sábado, marzo 23, 2019

Bill Evans Copenhagen Rehearsal Tape (1966 Live Video)

La eternidad está en ver a Evans en un ensayo de hace cincuenta y tres años, probando, corrigiendo, armonizando con sus músicos, con el presentador, mientras alrededor, en penumbras, se mueven los técnicos, preparando también su parte. Y luego, un ensayo sin interrupciones, que afortunadamente ha quedado para que siempre recordemos que Bill Evans, Eddie Gómez y Alex Riel un día  pasaron por la Tierra.

lunes, marzo 11, 2019

El cero y el infinito


Arrimarse a una de cien millones de ventanas, acercarse y ver un perfil, una historia anónima, indiferente, como la contigua, y la contigua. Pequeñas historias girando con la Tierra, con el Sol, con la Via Láctea, Partículas del infinito, el cero del infinito, en una fracción de tiempo (o no hay tiempo?), una hebra minúscula, un relámpago, un pensamiento sin importancia. Una historia, y otra, y otra. Como un mecanismo de relojería, una parte, girando a ningún lugar.
Sólo nos quedará la compasión y el amor, cuando exista, para dar una explicación, O mejor, sólo nos quedará la compasión y el amor, para arrancar un sentido a esta eternidad sin principio ni fin.


sábado, marzo 02, 2019

Homero Manzi: en otro país

Claudio Elias - Foto de dominio público
Quiza en abril de 1951, con su frente triste de pensar la vida, Homero Manzi escribió sus  Definiciones para esperar mi muerte...
El adiós en soledad, la última mirada a la vida fragil, indiferente y ciega, que no te espera ni en lo mejor ni en lo peor, y que te olvidará más tarde o más temprano. Las voces y los colores se irán contigo, y sólo habran sido un instante fugaz, eterno, dentro de tu corazón.


Puedo cerrar los ojos
Lejos de las pequeñas sonrisas que conozco.
Escuchando estos ruidos recién llegados.
Viendo estas caras nuevas.
Como si de pronto
Los mil lentes de la locura
Me trasladaran a un planeta ignorado.
Estoy lleno de voces y de colores
Que juraron acompañarme hasta la muerte.
Como amantes resignadas
Al breve paso de mi eternidad.
Sé que hay recuerdos que querrán abandonarme
Solo cuando mi cuerpo
Hinche un hormiguero sobre la tierra.
Sé que hay lágrimas largamente preparadas para mi ausencia.
Sé que mi nombre resonará en oídos queridos con la perfección de una imagen,
y también sé que a veces dejará de ser un nombre y será solo un par de palabras sin sentido. 
Estoy lleno de voces y de colores
Unas veces recogidos en el sonambulismo de la noche
Otras, inventados tras mi propia soledad.
Con ellos se integrará un cortejo final de despedida
Se cambiarán en lágrimas y palabras piadosas.
Pero, en medio de lo que todavía
No he podido amar
Evoco a los Marínos encerrados
En las paredes altas de la tormenta.
A los soldados caídos sobre yerbas lejanas;
A los peregrinos que duermen
Bajo la sombra de árboles innominados.
A los niños que yacen contemplando
El yeso de los hospitales
Y a los desesperados
Que entregan el último gesto.
Frente al paisaje final, e instantáneo
De la demencia.

lunes, febrero 11, 2019

Vivian Maier, un duende solitario

¿Cómo conocí a Vivian Maier? Buscando fotógrafos en catálogos: entre otros americanos y europeos cuya obra trato de seguir, apareció ella. En principio una buena fotógrafa más, entre iguales de su misma calidad. Pero a medida que fui conociendo algunas imágenes extraordinarias en blanco y negro y color le fui prestando atención, y puse esfuerzo en conocer su historia: sus imágenes  no son simplemente una cuestión de encuadre, de nitidez, de valores estéticos. Sus fotografías tratan de entrar a sus actores, y revelan una mirada de compasion, de acercamiento y comprensión de quienes quedaron para siempre en el cuadro.
Pero todavía faltaba un paso más: saber que, tan próximo en el tiempo como el año 2006, año en que salí de Chile a España, todavía su obra era desconocida; que en 2007 alguien compró por casualidad su repositorio guardado en un depósito, y que apenas comenzaba a analizarlo, y que Vivian estaba viva hasta 2009 sin jamás mencionar su obra, salvo a las casas que en épocas le hicieron el revelado.
Qué fuerza impulsó a una persona a través de sus ochenta años de vida a mantenerse en un mismo camino, sólo para su vista? Ante la sorprendente Vivian Maier, esta es sólo una de las preguntas que me aparecen.
 


