El catalanismo, una denominación que alcanza a minorías de intelectuales, grupos culturales y políticos que se proponen la separación de España (y Francia) de "
los países catalanes", mantiene una persistente posición de hegemonismo sobre los territorios que suponen de su pertenencia. En su ideario (afiebrado), estos "países", se componen de la Comunidad Valenciana, partes de Aragón, Andorra, Baleares, y partes de Francia (el Rosellón básicamente), basándose en una comunidad lingüística que también es discutida.
Desde el siglo XIX el catalanismo es una corriente que, en pos de su objetivo de una nación independiente, no para de ir más allá de sus límites, tratando de imponer ideas y autoridades afines. Basados en su argumentación en favor del reconocimiento de la diversidad cultural y lingüística, desconocen, niegan y se apropian de los símbolos históricos y culturales de las regiones que están dentro de sus objetivos políticos. Claramente, el primer objetivo de este
pancatalanismo prepotente, es la Comunidad Valenciana. Basta recorrer con algo de conocimiento de la disputa el contenido de Wikipedia, para ver cómo esta puja se gestiona en el ambiente cultural (Ver la interminable serie de reversiones del texto para imponer "catalán" donde dice "valenciano":
Tirante el Blanco,
Joanot Martorell,
Ausias March,
Siglo de Oro Valenciano). Un análisis minucioso de las diferencias y semejanzas entre las raíces valencianas y catalanas, lo dan
Antonio Ubieto Arteta, y
Vicente Luis Simó Santonja,
ya mencionado antes. Repasando estos trabajos y la bibliografía discutida, se observa la persistente política de imposición de un modelo teórico de "nación catalana".
Esta corriente es hoy gobierno en Cataluña, y une su hegemonismo a su divergencia ideológica con el gobierno autonómico valenciano, resultando en colaboración con la oposición local, política y cultural, en todo aquello que pueda contribuír a crear un punto de apoyo en Valencia. Entre muchos hechos asociados, en estos días se menciona la gestión de fondos para entidades afines, por parte de Izquierda Republicana de Cataluña. Se obtengan o no, esto es
lo que Las Provincias informa:
El Gobierno central va a consignar 400.000 euros, en los Presupuestos Generales del Estado para el próximo año, para tres entidades radicadas en la Comunitat que emplean su actividad en difundir la catalanidad de la cultura valenciana.
El Congreso de los Diputados incluirá en las cuentas estatales 150.000 euros para Acció Cultural del País Valencià, otros 150.000 para la Fundació Josep Renau y 100.000 euros más destinados a las arcas de la Fundació Francesc de Vinatea, según el acuerdo alcanzado entre ERC y el grupo socialista. También han logrado que se vayan a consignar 200.000 euros al saneamiento de la Font Gran en el término de Simat de la Valldigna.
Los diputados de ERC han conseguido llegar a un pacto con el grupo socialista por el que les apoyarán cuando se voten en la Cámara Baja 44 enmiendas de las 570 presentadas por ese partido. El grupo socialista pretende aprobar definitivamente los presupuestos con el mayor número de escaños posibles.
El concejal de ERC en Simat de la Valldigna, Joan Serra, aseguró ayer a la agencia EFE que las enmiendas aprobadas por iniciativa de la formación catalana benefician «al conjunto de los Països Catalans», lo cual demuestra que los diputados de ERC «piensan en clave de país».
Acció Cultural, la fundación capitaneada por Eliseu Climent, es un clásico de las ayudas económicas gestionadas por políticos catalanes destinadas a una entidad radicada en la Comunitat Valenciana. Lo último que ha protagonizado ha sido la recogida de firmas para promover una iniciativa legislativa popular en el Congreso con el fin de imponer en territorio valenciano las emisiones en catalán por parte de la televisión autonómica de Cataluña.
Acció Cultural está radicada en el Centre Cultural Octubre, en Valencia, del que es uno de los principales promotores. Un centro en el que se promueve la cultura catalana en Valencia así como la unidad linguïstica de valenciano y catalán. De los tres enlaces por internet que presenta, uno de ellos es el Institut d'Estudis Catalans, lo que muestra el tipo de entidad de que se trata.
La organización de Eliseu Climent comparte espacio en el citado centro con otra de las entidades agraciadas en los presupuestos estatales para 2011, la Fundación Josep Renau. Creada el 10 de noviembre de 1978, uno de los promotores de esta organización fue el propio Eliseu Climent.
Militante del Partido Comunista durante la II República española, en la que llegó a ser nombrado director general de Bellas Artes, cargo desde el que organizó el envío de cuadros desde el Museo del Prado de Madrid hacia Valencia en plena contienda civil, buena parte de la obra de Josep Renau se encuentra depositada en el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM). En 1939 el artista (cartelista, muralista y dibujante) se exilió en México y posteriormente vivió en el Berlín de la República Democrática Alemana. Falleció en 1982.
Con el nombre de Fundació Francesc de Vinatea-Valencians en moviment, la mencionada organización se inscribió hace cuatro años en el Registro de Fundaciones por medio de una orden del Ministerio de Cultura fechada el 27 de julio de 2006. El año pasado recibió la negativa del Ministerio de la Presidencia para recibir ayudas con las que poner en marcha una enciclopedia virtual sobre el valencianismo en la etapa republicana.
En el año 2006 el Ayuntamiento de Gandia, donde desde hace lustros han gobernado socialistas con el apoyo de los nacionalistas de tendencia catalanista, ya concedió una ayuda de 70.000 euros a la Fundació Francesc de Vinatea y otros 100.00 a Acció Cultural. El Consistorio gandiense ha subvencionado desde hace años a fundaciones y entidades que apoyan la catalanidad de la Comunitat.
La Fundació Francesc de Vinatea toma el nombre de un 'jurat en cap' de Valencia que en 1333 se opuso al rey Alfonso III que pretendió imponer un contrafuero para separar de la jurisdicción real a las ciudades más importantes.
Sin embargo, estas pretensiones de hegemonismo, apoyadas en la posición de control del gobierno catalán, no representan la realidad social y cultural de las regiones sobre las que se propone ejercer dominio, algo que demuestran
los sucesivos fracasos de los referendos independentistas en territorio catalán. Sin duda, un futuro con menor control presupuestario, pondrá las cosas en su lugar, dejando a los valencianos lo que es suyo, a los franceses lo que les pertenece, y a los catalanes, lo que su sociedad espera.