domingo, mayo 25, 2014

Independencia y futuro en el Río de La Plata


Antonio Berni- Desempleo, 1934. En New American Paintings
Domingo 25 de mayo...doscientos cuatro años atrás, se tomaba el primer paso, ambiguo, como todos los hechos que van formando la historia, del nacimiento de Argentina. Todavía no se hablaba de tal, sino de una Junta de Gobierno en representación del Rey...que destituía a su representante, el Virrey. Poco a poco, por la puja entre partes interesadas y la presión militar española, lo que quizá hubiera sido una representación americana a las Juntas de Cádiz, se fue convirtiendo en un gobierno independiente. Que primero se llamó Provincias Unidas del Río de La Plata, que se inició representando el territorio del Virreinato, y que sólo seis años después se declaró independiente, y sólo sesenta años después, tras cerrar la guerra con Paraguay, dejó de reclamar otros territorios virreinales que los que finalmente abarcó Argentina.
Sesenta años llevó fijar el ámbito, la cultura, la administración, la ordenación, de un nuevo país. Ese país ya tenía muy poco que ver con el que pensaron y pelearon entre 1806 y 1825 otras gentes, unas que venían de trescientos años de vida colonial, forjada en una América cerrada. La que se consolidó entre 1850 y 1880 tenía poco, muy poco que ver con sus comienzos.
Y doscientos años después, ¿a dónde va Argentina? ¿alguien es conciente de lo que se avecina? ¿alguien está dispuesto a volar más alto que un gorrión? Desde hace treinta o cuarenta años hay signos evidentes de cambio, en la cultura, el pensamiento, en la sociedad, en las relaciones internacionales. Es necesario unir las líneas de puntos, y ver a dónde marcha el camino...Y preguntarse si es lo que queremos y esperamos.

domingo, mayo 18, 2014

Cataluña en el espejo de Ucrania

Dos artículos (1,2) de los últimos días reflejan un proceso catalán peligrosamente parecido al que sucede todavía en Ucrania, con una gran diferencia: el proceso separatista ucraniano está soportado, alentado y dirigido por el ex imperio ruso, pero el catalán está basado sólo en las fuerzas "nacionalistas", mayoritariamente izquierdistas, propias de la región, y si tienen algún respaldo externo, éste es el de aliados de la misma categoría: nacionalistas independentistas europeos con sus mismas pretensiones. Frente a los proyectos de la "Asamblea Catalana", es fundamental que cada uno de nosotros tenga presente el carácter "democrático" de las milicias separatistas, tomando organismos de gobierno, organizando plesbicitos con tanques en la calle, y milicianos yendo a buscar democráticamente el voto de cada ciudadano a su casa si es necesario, y con ametralladora a la vista, si cuadra...
La gran diferencia de respaldos entre ambos separatismos, afortunadamente, hace improbable el desarrollo completo del plan catalán, que representa menos de la mitad de la población involucrada. No hay un "vecino amigo" que vaya a poner miles de voluntarios armados y disciplinados para torcer y asegurar el rumbo deseado. Aunque históricamente estos movimientos han podido contar con una solidaridad internacional inagotable, y esos voluntarios pueden llegar...Atención, cada uno debe leer con mucha atención lo que sucede...
De los artículos mencionados, dos o tres párrafos que reproducen planes de la dicha Asamblea. Sin referencias al origen de los documentos, no hay duda de que reflejan sus contenidos:
(...) La Asamblea Nacional Catalana (ANC) ya tiene previsto hasta el más mínimo detalle de sus futuras actuaciones dependiendo del desarrollo del proceso catalán. Los dos últimos escenarios que contempla su hoja de ruta descartan el referéndum independentista del 9 de noviembre por motivos diferentes. Uno de ellos es la imposibilidad de celebrar la consulta porque la situación política o social no lo permita o no haya garantías suficientes; el otro es debido a que la Generalitat esté “política y jurídicamente intervenida por el Estado español”. En ambos, la ANC reserva un papel 'estelar' a la sociedad civil en todos los pueblos, que han de comportarse como auténticos 'guardianes' del referéndum.
Ante estas posibilidades, la ANC ha dispuesto diversas estrategias: si la Generalitat sigue vigente, ha de pedir “el amparo de las instituciones europeas para celebrar el referéndum inmediatamente, decidir la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones que adquieran el carácter de plebiscitarias”. Pero advierte que si las circunstancias también hacen esto imposible “y la intervención europea no llega a tiempo”, sería preciso constituir luego la Asamblea de Cargos Electos “como representantes del pueblo catalán para proceder a la declaración de independencia". Esta asamblea también se constituiría en el caso de que la Generalitat sea intervenida por el Estado español.
También asegura que en el caso de intervención del Gobierno autonómico por parte de Madrid, “es muy probable que la conducción de todo el proceso hasta la declaración de independencia recaiga de forma especial en los ayuntamientos catalanes y en la sociedad civil organizada”. La articulación del proceso, en este caso, recaería en una Asamblea de Alcaldes, que debería constituirse a partir del 9 de noviembre y ponerse a las órdenes del presidente de la Generalitat
Lo más curioso, sin embargo, es el papel reservado a la “sociedad civil”. En cualquiera de los dos escenarios descritos, “el papel de la sociedad civil será fundamental para conseguir los objetivos finales En cada pueblo y barrio de las ciudades catalanas, sería preciso estructurar ‘organizaciones unitarias’ que, de acuerdo con las instituciones del país, trabajasen en dos líneas prioritarias: mantener la actividad normal de todos y organizar movilizaciones masivas pacíficas, puntuales, ágiles y espectaculares que centre permanentemente la atención de todo el mundo”. En otras palabras, algo así como los guardianes de la revolución que se formaron en determinados regímenes del siglo pasado.
(...) La plataforma soberanista también considera imprescindible “diseñar las diferentes medidas de presión democrática a los alcaldes que se muestren reticentes” y subraya que “la ANC ha de ser un sujeto muy activo en el periodo de campaña oficial para la consulta”. Para ello, destaca que “las asambleas territoriales de la ANC han de organizarse para disponer de interventores en todas las mesas y de equipos de apoyo logístico que puedan actuar en cualquier lugar y en cualquier momento”.