Una historia aparentemente lineal, simple y sin altibajos notables, una joven niñera que termina su jornada de trabajo y sale con su cámara, día tras día, sin hacerse notar, sin familiares, sin amigos, sin noviazgo, que no muestra su trabajo, que se involucra con los niños que cuida, siempre en silencio, el silencio de quien guarda sus pensamientos y sus proyectos.
Y sólo conocemos su vida (lo que deja traslucir de su vida en sus actos, en sus recortes y apuntes, en sus itinerarios de viaje) de casualidad, porque su enorme legado estaba fuera de su alcance y no pudo evitar su remate, y porque quien compró sus pertenencias le prestó creciente atención. Quizá en otro caso, sus más de cien mil negativos, fotografías impresas y videos hubieran ido a parar a un contenedor de basura, o a un laboratorio de reciclaje de materiales, Esa circunstancia fortuita recuerda a la casualidad que salvó el material de Henry Darger: una persona que interviene, sin conocimiento de qué es lo que tiene entre manos, pero que advierte que "esto no se puede perder". Así como en el caso de Darger él ya no podía responder a ninguna pregunta, así sucedió con Vivian, que aunque vivía todavía cuando su material salió a la luz, sus caminos no se cruzaron en vida con los compradores de su obra, y nadie pudo hacerle una pregunta sobre sus razones, su visión. Hay todavía un punto de contacto que suena increíble Henry Darger tituló su escrito The Story of the Vivian Girls.
Pero creo que este es todo el contacto que hay entre ellos: Vivian parece dueña de sí, con una fuerza interior capaz de mantener un fuego encendido hasta el último día de su vida. Inteligente, reflexiva, metódica, audaz en su silencio. ¿Por qué un viaje a América Latina? ¿Por qué Asia? Vivian está en otro plano. Su vida es una sucesión de interrogantes que no podremos responder probablemente, sino sólo intuír. Para siempre asomándose a los demás, en soledad.

Sobre Vivian se puede conocer una aproximación a su vida y su obra en el sitio que le dedica John Maloof. Su obra  puede verse aquí también, y en el sitio de Artsy, entre otros.

domingo, febrero 03, 2019

Proximidad

Había sacado del videoclub una película de Marcel Carné, Tres habitaciones en Manhatan, una que quizá hubiera podido ser más afortunada para describir una historia de abandono, soledad y reencuentro, Sin embargo, Dani, que siempre agrega de su puño y letra algún párrafo en la portada, y que suele ser muy certero, había escrito estas pocas líneas finales de un poema de Prevert:
Y se fue
Bajo la lluvia
Sin una palabra
Sin mirarme
Y yo tomé
Mi rostro entre las manos
Y lloré
 (de Desayuno, de Jacques Prevert)

Andando los años, las cosas se aclaran y simplifican,

martes, enero 01, 2019

Roberto Bolaño

Roberto Bolaño, a quien descubrí tardía e inesperadamente, quizá interesado por el nombre de uno de sus cuentos largos o novelas cortas, "Estrella distante". Una vez que abrí sus páginas, ya no fue posible dejar de leerlo, tanto esta historia como otras, hasta llegar a "2666". Pasé meses leyendo las más de mil páginas de esa extraña novela, recursiva, abierta, inacabada, feroz. Bolaño ha tenido la particularidad de revivir mis recuerdos de Chile, de ese Chile fuera de cualquier marco que hubiera imaginado antes, uno que no es representable con las palabras y conceptos de los propios chilenos, el de "Estrella Distante" y de "Nocturno de Chile". Pero esto sólo fue su comienzo...Su vivencia de México probablemente es más profunda que la de su nacimiento chileno, como se puede ver una y otra vez en sus novelas y cuentos. La abrumadora lista de "La parte de los crímenes" de 2666 expone el extremo desbordado, incontrolado al que ha llegado México en cien años de violencia. En palabras del epígrafe de 2666, «Un oasis de horror en medio de un desierto de aburrimiento». A pesar de que muchos de sus escritos aparecen en borrador, veo a Bolaños de mayor visión y vigor que la mayor parte de nuestra escritura iberoamericana de los últimos setenta años.
Inútilmente, hubiera deseado que Bolaños llegara a la edad de Borges, con la posibilidad de cerrar algunas de sus historias inconclusas...leer sus historias es leer a un grande que dejó cosas por decir, provisorias, esperando.