martes, julio 26, 2022

Cortázar y el error latinoamericano


 En el libro comentado antes, en el mismo capítulo que recoge un diálogo de 1999, "el público" pregunta por qué no se ha hablado de Julio Cortázar durante su desarrollo y la respuesta de Piglia y Saer es lapidaria, quizá la respuesta de una generación. Comienza Piglia:

 (...) es cierto que Cortázar podría ser un escritor para discutir este problema a fondo, porque las adhesiones políticas que Cortázar tomó en relación con la Revolución Cubana y en relación con la Revolución Sandinista le produjeron una serie de conflictos en relación con su propia poética. Sería el caso de un escritor cuya poética no está a la altura de lo que sus aliados políticos le piden. De ahí que todas las posiciones públicas de Cortázar en relación con la literatura son defensivas. El dice: << Bueno, se puede hacer literatura fantástica y ser un hombre de izquierda.>> Está todo el tiempo tratando de encontrar una explicación porqué su poética no coincidía con la que postulaban sus aliados, los populistas cubanos y los populistas nicaragüenses, que de un modo implícito estaban diciendo que la literatura de Cortázar era elitista, que no era para las masas. Una situación dramática para Cortázar, porque era un hombre con una ética personal fantástica, que se enfrentó con la dicotomía entre lo que hacía y había hecho siempre y lo que los aliados políticos definían como modelo de literatura...

En fin...desde su nacimiento, la "nueva novela latinoamericana" fue cortejada por Cuba y apoyada a través de los premios, estímulos y publicaciones de la Casa de las Américas, estableciendo un camino de entrada en toda América Latina para el comunismo cubano y sus soportes rusos y luego chinos. Y Cortázar fue uno de sus sostenedores, desagradable de ver por su anuencia cuando ya había razones para tomar distancia. No se guardará recuerdo de Cortázar por sus trabajos más "comprometidos", sino por aquellos en que no se subordinó a ellos.

Esos lazos persisten en muchos intelectuales americanos (y europeos), aún cuando esos gobiernos se han convertido en dictaduras que practican el fascismo más crudo, como se pudo ver en las revueltas cubanas de hace poco más que un año.

La foto, de La Vanguardia, 4-06-2021. Tomada en 1972, en una cena por el premio Barral de novela de ese año.

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