Carta editorial de la revista Seúl, en Argentina, a propósito del tiroteo político entre Pedro Sanchez y Javier Milei:
En cuanto a lo de España: ¡qué quilombo, querido Rey! La visita de Milei para la convención de Vox del domingo generó un conflicto diplomático que escaló al punto tal de que el primer ministro Pedro Sánchez retiró de nuestro país a la embajadora María Jesús Alonso Jiménez. Lejos de poner paños fríos, como sí había hecho con Colombia, Milei redobló la apuesta y dice que no piensa pedir disculpas.
Si bien señalar quién empezó es caer en un infantilismo inútil, es cierto que Sánchez y varios de sus funcionarios, además de hacer campaña explícita por Alberto Fernández, dijeron de Milei que es "siniestro y reaccionario", "atenta contra la democracia" y hasta "ingiere sustancias". Y la verdad es que lo único que dijo Milei de Sánchez es que su mujer es corrupta, cosa que puede no ser lo más diplomática –sobre todo por la manera en la que lo dijo–, pero que no deja de ser un dato bastante más objetivo que el de "siniestro y reaccionario", "atenta contra la democracia" o "consume sustancias", puesto que Begoña Gómez efectivamente está siendo investigada por tráfico de influencias.
Pero más allá de quién empezó o quién insultó más fuerte, lo que sí llama la atención es la reacción exagerada de Sánchez al retirar a la embajadora de Argentina "sine die", es decir, sin plazo de vuelta. Para poner contexto: el mayor consulado de España en el mundo está en Argentina, acá viven un millón de españoles. Como se preguntó Ramón Pérez-Maura, director de Opinión del periódico El Debate: "Si rompemos relaciones diplomáticas con Argentina, ¿quién va a llevar nuestra representación?" Está claro que retirar un embajador presenta dificultades concretas operativas, no puede ser producto de una rabieta personal.
El economista Juan Ramón Rallo hizo una reflexión interesante: "El gobierno español denuncia que Israel está perpetrando un genocidio en Gaza, pero no retira al embajador español de Israel. Milei insinúa que Begoña Gómez es corrupta y se retira al embajador español de Argentina. Las frivolidades y prioridades de este Gobierno están muy claras".
En definitiva, lo que se está discutiendo en estos momentos en España es si lo de Milei fue un ataque personal o un ataque al país. Parece bastante claro que fue un ataque personal que Sánchez está contestando, usando como arma al Estado español. ¿Quién es el fascista, entonces?
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