domingo, julio 03, 2011

Lo que va de hoy a mañana

Jesús Fernández-Villaverde, en Nada es Gratis:
Ayer hablaba con una economista amiga mía argentina sobre la paradoja del fuerte crecimiento argentino en medio de las políticas bastante negativas de su actual gobierno.
La conclusión a la que llegábamos era que, en la vida real, hay un problema de “filtrado” muy fuerte: hay que separar los efectos de las políticas en el medio y largo plazo de la situación coyuntural de la economía y esto, en el corto plazo y con “ruido” causado por las mil cosas que pasan en el mundo a la misma vez, es increíblemente difícil. En particular, mi visión (relativamente poco informada) es que unos vecinos creciendo rápido y con un precio de la soja (y otras exportaciones) por las nubes es muy complejo no crecer con fuerza, por mucho que uno lo intente. Por eso las políticas argentinas actuales, que sinceramente creo serán muy dañinas en el largo plazo si no se revierten, pasan casi desapercibidas. Explicar que se debería crecer al 8% en vez del 7% (o al 7% pero con menos desequilibrios) es labor casi imposible. Eduardo Engel, en Foro Económico, el blog de nuestros amigos argentinos, presenta básicamente el mismo argumento.
Esto me recuerda, salvando las distancias, a lo que nos pasaba en España en el 2005-2006. En aquel entonces intenté explicar en varios foros, sin ningún éxito, que un superávit público del 1-2% con el crecimiento que teníamos en el medio de la burbuja era un suicidio en el medio plazo y que deberíamos estar en el 3-4% de superávit. Mientras tanto muchos políticos y periodistas abogaban por reducir el superávit (por cierto, muchos de los mismos que ahora se quejan que los economistas no avisamos de lo que nos venía encima). Sea como fuera, al final no estuvimos preparados para las vacas flacas. Filtrar es difícil.

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