jueves, mayo 01, 2014

Cataluña, intransigencia al borde de la violencia


José Antonio Zarzalejos (entre otros muchos) advierte sobre  el deterioro de la confrontación política en Cataluña, que ve deslizarse hacia formas violentas. La intransigencia de una minoría tensa las cuerdas, encontrando sólo silencio por respuesta. Como él, son muchos los que advierten de que no es posible continuar cediendo todo el espacio a quienes parecen dispuestos a llevar Cataluña a un desastre. Qué dice Zarzalejos:
Todo el que quiera saberlo, lo sabe. Pere Navarro, agredido el pasado domingo cuando asistía a una ceremonia religiosa de carácter privado, viene percibiendo “miradas de odio” (sic) y recibiendo “insultos” (sic) desde hace ya mucho tiempo. Ayer lo relató sin dramatismo y con concisión en la cadena SER. Pero en conversaciones anteriores y personales, incluso con periodistas, el primer secretario del PSC había mostrado su preocupación por un clima de tensión que podía manifestarse de manera violenta. Ha ocurrido, y su intensidad ha sido mínima aunque sintomática. No hay que elevar la anécdota a categoría, pero en modo alguno reducir el episodio a la nadería. No saquemos consecuencias exorbitadas, pero extraigamos las consecuencias justas.
Y las más justas –digan lo que digan los independentistas radicales (aunque la mayoría no lo sea)– consisten en una presión social que invita al silencio de los que discrepan con el paradigma de la corrección política en Cataluña: la adhesión al secesionismo. Lo ha denunciado lúcidamente el catedrático Manuel Cruz en su libro Una comunidad ensimismada (Editorial Catarata). Cruz, que encabeza la Asociación de Federalistas de Izquierdas, es catedrático de Filosofía y uno de los académicos más acreditados en esa rama.
El autor se refiere a la “espiral de silencio” que se estaría produciendo en Cataluña. Semejante tesis no se admite en la Cataluña oficial, pero es cierta. Ocurre lo que Cruz describe: “Cuando se intenta plantear esta cuestión en el espacio público catalán, las respuestas más o menos afines al oficialismo” consisten en tildar de “exagerado” o de “caricaturesco” este planteamiento. Y sigue Cruz: “O por decirlo con un poco más de precisión: atribuyen a este la imperdonable falacia de convertir la anécdota (de algunas situaciones particulares) en categoría (de una presunta intimidación generalizada)”.
Estas citas textuales del libro de Manuel Cruz están escritas por su autor este mismo año 2014 y en el libro citado, en el que el filósofo advierte igualmente de la tendencia que se registra en Cataluña al unanimismo, así como el homogeneísmo o “tendencia a considerar a la comunidad catalana como una realidad homogénea. Pero hay más: Cruz, en el epílogo, refleja “la afirmación” del conseller de Cultura de la Generalitat (Ferran Mascarell) días antes de la Diada del pasado año, de “que sólo se pueden oponer a la creación del Estado catalán, los autoritarios, los jerárquicos y los pre-demócratas, o los que confunden España con su finca particular”. Preocupante.
El puñetazo a Pere Navarro es una llamada de alerta a los catalanes sensatos, gente que en su inmensa mayoría lo son y que supieron mantener su nacionalismo alejado de dos vectores perniciosos: apartaron cualquier tipo de carácter étnico en su identidad catalana y cortaron de raíz las acciones terroristas de la banda Terra Lliure. Pero la exacerbación de posiciones conduce –y aquí lo he escrito varias veces, y lo he hecho en La Vanguardia– a que en Cataluña se corra el riesgo de abertzalización en el peor de los sentidos. Y los más vulnerables a esta presión son, precisamente, los socialistas. Por una razón: el PSC se ha negado a acompañar a CiU, ERC, ICV y CUP en su navegación secesionista, rompiendo así el eje de un catalanismo que ha dejado de serlo para migrar a una nueva versión sideralmente alejada del autonomismo de otros tiempos.
El hecho de que pueda haber manifestaciones de violencia de signo contrario –por ejemplo, el asalto al Centro Blanquerna en Madrid– no autoriza a disminuir, edulcorar o tratar con eufemismos o contemplaciones la agresión a Pere Navarro. No caben violencias de compensación ni suponer que un puñetazo es más o menos sintomático que la irrupción de energúmenos en un centro de carácter cultural. La alerta que provoca el puñetazo al dirigente socialista, lo es para todos, pero, en especial, para los catalanes de toda clase y condición, estén donde estén ideológicamente.
Nada de lo que ha sucedido y de lo que puede suceder, no por previsto o supuesto, es menos grave. El deterioro del llamado espacio público catalán es evidente y el puñetazo a Navarro es algo así como un pantallazo de la realidad que allí se vive. Más vale prevenir que curar y mucho más advertir a tiempo que lamentar a destiempo. La vida pública en Cataluña se está deteriorando, se adensa el silencio de unos, las redes sociales están inflamándose y algunos de los intelectuales orgánicos del secesionismo radical han penetrado en el terreno de la radicalidad que atribuyen a otros y en otros lares. Mucho cuidado.