sábado, marzo 27, 2010

Cavando su propia fosa

Publicado por Jorge Ávila este viernes:

En el día de la fecha, Ambito Financiero publicó una nota muy sugestiva en la contratapa. Lamento que la página web del diario no provea el link a la nota. Se refiere a la visita a EEUU de B. Netanyahu, el primer ministro israelí, quien deseaba mantener una reunión a solas con el presidente Obama.

Israel es un aliado especial de EEUU en Medio Oriente, como Gran Bretaña lo es en Europa, Japón en el Oriente, Australia en Oceanía y tal vez Brasil, desde que se declaró aliado en la Segunda Guerra Mundial y mandó tropas a las trincheras de Europa, en América latina. No obstante la importancia de Israel en la política exterior norteamericana, el Sr. Netanyahu fue tratado esta vez por el presidente Obama como si fuera un gobernante del Tercer Mundo.

Como muchos presidentes norteamericanos antes que él, Obama aspira a solucionar el problema palestino y alcanzar de esta forma una paz duradera en Medio Oriente. Pero Netanyahu ha perdido la confianza de Obama.

En la Oficina Oval, luego de una breves palabras, Obama presentó a Netanyahu una lista de 13 condiciones que el primer ministro debía aceptar antes de regresar a Israel. Netanyahu le respondió que primero tenía que consultar al resto de los partidos de la coalición gobernante. Obama retrucó:

"Me voy a cenar con Michelle y las chicas. Estaré por aquí en caso de que tengas algo nuevo que decirme." Y se fue. Al cabo de unos minutos, Netanyahu pidió una segunda reunión con Obama, que tampoco permitió acercar posiciones. A tal punto llega la desconfianza hacia el interlocutor israelí, que Obama exigió una respuesta por escrito a sus demandas.

Tres gestos de Obama sintetizan el fracaso de la misión israelí a Washington. Prohibió que los fotógrafos ingresaran a la sala de la reunión, interrumpió la conversación con Netanyahu con el argumento de que se iba a cenar con su familia y se negó a una declaración conjunta aunque fuera meramente protocolar.

Tanta dureza con un aliado estratégico demuestra dos cosas: a) la firmeza y la frialdad de Obama y b) el tremendo poder que ejerce EEUU en el mundo. Este simple hecho diplomático nos ilustra acerca del incalculable daño que el ex-presidente Kirchner infligió a su país en noviembre de 2005, cuando armó la contracumbre de Mar del Plata y atacó en persona al ex-presidente Bush. ¿Era difícil pronosticar la casi desaparición de la inversión directa extranjera luego de escuchar a Chávez cantar ALCA, ALCA, AL CARAJO? Alguna vez aprenderemos que la política económica empieza por la política exterior.

Alegremente, en la inconciencia de gobernar para mantener el poder mañana, la turba de izquierdistas setentistas que toma decisiones en Argentina hoy, ha creado un abismo para el país de los próximos cincuenta años. Y no sólo por este hecho.

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