvo el licenciado en Gestión Educativa Jorge Sinay.

"El colegio es también un espacio de sociabilidad. Aunque se repongan las horas perdidas, no es lo mismo. Como ocurre con el Indec, la prioridad parece ser que los números cierren, sin importar la calidad del proceso", agregó.

Soledad Lugones, psicopedagoga de la Universidad del Salvador, opinó por su parte que "deberían adoptarse otros métodos, como incluir en la curricula espacios de reflexión sobre el conflicto".

"La forma en que se aprende impacta de forma directa sobre la personalidad y si se cerciora el espacio de aprendizaje se genera inseguridad y vacío", concluyó.

Por último, Gustavo Oliva, rector del Colegio Nacional de La Plata destacó los alcances sociales de esta modalidad de protesta.

"En una situación socio económica difícil como la que presenta la provincia de Buenos Aires, los paros hacen que todo el trabajo de contención que se realiza sobre el alumno retroceda", aseguró y destacó que cada vez que se realizan este tipo de medidas de fuerza, "se registran caídas en las matrículas".

domingo, septiembre 21, 2008

Pensamientos sobre el cambio de tendencia

La semana pasada será histórica, y no simplemente porque el tiempo pase: los mercados occidentales alcanzaron probablemente el punto más alto de la crisis financiera que aumenta desde hace muchos meses, y entramos al fin de semana con drásticas medidas tendientes a estabilizar los mercados. Aunque inmediatamente las bolsas reaccionaron positivamente, seguramente esto mas bien es un cambio de tendencia y un cambio de escenario. Sin conocerse aún todas las medidas a implementarse, es seguro que las consecuencias serán de larga duración, y no simples. Difícilmente pueda decirse ya qué pasará, pero existen múltiples intentos por hechar luz sobre el futuro, y las nuevas relaciones que se establecerán.
Luigi Zingales, de la Universidad de Chicago, publica hoy en Vox una interpretación que apunta algunos elementos de contingencia, y otros que permiten prever el impacto social que podría observarse en el nuevo período. Lo que sigue es una transcripción. Lo más importante, a mi criterio, es su opinión sobre el criterio de la solución adoptada: la solución propuesta es irrelevante, en tanto no sea la que se aplique.
Why Paulson is Wrong
When a profitable company is hit by a very large liability, as was the case in 1985 when Texaco lost a $12 billion court case against Pennzoil, the solution is not to have the government buy its assets at inflated prices – the solution is Chapter 11. In Chapter 11, companies with a solid underlying business generally swap debt for equity. The old equity holders are wiped out and the old debt claims are transformed into equity claims in the new entity which continues operating with a new capital structure. Alternatively, the debt holders can agree to trim the face value of debt in exchange for some warrants.

Even before Chapter 11, these procedures were the solutions adopted to deal with the large railroad bankruptcies at the turn of the twentieth century. So why is this well-established approach not used to solve the financial sectors current problems?
No time for bankruptcy procedures

The obvious answer is that we do not have time.

Chapter 11 procedures are generally long and complex, and the crisis has reached a point where time is of the essence. The negotiations would take months and we do not have this luxury. However, we are in extraordinary times and the government has taken and is prepared to take unprecedented measures. As if rescuing AIG and prohibiting all short-selling of financial stocks was not enough, now Treasury Secretary Paulson proposes a sort of Resolution Trust Corporation (RTC) that will buy out (with taxpayers’ money) the distressed assets of the financial sector.
But at what price?

If banks and financial institutions find it difficult to recapitalize (i.e., issue new equity) it is because the private sector is uncertain about the value of the assets they have in their portfolio and does not want to overpay.

Would the government be better in valuing those assets? No. In a negotiation between a government official and banker with a bonus at risk, who will have more clout in determining the price?

The Paulson RTC will buy toxic assets at inflated prices thereby creating a charitable institution that provides welfare to the rich – at the taxpayers’ expense. If this subsidy is large enough, it will succeed in stopping the crisis.
But, again, at what price?

The answer: billions of dollars in taxpayer money and, even worse, the violation of the fundamental capitalist principle that she who reaps the gains also bears the losses. Remember that in the Savings and Loan crisis, the government had to bail out those institutions because the deposits were federally insured. But in this case the government does not have do bail out the debtholders of Bear Sterns, AIG, or any of the other financial institutions that will benefit from the Paulson RTC.
A alternative to Paulson’s RTC

Since we do not have time for a Chapter 11 and we do not want to bail out all the creditors, the lesser evil is to do what judges do in contentious and overextended bankruptcy processes. They force a restructuring plan on creditors, where part of the debt is forgiven in exchange for some equity or some warrants. And there is a precedent for such a bold move.

During the Great Depression, many debt contracts were indexed to gold. So when the dollar convertibility into gold was suspended, the value of that debt soared, threatening the survival of many institutions. The Roosevelt Administration declared the clause invalid, de facto forcing debt forgiveness. Furthermore, the Supreme Court maintained this decision.

My colleague and current Fed Governor Randall Koszner studied this episode and showed that not only stock prices but bond prices as well soared after the Supreme Court upheld the decision. How is that possible? As corporate finance experts have been saying for the last thirty years, there are real costs from having too much debt and too little equity in the capital structure, and a reduction in the face value of debt can benefit not only the equity holders, but also the debt holders.

