Así sería la vuelta a la peseta
De un día para otro y sin previo aviso. Así es cómo nos enteraríamos los españoles de la vuelta a la peseta. En el actual escenario de crisis económica, donde la sombra del rescate total es cada vez más alargada, la posibilidad de que España abandone la moneda única coge fuerza en todos los sectores.
Si en la calle muchos no han dejado de pensar en rubias, ahora es en los despachos de políticos y economistas donde circulan los informes sobre el impacto de un retorno a la antigua moneda. Uno de estos estudios es el BBVA Research que, según los economistas que han tenido acceso a él, augura una caída del PIB “brutal”. En cualquier caso, los expertos coinciden en una idea sobre la vuelta a la peseta: “No es probable ni recomendable, pero no hay nada imposible”.
“La salida del euro sería una medida in extremis”, apunta Alexis Ortega de Finagentes Gestión. El Gobierno lo anunciaría repentinamente. No hay otra opción. De anunciarse con antelación se produciría una fuga masiva de capitales que provocaría el colapso inmediato del sistema financiero español.
Además, la noticia llegaría acompañada de una limitación temporal de las transferencias al extranjero, así como de “una restricción de la libre disposición de dinero en efectivo de plazos fijos, cuentas corrientes y cajas de ahorros, es decir, de un corralito”.¿Cuánto valdría la peseta?
A juicio de los analistas del banco de inversión japonés Nomura, la peseta se depreciaría un 35,5%. Es decir, un euro valdría 257 pesetas. Sin embargo, no todos los analistas coinciden en estas cifras: UBS, Citigroup y Rabobank elevan las cifras de depreciación a entre un 40% y un 60% frente al euro.
No obstante, todos los informes señalan las enormes complicaciones legales que implicaría salir del euro. "Nuestra unión con el euro es como un matrimonio católico apostólico romano, más complicado de deshacer que cuando solo estás conviviendo con tu pareja". Con esta metáfora explica el analista de Finagentes Gestión la complejidad de abandonar la moneda única.
Ganar competitividad a un alto coste
Con la vuelta a la peseta “se liberaría tensión y ganaríamos competitividad”. Estas son las dos ventajas que los expertos encuentran a esta medida. Con la antigua divisa las exportaciones españolas serían más baratas y, por tanto, aumentarían y se ganarían posiciones frente a Alemania y Francia.
El turismo sería uno de los grandes beneficiados, ya que España sería un destino igual de atractivo y más barato que en la actualidad. Además, “recuperaríamos el control sobre la política monetaria, es decir, decidiríamos qué niveles de inflación y qué tipos de interés son más convenientes y, dispondríamos de un cortafuegos propio contra ataques especulativos”.
Sin embargo, la vuelta a la peseta y su devaluación “no resolvería el problema, solo actuaría como un parche. Se frenaría la sangría económica que sufrimos ahora de un modo rápido, pero a medio plazo se volvería a abrir la herida”, explica Ortega.
“Lo que se necesitan son ajustes, acabar con los privilegios de la oligarquía y no volver a la peseta, que sería una operación con un enorme coste financiero, económico y social”, sentencian los expertos.
¿Cómo se podrían proteger los ahorradores? “Existen alternativas que van desde abrirse una cuenta en el extranjero hasta invertir en un fondo de inversión extranjero”, señala Ortega.
Diario de viaje, notas al azar de alguien que se dedica a la tecnología, y alguna vez (allá lejos y hace tiempo) fue un estudiante de filosofía. Aquí caerán las notas que excedan la tecnología y la educación, que es lo que en general más me ocupa...
domingo, julio 29, 2012
Alerta naranja
A buen entendedor, pocas palabras bastan...Una vez más, alguien habla de la vuelta a la peseta. Es algo extremadamente hipotético, pero creo que cada economista hoy tiene una carpeta en su cajón analizando la alternativa. Si España se estabiliza, la carpeta se archivará. Si esto no es así, la carpeta será puesta sobre el escritorio. ¿Hablar de esto produce corridas bancarias? En realidad, las corridas bancarias y accionarias las han producido ya cuatro años de decisiones gubernamentales sin grandeza. Al día de hoy, ya casi el único que sería afectado sería el ciudadano de a pie, y cualquiera con una deuda pendiente (todos menos los alquimistas financieros, que encontrarán una salida a su problema). Raquel Benito, hoy, en El Confidencial:
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