sábado, marzo 02, 2019

Homero Manzi: en otro país

Claudio Elias - Foto de dominio público
Quiza en abril de 1951, con su frente triste de pensar la vida, Homero Manzi escribió sus  Definiciones para esperar mi muerte...
El adiós en soledad, la última mirada a la vida fragil, indiferente y ciega, que no te espera ni en lo mejor ni en lo peor, y que te olvidará más tarde o más temprano. Las voces y los colores se irán contigo, y sólo habran sido un instante fugaz, eterno, dentro de tu corazón.


Puedo cerrar los ojos
Lejos de las pequeñas sonrisas que conozco.
Escuchando estos ruidos recién llegados.
Viendo estas caras nuevas.
Como si de pronto
Los mil lentes de la locura
Me trasladaran a un planeta ignorado.
Estoy lleno de voces y de colores
Que juraron acompañarme hasta la muerte.
Como amantes resignadas
Al breve paso de mi eternidad.
Sé que hay recuerdos que querrán abandonarme
Solo cuando mi cuerpo
Hinche un hormiguero sobre la tierra.
Sé que hay lágrimas largamente preparadas para mi ausencia.
Sé que mi nombre resonará en oídos queridos con la perfección de una imagen,
y también sé que a veces dejará de ser un nombre y será solo un par de palabras sin sentido. 
Estoy lleno de voces y de colores
Unas veces recogidos en el sonambulismo de la noche
Otras, inventados tras mi propia soledad.
Con ellos se integrará un cortejo final de despedida
Se cambiarán en lágrimas y palabras piadosas.
Pero, en medio de lo que todavía
No he podido amar
Evoco a los Marínos encerrados
En las paredes altas de la tormenta.
A los soldados caídos sobre yerbas lejanas;
A los peregrinos que duermen
Bajo la sombra de árboles innominados.
A los niños que yacen contemplando
El yeso de los hospitales
Y a los desesperados
Que entregan el último gesto.
Frente al paisaje final, e instantáneo
De la demencia.

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