If debt forgiveness benefits both equity and debt holders, why do debt holders not voluntarily agree to it?

· First of all, there is a coordination problem.

Even if each individual debtholder benefits from a reduction in the face value of debt, she will benefit even more if everybody else cuts the face value of their debt and she does not. Hence, everybody waits for the other to move first, creating obvious delay.

· Secondly, from a debt holder point of view, a government bail-out is better.

Thus, any talk of a government bail-out reduces the debt-holders’ incentives to act, making the government bail-out more necessary.

As during the Great Depression and in many debt restructurings, it makes sense in the current contingency to mandate a partial debt forgiveness or a debt-for-equity swap in the financial sector. It has the benefit of being a well-tested strategy in the private sector and it leaves the taxpayers out of the picture.

But if it is so simple, why no expert has mentioned it?

Taxing the many to benefits the few

The major players in the financial sector do not like it. It is much more appealing for the financial industry to be bailed out at taxpayers’ expense than to bear their share of pain. Forcing a debt-for-equity swap or a debt-forgiveness would be no greater a violation of private property rights than a massive bailout, but it faces much stronger political opposition. The appeal of the Paulson solution is that it taxes the many and benefits the few. Since the many (we, the taxpayers) are dispersed, we cannot put up a good fight in Capitol Hill. The financial industry is well represented at all the levels. It is enough to say that for 6 of the last 13 years, the Secretary of Treasury was a Goldman Sachs alumnus. But, as financial experts, this silence is also our responsibility. Just as it is difficult to find a doctor willing to testify against another doctor in a malpractice suit, no matter how egregious the case, finance experts in both political parties are too friendly to the industry they study and work in.

Profits are private but losses are socialized?

The decisions that will be made this weekend matter not just to the prospects of the US economy in the year to come. They will shape the type of capitalism we will live in for the next fifty years. Do we want to live in a system where profits are private, but losses are socialized? Where taxpayer money is used to prop up failed firms? Or do we want to live in a system where people are held responsible for their decisions, where imprudent behavior is penalized and prudent behavior rewarded?

For somebody like me who believes strongly in the free market system, the most serious risk of the current situation is that the interest of few financiers will undermine the fundamental workings of the capitalist system. The time has come to save capitalism from the capitalists.

Un reportaje de Peter Baker en New York Times (que también pasó por sus horcas caudinas), muestra el ambiente de quienes tomaron las decisiones. Una frase de Ben Bernanke tomada por Baker es ilustrativa de lo que veremos: “There are no atheists in foxholes and no ideologues in financial crises” . Mucho más hablaremos de esto en el futuro...

miércoles, septiembre 17, 2008

sábado, septiembre 13, 2008

Valencia prehistórica



El territorio ibérico es tan rico en habitación humana como lo es el medio oriente, las llanuras africanas, o las riberas de los ríos chinos. La existencia de lenguas relativamente diferenciadas, o muy diferentes, como la vasca, son la presencia moderna de las variaciones y confluencias del pasado. Pero este es un pasado extendido en capas sucesivas de predominios y tolerancias, donde se puede descender como en Jericó, Uruk, Nippur, Ur, por capas sucesivas de murallas destruídas, hasta llegar al neolítico primitivo. Tan pronto como se retrocede al período de las primeras colonias griegas o fenicias, se encuentran los asentamientos de aquellas unidades de población que fueran llamadas iberos, celtas, celtiberos. Pequeñas "naciones" con predominio en la extensión que va de un accidente geográfico al siguiente. En la zona de la comunidad valenciana, asentamientos estirados a lo largo de los ríos : Edetanos en el Júcar, en Cullera (Sucro), el Turia, en Valencia (Edeta-Lliria), Sagunto (Arce); Contestanos en el Vilanopó, en Elche (Helike, Ilici), y a la orilla del Mediterráneo, en Alicante(Lucentum-Akra Leuka). Pero, como en toda la península ibérica, la habitación también es paleolítica, como en el caso de Cullera, Gandía o Xátiva, con cuevas en la montaña donde luego hubo poblaciones y fortificaciones. Con vestigios en España de presencia cercanas al millón de años, la antiguedad no es menor en la Comunidad a 300.000 años (Tavernes de Valldigna).
Trescientos mil años de habitación, una después de otra, una sobre otra, o una contra otra. Neandertales y Cromañones, migraciones de decenas de miles de años desde el este (medio oriente y Mar Negro) hacia el oeste, y quizá desde el sur africano; y todo antes de que exista ningún registro escrito, sólo atestiguado por pinturas en cuevas y cerámicas, por huesos y utensillos, por restos de piedra, en capas sucesivas. Una tierra cultivada desde hace tantos años como sean los que se hayan empleado para saber que una semilla se podía dominar. Las sociedad ibera y celta, en contacto con griegos y cartagineses, controlada finalmente por los romanos, visitada por las posteriores migraciones germánicas, en pugna de casi un milenio con el mundo musulmán, son la base más reciente, la base reconocible, de los usos, costumbres y lengua por la que hoy se polemiza de manera insensata en España.

La primera ciudad es Edeta, donde luego estará Lliria, fotografía del Museo de Prehistoria de Valencia.
La segunda fortificación es Puntal dels Llops, cerca de Olocau, en Google, Panoramio, foto de Sarima.
El mapa de la región edetana es de Wikipedia.