El 30 de marzo, (¡tanto tiempo ya!) ZDNet publica un artículo acompañado de varias fotografías tomadas por distintos grupos de trabajadores de empresas de informática ucranianas. En un país de cuarenta millones de habitantes, su sector tecnológico ocupa a medio millón de personas:
Ukraine has a very large tech sector. According to Bloomberg, the country boasts a quarter of a million tech professionals, many of whom provide coding services to major players like Apple, Google, Lyft, Ubisoft, Daimler, BMW, Citi, and JPMorgan, among many others. According to the trade group IT Ukraine Association, as reported in the Wall Street Journal, IT export volume, "increased 36% to $6.8 billion last year, up from $5 billion in 2020 and $4.2 billion in 2019." According to Ukrainian developer outsource firm Daxx, via research from SkillValue, Ukraine's developers rank 5th worldwide in terms of overall competence. There are also thousands of entrepreneurial companies building their own software products.
La guerra ha cambiado los planes y perspectivas de todos ellos, pero seguramente en una menor medida que a la industria o el campo, que no disponen de la flexibilidad de recursos que permite la construcción de software. Como todos lo que resisten dentro de sus ciudades, su actividad continúa en bunkers, o se ha replegado a zonas más seguras, o fuera de Ucrania. Las fotos los muestran en un entorno catastrófico, pero aguantando.
Una vez más, fuerzas poderosas en apariencia, se estancan en una guerra donde el agresor tiene enfrente una sociedad que los rechaza totalmente. Pero además, el mando ruso ha demostrado una incapacidad asombrosa, aplicando criterios militares desempolvados de la segunda guerra mundial. Todavía no se ha dicho la última palabra, y la gran diferencia en población, industria, recursos, y el soporte chino a Rusia todavía puede hacer que Ucrania sea vencida. Pero aún en ese caso, no ganarán en el ánimo y disposición de cada uno de los ucranianos, y su vida diaria sería la del invasor zarista en el siglo XIX. La guerra menos convencional que pudiéramos imaginar se está desarrollando ante nuestra vista, donde la resistencia se desarrolla a través de redes invisibles: Internet, la telefonía, la televisión, la radio; donde las clases de los niños continúan por conexion remota, dentro y fuera de Ucrania; donde los drones producen estragos no calculados; donde un misil portátil pone fuera de combate un buque o un avión. Ante nuestros ojos está sucediendo de nuevo, y agravado, un Praga, un Budapest, episodios del siglo XX que no triunfaron frente al ejercito ruso, pero sentaron las bases de la caída soviética. Todo nuestro apoyo para Ucrania.
La fotografía, en ZDNet, de Anna Ustynova, de la empresa Headway: "Our Kyiv R&D unit settled down partly in the west of Ukraine, partly abroad. No employee was fired; instead, Headway is going to hire more Ukrainian talents and all previously sent offers were secured and already two employees have joined us since 24th February."
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