lunes, octubre 31, 2022

Ciencia y ética

 


Un breve artículo de George Orwell de octubre de 1945, a dos meses del horror de Hiroshima y Nagasaki. Un par de hojas sobre el concepto de ciencia (¿Qué es la ciencia?, en Ensayos, primera edición en castellano de 2015)

Orwell rechaza considerar "ciencia" sólo a las ciencias exactas: su punto de vista es que la ciencia es <<una forma de mirar al mundo y no simplemente un cuerpo doctrinal>> <<un método intelectual que llega a resultados verificables razonando en modo lógico a partir de hechos observados>>. Lo que sigue son sus afirmaciones:

(...) quienes nos dicen que se debe educar a los jóvenes científicamente se refieren, casi invariablemente, a que habría que enseñarles más sobre la radiactividad, las estrellas o la fisiología de sus cuerpos, no a que habría que enseñarles a pensar con más rigor.

Esta confusión semántica, que en parte es deliberada, entraña un grave peligro. Implícita en la exigencia de una mayor educación científica va la tesis de que alguien a quien se haya formado científicamente, abordará cualquier tema de un modo más inteligente que alguien que no hubiera tenido dicha formación. Se da por hecho que las opiniones políticas de un científico, sus opiniones sobre asuntos sociológicos, sobre moral, sobre filosofía, quizá incluso sobre disciplinas artísticas, tendrán más valor que las de un lego.

Esta creencia la refuta Orwell con sucesos todavía más que recientes entonces: 

La comunidad científica alemana en su conjunto no opuso resistencia a Hitler. Puede que Hitler arruinase las perspectivas a largo plazo de la ciencia alemana, pero seguía habiendo los suficientes hombres dotados que llevasen a cabo las investigaciones necesarias en campos como el de los combustibles sintéticos, los aviones de reacción, los cohetes y la bomba atómica. Sin ellos, la maquinaria de guerra alemana jamás podría haber sido puesta en marcha. (...) Más siniestro todavía es que entre los científicos alemanes hubiese quienes se tragaran esa monstruosidad de la <<ciencia racial>>.

La referencia no la limita a los científicos alemanes, sino en general a los científicos durante la guerra (o fuera de ella), incluyendo a los ingleses:

El hecho es que la mera instrucción en una o varias ciencias exactas, aún si va acompañada de grandísimas dotes, no es garantía de una actitud humana o crítica. Buena prueba de ello son los físicos de media docena de grandes países, todos trabajando febrilmente -y en secreto- en la bomba atómica.

(...) Justo antes de escribir esto, he leído en una revista estadounidense que algunos físicos británicos y norteamericanos se negaron desde el principio a investigar sobre la bomba atómica, en vista de lo evidente del uso que se le daría. He aquí un grupo de hombres cuerdos en medio de un mundo de lunáticos. Y aunque no se publicaban nombres, creo que no me equivocaría al suponer que todos debian de ser personas con algún tipo de formación cultural general, con algún conocimiento de la historia, la literatura o las artes; gente, en resumen, cuyos intereses no eran, en el sentido actual de la palabra, puramente científicos.

Extrapolemos estas reflexiones a nuestra época, en el área que se desee: investigación genética, inteligencia artificial, física, desarrollo tecnológico, comunicaciones, sociología. ¿Qué podríamos decir?

La foto, Robert Oppenheimer, primer director del laboratorio Nacional de Los Alamos, en Wikipedia.

De Department of Energy, Office of Public Affairs - Taken from a Los Alamos publication (Los Alamos: Beginning of an era, 1943-1945, Los Alamos Scientific Laboratory, 1986.)., Attribution, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=63668

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